Eris (ChaEunWoo)

VII

Abrí los ojos de golpe mientas mis dedos se aferraba con fuerza a mi almohada.

Solo había sido una pesadilla.

Una pesadilla que se había sentido muy real y que me había dejado una mala sensación.

Me levanté un poco y miré toda la habitación que ahora se encontraba en completa tiniebla. Excepto el baño. Una ligera luz salía del baño y Eunwoo no estaba a mi lado, pero podía escuchar como dentro él estaba vomitando.

Bajé de la cama poniéndome las pantuflas y fui directo al baño para encontrarme con él y su cabeza dentro del inodoro. No dije nada y simplemente me tumbé a su lado acariciando su espalda dándole tiempo de que sacara todo lo que le había hecho daño.

—¿Te desperté? -se limpió la boca con el dorso de la mano

—No tú, un mal sueño

—¿Un mal sueño?

—No importa ¿Cómo te sientes tu?

—Mejor

—¿Fue la cena?

—Probablemente

No se veía pálido ni nada más parecía raro en su aspecto.

—Iré abajo por algo de medicina -me intenté levantar del suelo, pero él me tomó de la mano

—No hace falta, ya me siento mucho mejor

—No seas terco, es mejor que tomes un poco de medicina para que mañana te sientas mucho mejor

—Caroline, ya estoy bien

—No tardo, regresa a la cama y espérame ¿Bien?

Lo dejé en el baño mientras yo salía de la habitación para ir por la medicina.

Se que la casa normalmente es oscura y algo tenebrosa, pero justo ahora era aún más tenebrosa, de todos modos, yo estaba sugestionada por la pesadilla y ahora mismo camino a la cocina, cada sombra se veía aterradora.

Llegué casi corriendo a la cocina y encendí todas las luces, solo así me sentí un poco más segura.

No sabía dónde había medicina, así que me puse a buscar en todos los cajones a ver si podía encontrar algo. Entré a la alacena para tratar de encontrar por lo menos un poco de té para prepararle uno, pero no me di cuenta de que en el marco de la puerta había un clavo que estaba mal clavado y cuando me di la vuelta con el frasco de té en la mano, me rasguñé la piel de mi brazo.

—Maldición -susurré al mismo tiempo que dejaba el frasco en la mesa y miraba el daño que me había hecho

No había sido muy profundo, una pequeña herida que sangraría por unos cuantos segundos.

—Caroline

La aparición repentina de Eunwoo me asusto. Pero sus ojos... parecía asustado.

—¿Qué haces aquí? -pregunté

Pero él me ignoró por completo y se acercó a mi directo a tomar mi brazo en sus manos para mirar mi herida.

—¿Estas bien?

—Sí, fue solo un pequeño rasguño

Tomó una servilleta y limpio la sangre.

—¿Qué haces aquí? -repetí

—Vine... vine porque sé que no recuerdas dónde está la medicina