All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

XXXIV

[Punto de Vista Rosa]

Harry me escribió a media mañana; esta vez de verdad, no lo soñé. Me dijo que necesitaba verme y que vendría a recogerme a la universidad. Estaba loco. Pero acepté, decidí que perderme una simple clase a cambio de ver a Sexy Harry no tenía nada de malo.

Y si lo tenía, no quería pensar en ello.

- ¡Hola! –Entré sonriente al coche y se inclinó para besarme en la mejilla.

- Hola, preciosa.

Miré por la ventanilla comprobando que nadie me había visto entrar; ni tampoco, por suerte, éramos el centro de atención de ninguna persona.

- ¿Vigilando que no te vean conmigo? –Preguntó divertido.

- Algo así. Me das vergüenza, prefiero que no me relacionen con alguien como tú.

- Vaya, estás graciosilla. Las chicas están en clase, ¿verdad?

- Sí.

- Entonces vamos a tu casa.

El trayecto fue demasiado pesado, no porque no fuera ameno, íbamos hablando de todo como siempre; simplemente me separaba de Harry y de que volviera a ser mío. Y después de cómo me había levantado esa mañana, lo deseaba probablemente más que nunca.

Así que sólo pensaba en llegar y en… Bueno, el resto.

Pero no me besó con pasión cuando llegamos a casa, ni pasó su brazo por mi cuello como me tenía acostumbrada, ni tampoco fue hasta la habitación. Se sentó en el sofá, ante mi cara de asombro, y me hizo un gesto para que me sentara junto a él.

- Rosa… -Comenzó, bajando la cabeza y juntando sus manos-. Tenemos que hablar.

[Punto de Vista Harry]

Tenía todos los músculos en tensión; y cuando digo todos… Significa todos.

Estaba a apenas diez centímetros de Rosa, casi sentía como su corazón latía deprisa, quizá imaginando lo que podríamos hacer juntos…

“¡Para!”

Aparté esos pensamientos de mi cabeza. No podía permitirme el lujo de pensar en ella de esa manera, porque entonces nada ni nadie podrían pararme.

- Tú dirás…

Ni siquiera sabía cómo empezar. Tenía claro que no quería hablarle de mi conversación con Niall, ni de lo que él sentía por ella; eso era cosa suya y yo no iba a meterme. Sólo quería quitarme de en medio.

- Dime que está pasando con Niall.

Dejó de mirarme y la oí suspirar.

- Te he dicho un millón de veces que nada, no sé por qué sigues insistiendo.

- Porque he visto cómo os miráis –cogí su mentón y la hice girar la cabeza de nuevo-. Y cómo os habláis, y cómo buscáis estar cerca el uno del otro. Rosa, sé que a ti te gusta. Puede que no como yo, pero eso es bueno.

- ¿Bueno?

- Sí, con él llegarías a algo más. Conmigo sólo quieres… Devorarme –me reí y sus preciosos coloretes volvieron a aparecer-. No estoy enfadado, ni mucho menos, te lo prometo –sonreí para darla confianza-. Dime lo que pasa por tu cabeza -la bajó y suspiró; otra vez-. Vale, no debe ser fácil para ti hablarme de ello precisamente a mí. No lo hagas, no hace falta. Pero que sepas que somos amigos, y estoy aquí para eso.

Me miró de nuevo, y no supe decir si era tristeza lo que había en sus ojos.

- ¿Incluso aunque me guste tu amigo? –Me soltó de pronto.