Eris (ChaEunWoo)

XX

Por un momento pensé, que sería lindo que alguien me dedicara algún poema de este cuaderno, cualquiera que fuera, todos eran hermosos.

—Le anime unite una volta non si separano mai più

Dejé de mirar los poemas y lo miré.

—Ella adoraba que dijera eso -sonrió un poco

—Las almas una vez unidas... nunca más se separan ¿Cierto?

—Cierto -me miró

En sus ojos se reflejaba la suabe luz del fuego en la chimenea al igual que en la piel de su rostro. El ambiente era cálido y relajado y Eunwoo... era lindo.

Sé que siempre me niego a aceptarlo cuando Helen insiste tanto en que él me gusta, pero... lo hace. Desde el principio, es apuesto, amable, inteligente y me agrada estar con él. Fue inevitable el que mis ojos bajaran hasta sus labios.

—Tutta la vida -susurró

—Tu...

Un recuerdo vino a mi cabeza, pero no era mío, aun así, lo sentí como mío.

Sentada sobre un escritorio de madera, mientras en la ventana frente a mí se podía ver como el sol iba ocultándose detrás de las montañas, el aroma de té a un lado de mí, una pluma en mi mano derecha y frente a mi... el mismo cuaderno que ahora mismo reposaba en mis piernas. La hoja en blanco debido a que aún no sabía qué escribir, tenia el hermoso sentimiento en mi pecho, pero no encontraba las palabras para poder expresar correctamente lo que sentía. No quería dejar nada sin explicar, así que era difícil.

—¿Sigues pensándolo? -escuché detrás de mi

Una voz masculina me hablaba con calidez y amor.

—Debo encontrar, las palabras precisas -dije

—Tomate un descanso

Sus grandes manos se deslizaron por mis hombros, con suavidad y delicadeza hasta mis manos encima del escritorio al mismo tiempo que sentía como se inclinaba a mi oído. Sus labios casi tocaban la piel de mi cuello, así que no hubo necesidad de alzar la voz, solo susurros.

—Le anime unite una volta non si separano mai più -susurró

—Tutta la vita, amore mio -sonreí y él lo hizo también

El recuerdo se fue, mis ojos seguían en sus labios, pero mi cuerpo estaba en pausa.

—Tutta la vida -repitió él

—...Amore mio -susurré

Me cubrí la boca al darme cuenta de que había hablado, más aún diciéndole amor mío. Fue inevitable, mi boca se movió sin que yo me diera cuenta.

—L-Lo siento -me disculpe, pero él a cambio, apretaba los labios con fuerza

—No... -respiró profundo y carraspeó su garganta un momento -no hay problema

Fue un poco incómodo, por un momento me quedé sin palabra al no saber qué más decir, así que mi única idea fue irme. Le agradecí por el paseo, el té, por mostrarme los poemas y me fui.

Salí a paso rápido hasta mi habitación aún con el claro que la situación había causado visible en mi rostro.

Juro por mi vida que no me di cuenta cuando esas palabras salieron de mi boca, en realidad, fue una cosa rara. En el momento en que Eunwoo dijo eso, cuando el tutta la vida salió de su boca, fue inevitable para mi decir amore mio era como completar, poner la pieza faltante de algo ¿Saben? Fue algo realmente extraño.

(...)

Después de ese suceso, las cosas en lugar de volverse incomodas entre nosotros dos, se volvieron mucho mejor. Sin darme cuenta, pasábamos más tiempo juntos, incluso dejábamos a Callahan y Helen en casa mientras nosotros íbamos al pueblo a simplemente pasar el rato, a comer o a comprar, por lo que eso nos hizo más unidos.

—¿Tengo lengua de bruja?

Helen me miraba con una sonrisa traviesa mientras se recargaba en el marco de la puerta de mi habitación.

—¿De qué hablas? –terminé de doblar la ropa que había sobre mi cama

—Te dije muchas veces que Eunwoo gustaba de ti, tu siempre me decías que no y yo te decía que terminarías aceptándolo –se sentó a un lado de mi ropa doblada -¿Será que ha llegado el momento?

—No ha llegado ningún momento –me acerqué a un cajón

—Ah ¿No? ¿Entonces todo ese tiempo que han pasado juntos no cuenta para nada?

Me quedé en silencio hasta que volví a la cama para sentarme junto a ella.

—...Me gusta –admití

—Lo sé –sonrió emocionada y victoriosa

—¿Qué debería hacer? –la miré

—Decirle cómo te sientes

—Lo dices tan fácil

—Porque es algo fácil

—¿Y si yo no le gustó? ¿Y si me rechaza? No quiero que lo que tenemos ahora, se arruine por eso

—Ay por Dios

—¿Qué?

—No seas tonta, Lilian, a Eunwoo le gustas, mucho, como no tienes una idea

—¿Y por qué no me lo ha dicho?

—Porque es igual de miedoso que tu –suspiró

—¿Y quieres que yo dé el primer paso?

—Sí, porque todo esto depende de ti

—¿De mí?

Aceptó con la cabeza.

—¿Por qué todo depende de mí?

—Dile cómo te sientes –se levantó –y entenderás por qué todo esto depende de ti –me guiñó un ojo antes de irse

¿Por qué todo esto dependería solo de mí?