XCVIII

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[Punto de Vista Liam]
Las enormes risas que nos habíamos echado durante toda la noche contrastaron enormemente con la confusión, e incluso la tristeza, que experimenté cuando Harry dijo que estaba cansado y que se iba. El motivo, obviamente, no fue ese. Pero fue el desencadenamiento de todo, porque con él todos decidieron que sí, que era tarde y que iba siendo hora de retirarse.
Y sabía lo que venía a continuación. Ese era el motivo.
Cuando Ana me miró y se acercó a mí, sabía exactamente qué iba a decirme.
- ¿Quieres quedarte? -Preguntó con una tímida sonrisa en sus labios.
Traté de corresponderla pero no salió nada de mí. Agaché la cabeza y suspiré.
¿Quería quedarme?
Sí, quería quedarme. O quería que viniera conmigo. Sí, porque seguía deseándola exactamente igual que hacía tres días, que hacía cinco y que hacía una semana. Pero sabía que no debía hacerlo. No habían pasado ni veinticuatro horas desde mi encuentro con Sophia.
Yo nunca había sido así. Nunca. ¿Empezaba a serlo ahora?
¿Iba a jugar con dos mujeres a la vez?
No, no podía. Yo no era así.
- ¿Liam? -Ana llamó mi atención ante la falta de respuesta y su cara se transformó en un gesto de preocupación-. ¿Estás bien?
- Sí, sólo... Estoy cansado -traté de excusarme.
- Ah... Vale, no te preocupes -bajó la cabeza. Su disgusto era evidente-. Ya nos veremos otro día.
Se inclinó hacia mí haciendo que sus labios rozaron la comisura de los míos, mientras rodeaba mi nuca con una de sus manos y cerré los ojos.
Todo pasó a cámara lenta; y a la vez muy deprisa.
De repente, estaba sosteniéndola la cintura.
De repente, mis labios estaban sobre los suyos.
De repente, nuestras lenguas jugaban.
De repente, estábamos sobre una cama, el uno encima del otro, devorándonos, como siempre habíamos hecho.
Todo fue de repente, y, sin embargo, todo fue muy despacio, porque en apenas tres segundos que duraron sus labios sobre la comisura de los míos, me di cuenta de que no era capaz de decirle que no a esa chica.
Debiera o no. Pudiera o no.
Teniéndola delante, todo lo que podía hacer, y querer, era estar con ella.

[Punto de Vista Judith]
Esa mañana me levanté de buen humor, la verdad. Probablemente por la estupenda noche que habíamos pasado todos juntos el día anterior.
Y, aún más probable, por haberme despertado junto a mi ojos azules.
Haber salido una hora antes de clase no hacía más que mejorar la situación.
Ana estaba en el sofá cuando Rosa, Alba y yo llegamos a casa.
- ¡¡Hola, hola!! -Saludamos eufóricas.
- ¡Hey! Qué pronto.
- Hemos salido antes. ¿Qué tal tu noche de pasión? -Preguntó Rosa.
- Pues... Bien, pero no como siempre. Está raro -dijo sin despegar sus ojos de la tele. Después, observé cómo mostraba una mueca de fastidio-. No sé por qué, pero le noto raro.
Dejé las cosas sobre la mesa, como acostumbraba a hacer -ya tendría tiempo para llevarlas a la habitación- y me senté junto a Ana.
- No digas tonterías, si se le cae la baba contigo.
- No, en serio, sé que le gusto, pero, de verdad, estaba muy raro anoche.
- Seguro que fue una sensación tuya, Ana... -Aportó Rosa, sentándose en el sofá contiguo-. No te preocupes, Liam está bien contigo, no creo que le pase nada.
- Eso espero... -Se deslizó en el sofá y nos enseñó una absoluta cara de tristeza-. No quiero quedarme sin él.
- ¡Y no vas a hacerlo! -La animé.
- Por supuesto que no, corazón. No pienses así, de verdad, que vamos conociendo a Liam y no hay más que ver que contigo está estupendamente -Alba habló con tranquilidad y calma-. Así que olvídate de eso y sigue disfrutando con él.
- Os voy a hacer caso, porque para eso sois el consejo de sabias, pero no os creais que me quedo muy tranquila...
- Que sí, tonta -me recogí el pelo en una coleta y me levanté-. ¿Hago una sopa calentita para comer? Con el frío que hace no me apetece otra cosa, sinceramente.
- Oye, chicas -Rosa tosió ligeramente y después nos miró-. He pensado que, ya que hoy comemos solas, podríamos avisar a Alex para que venga a comer con nosotras.
- ¿¡A Alex!? -Pregunté, sin salir de mi asombro.
- ¿Qué pasa, que ya no sabes estar sin hombres alrededor? -Ana la miró divertida.
- Rosa... -Insistí-. ¿¡Alex!? ¿Después de todo?
- La verdad es que me siento bastante mal por cómo me porté con él.
- ¿Por como te portaste tú? -Reí-. Es mi amigo, y le quiero, pero... No hizo las cosas bien.
- Ya sé que no, pero yo tampoco estuve de diez. Fui la persona más desagradable del mundo con él, y vale que no hiciera las cosas bien, pero lo que quería... Bueno, eso mismo, lo quiso Louis contigo, y todos le alabábamos y le animábamos. También hizo cosas mal, y nadie le trató como hemos tratado todos a Alex -ahí no estaba muy equivocada-. No sé, chicas, no quiero llevarme mal con él. Antes de todo esto me había caído estupendamente. ¿Qué daño puede hacer una simple comida? Ya le he dejado claro todo, no creo que intente nada más...
Nos miró, de nuevo, una por una.
La decisión era suya y estaba tomada, así que en poco menos de una hora Alex entró por la puerta de casa. Me apresuré a abrirle y, una vez que saludó con absoluta normalidad a todas las chicas, le llevé conmigo a la cocina.
- ¿Esto ha sido idea de Rosa? -Me preguntó tras cerrar la puerta.
- Sí, pero escúchame. Primero, sólo quiere llevarse bien contigo..
- Joder, Judi -me cortó-, pareces mi madre dándome sermones.
Resoplé con fuerza y le miré de mala gana.
- Sólo intento que esto no acabe en otro desastre, deberías agradecérmelo.
- Sí, sí, muchas gracias -me lanzó un beso y sonrió.
- Eres un imbécil. Sólo te voy a decir una cosa, como líes alguna más, te echo yo misma a patadas de casa, ¿vale?
Que capacidad tenía de enfadarme en cinco segundos.
- Sí, sí... -Miró hacia otro lado y comenzó a juguetear con un par de cucharas.
- Te lo digo en serio, creo que eres mayorcito y sabes comportarte, así que todo lo que está pasando por tu mente no debería estar pasando, porque sé lo que es, y no. Rosa sólo quiere llevarse bien contigo, nada más, absolutamente nada más -estaba dispuesta a repetirlo cien veces si hacía falta-. Ah, y otra cosa... -Bajé el tono de voz-. Lo que te conté de Niall, y de irse con ella a Irlanda, todavía no lo sabe, así que ni una palabra, ¿de acuerdo? Porque ya lo que faltaba, que se enterara por ti, primero me matan a mí, luego Niall mata a Rosa y... -Me detuve cuando comprobé que estaba fingiendo que me omitía, como si no le interesara lo que tenía que decir-. ¿¡Me estás escuchando!? -Chillé.
- ¿Eh? Sí, sí, mami. Todo todo. Estoy de acuerdo en todo. Ala, vamos a comer.
Bufé. Con fuerza.
De verdad no había nadie en este mundo que me sacara tanto de quicio como él.
Para mi satisfacción, no tuvo ningún comportamiento extraño durante toda la comida. Habló con todas, no dirigía excesivas miradas a Rosa, estaba sonriente, simpático y agradable. Y yo me sentía absurda controlando todos y cada uno de sus movimientos, pero seguía sin convencerme demasiado que estuviera allí y tenía que evitar desastres.
Nos trasladamos al sofá tras una larga sobremesa, con Bastet rondando entre nuestros pies. Al final le iba a coger cariño y todo.
Y que adorable era Harry regalando algo así, desde luego.
Me senté junto a Alba e hice una mueca cuando Alex lo hizo junto a Rosa. Vale, sí, puede que estuviera exagerando, pero no me fiaba ni un pelo de él. Nada de nada.
- Bueno, Rosa, ¿entonces te regalaron muchas cosas?
- No tengo queja alguna -Rosa me miró al instante-. Por cierto, he empezado el libro que me regaló Niall y está genial. Muy recomendable.
- Me lo apunto -aporté.
- ¿Te ha regalado un libro?
- Sí, y un peluche precioso, y el mejor desayuno de mi vida, y unas entradas para un concierto. Que es esta noche, por cierto.
- ¿Y lo de Irlanda? -Preguntó, de pronto.
Reinó el silencio durante unos segundos hasta que le grité.
- ¡¡ALEX!! -Extendí los brazos pidiéndole una explicación y me miró confuso.
- ¿Qué?
- ¿Irlanda? ¿Qué pasa? -Preguntó Rosa.
- Eres idiota, de verdad -me recosté contra el sofá y Alba rozó mi brazo. Estaba segura de que ella tenía la misma expresión que yo.
- Te has pasado, tío... -Ana resopló y encendió la tele, probablemente queriendo ignorar al idiota que tenía por amigo.
- Chicas, ¿qué es eso de Irlanda?
- Creía que lo sabía, ya ha sido su cumpleaños -se excusó.
- Te lo he dicho en la cocina.
- No te he escuchado.
- Claro que lo has hecho, pero es más fácil hacerse el tonto y estropear lo que no quieres que siga funcionando, ¿verdad?
- ¡¡EH!! -Rosa elevó su tono de voz y todas la miramos-. ¿Qué es lo de Irlanda?
Miré a Alba esperando que ella contestara. Yo lo único que quería era llorar por pura rabia.
- Niall quiere llevarte a Irlanda, como regalo de cumpleaños. Se supone que era una sorpresa -Alba taladró con la mirada a Alex y después me miró-. Alucino.
- Y yo, créeme, y yo.
- Creía que lo sabías... -Siguió diciendo-. En serio, Rosa. Lo siento, no quería estropearte la sorpresa...
- Claro que no, si eres un angelito -contesté de mala gana.
- Judi, tranquila, un descuido lo tiene cualquiera...
Estupendo, Rosa defendiéndole.
Vivía en una casa de locos.
- Me voy a mi cuarto -me levanté malhumorada-. Espero que cuando salga no estés aquí -dirigí una última mirada al idiota y salí del salón mientras me llamaba una y otra vez.
Cerré la puerta de un portazo, haciéndole entender que no quería saber nada de él. O eso esperaba.
No quería pensar que había estado toda mi vida equivocada con Alex; quería, más bien, creer que había cambiado en los últimos meses. Siempre había sido un chulo y bastante inmaduro, pero la prepotencia, el orgullo y la despreocupación por todo lo que no fueran sus cosas... Eso era nuevo. Y no lo aguantaba. En realidad, no tenía por qué hacerlo.
Mucho menos si eso perjudicaba la relación de una de mis mejores amigas, con uno de mis mejores amigos.
Me acababa de demostrar que no podía confiar en él. Ya no.
Saqué el móvil y escribí a Louis.
"Feo, ¿qué estás haciendo?"
Contestó en seguida.
"¿Por qué me llamas feo cuando quieres decir 'hombre más atractivo y apuesto del planeta'? :) Nada, aburrirme con Harry, que se ha quedado dormido, voy a verte?"
Sonreí.
"Mejor voy yo :) Ahora nos vemos, hombre más atractivo y apuesto del planeta".
Abrí el armario y comencé a vestirme.
Quería salir de allí cuanto antes.

[Punto de Vista Rosa]
Lo peor no era el momento que estaba viviendo.
Lo peor era lo que venía después.
- Bueno, creo que debería irme... Perdón de nuevo, Rosa, en serio que no sabía que...
- Tranquilo, no te preocupes. Y a Judi se le pasará.
- Eso espero, sí -se inclinó para darme un beso en la mejilla y se levantó al instante-. Hasta luego, chicas.
Alba y Ana le contestaron con indiferencia, sin apenas mirarle, y le llamaron de todo una vez que salió por la puerta. Pocos segundos después, Judith apareció en el salón.
- Me voy con Louis -nos dijo. Me miró y se detuvo-. Siento que el imbécil ese te haya estropeado la sorpresa.
- No sé si lo ha hecho a posta o no...
- Claro que lo ha hecho a posta.
- Quiero pensar que no, pero, aun así... Chicas, ¿cómo se lo voy a decir a Niall?
Enmudecimos. Intercambiamos un sin fin de miradas, incluso Judith llegó a sentarse de nuevo en el sofá, intentando encontrar una solución a todo eso.
¿Qué tenía que hacer yo ahora?
¿Aparentar con Niall que no sabía nada? ¿Actuar como si nada? ¿Sorprenderme cuando me lo dijera?
¿Cómo iba a explicarle, sino, que Alex me lo había contado y pretender que no ocurriera nada entre ellos? Niall se enfadaría, mucho. Y probablemente no solo con Alex.
El desastre que, según me acababa de decir Judith quería evitar, se avecinaba inevitable.
Estaba tan preocupada por todo que ni siquiera podía pararme a pensar en lo mucho que suponía que Niall quisiera llevarme a Irlanda.

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Graciaaas por todos los votos que estoy recibiendo últimamente, me hacen muy feliz ^^

Gracias a la de siempre... Es decir, Nerea JAJAJAJA <3 Yo creo que tú y yo deberíamos conocernos porque me alegras la vida JAJAJAJA

Gracias Ana! :D (Ana_6789) Me alegra muchísimo leer comentarios, de verdad :)

¡Espero vuestras opiniones! :)

<3<3<3<3

@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionWhere stories live. Discover now