All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

XLIV

[Punto de Vista Louis]

- ¿Estás bien? –Me preguntó Judith al sentarme junto a ella.

- Sí… -Respondí tomando aire.

- ¿Y el vaso de agua que me debes?

La miré sin entender.

- ¿Eh?

- A eso habías ido a la cocina, Louis, a por un vasito de agua porque has perdido una apuesta –rió-. Da igual, voy yo.

Ah, sí… Había ido a por un vaso de agua para ella a la cocina. Apoyé los codos en la mesa y la cabeza en éstos y me cubrí la cara con las manos.

Quería borrar de mi cabeza lo que acababa de ver.

- Tommo, ¿estás etílico? –Preguntó Zayn.

- No, no –moví la cabeza para despejarme.

Tenía que olvidarme de ello. Niall era mi amigo, pero Harry también lo era. Y Rosa también lo era. No tenía que meterme en sus cosas. Lo que tuvieran entre los tres, tenían que arreglarlo entre los tres.

No necesitaba hablar con Rosa para saber lo que la había pasado. A Harry siempre le había mirado con esa chispa de deseo en sus ojos y no iba a ser diferente ahora; incluso aunque tuviera algo con Niall. Harry la había besado, casi con total seguridad, y Rosa no había podido rechazarle. El alcohol había hablado por los dos, estaba seguro.

- Perdona –la dije a Judith cuando se sentó de nuevo.

- Da igual, tonto. Si no hay más que verte la cara para saber que no estás con nosotros. ¿Te han abducido ya los extraterrestres? –Preguntó divertida.

- Más quisiera.

En esta ocasión me miró con preocupación.

- ¿Seguro que estás bien? –Asentí, apoyando mi mano en su pierna-. Vale.

- Me pido el sofá grande –Liam se levantó el primero y voló hacia allí, seguido de Zayn-. Adjudicado –dijo una vez que estuvieron sentados.

Judi y yo nos sentamos en el suelo, como de costumbre; mientras que Niall y Rosa ocuparon un sofá y Harry y Alba otro.

Me levanté a revisar los cajones del salón, tenía que haber algo por ahí con lo que entretenernos. Y conseguir dejar de pensar en lo demás.

- ¿Qué haces, Louis? –Me preguntó Niall.

- Buscar algo que nos pueda interesar, mmm… ¿Cartas? –Les enseñé una baraja de cartas sin girarme.

- Conozco un juego que engancha –dijo Judith.

- Perfecto.

Cerré el cajón y caminé hacia ella, sentándome de nuevo a su lado. Los chicos se acercaron más a nosotros y Niall y Rosa, que eran los que más alejados estaban, se sentaron en el suelo en frente nuestra.

- Se reparten las cartas entre todos, gana quien se quede con todas. Cada uno tiene que ir echando una carta, por orden, de izquierda a derecha. Cuando dos cartas coincidan –echó dos sietes al suelo-, tenemos que dar sobre las cartas –dio una palmada encima de las cartas-, y quien más rápido dé se las lleva. Quien se quede sin cartas puede seguir dando, y se las puede llevar para reengancharse al juego. En realidad, hay otras tres reglas más, pero no os veo capacitados para tanta complicación. Con esto solo tendremos para rato.

Así fue. La siguiente vez que miré el reloj eran casi las once de la noche.

[Punto de Vista Judith]