XXXIV

96 9 0
                                    

Si una pareja no estaba casa no podía salir a caminar juntos, a menos que estén en la posición de conocerse para casarse o ya comprometidos y aun así necesitábamos a un tercero que nos estuviera vigilando, pero como ni siquiera estábamos en posición de conocernos, la única oportunidad que tenia de hablar con ella era en alguna reunión. Si pensaba antes que las reuniones eran muchas, ahora que estaba ansioso por verla creía que cada reunión estaba separada entre sí por medio año. Se me hacía eterno el esperar a que llegara otra reunión.

—Zized

Lo tomé del brazo para alejarlo un poco en lo que nuestros padres terminaban de arreglarse para irnos.

—Necesito que esta noche estés conmigo

—¿Por qué desperdiciaría mi tiempo estando contigo? Si te veo todos los días

—Porque quiero encontrar una oportunidad para hablar con la hija del general, Eris

—I-C-R-E-I-B-L-E –sonrió ampliamente –por fin haz encontrado a alguien tan interesante como para tenerte así

—No te burles

—No me burlo, hermano, me da felicidad que de los dos, por fin uno haya dado un paso adelante en este camino

—No estoy muy seguro aún –comencé a dudar un poco -¿Qué pasará si ella no me acepta?

—Bueno, será una opción menos en este mundo de opciones –suspiró con una sonrisa y dejó su mano en mi hombro –no te preocupes por eso ahora, primero habla con ella, ya después piensas en eso

—Entonces ¿Eso es un sí?

—Sí, hermano, sacrificare esta reunión por ti

—Gracias

Y así fue, desde que llegamos, Zized no se alejó de mi lado en ningún momento, andábamos por todos lados juntos, él simplemente siguiéndome con tranquilidad y yo buscando por todos lados al general, su esposa o a Eris, pero creo que de ellos era costumbre llegar un poco tarde, pero cuando lo hicieron, fue momento de actuar.

—Llegaron –dejé mi copa sobre una mesa y Zized también

—¿Cuál es el plan? –preguntó

—No tengo ningún plan

—¿Entonces cómo planeas hablar con ella?

—Llegar directamente al general y pedir un momento con su hija

—No es el mejor plan, pero viniendo de ti, es excelente

—Solo calla y sígueme

—No te pongas nervioso, cuando lo haces dejas de hablar

—Por eso te llevo a ti

—Lo sabia

Dejamos la mesa de comida y caminamos entre la multitud hasta donde estaba el general rodeado de personas. Fue un poco decepcionante ver que varios hombres ya habían rodeado a la familia. Si Eris me rechaza, se irá con cualquiera de ellos y yo no podría soportarlo.

—No pienses, solo ve –la mano de Zized me empujó desde atrás para que continuara caminando

Mientras nos acercábamos a ellos, un hombre hablaba con Eris, pero cuando estuve más cerca, sus ojos abandonaron al hombre y me miraron a mí, solo con esa simple mirada sentir como me temblaban las piernas.

No puedo hacer esto.

Me detuve un poco, pero la mano de mi hermano volvió a empujarme hasta llegar a la pequeña multitud.

—Buenas noches, general Morat –dijo mi hermano –veo que la está pasando muy bien esta noche –se refirió a los hombres

—Un poco, sí –sonrió él

Yo saludé a los padres y después a Eris... y me quedé callado.

Los tres me miraron esperando algo más, pero las palabras no salían de mi boca.

—Mi hermano –comenzó Zized –quisiera tener un momento a solas con la señorita Eris, ya sabe, para conocerse un poco

—¿A solas?

Decir a solas, sonaba demasiado mal.

—No se preocupe –sonrió Zized -¿Por qué no me acompaña a mí para hablar un poco mientras vigilamos a los pequeños? ¿Qué le parece?

De inmediato el hombre giró su cabeza para mirar a su hija, era claro que él haría lo que Eris dijera.

—Está bien –sonrió Eris y solo con eso, los hombres que nos rodeaban se rindieron y se hicieron hacia atrás

Como todo un caballero, ofrecí mi mano para que ella colocara la suya encima y así nos alejamos de la multitud hacia uno de los balcones mientras Zized y el general nos seguían a unos cuantos pasos.

La luna de esta noche era luna llena, brillaba esplendorosamente en el cielo acompañada por las miles de estrellas.

Los dos nos acercamos al barandal mientras que mi hermano y su padre se quedaban hablando en la puerta.

—¿Por qué quería hablar conmigo? -preguntó ella

—¿No es claro? -sonreí tímido

—Realmente no me gusta hacerme ideas, prefiero escuchador, imaginar cosa puede causar malos entendidos

—Yo quería, hablar contigo porque... porque...

Las palabras amenazaban de nuevo con dejar de salir al haberme puesto nervioso de admitir el por qué le había pedido salir a hablar conmigo.

—¿Planeas acortejarme?

—S-Sí

—¿Qué quieres obtener de mi al acortejarme? ¿A parte de casarnos?

—Convertirte en mi esposa, nada más

Y que aceptes lo que soy sin que tenga que matar a tal mujer tan hermosa

—No entiendo qué espera de mi ¿Solo casarnos? Lo dudo -me miró, con ojos tan penetrantes que, si no fueran los más hermosos que hubiera visto en mi vida, daría un paso atrás, pero los quiero para mí, quiero que solo me miren a mi y nada más -le recuerdo que mi padre solo es el general del ejercito de su majestad, no tenemos más poder que eso

—No... -tragué saliva para volver a mis sentidos -no quiero nada de eso, mi familia tiene mucho poder y dinero, lo único que quiero obtener de tu parte es... que me ames y seas mi esposa, nada más

—¿Nada más? En un mundo donde las posiciones sociales importan más que la familia ¿Solo quieres que sea tu esposa y te ame?

—Sí

Guardó silencio por unos segundos y fijo su mirada en la brillante luna.

—¿Por qué me esfuerzo en creer tus palabras? -susurró

—¿Cómo dice?

—Dentro de mí, quiero creer en tus palabras, creer que solo quieres tenerme como esposa y no como herramienta

—Jamás pensaría en ti como una herramienta, jamás

—Entonces -me miró -si me caso contigo ¿Me trataras bien? Con respeto, con amor, escucharas mis palabras y podre tomar decisiones como cualquier hombre, mi padre nos trata así a mamá y a mi y no pienso pedir menos que eso

—Tiene por completo mi palabra, todo el poder que yo tenga será el mismo para ti, podrás tomar decisiones, podrás opinar y te escucharé todo el tiempo, nadie te ignorará, nadie te tratara mal y quien lo haga, morirá en mis manos

Una sonrisa se formo en sus labios y con eso, mis nervios disminuyeron un poco, fue algo bueno, porque después de eso pudimos hablar con más fluides, incluso, Zized y su padre hicieron relevo con mamá y la madre de Eris porque nosotros no encontrábamos final a nuestra charla. 

Eris (ChaEunWoo)Where stories live. Discover now