Eris (ChaEunWoo)

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Me quedé en el suelo con la camiseta y el cuchillo frente a mí. No sabía qué hacer. No sabía si era mejor decirle a Eunwoo o quedarme callada.

Con mano temblorosa tomé el cuchillo del mango, pero cuando lo hice, pequeños fragmentos de mi memoria regresaron a mí.

Yo sostenía el cuchillo.

Yo apuñalé a alguien.

Lo solté tan pronto como lo recordé y como si el mango quemara mi piel.

—Caroline -llamarón a lo lejos 

Tomé las dos cosas con rapidez envolviendo el cuchillo en la camiseta y mentiéndolo hasta el fondo debajo del mueble antes de levantarme.

—Caroline -Helen apareció con una sonrisa -¿Moviste los libros que estaban sobre la mesa de la biblioteca?

—Am... s-sí ¿Los necesitas? -me acerqué a la mesa para ponerle la tapa a la pimienta tratando de actuar lo más normal posible

—¿Viste el de color azul marino?

—A, sí, lo regresé a su lugar. Primer librero, tercera repisa a la derecha

—Gracias -dio un suave golpe al marco de la puerta y se fue

Dejé mis manos sobre la mesa con un poco de nauseas.

Había recordado estar en algún lugar de la casa y en mis manos el cuchillo, pero tan pronto como esa persona se acercó a mí, lo apuñale. Sé que lo hice porque el mango en mi mano embono perfectamente, no era la primera vez que lo sostenía y esa camiseta, la llevaba la persona a la que maté.

No puede ser ¿Maté a una persona?

¿Soy una asesina?

Eso no puede ser posible, yo no mataría a nadie. A menos que me viera en la necesidad, pero en una necesidad de vida o muerte, en un momento en el que me viera lo suficientemente amenazada como para que en la pelea uno de los dos muriera, solo en esa ocasión sería capas de matar, pero ¿Quién me hizo sentir en tanto peligro como para hacer eso?

...

Mantendría en secreto el cuchillo, solo hasta saber qué había pasado realmente y hasta descubrir quién había muerto... si es que murió. Esperaba que no.

Intentaba leer, pero las preguntas en mi cabeza no me habían dejado pasar de la primera página, ni siquiera del primer párrafo. Lo había leído unas cuatro veces, pero no había entendido ni una sola palabra, así que terminé por rendirme, cerré el libro y solo me quedé sentada en el sofá, con el brazo sobre el posa brazos y mi atención sobre la ventana, aunque no pusiera atención de lo que había afuera.

—...roil?... Carolin

—Callahan -lo miré 

No sé en qué momento entró a la habitación, pero solo lo noté cuando me tomó del hombro.

—¿En qué piensas?

—En nada importante -sonreí -¿Qué te trae por aquí?

—Quería pedirte un favor

—¿Qué clase de favor?

—¿Podrías... acompañarme al bosque?

—¿Al bosque? ¿Para qué?

—Necesito una muestra de un epuatorium y un dryopteris

¿Qué es eso?

—¿P-Para qué quieres algo como eso? -pregunté