LXIII

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[Punto de Vista Judith]

Desplazó su mano derecha por mi cuerpo hasta asentarla en mi cintura, sin separar su boca de la mía, sujetando mi rostro con la mano que le quedaba libre. Me atraía hacia él con fuerza y no tardó mucho rato en hacerme tumbarme en la cama y colocarse sobre mí. Aferró mis muñecas y me subió los brazos, colocándomelos por encima de la cabeza y mirándome con intensidad. Entreabrí la boca y respiré entrecortadamente. Verle de esa manera, tenerle de esa manera, es más de lo que nunca hubiera podido imaginar. Pasó la lengua por su labio inferior pausadamente y exhibió una sonrisa torcida que hizo que mi respiración se volviera aún más irregular.

Podía hacer lo que quisiera conmigo. Y lo sabía.

Se agachó lentamente y nuestros ojos dejaron de encontrarse cuando posó su boca sobre mi cuello. Arqueé la espalda cuando comenzó a mordisquearme cada centímetro de éste y dejé escapar un suspiro que Louis pareció entender al instante, pues escuché una ligera risa cerca de mi oreja. Sus labios se encontraron repentinamente sobre ésta y me mordió el lóbulo con delicadeza.

- ¿Qué te pasa? -Susurró de esa forma tan sexy que tenía él de susurrar.

- Nada -conseguí decir.

Nuestras miradas volvieron a chocar.

- Ya... -sonrió.

No había dejado de agarrar mis muñecas ni un solo instante, y la imposibilidad de tocarle me estaba matando. Me besó de nuevo, olvidándose de todo rastro de ternura con el que solía besarme. No me importó en absoluto; es más, lo agradecí. Eso sólo podía significar que me deseaba. Movió su cuerpo de tal manera que me hizo abrir las piernas ligeramente y él, quedó, definitivamente, entre éstas. Soltó una de mis muñecas, para colocar su mano en mi pierna, pero volvió a sujetármela a los pocos segundos con la misma mano con la que me estaba sujetando la otra. ¿De dónde estaba sacando tanta fuerza para impedirme moverme de ese modo? ¿O es que yo estaba siendo tremendamente débil ante él?

Recorrió mi pierna de arriba a abajo con lentitud pero con mucha, mucha, fuerza. Parecía querer arrancarme los pantalones; parecía querer adueñarse de mi piel. Nuestras lenguas seguían jugando, entrelazándose sin ninguna intención de separarse, ni siquiera para coger aire. No era necesario.

Total, íbamos a salir ardiendo de todos modos.

Se incorporó sin previo aviso, mostrándome el fuego en sus ojos, y buscó el botón de mi pantalón con urgencia, desabrochándomelo en cuanto estuvo entre sus dedos.

- Louis... -Gemí cuando trazó círculos con su dedo índice por debajo de mi pantalón.

- Dime, pequeña...

- Suéltame las manos... -Le supliqué. Sí, fue una súplica-. Déjame tocarte.

Rió y volvió a tumbarse sobre mí, bajando poco a poco con una única mano mis pantalones. Poco a poco. Muy poco a poco. Demasiado poco a poco. Lo estaba haciendo a posta, quería torturarme. Soltó, por fin, mis muñecas pero por mucho que las estiré no alcancé a tocarle, pues se levantó con rapidez, colocándose a la altura de mis rodillas y tirando de mis pantalones hacia abajo, desprendiéndose de ellos. Subió sus manos, a la vez, por mis piernas, y se detuvo en el exterior de mis muslos, sin apartar su mirada de mí, que me encontraba incorporada ligeramente, con los codos apoyados sobre la cama, aguantando el peso de mi cuerpo. Me mordí los labios hasta el punto de hacerme daño. Se acercó a mí de nuevo y sostuve su cara con fuerza cuando le tuve cerca para poder besarle tal y como lo necesitaba hacer: con una real y preocupante urgencia. Me abrazó pasando sus brazos por mi cintura y comenzó a levantar mi camiseta hasta que finalmente acabó en el suelo también. Colocó uno de sus dedos en mis labios, impidiendo que siguiera besándole, y nos miramos. Su otra mano seguía en mi espalda y comenzó a trazar formas imaginarias en ella, provocándome mil y un escalofríos mientras él sonreía ampliamente.

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora