Eris (ChaEunWoo)

XIX

Han pasado cinco días desde que llegamos aquí. Ha sido divertido, el pueblo es encantador y a pesar de ser un lugar pequeño, hay muchos rincones y lugares que se pueden visitar para pasar un buen tiempo, así que todos los días teníamos nuevos lugares que visitar y conocer. A excepción de hoy. Helen le pidió a Callahan que la acompañara a hacer una compra innecesaria, sé perfectamente que no lo hizo con intenciones de ir a comprar realmente algo necesario, lo hizo con la única intención de dejarnos a Eunwoo y a mí solos en casa.

Desde que llegamos Helen no ha dejado de molestarme con el mismo cuento de que Eunwoo gusta de mí, lo que dudo mucho porque apenas nos conocimos, pero ella aseguraba que era de ese modo.

La mataré cuando regrese.

Estaba en la cocina preparándome un bocadillo. En todo el día no había visto a Eunwoo y dudaba verlo hasta que ellos regresaran, pero pasó, justo cuando había terminando de prepararme mis bocadillos, él apareció.

—Pensé que irías con todos ellos –dijo en cuanto entró

—No, hoy no, hoy solo quiero descansar un poco, dormir, leer... algo por el estilo –comí una pequeña rebanada del sándwich que había cortado en pedacitos triangulares -¿Gustas? –le ofrecí

—No, gracias –se acercó a la isla de la cocina donde yo estaba -¿Estas disfrutando tu estadía?

—Completamente –sonreí –esto es increíble, mil veces mejor que haberme quedado en mi casa, encerrada

Hubo un pequeño silencio mientras él tamborileaba nerviosamente la mesa de la isla.

—¿Quieres... quieres salir un momento conmigo? –preguntó

—Claro

Comí el ultimo bocado y los dos nos encaminamos a la puerta principal para salir de la casa. No sé qué quería hacer afuera, pero salir un momento no estaba mal.

Los dos caminábamos uno junto al otro mientras él me contaba un poco sobre la casa hasta que sin darme cuenta llegamos a la orilla del bosque que estaba detrás de la casa y sin pensarlo dos veces, detuve mis pasos haciendo que él también se detuviera.

—¿Ocurre algo? -preguntó confundido

—No... no me gusta entrar al bosque

No es que no me guste el bosque, me encanta la naturaleza, es solo que comenzaba a hacerse de noche y no quiero estar dentro cuando eso pase.

—Solo... no me gusta la oscuridad -susurré

Esperaba una sonrisa burlona o un no te preocupes, no entraremos entonces, pero en su lugar, le dio un vistazo al bosque y susurró algo que por el ruido de los pájaros revoloteando los árboles en busca de uno para pasar la noche, por poco me pierdo.

—¿Sigues con ese miedo? -fue lo que susurró

¿Cómo que sigo con ese miedo? ¿Cómo sabe que me da miedo la oscuridad?

No entendí en el momento el comentario, incluso pensé que había escuchado mal y por ende lo dejé pasar.

—No te preocupes -me miró con una sonrisa -podemos continuar caminando por otro lado

—Sería mucho mejor -sonreí

—Vamos

Paseamos un momento por los alrededores de la casa, pero terminamos por volver adentro, específicamente a su oficina donde terminé sentándome en el sofá que había delante de la chimenea mientras él preparaba un poco de té en la cocina.