XXXIII

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Un banquete más, las personas a mi alrededor hablaban, bromeaban, sonreían y se divertían con la música y los bailarines que danzaban por todo el salón. Las personas con charolas llenas de comida y bebidas se movían entre nosotros y en cuanto nos vieron, los padres con hijas solteras en edad de matrimonio no tardaron en acercarse a nosotros para hacer las respectivas presentaciones. Todo era igual a los demás banquetes así que en una oportunidad, abandoné a Azized y me escabullí hasta la mesa de bocadillos para tener un momento de paz.

—¿Cansado?

Salté un poco por la sorpresa, pero al ver que era papá todos mis músculos volvieron a relajarse.

—Frustrante, más bien

—Tómatelo con calma, aún hay tiempo para encontrar a la indicada

—Dudo mucho que eso vaya a pasar en algún momento

—Así será, solo debes confiar un poco más

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro

A pesar de que no podíamos comer nada, teníamos que fingir que lo hacíamos para mantener las apariencias y cuando nadie nos viera, nos escabullíamos lejos de las personas para vomitar y poder sobrevivir toda la noche. Ahora mismo los dos comíamos pequeños bocadillos para mantener la imagen.

—¿Cómo supiste que mamá era la indicada? ¿Cuáles son los síntomas?

—¿Síntomas? –sonrió divertido –dudo mucho que haya síntomas específicos para saber cuándo encuentras a la persona correcta

—Entonces ¿Cómo supiste que era mamá?

—Bueno –papá levantó la mirada para buscar a mamá entre la multitud y solo cuando la encontró a lo lejos, hablando con unas mujeres, sus ojos brillaron y una sonrisa apareció en sus labios –simplemente lo sentí, mi pecho se sintió cálido, todos a mi alrededor desaparecieron y solo éramos ella y yo, sin ruidos, sin interrupciones –me miró –incluso puedo asegurar que tu madre brillaba un poco

—¿B-Brillaba?

—¿No lo hace?

Miré a donde mamá estaba y... no brillaba, era hermosa, pero no brillaba.

—Creo que... sí, un poco

—Cuando llegue la indicada –tomó su copa de vino –brillará como tu madre brilla para mí –se alejó de mi lado para esquivar a las personas y terminar reuniéndose con mamá

¿Brillar? ¿Mi futura esposa tiene que brillar cómo? ¿Qué tan brillante? ¿Cómo una estrella? ¿Cómo el sol? O ¿Cómo el fuego de una fogata?

Papá no fue de mucha ayuda, pero espero corre con la misma suerte que ellos, encontrar a mi persona correcta y que me corresponda, así como ellos se correspondieron mutuamente, no importa si es humana o una de nosotros, solo que sea la correcta.

Terminé regresando con Zized y continué con la plática hasta que, en un momento de paz, un pequeño alboroto, sin que la música y los bailarines se detuvieran, pero sí la mirada de todos se dirigiera a la familia que acababa de llegar.

El anfitrión del banquete se dirigió a ellos y los saludo como si fueran viejos amigos mientras que las miradas de todos volvieron a lo suyo, pero todos volvieron a mirarlos cuando la hija apareció.

Una hermosa chica de delicada silueta, cabello negro como la noche y brillante como los destellos del agua ante el brillo del sol, piel lisa como tela fina, ojos brillantes como piedras preciosas, labios rosados, era la chica más hermosa que jamás hubiera visto antes.

—¿Q-Quiénes son esos? –pregunté sin poder apartar mi mirada de ella quien me ignoraba totalmente mientras junto a sus padres saludaban a los que se acercaban

—Es la familia del general Murat, su esposa Gizem y su hija Eris –dijo el hombre con el que antes había estado hablando

—¿Por qué nunca los habíamos visto? –preguntó mi hermano

—El general Murat había estado de viaje conquistando tierras en nombre de su majestad, suele llevarse a su familia para tenerlos cerca, regresaron ayer justamente

Mi hermano y el hombre volvieron con su plática y aunque yo intenté concentrar mi cabeza en la charla, era imposible controlar mi mirada y sin darme cuenta me encontraba atento a sus pasos y ella lo notó porque después de saludar al hombre que se les había acercado, levantó la mirada hasta mi dirección y por un instante, solo por segundos nuestras miradas se cruzaron.

Sentí que mi inmortal corazón latió con fuerza, sentí mi pecho cálido, todo a mi alrededor se quedó en completo silencio y todas las luces del lugar, solo la iluminaron a ella.

Eris, era mi persona indicada.

—Oye

El golpe de Zized me sacó de mi transe.

—¿Puedes ser menos obvio?

—¿Ah?

—¿Por fin una dama logró atraer tu atención? –se burló

—Un poco –susurré

—Un poco, claro –le dio un rápido vistazo a la familia del general -¿Por qué no nos presentamos?

—¿Presentarnos?

—La chica esta en edad para casarse, si nos presentamos, seguramente el padre te considerara como una buena opción para casar a su hija, tenemos mucha más fortuna que ellos, claro que somos una buena opción para ellos, vamos

Buscamos a nuestros padres y cuando los encontramos, Zized se encargó de arrastrarlos por el lugar hasta que llegamos a donde estaba la familia del general, solo en ese momento, en el momento en que estuve tan cerca de ella, las manos comenzaron a temblarme un poco.

—General Murat –comenzó papá –he escuchado mucho sobre usted

—Espero que todo hayan sido cosas buenas, ministro –respondió amablemente

—Claro que sí, siempre pone el nombre de su majestad en alto

—Hago lo que se me ordena, nada más

—Déjeme presentarle a mi familia

Y así nos presentamos mutuamente, primero nosotros y luego ellos y solo hasta que escuché la voz de ella, supe que me había hechizado totalmente.

Era inevitable poder apartar mi mirada de ella, cada movimiento que hacía, cada sonrisa, todo era capturado por mi mirada.

—Encantadora ¿No?

Un anciano había llegado a mi lado en algún momento que no me di cuenta y Zized había desaparecido, probablemente fue a vomitar lo que había comido.

—¿Disculpe?

—La pequeña Eris

—S-Sí

—Si bueno, no eres el único

—¿A qué se refiere?

—Existen rumores –bajó la voz y se dio la vuelta, igual que yo, dimos la espalda a los demás –existen personas que piensan que el puesto del general es gracias a su hija

—¿Cómo puede ser gracias ella? todos sabemos que el general es bueno en lo que hace ¿No?

—Si bueno, eso hace que los rumores no tengan sentido

—Pero ¿A qué se deben esos rumores?

—Por su hija, es hermosa y eso ha hecho que muchos hombres, poderosos inclusive se interesen en ella, han intentado acortejarla y claramente se han ido directo al padre, con regalos y más cosas

—Ella ¿Está comprometida? –si así era, esto sería un desastre

—No, aún no, el general ama mucho a su hija, ella elegirá con quién casarse, no importan los regalos que le den, ella tiene la última palabra

Entonces estaba en una posición difícil. Tenía que impresionarla, encontrar una manera de que ella me eligiera a mi sobre todos los demás. 

Eris (ChaEunWoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora