Eris (ChaEunWoo)

VI

La casa estaba a oscuras, por más que intentaba encender las luces no podía hacerlo, ese maldito había cortado la luz.

La lluvia afuera hacía mucho ruido, los truenos también eran ruidosos y solo hacían que el miedo que tenía se intensificara.

Corría por uno de los pasillos del segundo piso, no sé a dónde quería llegar realmente, solo sé que quería esconderme de él. Así que corrí a una de las habitaciones y con cuidado cerré la puerta. Mis manos me temblaban tanto, jamás me habían temblado de ese modo, pero aun así pude correr detrás de uno de los sofás y esconderme. Si él entraba, un sofá no me salvaría de nada, sería completamente mi fin. Afuera, escuchaba como alguien se acercaba a paso lento y justo cuando pasó frente a la puerta escuche como sus uñas rasguñaron la madera de la puerta así que cubrí mi boca con fuerza para que no pudiera escuchar ninguno de mis lamentos.

Escuché como los pasos bajaban las escaleras y solo en ese momento pude levantarme de nuevo para salir de ahí y volver a correr por el pasillo.

Me había quitado los zapatos para no hacer nada de ruido así que bajar las escaleras fue algo fácil y silencioso, pero aún tenía que atravesar el pasillo hasta la oficina de Eunwoo para tomar las llaves del auto y regresar hasta este punto, ir a la cochera y subir al auto sin que él se diera cuenta. Quería salir de esa casa lo más pronto posible y alejarme lo más que pudiera, y aunque me había quedado quieta a los pies de la escalera tratando de escuchar dónde demonios estaba ahora, no podía escuchar nada más que no fuera la maldita lluvia.

Solo hoy, maldigo que llueva.

Con pasos rápidos pero silenciosos corrí al pasillo, pero cuando pasé frente a uno de los espejos pegados a la pared, no pude evitar mirar mi aspecto., un rápido vistazo que me dejó ver por completo el cómo me veía ahora mismo.

Estaba despeinada, con el maquillaje corrido bajo mis ojos por las lágrimas que el miedo me había causado derramar, mi ropa y mis manos... estaban llenas de sangre. Aun así, continué con mi camino por el pasillo y con el miedo a flor de piel de encontrarme con esa persona cuando diera vuelta en una de las esquinas.

—¿Por qué corres? Caroline

Apareció detrás de mí de repente, sin ningún ruido, como una rata silenciosa.

—Espera, espera, por favor

Esa silueta negra se aproximaba hacia mí con paso lento, pero sabía que era mi fin al sentir la pared en mi espalda, sabía que no podía correr, no podía huir de él, me alcanzaría en cuestión de segundos y las cosas serían peor.

—Es por el bien de todos -dijo -en serio no sabes cuanto lo lamento

No podía ver su rostro, no podía ver nada de él, solo su silueta viniendo hacia mí con algo en la mano, con un cuchillo.

—¡Es por el bien de todos nosotros! -su gritó retumbo por todos lados, incluso fue más fuerte que la lluvia y simplemente se abalanzo sobre mí.