LXXXVII

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[Punto de Vista Judith]
Alex me llamó a media tarde para preguntarme si nos aburríamos igual que él y decidimos invitarle a cenar, para no perder la costumbre de tener chicos en casa. El resto, nuestros chicos de verdad, tenían otros planes.
Esa tarde nos pateamos medio Londres principalmente porque obligamos a Jud a que así fuera. Se iba en dos días, había que aprovechar el tiempo; y había que aprovechar su compañía antes de volver a echarla de menos.
Quedamos en pasar a buscarla a eso de las cuatro y media donde Zayn; y entró en el coche con la mayor sonrisa que le había visto jamás.
A la hora de la cena, estábamos todas agotadas de caminar; y de reír. Nunca me cansaría de pasar tiempo con ellas. Puede que ni siquiera se dieran cuenta de lo mucho que significaban las cuatro para mí.
Alex vino a casa al poco de llegar nosotras y se sentó en el sofá; junto a Rosa. No esperaba menos. Estaba constantemente pendiente de ella y Rosa ni siquiera parecía darse cuenta de que eso fuera así. Tampoco lo había hablado con ella, pero consideré que, dado el creciente interés de Alex, en cuanto tuviéramos un rato lo haría.
Alba y Jud estaban encargándose de la cena y Ana dedicaba la mayor parte del tiempo a sonreírle a la pantalla del móvil… Mientras hablaba con Liam. Lo suyo estaba adquiriendo una seriedad que, sinceramente, nunca me hubiera imaginado, y más después de los inicios que tuvieron. No veía a Liam muy dispuesto a enredarse en una nueva relación, pero lo que había entre Ana y él tenía toda la pinta de acabar así.
Y me alegraba.
De repente, todo a mi alrededor parecía encajar perfectamente.
Mi móvil, apoyado en la mesa, vibró con fuerza y me incliné para cogerlo, imaginando que sería Louis, del que llevaba sin saber un par de horas.
No fue así.
Correo electrónico.
“Buenas tardes, Judith. Le escribo de la revista Empire. Nos ha llamado la atención su correo electrónico, y estaríamos interesados en que comenzara a trabajar para nos…”
- ¡¡AHHHHHHHHHH!! –Chillé, levantándome del sofá de un salto y haciendo que mi móvil cayera al suelo. Miré a Rosa-. ¡¡¡ME HAN DICHO QUE SÍ!!!
- ¿Quién? –Preguntó levantándose también.
Observé de reojo como Ana hacía lo mismo y cómo Jud y Alba salían de la cocina y me miraban preocupadas.
- ¡¡¡Empire!!! ¡¡¡Me han dicho que sí!!!
Rosa corrió a abrazarme en cuanto se dio cuenta de lo que estaba diciendo y las demás hicieron lo mismo, seguidas de Alex. A los cinco minutos, recuperada un poco la calma, me senté de nuevo en el sofá y cogí mi pobre móvil estrellado contra el suelo.
- Voy a leerlo entero porque sólo he leído dos líneas –reí.
Básicamente, decía que sí, lo que ya había dicho a gritos. Pero antes querían conocerme. Me invitaban a estar en su redacción pasado mañana a las diez de la mañana para concretar todo, tipo horarios o funciones. Después de leerlo unas ocho veces, respondí un rotundo sí, afirmando que allí me tendrían.
Empire. No me lo podía creer.
- Voy a llamar a Louis –anuncié mientras me levantaba.
Estaba deseando contárselo. Caminé hasta la habitación mientras marcaba su número y sonreí cuando descolgó.
- “Pequeña” –dijo sin más.
Adoraba que me llamara así.
- ¡¡Me han cogido, Lou!! –Grité de nuevo, intentando contener las lágrimas.
- “¿Empire?” –Preguntó a los pocos segundos.
- ¡¡Sí!!
- “¡Lo sabía!” –Exclamó mientras se reía-. “Sabía que te cogerían, eres la mejor. Mira, ni siquiera te conocen y ya saben que eres la mejor” –reí ante sus palabras-. “Me alegro muchísimo, te lo mereces. ¿Qué te han dicho?”
- Un montón de cosas. Pero la principal es que pasado mañana tengo que estar en sus estudios por la mañana para concretar todo. No puedo creérmelo, Louis, ¿de verdad se puede tener tanta suerte?
- “Te lo mereces, pequeña, de verdad. Me tienes que contar todo.”
- Estoy nerviosa.
- “¡¡Y yo!!” –Reí de nuevo.
- ¿Estás haciendo algo?
- “Voy a cenar con el gordo de Niall y el aburrido de Liam que no deja en paz el móvil”.
- “¡¡Eh!!” –Oí protestar al aludido por detrás.
- “Es la verdad, Payne –rió-. Si quieres luego puedo ir a verte, Judi”
- ¡¡¡Vale!!!
La verdad es que no había nada que me apeteciera más que abrazarle.
- “Qué entusiasmo” –escuché su risa y me derretí, literalmente. Me senté en la cama haciéndome ver a mí misma lo mucho que provocaba en mí.
- Siempre me entusiasma verte.
- “¡¡¡Toma!!!” –Chilló, haciéndome reír de nuevo-. “Luego te llamo, antes de ir, ¿vale?”
- Vale, Lou. Hasta luego.
- “Hasta luego, preciosa”
Una enorme sonrisa se extendió por mi rostro cuando colgué. Ana abrió la puerta ligeramente y me miró.
- Ya está la cena –susurró.
Asentí y entró. Se sentó a mi lado y me tocó la pierna.
- ¿Qué te ha dicho Louis?
- Que se alegra mucho. Y… Muchas tonterías –ambas reímos.
- ¿Eres consciente de la cara que se te pone cuando hablas de él, verdad?
Afirmé con la cabeza en apenas un segundo.
- Totalmente –admití-. Nunca me había pasado esto, Ana. Le conozco desde hace mes y medio y… Creo que le quiero.
La miré fijamente, tratando de aceptar lo que acababa de decir. Porque sí, era difícil de aceptar. Seguía sin gustarme en exceso la idea de estar tan enganchada a él, porque seguía habiendo cosas que… Pues eso. Y lo peor es que esas cosas no desaparecerían.
Pero la realidad era esa.
- Creo que le quiero –repetí, más a mí misma que a Ana.
- ¿A qué esperas para decirle sí, entonces?
Lo pensé durante unos instantes.
- No quiero esperar más. Que pase lo que tenga que pasar, pero con él al lado.

[Punto de Vista Louis]
No voy a mentir. Llegar a casa de Judi y ver a Alex allí no me hizo ni pizca de gracia. Pero mi española estaba más que sonriente y decidí ignorar su presencia y concentrarme en la de la persona que de verdad me importaba. Me senté junto a ella y en seguida entrelazó sus manos con las mías.
A esas alturas ya no veía diferencia alguna entre eso que teníamos y estar juntos de verdad; entre eso y tener lo que ella se negaba a tener. Y precisamente esa negación era lo que me hacía quererlo de verdad. Probablemente si ella no lo diera tanta importancia yo tampoco lo haría, pero si ella lo rechazaba… Entonces yo lo quería. Quería que dejara de rechazarlo porque eso significaba que de verdad estaba segura de esto y de lo que sentía por mí.
Dos horas después nos marchamos a mi casa a dormir. Conduje hasta allí sonriente mientras ella me acariciaba el pelo y me contaba todos los detalles de su inminente trabajo.
- ¿Y qué vas a hacer con el trabajo en el bar?
Su cara se convirtió en una mueca.
- No lo sé, intentaré compaginarlo supongo. Me viene muy bien el dinero que gano allí aunque es verdad que con lo que tengo ahorrado podría aguantar lo que queda de curso aquí, pero dejar de trabajar... No lo sé, no lo sé.
- ¿Y si tuvieras que elegir entre una cosa y otra?
Eché el freno de mano y me quité el cinturón. Me giré antes de bajarme para mirarla con más facilidad, a la espera de su respuesta.
- No puedo rechazar un trabajo, por mínimo que sea, aunque sea sin cobrar, en Empire. No puedo, va en contra de todo lo que he querido siempre.
Sonreí y la acaricié las mejillas.
- De todas formas, si en algún momento necesitaras dinero... -Me ofrecí aunque sabía su respuesta.
- No te preocupes -se inclinó y besó mis labios-. ¿Vamos?
Vi cómo se abrazaba a sí misma cuando bajaba del coche y tardé dos segundos en acercarme a ella y estrecharla entre mis brazos. Lo agradeció acurrucando su cabeza en mi pecho, mientras seguíamos caminando.
- Louis...
- ¿Sí?
- Eres el mejor.
Me besó en la comisura de los labios y se separó de mí con una sonrisa.
La quería.

[Punto de Vista Ana]
Estaba nerviosa y triste. Nerviosa porque las fiestas sorpresas y cosas semejantes me ponían de esa manera, inevitablemente. Además, temía que Jud se diera cuenta de que habíamos planeado algo más que una simple cena para ella.
Triste porque no quería que se fuera. En ese sentido, todas estábamos igual.
Nadie quería que se fuera.
Entré en la cocina a por una Coca-Cola y me encontré a Judith y Rosa casi susurrando.
- ¿Qué os pasa?
- Que está loca -dijo Rosa.
Judith negó con la cabeza y dio un trago a su Coca-Cola.
- ¿Por qué? -Reí.
- Dice que Alex está detrás de mí.
- Es que lo está.
- Para nada.
- Sí, Rosa.
- No.
- Vale, pues no, ala -Judi puso los ojos en blanco y me miró-. Paso, cuando se lancé a por ella, porque lo hará, porque le conozco y lo hará, ya vendrá llorando -volvió a mirarla-. No me creas si no quieres, pero ten cuidado a no ser que quieras que haya más problemas con Niall.
Salió de la cocina sin decir una palabra más y nos miramos.
- Por si acaso, ten cuidado -aconsejé.
- Y dale...
En apenas media hora todas nos habíamos olvidado de eso. Era el momento de elegir modelito. Habíamos obligado a Jud a vestirse en condiciones porque, ya que era su última noche en Londres, había que lucirse incluso aunque sólo fuéramos a cenar con los chicos. Parecía convencida y sin ningún tipo de sospechas.
A las siete y media salimos en dirección de la casa de Harry y Louis.

[Punto de Vista Jud]
No quería que ese momento llegara. No quería llegar a casa de los chicos y saber que sería la última vez en mucho mucho mucho tiempo que cruzaría ese umbral. No quería tener que cogerme un avión en poco más de doce horas. No quería que todo eso acabara.
Pero tenía clara una cosa. Iba a disfrutar de mis últimos momentos con ellos.
Ana llamó al timbre y me miró, probablemente sabiendo el torbellino de emociones por el que estaba pasando.
No quería, es que no quería. No quería irme.
Nos abrió un sonriente Niall, dándonos un beso a cada una. Nos hizo pasar y aprecié el extraño silencio de la casa. Normalmente se oía a Louis dando voces; o a cualquiera. En esa ocasión no.
Todos avanzaron deprisa hacia el salón y, por alguna razón, me dejaron la última. Temblé cuando algo dentro de mí me dijo que eso iba a ser más que una simple cena. Todos se comportaban, de repente, de forma extraña.
El salón se envolvió en la oscuridad de pronto cuando entramos y apenas distinguía unas figuras de otras. Una melodía comenzó a sonar de pronto. Una melodía que conocía bien... Muy bien.
Half a heart.
¿Por qué me estaban haciendo eso?
Poco a poco la luz fue retornando en la estancia y vi cómo todos, alrededor de mí, miraban las lágrimas descendiendo por mi cara.
No quería que eso acabara.
Zayn se acercó a mí y me besó en el pelo.
- Nos han chivado que te encanta esta canción... -Atrapó una de mis lágrimas y me abrazó-. ¿Es adorable o no?
- Mucho -Harry se unió al abrazo y después lo hicieron todos los demás.
- Quédate con nosotros, Jud -me dijo un sonriente Louis, cogiéndome por los hombros-. ¡Te invito a vivir conmigo! Y con Hazza, pero él es secundario -reí y me abracé a él.
Iba a echarles de menos a todos. Todo eso había sido demasiado bonito como para que, ahora, de repente, se acabara.
No quería. De verdad, no quería.
- Sé que te habíamos prometido una cena -Judi se acercó a mí-, pero bueno... Mejor una fiesta, ¿no?
- Además, hemos comprado pizzas -dijo Liam detrás de ella.
Asentí como pude. Half a heart seguía sonando de fondo y así me era muy difícil concentrarme en algo más, la verdad.
- ¡¡Cambio de música!! -Gritó Zayn de pronto. Se acercó hasta donde habían colocado unos altavoces y toqueteó unos botones de un iPad. Happy, de Pharrell Williams, comenzó a sonar-. Doy por inaugurada esta fiesta.
En tres minutos, todos teníamos un vaso en la mano.
Y yo seguía sin querer irme.

[Punto de Vista Liam]
- Si te digo que estás guapísima, ¿te lo crees? -Susurré en el oído a Ana. La vi sonreír de reojo.
- No, no.
- ¿Y si te lo repito?
- Mmm... No.
- ¿Y si te lo digo un trillón de veces?
- Mmm...
La cogí por la cintura, acercándola a mí.
- No me retes, soy capaz de decírtelo una y otra vez durante toda la noche. Y, ahora que lo pienso... Eso implicaría tenerte a mi lado hasta mañana...
Me miró de la manera en que ella solía mirarme y no pude evitar agacharme ligeramente para atrapar sus labios.
¿Eso seguía siendo solamente sexo?
Estaba guapísima, de verdad lo estaba, y me apetecía mucho, quizá demasiado, pasar tiempo con ella. Sabía que eso no debía ser así por dos razones.
Una, ella se acabaría yendo a España. Eso no llevaba a ninguna parte.
Dos, pese a todo, no sabía si estaba completamente desenganchado de Sophia. Y en caso de que no fuera así, eso no llevaba a ninguna parte.
Me acarició el brazo, sin apartar su mirada de mí.
- Me encantan las fiestas, pero desde que te conozco no veo el momento de que acaben y podamos irnos juntos.
- Yo tampoco, preciosa -la besé de nuevo, sosteniéndola la cara, sin importarme nada más.
No había nada que pudiera detenerme en esos momentos... Excepto la inesperada y constante vibración de mi móvil. La aparté unos centímetros y metí la mano en el bolsillo de mi pantalón, sacándolo al cabo de unos segundos.
- ¿Qué? -Pregunté, confundido.
- ¿Qué? -Oí la voz de Ana.
- Perdona, yo... Hablaba conmigo mismo. Ahora vuelvo.
Caminé hasta el pasillo que conducía a la habitación de Louis y me detuve donde la música ya no me molestaba, apoyándome en la pared.
Sophia estaba llamándome.
¿Por qué?
¿Por qué ahora?
¿Por qué ahora después de tanto tiempo sin saber de ella?
¿Por qué ahora después de tanto tiempo sin saber de ella y estando tan a gusto con Ana?
Detuvo la llamada cuando comprendió que no iba a cogérselo, pero insistió poco tiempo después. Resoplé. ¿Que querría?
Una sensación muy conocida me recorrió todo el cuerpo.
Y no pude evitarlo.
- ¿Sí? -Contesté sin poderlo contener más tiempo.
- Liam, cariño, ¿cómo estás?
"Cariño".
- Bien, ¿qué quieres?
Realmente no estaba seguro de si quería hablar con ella o no.
- Sólo saber de ti... ¿Podemos vernos?
- Ahora no.
- ¿Y mañana?
- No lo sé, Sophia, ¿a qué viene esto?
- Te echo de menos.
Otro escalofrío se extendió por todo mi cuerpo.
No. No. No.
- No puedo hablar ahora, lo siento.
Colgué casi sin terminar de decir aquello y apagué el teléfono. Hice chocar mi cabeza contra la pared, varias veces seguidas, mientras dejaba escapar un resoplido interminable.
¿Por qué no podía dejarme en paz?
Entré deprisa al salón, buscando a Ana.
La necesitaba más que nunca. No quería seguir sintiéndome de esa manera mucho más tiempo; no quería seguir pensando en Sophia.
Y sabía que ella era la única en este mundo que conseguiría alejarme de ello.

[Punto de Vista Judith]
- Jud, ven un segundo... -Me llevé a mi amiga del brazo, apartándola del resto, con el teléfono pegado al pecho-. Me ha llamado Alex, bueno, de hecho, estoy hablando con él ahora, dice que quiere despedirse de ti...
La pasé el teléfono pero negó con la cabeza.
- ¡Dile que se venga!
- ¿Sí?
- Claro, no creo que a estos les importe.
Me encogí de hombros.
- Seguro que él está encantado. Ahora se lo digo.
Asintió sonriente y corrió de nuevo al lado de su Zayn.
No tardé ni medio minuto en convencerle a Alex de que se uniera a nosotros y volví junto al resto. Louis me había preparado otro chato, el tercero ya... Y supuestamente no iba a beber. Mañana, a las 10:00 tenía la cita más importante que había tenido hasta ahora en mis veinte años de vida. No podía ir con sueño ni alcoholizada, así que sin duda tendría que irme pronto de allí.
- ¿Quién era? -Preguntó ojos azules tras tenderme el vaso.
- El último, ¿eh? -Le di un trago mientras le oía reírse-. En serio, mañana no quiero estar mal.
- Vale, vale, qué responsable eres. Aburrida -me sacó la lengua y, la verdad, me dieron unas ganas inmensas de mordérsela. Probablemente lo notó. Se acercó a mí y me besó en el cuello-. Si me miras así echaré a todos de casa y nos encerraremos en la habitación una semana entera.
- Una semana me parece poco -le desafié.
Se separó de mí sonriente y después volvió a inclinarse para besarme en los labios.
- ¿Quién te ha llamado? -Preguntó tras dar un sorbo a su bebida.
- Alex, para despedirse de Jud. Le he dicho que se venga a proposición de ella -la señalé pero no se dio ni cuenta. Ella y Zayn parecían realmente embobados el uno con el otro.
Observé cómo Louis ponía los ojos en blanco y le pegué en el pecho.
- Creía que ya lo habíamos hablado.
- Está todo el día detrás de ti como un moscón. ¿No te aburre?
- Es mi amigo, claro que no me aburre. Déjalo, en serio, Louis. Te estás pasando ya.
Miró hacia otro lado y frunció los labios. Yo no aparté mi mirada de él esperando a que se dirigiera de nuevo a mí.
- ¿Te parece guapo? -Preguntó de pronto, haciendo que estallara a carcajadas.
- ¿A qué viene eso?
- Contéstame.
- Pues... Sí, no sé -negó con la cabeza y desvió su mirada de mí de nuevo-. ¿Pero eres idiota? Liam también me parece guapo y no voy a liarme con él. Además, tú me pareces más guapo. Que ninguno -volvió a mirarme y me besó con fuerza. Apoyé las manos en su nuca e hice ascender mis dedos enredándose en su precioso pelo-. Hazme caso, por favor, a Alex no le gusto.
- Pues entonces el idiota es él -le miré sin comprender-. ¿Cómo no le vas a gustar si eres preciosa?
Rompí a reír y pasé mis manos por su cintura, abrazándole.
- Yo sólo quiero gustarte a ti.
- A mí me tienes enamorado, pequeña.
Le atraje hacia mí con más fuerza y sentí su leve risa.
- Pues no necesito más -levanté la cabeza buscando sus ojos-. Mañana quiero hablar contigo.
- ¿De qué?
- Mañana.
- ¿Y para qué me lo dices hoy? -Me taladró con la mirada y sonreí.
- Porque quiero que lo sepas.
Asintió y me besó de nuevo.
Definitivamente, sí.
Lo quería.

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@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionWhere stories live. Discover now