XIV

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Si no me voy de aquí antes de que Eunwoo me obligue a ir con él a Nueva Zelanda, lo más seguro es que no pueda descubrir la verdad.

Debo hacer algo si no quiero vivir para siempre en una mentira, sea para mi beneficio o no.

Después de haberme escabullido a la cocina por algo de comer, no volvía a salir de mi habitación en todo el día y solo hasta en la noche, a eso de las ocho, la puerta se volvió a abrir.

—La cena está lista

La voz de Eunwoo era baja, pero aun así era rasposa y algo ruda.

—No tengo hambre

No lo miré, simplemente me concentré en las letras del libro que fingía leer mientras estaba sentada en la cama.

—No has comido nada en todo el día

—No tengo hambre -repetí

—Por lo menos come un poco antes de ir a dormir

—No quiero comer nada -lo miré -no tengo hambre

—Caroline... -dio un paso al frente, pero lo detuve

—Iré a dormir ahora

Miró al suelo y respiró profundamente.

—Dejaré tu plato en el refrigerado por si más tarde tienes hambre

No dije nada y volví a mirar mi libro.

Él tampoco dijo nada y después de unos segundos en silencio simplemente se fue cerrando la puerta con suavidad detrás de él.

El plan que tenía en mente era sencillo pero arriesgado. Por la noche, cuando él estuviera dormido, entraría a su habitación y tomaría las llaves del auto, conduciría a al pueblo y buscaría un lugar dónde quedarme, esconderme de todos ellos hasta poder irme a la ciudad y ya estando allá, estaría un tanto más segura, estando allá, podría buscar a mi familia, a mis amigos, preguntar quién era yo y si realmente fui culpable de matar a alguien... aceptaría mi castigo por eso, con tal de entender qué está pasando aquí.

Esperé en mi habitación es silencio y tranquilidad hasta que dejé de escuchar ruido afuera, hasta que todo se volvió oscuro y silencioso, y aún así, esperé un poco más, lo suficiente como para que todos durmieran y entraran en un sueño lo suficientemente profundo como para que no despertaran con facilidad.

Mientras esperaba que todos cayeran en un sueño profundo, preparé una pequeña maleta, más una bolsa, con algunas cosas, un cambio de ropa nada más, un poco de dinero que tenía, no era suficiente como para pasar más de cuatro días fuera de casa, pero de eso a nada.

Traté de buscar algo mío, alguna identificación que pudiera apoyarme en mi historia de quién soy, pero no había nada, no encontré nada.

Todos ellos ¿Querían desaparecer a Lilian y a mí? ¿Por eso Eunwoo quiere llevarme lejos? ¿Para darme otra identidad?

Cada minuto que pasaba en esta casa seguían apareciendo las preguntas.

Cuando el reloj dio las cuatro de la mañana, apagué las luces de mi habitación después de haber hecho el viejo truco de acomodar las almohadas en uno de los lados de la cama y cubrirlas con la cobija para aparentar que yo estaba dormida, tal vez si por la mañana llega a venir Helen o Eunwoo a verme, pensarían que sigo dormida y con suerte no me despertarían, eso me daría tiempo para alejarme de aquí y de ellos.

Salí de mi habitación, cerrando la puerta con silencio, con la bolsa en mi hombro y el corazón latiéndome en los oídos por la adrenalina. Y aún así, caminé por el pasillo para llegar a la habitación que usaba Eunwoo. Era una habitación en el pasillo contrario a donde estaba la que yo usaba ahora, era un camino algo largo, pero ¿Qué más podía hacer?

Todo estaba a oscuras, como siempre por la noche. En silencio y en tranquilidad. Aunque me hubiera gustado moverme sin zapatos para más silencio, no podía, si debía salir corriendo, no quería herirme los pies así que tuve que moverme más lento de lo que me hubiera gustado ahora mismo.

Caminé exitosamente hasta la habitación con la puerta cerrada y mientras mi corazón latía con fuerza contra mi pecho, tomé la manija y la giré suavemente hasta abrir la puerta.

Había entrado solo una vez a esta habitación cuando di mi recorrido, así que sabía cómo era, aunque la luz de la luna ayudara un poco a dejar ver las siluetas de los muebles. También sabia dónde dejaba Eunwoo las llaves, o esperaba que las hubiera dejado. Acostumbraba a dejar su reloj y la llave del auto sobre la mesa de noche antes de ir a dormir.

Eunwoo estaba acostado sobre la cama, recostado de lado, dando la cara al lado de la mesa de noche, justo en la mesa donde había un vaso de agua, su reloj, su cartera, un libro... y la llave del auto.

Maldita sea.

Respiré profundo y en silencio, apretando mis labios y acomodando la bolsa sobre mi hombro, asegurándome que la puerta no estuviera cerrada como para poder salir de prisa sin problemas y después de asegurarme de que eso estaba bien, comencé a caminar hacia la cama, lentamente.

Justo en la mesa de té, teniendo mi objetivo tan cerca, aguanté la respiración, no quería que ninguna pequeña briza de mi respiración lo despertara y solo así, levanté la mano y tomé la llave tan rápido como un rato tomando un poco de comida antes de salir corriendo, solo que yo no pude salir corriendo, en su lugar, me di vuelta y comencé a caminar hacia la puerta, claro que con un poco más de rapidez, pero no descuidando mi sigilo. De todos modos, no funciono.

—¿Caroline?

Me congelé y mi corazón se disparo aún más fuerte.

—¿Qué haces aquí?

No dije nada, no siquiera me di la vuelta para darle la cara. Envolví la llave del auto que llevaba en la mano con toda mi palma para esconderla. Pero de todos modos no funciono.

—Dame la llave -su voz fue profunda, aterradora y hasta cierto punto, amenazante -Caroline

Solo me queda correr.

Ni siquiera lo pensé demasiado, simplemente corrí. Corrí tan rápido como mis piernas, la adrenalina, mi resistencia física y la casa me lo permitió. 

Eris (ChaEunWoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora