XLI

95 10 0
                                    

La hora del baile se acercaba, había conseguido un traje adecuado, de color negro y un antifaz a juego con mi traje. El chofer llegaría en unos minutos y los nervios me estaban comiendo vivo.

No sé cómo debía acercarme a ella, sé que no estaba casada, eso era bueno, pero aún así, el acercarme era un riesgo, si tiene el mismo carácter que antes, probablemente ni siquiera quiera hacerme caso.

Terminé de hacerme el moño en mi cuello y bajé mis manos a mis costados para ver el resultado.

Tu puedes, Eunwoo, solo debes ir lento.

Hace 139 años la perdí, no creo poder mantener la calma tan fácilmente cuando la vuelva a ver, sé que no tienen la misma apariencia, pero me enamore de su alma, no solo de su apariencia.

Dejé el hotel y subí al carruaje, sabía perfectamente que con solo darle el apellido el chofer sabría a dónde llevarme y así fue. Después de unos 20 minutos de camino por la ciudad, llegamos a una grande mansión, con antorchas adornando el camino que los carruajes debían seguir hasta la entrada principal.

Los invitados seguían llegando con sus antifaces ya puestos, de la mano de sus parejas y siendo recibidos en la puerta con un buenas noches.

Respiré profundo y me até el listón de mi antifaz en mi nuca antes de avanzar para poder entrar a la gran mansión.

Dentro, todo era lujoso, era un amplio salón con pisos de madera, paredes con tapiz amarillo pastel llenos de cuadros de personas desconocidas, columnas blancas de madera, puertas y marcos blancos, hermosos candelabros de cristal colgaban del techo blanco que solo hacían que las luces de las velas rebotaran en el color e iluminaran bastante bien todo el lugar. Al fondo del salón una pequeña orqueta que tocaba una suave melodía mientras algunas personas bailaban en círculos en medio del salón siendo rodeadas por el resto de invitados que hablaban entre ellos o simplemente miraban el espectáculo. Había adornos floreados por todos lados, copas con bebidas, mesa de bocadillos, algunos meseros con charolas llenas de bocadillos y el aroma de aquí era diferente al de afuera, en la calle olía a estiércol de caballo y otros desechos, pero aquí dentro, era una combinación de muchos perfumes de alta calidad, unos suaves y agradables, pero otros fuertes y fastidiosos.

—¿Señor?

—¿M?

—¿Un poco de vino? -un mesero con charola de plata me ofreció una copa de vino

—Gracias -la tomé, aunque sabia que no iba a tomar, hoy no pienso comer nada porque no quiero irme del salón, quiero estar alerta totalmente, así que solo use la copa como un accesorio más en mi apariencia

Me mantenía caminando cerca de la puerta donde podía estar al pendiente de quiénes entraban y quiénes salían, me alejaba un poco para no verme sospechoso pero mis ojos no se alejaban del movimiento en esa puerta a pesar de que miraba también cada rostro de los invitados que ya había en el salón.

Hasta que la encontré.

Mi viejo y eterno corazón que latía sin esperanzas de detenerse en algún momento, se aceleró desenfrenadamente al mismo tiempo que la mano donde mantenía la copa de vino ya caliente comenzó a temblarme y mis pensamientos aturdidos solo pudieron dar como resultado una sola palabra.

Hermosa

Llevaba su cabello negro peinado en un moño sobre su nuca formado por su cabello trenzado, mientras a los lados llevaba su cabello lacio como una especia de flequillo. Todo su peinado estaba adornado con perlas haciendo juego con las que llevaba en su vestido, un vestido sencillo en la falta porque toda la atención iba a la parte de arriba, con los hombros al descubierto, perlas adornando el escote y un collar de especie gargantilla de perlas con una perla rosada en medio. 

Eris (ChaEunWoo)Where stories live. Discover now