XLI

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[Punto de Vista Louis]

Cuando salimos de casa, a eso de las once de la mañana, chispeaba.

- Liam… -dije mirando al cielo, recordando que había dicho que no iba a llover.

- Cállate, estúpido –me empujó contra la pared y me giré para devolvérsela.

Todos le esperamos mientras cerraba la puerta de casa; al fin y al cabo él era el único que sabía a donde ir. Después se colocó a mi lado y me empujó de nuevo. Tardé un segundo en darle un puñetazo en el brazo. Me lo devolvió al instante.

- ¿¡Queréis parar ya!? –Judith se colocó entre los dos, extendiendo los brazos y nos miró muy seria.

Los dos reímos y la abrazamos a la vez. Qué adorable era cuando se ponía en plan madre con nosotros.

- A ver –empezó Liam-, he pensado que podríamos coger los coches e ir al centro. Allí hay un par de cosas chulas que ver.

- ¿Pretendéis aparcar en el centro?

- Rosa, no deberías dudar de nuestras habilidades.

- No es duda lo que tengo, Louis. Sé con la más absoluta de las certezas que no podréis aparcar en el centro.

- Déjales, Rosa, aunque sea aparcaran en doble fila… -Judith puso los ojos en blanco y caminó hasta el coche de Harry.

- Lo dice por mí –dije, completamente orgulloso-. Me he habituado bastante a aparcar en doble fila en la puerta de su casa.

- Ese es mi Louis –Niall me dio unas palmaditas en la espalda-. Venga, pues vámonos.

En poco más de media hora estábamos bajándonos del coche; habíamos aparcado en el centro. Y no en doble fila, en unos huecos muy hermosos que parecían estar esperándonos.

- ¿Decías…? –La pregunté a Rosa cuando se acercó a mí.

- No os creéis la suerte que tenéis.

- En eso tienes razón –Niall la dio un beso en la mejilla y se miraron sonriendo.

Hacían muy buena pareja; y se notaba que había mucho entre ellos a pesar de que apenas habían pasado tiempo juntos. Niall me hablaba de ella casi con adoración. Estaba seguro de que no existía una chica mejor para él que Rosa; encajaban a la perfección.

- Vamos a ver el Puente de Pulteney –nos contó Liam-, por debajo pasa el río Avon. No sé muy bien dónde estamos, si os digo la verdad, pero no creo que sea muy difícil encontrarlo.

Efectivamente, en diez minutos estábamos sobre él.

- Qué pasada… -Judith se asomaba con la boca abierta. Me acerque a ella por detrás, la agarré por la cintura y la empujé hacia alante-. ¡¡Eh!! –Gritó. Se dio la vuelta y me pegó en el pecho, mientras yo sonreía.

Me encantaba enfadarla.

- Casi te caes.

- Eres un idiota, no hagas eso.

- Uhhh, que miedica.

- Pues sí, me dan miedo las alturas.

- ¿Y por qué te asomas?

- Porque tengo curiosidad –me dijo como si fuera evidente.

Apoyé mis brazos en el puente, acorralándola contra él. Me incliné sobre ella y, por primera vez en varios días, me atreví a acabar con esa distancia prudencial que había establecido para ser amigos.

- ¿Y si te empujo?

Me miró fijamente y se mordió el labio.

“No hagas eso…”, quise advertirla. Volvía a sentir cómo esas ganas de besarla aumentaban y me obligué a mí mismo a no hacerlo. “No hasta que ella que me lo pida”. No quería fallarla de nuevo.

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora