Eris (ChaEunWoo)

V

El caso del broche quedo en un simple hecho insignificante. Terminé guardándolo en uno de mis cajones para que en el día en que nos vayamos de aquí, pueda recordad de quién es y regresarlo, nada más.

Los días pasaban y solo hasta ahora notaba lo raro que era el hecho de que la casa siempre estuviera limpia, pero no hubiera nadie. Una casa como esta es difícil de mantener limpia por lo grande que es y por eso son necesarias varias manos, pero desde que desperté, no he visto a nadie más en esta casa que no fuéramos solo Eunwoo, Callahan, Helen y yo. Así que, durante la cena, lo pregunté.

—¿Dónde están las personas que se encargan de la limpieza? -pregunté

Eunwoo, Helen y yo éramos los que estábamos en el comedor, de nuevo Callahan no nos acompañaba.

—¿Por qué tan de repente? -preguntó Eunwoo

—Bueno, se me hace demasiado extraño que esta casa siempre este limpia, pero nunca veo a nadie que se encargue de eso

—No es muy necesario tener a alguien -dijo Helen

—Claro que sí, la casa es inmensa como para que solo unas cuantas personas la limpien, además, los detalles, muebles y adornos también son trabajo

—A Eunwoo no le gusta que personas extrañas entren a la casa -sonrió Helen mientras cortaba su pedazo de carne

Eunwoo la miró de reojo por unos segundos.

—No es que no me agraden las personas, es solo que...

—No te gusta que anden rondando por la casa

—No me gusta que sean entrometidos y bien lo sabes

—Lo sé -sonrió triunfante -solo quería molestar un poco

—De todos modos -me miró -no te preocupes por eso, Carolin -tomó mi mano con suavidad y me sonrió -ahora lo que debería preocuparte es recuperarte por completo

—Ya me siento mucho mejor, tanto, que me gustaría hacer algo de limpieza

—No -dijo tajantemente 

—Pero me siento mejor -chille -además, es demasiado aburrido no estar haciendo nada en todo el día

—Te dije que en cuanto terminara mis pendientes nos iríamos de aquí

—Lo sé, y me emociona eso, pero mientras eso llega, me aburre estar aquí

—Déjala que haga lo que quiera -Helen me apoyó -limpiar un poco no le hará daño, es bueno para el cuerpo moverse un poco 

—Pero no quiero que se sobre esfuerce de más y enferme 

—No pasará, lo prometo

Nos miró a las dos por unos segundos.

—Está bien -suspiró derrotado -pero solo tareas sencillas, lo más pesado, déjalo, ya me encargaré de eso más tarde

—Lo prometo -sonreí

Hacer la limpieza no es una buena opción para mí de algo divertido, pero por lo menos era mejor entretenerme en el día sacudiendo y acomodando algunas cosas, que pasármela rondando por la casa como un fantasma sin nada que hacer.

—Eunwoo

Los dos ya estábamos en nuestra habitación listos para ir a dormir. Yo estaba en la cama y Eunwoo recién había salido del baño con su pijama.

—Dime

—¿Sabes quién es Lilian?

Así como Helen, vi como la paz intentaba alejarse de su rostro, pero también logró contenerse y con calma se acercó a la cama.

—No ¿Por qué preguntas?

—Por esto -le mostré el broche en mi mano

Se quedó en silencio por unos segundos mirándolo en mi palma.

—No -negó con la cabeza -no puedo recordar a alguien llamada Lilian -se sentó en la cama para acomodarse a un lado de mi -¿Alguna amiga del trabajo?

—No lo sé -miré el broche -por más que repito el nombre en mi cabeza, no puedo recordar a nadie con ese nombre

—No lo pienses mucho -tomó el broche de mi mano y lo dejó en la mesa de noche de su lado -es solo un broche, no creo que a quien le pertenezca le sea de urgencia

—¿Y si es parte de su uniforme? Parece ser algo para eso

—Tampoco importa, ha pasado casi un mes y medio desde de que llegamos aquí, probablemente ya compró otro, no tiene caso que sigas pensando en cosas que ya no tienen importancia 

—Supongo que... tienes razón -lo miré -pero no es eso lo que me molesta

—¿Entonces qué es?

—Quiero saber quién es Lilian

Me miró con una ligera sonrisa.

—Pronto lo recordaras -susurró -tu memoria va poco a poco, no la presiones -me dio un beso en la frente -ahora duerme

Lo miré por un momento mientras se acomodaba en la cama. 

—¿Qué pasa? -preguntó

—... Nada

Me metí a la cama y me cubrí con las cobijas al mismo tiempo que él apagaba las luces.

No sé si seguía molesto conmigo o qué pasaba, pero desde que desperté, no me ha dado ningún beso en los labios, siempre son en la cabeza o en mi frente, nunca en los labios.