Se removió entre las sábanas, esperando encontrar la calidez que lo ha acompañado hace unas semanas, pero solo se encontró con la barrera de almohadas que Calum construyó la noche anterior porque necesitaba su espacio y escogió el lado que tenía más. Su mejor amigo seguía dormido, así que gruñó y se dio la vuelta quedando hacia el gran ventanal, encontrándose con el día soleado nuevamente.
Comenzó a preguntarse cómo estaba Luke, si durmió bien o si tuvo alguna pesadilla. Ellos no tuvieron que compartir cama, Anne improvisó una en el suelo de la habitación de Ashton con sacos de dormir y un colchón inflable. Se durmieron tarde, luego de pasar un tiempo a solas en el patio volvieron a entrar, pasaron las horas con juegos de mesa, comida e historias vergonzosas de Ash y Luke cuando eran niños. Sin dudas fue una noche buena, Luke reía hasta que su estómago dolía, Michael lo miraba enamorado y Calum se hizo muy amigo de Anne, Harry y Lauren.
Miró el reloj en la pared y ya pasaban las nueve de la mañana. Se sentó lentamente y al restregar sus ojos los notó pesados, pero no podía seguir durmiendo. Así que con cuidado de no hacer tanto ruido, caminó al baño.
Cuando salió, listo para vestirse, se encontró con Calum en el medio de la cama, sin importarle su estúpida barrera. Le lanzó una almohada en la cara y comenzó a cambiarse.
—Buenos días, bello durmiente. —le dice Luke cuando lo encuentra bajando las escaleras. Se ve tan bonito.
Baja los últimos escalones que los separan y toma entre sus brazos para dejar un largo beso en aquellos labios que lo vuelven loco, tienen sabor a fresa y menta, aprieta su cintura antes de separarse. Luke le sonríe, brillante y hermoso.
—¿Cómo estás?
—Bien, estaba esperándote. Te extrañé. —algo avergonzado restriega su nariz contra la mejilla del ojiverde, posteriormente deja un beso pequeño.
—Yo también te extrañé, Calum me golpeó toda la noche. —se quejó con el ceño fruncido, que desapareció al escuchar su suave risa.
—Y Ashton habló dormido. Me asusté.
Luke forma un puchero con sus labios, realmente ama cuando lo hace, así que deja un beso rápido que lo transforma en una sonrisa.
—Vamos a desayunar, Lauren preparó un jugo de frutillas y menta delicioso. —une sus manos mientras habla, Michael le permite arrastrarlo hasta la cocina.
Solo ve a Lauren y Anne en la cocina cuando entra. Están preparando panqueques, el olor hace gruñir su estómago, así que le ofrece ayuda a Anne porque mientras más ayuda, más rápido comen.
No recuerda como era cocinar junto a su madre, si lo hizo alguna vez su mente decidió borrar aquellos momentos en los que compartió con ella, sabe que lo hizo, su abuela le contó algunas historias, pero realmente no recuerda. Así que estar ahí en la cocina junto a la madre de unos de sus amigos haciéndolo sentir como uno más de sus hijos llenó su pecho de felicidad, tranquilidad y comodidad. Luego veía a Luke hablar con Lauren, riendo, compartiendo bromas sobre cocina que solo ellos entendían, hizo crecer su cariño aún más por aquel rubio de ojos preciosos.
—¡Huele muy bien!
Ashton entra a la cocina, aún en pijama y con el cabello revuelto. Lo sigue Calum, un poco más presentable pero sigue con su pijama de aviones.
—Buenos días. —saluda con una sonrisa. Anne aprieta una de sus mejillas y Ashton los mira con el ceño fruncido.
—Tu no me saludaste. —se queja su madre mirándolo. Entonces Ashton besa su mejilla y ella sonríe.
El desayuno pasó entre risas y anécdotas de Ashton en la escuela donde trabaja, Anne lo mira orgullosa mientras cuenta sobre su relación con los alumnos y demás profesores, recuerda sus primeros días de trabajo, Liz llegó unos años después a trabajar en la misma escuela y fue mucho mejor porque siempre había estado junto a ella así que trabajar juntas no se hacía conocido.
Como el día seguía soleado, decidieron salir antes del almuerzo. Anne los dejó ir solos porque Harry tenía tareas y ella trabajo por terminar.
Luke ajustó su gorro negro, porque aunque estaba soleado, había viento frío enfriando sus mejillas, finalmente tomó la mano de Michael y sus piernas se movieron.
—¿Dónde iremos? —Calum también llevaba un gorro, pero era gris y era de Ashton.
—A nuestro lugar favorito. Pero tenemos una parada antes.
El rubio sonrió nervioso. Decidieron caminar y no usar el automóvil porque esa noche nuevamente estarían horas encerrados ahí.
Las casas eran bonitas, todas con jardines bien cuidados y colores cálidos que lo hacían sentir un vecindario acogedor, no recordaba esa parte del pueblo, solo lo recuerda como un lugar gris después de que su madre lo dejó.
Su antigua casa quedaba a unos veinte minutos caminando, Calum se quejó de que era mucho, pero el camino se hizo ligero debido a la conversación y bromas aburridas, la gente no se molestaba por el ruido que llevaban, solo los miraban curiosos. Pero Luke no pudo reconocer a nadie, seguro hay gente que lo conoce, pero desde que se fue evitó recordar su vida allí porque dolía.
—¿Por qué esa mujer nos está mirando mucho?
Caminaron un poco más lento cuando vieron a la mujer mirándolos desde la otra acera, además les seguía el paso. Un poco incómodos, caminaron más rápido. Pero ella cruzó y gritó el nombre de Luke.
Michael sintió como la mano del ojiazul apretaba más la suya, así que se detuvieron y lo puso detrás de su espalda, él apoyó su mejilla contra el hombro de Michael y miró con timidez a la mujer.
—¿Qué sucede? —sintió la presencia de Ashton a su lado luego de terminar de hablar.
Luke le sonrió a Calum, quien puso una mano en su hombro para tranquilizarlo.
—Necesito hablar con él. —habló finalmente moviendo su cabello largo y rubio hacia atrás, vestía algo formal, debía tener casi la misma edad que ellos. Pero Luke no sabía quién era.
—No te conocemos. —cerró sus ojos en agradecimiento, estaba nervioso y las palabras no salían por más que quisiera. —Y estamos ocupados, así que no podemos atenderte ahora.
Ella bufó ante las palabras de Ashton y puso sus ojos azules sobre él.
—Soy Aurora. Aurora Hemmings.
Su corazón latió rápido, no sabía que estaba pasando, él jamás escuchó hablar de ella y no se atrevió a mirarla porque el parecido entre ellos lo estaba asustando, así que cerró sus ojos y apoyó su frente en la espalda de Michael, la mano de Calum seguía en su hombro y eso lo tranquilizaba un poco.
—¿Hemmings?
—¿Él sabe hablar? Lo siento, chicos, pero necesito hablar con él y este no es un tema de su incumbencia. —dijo algo agotada al notar como el rubio se escondió y su amigo seguía hablando por él. Era peor de lo que le habían dicho.
—Es de nuestra incumbencia, no lo vamos a dejar solo. —y fue el turno de Michael, sentía la mano sudada del rubio contra la suya y solo quería abrazarlo. —Todo lo que le pase a él me importa, así que dinos que quieres o nos vamos.
Arqueando una de sus delgadas cejas rubias mira como las manos de los dos chico están unidas, un resoplo sale de sus labios rojos y rodando los ojos decide hablar.
—Soy su hermana mayor, hermanastra en realidad, mi padre dejó a mamá por su madre y luego volvió con nosotras después del nacimiento de Luke. —explicó algo aburrida mirando sus uñas. —Me enviaron a hablar con él.
Ashton seguía sin entender lo que estaba pasando, jamás supieron algo de una hermana de Luke, así que la noticia descompuso a ambos. El rubio negó finalmente abriendo sus ojos inundados en lágrimas.
—¿Quien te envió?
Aurora aplaudió rápidamente poniendo una falsa sonrisa.
—Si hablas.
—No estamos para bromas. —dice Michael cansado de la actitud de la chica.
—Papá me envió, quiere saber si recibiste su mensaje porque está esperando una respuesta. —soltó sin más. Luke frunció el ceño, sabe de qué mensaje habla. —Y no quiere tomar acciones legales, debo decir que soy su mejor abogada, ¿cuál de ellos es tu abogado?
Sonrió y posteriormente le guiñó un ojo a Ashton, quien frunció aún más el ceño.
—Vámonos. —susurró.
Todos lo escucharon y le dieron la espalda la chica para comenzar a caminar nuevamente. Pero ella lo tomó del brazo, se alejó inmediatamente, como si hubiesen puesto fuego en su piel. Su actitud era igual a la de él y solo quería vomitar.
—No hagas esto difícil. Solo debes darnos la parte que nos corresponde de tu bonita cafetería y volveremos a ser una familia feliz. Oh, la mermelada de frambuesas a veces está muy ácida. —hace una mueca finalizando. Y Luke solo quiere golpearla.
—Déjame en paz, nada de lo que hay ahí les corresponde. Y no vuelvas a pisar mi cafetería.
Toma nuevamente la mano de Michael y caminan más rápido, hasta que llegan al final de la calle y los detiene un semáforo. Ninguno se atreve a hablar, aunque todos se quedan esperando que el primero sea el ojiazul, este no lo hace, solo cambia los planes y se desvía del camino.
En silencio, perdiendo toda la energía con la que salieron de la casa, llegan al parque y siguiendo el sendero de cemento y flores alrededor, llegan al área de descanso.
Luke se deja caer en una de las bancas debajo de un techo de madera decorado con enredaderas y pequeñas flores blancas. Michael, a su lado, apoya su cabeza en su hombro derecho, cierra sus ojos azules y respira profundo antes de hablar.
—¿Tengo una hermana?
Abre un poco su ojo izquierdo para ver como Ashton y Calum asienten a la par.
—Lamentablemente tienes una hermana. Y es odiosa. —afirma Ashton.
—¿Podemos olvidar este momento? No quiero llorar aquí cuando mis últimas lágrimas fueron de felicidad.
Michael levantó su cabeza para mirarlo, sus ojos tristes y como mordía su labio inferior evitando derramar lágrimas.
—Está bien. Olvidaremos el mal rato. —concede con una media sonrisa, Luke se voltea para mirarlo y besa la comisura de sus labios.
—Bueno, tortolitos, ¿quieren helado? —ofrece Calum intentando cortar el ambiente triste. No hay nada mejor que helado para esos momentos.
—De pistachos para mi y de menta para Luke.
—Que gustos tan extraños. —murmuró Calum alejándose junto a Ashton.
Cuando se fueron, el silencio envolvió a la pareja en la banca del parque. Michael no sabía que decir, sabe que Luke necesita hablar de lo que ocurrió porque estaba a punto de llorar y su cuerpo estaba tenso. Así que levanto su cabeza del hombro del menor y acarició su mejilla.
—Puedes hablar conmigo. —le dijo sin dejar de tocar su piel. —O hacer otras cosas.
—¿Qué cosas? —preguntó con una sonrisa volteando su rostro, encontrando los ojos verdes.
Michael se encogió de hombros, Luke rodó los ojos antes de atrapar sus labios, estos estaban algo fríos y sensibles por el viento helado, pero aún así le devolvió el beso sin quejas, queriendo hacer ese momento infinito.
Pero cuando se separaron, el rubio decidió recostarse en su regazo, su cabeza apoyada en sus muslos y Michael comenzó a acariciar su cabello.
—No quiero tener conexión con ellos, antes solo éramos mamá y yo. —finalmente habló sorprendido de no tener aquel nudo en su garganta, quizás las caricias del ojiverde en su cabello estaban ayudándolo. Así que continuó. —Jamás tuve una figura paterna, crecí con Ashton como mi hermano y era feliz. No quiero una hermana ahora.
—No dejes que esto te afecte, Lu. Tienes a mucha gente que te quiere a tu alrededor, jamás te vamos a dejar solo y sabemos que ese hombre está planeando algo. —dijo con algo de enojo la última parte. —Y no tienes que aceptarla como tú hermana, es una simple desconocida, tómalo como coincidencia de apellidos como cuando coincidían en la escuela.
Luke rió pero asintió. Tenía sentido. No había nada más que lo unía a ella, quizás hubiese sido todo distinto si ella fuese menos parecida a él. Y ahí es cuando Luke se alegra de que se haya ido porque sería igual que él
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Decidieron no decirle a Anne lo que había pasado de camino al parque, no querían preocuparla, además tampoco querían arruinar el ambiente feliz que había cuando entraron a la casa, ella estaba en la cocina con unas mujeres que Luke recordaba. Ellas al verlo se quedaron en silencio, ambas con los ojos cristalizados se acercaron, así que aceptó sus abrazos y apretones en sus mejillas.
—Si las recuerdo. —murmuró el rubio sobando su mejilla derecha. —Usted es Rose y usted es Caroline.
Ambas sonrieron y asintieron. Rose era su vecina en el antiguo vecindario, muchas veces tuvo que quedarse en su casa porque Liz debía trabajar hasta un poco más tarde o tenía alguna reunión, Caroline tenía una tienda de dulces en el centro, además de regalarle dulces, su madre lo dejaba con ella cuando estaba cansado y no quería seguir haciendo compras, además de que fueron a la misma escuela.
—Eras tan pequeño cuando te fuiste. —sollozó Caroline contra el pañuelo en su mano. —Y ahora estás tan grande y hermoso.
Luke sonrió bajando la mirada a sus pies, no estaba acostumbrado a tantos cumplidos.
—Siempre fue hermoso, Rose, ¿recuerdas su rizos? Y esas sonrisas cuando se le cayeron los dientes.
—Sus mejillas regordetas. Su método de pedir dulce regalándonos una sonrisa. —recuerda con algo de nostalgia. —Y luego Liz se enojaba por los dulces.
Luke iba a defenderse sobre sus mejillas, pero luego ellas miraron a Michael, quien había entrado a la cocina tratando de no ser visto. Pero no se escapó de la vista de las mujeres, quienes empezaron a murmurar para ellas mismas. Y quiso reír al ver como las saludó con un movimiento de cabeza.
—¿Es él o el moreno espiando? —preguntó Caroline a Anne.
Sus ojos chocaron contra los de Calum en la puerta de la cocina.
—¡Ven aquí! —le había dicho Rose a Michael, quien miró a Luke.
—Ven, Mike. —lo llamó con una dulce sonrisa pintando sus labios, la sonrisa alcanzó sus ojos brillando apenas él tomó su mano.
—¡Oh, por Dios! —nuevamente Caroline estaba llorando contra el trozo de tela entre sus dedos. —Cuando niño te daba asco cualquier contacto con alguien de tu edad y ahora tienes novio.
—Lo vas a asustar si sigues llorando. —la regañó Rose mientras Anne contenía la risa al ver a sus amigas.
Entonces ellas los arrastraron hasta la mesa, Michael tratando de fundirse contra el cuerpo de Luke cada vez que mencionaban lo enamorados que se veían, nunca fue bueno demostrando sentimientos, pensó que no sería capaz pero ahí está, completamente vulnerable frente a un grupo de mujeres que lloran cada vez que recuerdan a Luke pequeño, que con solo mirarlo se dieron cuenta de lo enamorado que estaba. Asusta, pero a la vez le agrada la forma en que su cuerpo demuestra todo lo que está sintiendo por Luke y que aun no puede expresar en palabras.
Para la hora de almuerzo, Rose y Caroline ya no seguían llorando, se levantaron a cocinar y Calum se ofreció a ayudarlas arrastrando a Ashton. Así que eso les dejó con tiempo a solas porque Anne también estaba ayudando en el almuerzo. Lauren limpiaba la piscina junto a Harry, escuchó algo sobre una fiesta de piscina con gente de la escuela.
—¿Me acompañas a ordenar mi maleta? No quiero dejarlo para el final.
—A veces eres muy desordenado. —dice Michael siguiéndolo por las escaleras. Luke rió.
La habitación de Ashton seguía siendo como la de un niño pequeño, dos paredes verdes y dos blancas, stickers de Spiderman, Winnie-the-poo Minnie y Mickey Mouse destacan en su puerta, su escritorio ordenado frente a la ventana tenía libros apilados y cuadernos desarmados.
—Me gustan esas. —señaló el techo, donde estrellas que brillan en la oscuridad se esparcía sobre la cama. —Nunca pude tener porque papá decía que temer a la oscuridad es estúpido.
—Yo aún le temo a la oscuridad. —dice Luke con una media sonrisa dejando su maleta en la cama.
—Somos estúpidos.
Se regalaron una sonrisa antes de que el silencio cómodo llenara el lugar. Luke doblaba su ropa con cuidado y Michael la acomodaba dentro de la maleta. Y volvían a las cosas simples que los hacen caer más y más el uno por el otro. Por ejemplo, Michael ama como Luke frunce el ceño en concentración.
Y a Luke le llama la atención la forma que tiene Michael para acomodar todo, lo encuentra extrañamente adorable.
—Cuando llegué perdí mi maleta en el aeropuerto, me quedé solo con mi mochila con jeans gastados y una sudadera. —cortó el silencio cuando recordó aquel día. —Fue un desastre.
—Lamento que hayas tenido que pasar por eso. —dice Luke a su lado con tristeza. —A veces quisiera retroceder el tiempo y solo conocerte a ti.
Michael sabía a lo que se refería. Y él desea lo mismo, una vez que se encontraron todo dejó de doler, las heridas comenzaron a sanar.
—Pero ahora estamos juntos. Quizás es nuestra recompensa después de tanto sufrimiento.
—¿Cómo?
Dejó lo que estaba haciendo y se puso de pie frente a Michael, quien pasó sus brazos por su cintura, apgandolo más a su cuerpo, inmediatamente sintió su calidez y las mariposas en su estómago. Antes de hablar rió algo nervioso.
—Pasé muchas cosas antes de conocerte, lloraba hasta dormir y despertar para seguir llorando. Y apenas apareciste todo se fue, solo me trajiste una calma inexplicable, supongo que la vida se cansó de verme sufrir y me guió hasta a ti.
Luke sonrió mientras acariciaba sus hombros, era lo más lindo que Michael le había dicho desde que le escribió aquella carta en la que le confesaba algunos de sus sentimientos.
—Eres tan adorable. —susurró acercándose hasta que sus narices se tocaban. —Tu también trajiste calma a mi vida, estás ahí para calmar mis pesadillas y abrazarme hasta que me duermo. Hace años no me sentía tan protegido.
Terminó de hablar y juntaron sus labios, un beso lento, sin prisas y cargado con sentimientos que ninguno podía poner en palabras aún.
El rubio pasó sus manos por sus bíceps hasta entrelaza sus dedos en el cabello suave de Michael, estaba algo largo así que aprovechó de jugar con las hebras que tocaban la parte posterior de su cuello. Y Michael ama tocar a Luke así que metió sus manos dentro de su sudadera, encontrándose con la piel cálida y suave del rubio, quien soltó un suspiro en sus labios.
Ahí es cuando todo comienza a cambiar, el calor sube y los besos inocentes se vuelven profundos, húmedos y el autocontrol se va perdiendo.
Y no es el momento, ambos lo saben, aunque lo desean.
Con un quejido, se separan, las manos del ojiverde aún tocando su piel lo tienen desparramado en sus brazos.
—¿Luke, sabes que luces como un ángel?
—Tonto. —susurró el rubio riendo, sus mejillas rosadas mientras recibía cortos besos de aquellos labios rojos que le gustan mucho.
Nunca se sintió tan feliz desde que la razón de su felicidad se fue.