VIII

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Durante la tarde Helen y Callahan habían salido. Ciertamente tenía un poco de envidia a ellos porque podían salir cuando quisiera a donde quisiera, sé que también puedo hacerlo yo, pero no quiero que Eunwoo este preocupado, sé que probablemente aún está nervioso por lo del accidente y su cabeza le está jugando malas bromas con que algo pueda pasarme y no quiero hacerlo pasar por un mal momento, no por ahora, sé que en un tiempo se le pasará eso, pero por ahora esta es la realidad, así que simplemente para matar mi tiempo fui a mi taller.

Desde que Helen me lo mostró no había venido aquí más, por lo que ella me dijo sé que pasaba mucho tiempo aquí, pero ciertamente desde que volví a verlo no sentí esa familiaridad.

Me puse ropa que pudiera ensuciar de pintura y fui a mi taller. Llené los frascos con un poco de agua del baño y limpie los pinceles que estaba sucios, en realidad, antes de sentarme en el banco frente al caballete con la pintura incompleta, limpie un poco el lugar. Ordené los tubos de pintura, limpie la pintura seca, limpie los pinceles, las brochas y las espátulas. Solo con eso limpio, me senté en el banco.

La pintura frente a mí no tenía mucho sentido para mí porque no reconocía el lugar, no sabía si había estado ahí, si lo había visto en alguna película, en algún libro o revista, o si simplemente me lo había imaginado, pero al no tener el recuerdo, creo que tenía que improvisar ahora para poderla terminar.

Me enfrasqué tanto en mi trabajo que dejé de escuchar cualquier cosa a mi alrededor, aunque realmente no había mucho qué escuchar, la casa siempre es silenciosa.

Casi terminaba de pintar las nubes en el cielo, me faltaban algunos detalles, pero el dolor en mi espalda me hizo salir de esa concentración, necesitaba recostarme un momento en el sofá para descansar. Dejé los pinceles en el agua y me limpie las manos con el trapo que había sobre mis piernas y mientras miraba la pintura, escuche el tick tack de un reloj.

Era extraño, porque en las paredes no había colgado ningún reloj, el único reloj era el que llevaba en mi muñeca y este no hacia ningún ruido.

Dejé el trapo en la mesa y me levanté para salir al pasillo, pero cuando abrí la puerta el ruido fue mucho más fuerte. Estaba cerca de este pasillo.

—Helen -llamé, pero no hubo respuesta

Miré a ambos lados, pero el ruido venia del lado derecho, justo donde estaba la bodega. Dejé mi taller y comencé a caminar hacia el sonido. Cada paso que daba el sonido se hacía mucho más fuerte, pero más que miedo, tenía curiosidad de saber lo que era.

Llegué hasta los pies de la puerta de la bodega. Era casi como un cuartito diminuto donde había cosas que podrían considerarse basura, algunas sillas cubiertas con mantas blancas, adornos rotos y viejos, marcos rotos, candelabros rotos, todo lleno de polvo por los años que han pasado aquí sin que nadie los moviera. La puerta estaba abierta, lo que es raro porque suele estar cerrada, pero tal vez Helen, Callahan o Eunwoo dejaron el reloj aquí y olvidaron cerrar.

¿Por qué dejar aquí un reloj completamente funcional?

No sé, sus razones deben tener. No es algo a que darle tantas vueltas así que simplemente entré con intenciones de quitarle las pilas para que deje de hacer ese ruido fastidioso, pero cuando estaba dentro, la puerta se cerró de un golpe tan fuerte que me hizo saltar del susto.

No

Corrí directo a la puerta para intentar abrirla, pero la chapa estaba atorada porque por más que la movía no podía abrirla.

—¡Auxilio! -golpeé la puerta con mis puños, con toda la fuerza que pude

Soy Caroline, la que le teme a la oscuridad total. Puedo estar en un lugar a oscuras, pero necesito por lo menos notar siluetas de las cosas para que todo esté bien, pero ahora, no se veía nada. En este lugar no había ninguna entrada de luz y eso me aterraba tanto. Mi corazón se aceleró de un golpe y mi cabeza comenzó a jugar en mi contra haciéndome pensar en un millón de cosas que podrían esconderse en esa profunda oscuridad.

—¡Ayúdenme! -pateé la puerta con desesperación, la golpeé con mis puños y mis palmas mientras gritaba desesperadamente, estaba aterrada

Sentía las lágrimas en mis mejillas, pero ni eso me hizo detenerme de jalas la manija y seguir golpeando la puerta, ya ni siquiera escuchaba el ruido del reloj por todo el escándalo que yo hacía. Sé que fueron segundos o minutos, pero para mí pasaron horas hasta que la puerta se abrió de un golpe. Frente a mí un Eunwoo con cara asustada.

No lo pensé y me abalance a él para darle un abrazo, solo así podría calmarme, sentir la seguridad de que estando con él, nada que hubiera en la oscuridad podría hacerme daño.

—Está bien -susurró en mi odio mientras me abrazaba con fuerza -ya no estas dentro

No sé en qué momento habían regresado, pero Helen y Callahan ya estaban en casa, mirándome igual con rostros de preocupación. De la nada sentí como me cargaba pasando sus manos por detrás de mi pierna y mientras yo seguía llorando, escondiendo mi rostro en su cuello, me llevó hasta mi taller y me dejó en el sofá.

Ya no lloraba tanto, pero aún se me escapaban algunas lágrimas, lagrimas que él limpio con sus pulgares. Estaba arrodillado frente a mí.

—¿Qué fue lo que pasó? -preguntó

—N-No sé... había un reloj dentro que hacia ruido así que fui a apagarlo, pero la puerta se cerró y me quedé encerrada -me cubrí el rostro recordando la horrible sensación de estar encerrada dentro

—Me asusto tanto escucharte gritar así -me dio un abrazo -repararé esa puerta de inmediato, todas las puertas, para que no vuelvas a pasar por algo así ¿De acuerdo? -me miró a los ojos -no volverás a quedarte encerrada ¿Bien?

Acepté con la cabeza.

Amablemente y se lo agradezco mucho, se quedó un tiempo conmigo, abrazándome y reconfortándome. Helen amablemente me trago un poco de té para que me calmara y Callahan dulcemente me regalo unos chocolates que había comprado cuando fueron al pueblo.

Terminé yendo a la habitación para recostarme un momento, Eunwoo me dejó ahí para ir a hacer lo que dijo de arreglar por lo menos la manija de la bodega, aunque no pienso acercarme nunca más a ese lugar, el saber que la manija está en buenas condiciones es mucho mejor de saber.

Mientras miraba el techo de la habitación, me sentí mal de agregarle más trabajo a la ya llena lista de pendientes de Eunwoo y yo aquí acostada. Me levanté de la cama, me puse los zapatos y fui a donde estaba él, pero en mi camino, justo antes de dar vuelta en la esquina, escuché la voz de Helen hablando con él.

—¿No es raro?

—¿Qué cosa? -preguntó ella

—¿Por qué habría un reloj aquí dentro?

Hubo un pequeño silencio.

—Además... la manija está rota

—¿Rota?

Helen parecía impresionada por eso, pero, era claro que estaba rota, sino no me hubiera quedado encerrada.

—No puede ser, si hubiera estado rota me hubiera dado cuenta

Otro silencio.

—¿Crees que alguien entró y la rompió?

—¿Por qué romper una manija? -preguntó él

—No lo sé

—No sé qué pasó -suspiró

Escuchaba como arreglaba la manija con las herramientas.

—Mañana las revisaré todas para asegurarme que estén en buenas condiciones

—Mañana iré al pueblo por un foco para ponerlo dentro de la bodega -dijo Helen -me aseguraré de que todos los focos estén bien, si pasa de nuevo, por lo menos puede encender la luz para que se sienta más tranquila en lo que alguien abre la puerta 

—Gracias, Helen

—No hay de qué

Me conmovía demasiado que los dos se estuvieran tomando esta clase de molestia a causa de mi maldita fobia.

Pero entonces ¿Ninguno de ellos puso el reloj dentro? ¿Entonces quién? ¿Fue a propósito? ¿Por qué? 

Eris (ChaEunWoo)Where stories live. Discover now