It Will Rain (Camren)

By SinnersPrayeer

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"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 1
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 2
Capítulo XXX parte 3 "Say You Won't Let Go"
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII - Without Me
Capítulo XLVIII -The Hanging Tree
Capítulo XLIX
Capítulo L
Broken Silence.
Magia.
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX parte 1
Capítulo LIX parte 2
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII pt1
Capítulo LXIII pt 2
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXV pt2
Capítulo LXVI
Capítulo LXVIII
Capítulo LXVIII pt 2
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 1
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 2
Something's gotta give pt 3
"El Comienzo del Fin"
"Azul"
It Will Rain
Untitled part
Shameless
1000 hands
Consequences (FINAL)
PSA
Logro Desbloqueado.

Capítulo LXVII

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By SinnersPrayeer

Diciembre 19

<<En el interior encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su señor tal como lo habían visto por última vez, en todo el esplendor de su juventud y singular belleza. En el suelo, vestido de etiqueta, y con un cuchillo clavado en el corazón, hallaron el cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas y con un rostro repugnante. Sólo lo reconocieron cuando examinaron las sortijas que llevaba en los dedos.>>

—Y así chicos es como termina la historia. Un final aparentemente justo y acorde a la vida que el joven Dorian llevaba. Puede ser incluso un final irónico si lo piensan desde la perspectiva de su secreto, tanto que ocultaba aquel cuadro para que terminase a la vista de todos.

—¿Profesora?—profirió Willow Parker desde su lugar sin estar segura si debía o no decir lo que llevaba largo rato pensando. Al final y mientras veía el rostro interesado de la profesora decidió simplemente soltarlo.—Hay algo que no comprendo.—Lauren asintió y como solía hacerlo la instó a continuar con un ligero asentimiento.—Si Dorian Gray fue el que murió ¿por qué las personas encontraron a un anciano calcinado en su lugar? ¿Qué sucedió con el joven y apuesto chico? Yo creo que la historia no termina así, debe haber una segunda parte que deje todo mucho más claro ¿cree que podamos contactar con el escritor?

Lauren no cabía en si misma del asombro que sentía por las palabras de Willow. ¿Tan mala había sido su lectura para que la joven estudiante malinterpretase todo y al final no comprendiese ni una sola palabra del libro?

Durante los primeros segundos que precedieron a la pregunta un profundo silencio se instauró en el aula y ante su falta de respuesta la joven estudiante comenzó a revolverse incomoda en su asiento temerosa de haber dicho algo incorrecto. Mientras tanto Lauren recitaba mentalmente el mantra con el se había guiado durante todos sus años de enseñanza. "Mantener una actitud positiva y atenta hacia los estudiantes." De acuerdo con su principio no podía tratar a Willow de manera cruda y despectiva, pero si debía ser cálida y prudente a partes iguales, cualquier cambio abrupto de dirección podría llevar a que Parker dejase de interesarse por la literatura o en su defecto por su forma de enseñanza. Así que no encontrando otra opción Lauren utilizó el humorismo como mejor método distractorio.

—Esa es una gran idea señorita Parker pero mucho me temo que el escritor; Oscar Wilde, murió hace más de cien años. Así que tendremos que conformarnos con ese tétrico final.

—¿Christian Grey es el hermano de Dorian profesora?—preguntó alguien más al fondo de la sala y un coro de risas rompió la tensión del ambiente. —Ya sabe... me refiero a el loco de las cincuenta sombras

—¿Qué le hace pensar eso señor Phillis?

—Tienen el mismo apellido y de acuerdo con la descripción de los libros, ambos son condenadamente atractivos, muy ricos y tienen secretos; oscuros secretos. Uno de ellos oculta un cuarto rojo del placer y el otro su retrato. Sin mencionar que en cada caso hay una chica; Anastasia Steele para Christian y Sybil Vane para Dorian, sus finales distan mucho uno del otro pero si algo tienen en común es que las dos fueron profundamente amadas por sus dementes enamorados.

—A pesar de que sus conjeturas son muy interesantes, me temo que su parentesco es completamente nulo. Uno de ellos es Grey y el otro Gray.

—¿Cuándo vamos a leer el libro profesora?—añadió alguien más uniéndose a la conversación.—Escuché que para sentirse en el papel de la protagonista la escritora se sujetaba las manos mientras escribía las escenas eróticas.

—Ni siquiera voy a preguntar cómo es que sabe eso.

—Internet— respondió encogiéndose de hombros.

—Por eso es que su conocimiento literario es tan bajo. Por el bendito Internet.

—No puede negar que es una forma mucho más económica de acceder a los libros y tampoco que las plataformas en línea le dieron un nuevo giro a la lectura.

—No voy a negarlo, pero ahora mismo no estamos tratando literatura moderna. Estamos hablando de Dorian Gray. Realmente estoy decepcionada porque no comprendieron nada. No sé si soy yo quien no sabe conectar con ustedes, o es que ya nada le interesa. —sin apartar la mirada de todos Lauren suspiró pesadamente.—Sé cuan importantes son las vacaciones para ustedes y siento mucho arruinarlas pero esto es importante y debido a su poca falta de interés en mí, van a tener que leer nuevamente el libro. Voy a ser benévola y les voy a dar el fin de semana entero.

—Suena demasiado sencillo.—repuso Tyler Crowd.—¿Cuál es el truco?

—Un ensayo de diez mil palabras, en mi bandeja de entrada, el martes próximo antes de la media noche. Ese es el truco.

No hubo tiempo para que el grupo mostrara su inconformidad porque tan pronto como Lauren dejó de hablar la campana que señalaba el inicio de las vacaciones repiqueteó en cada espacio de la escuela.

"Hasta luego profesora. ¡Feliz navidad!"

"¡Feliz navidad, profesora!"

"Nos vemos el próximo año, señorita J ¡Felices fiestas!"

—Hasta luego chicos, no olviden el ensayo y por favor lean despacio. Hay cosas importantes de las que vamos a hablar cuando vuelvan. ¡Feliz navidad!—uno a uno se fue despidiendo de sus estudiantes hasta que el aula quedó completamente vacía.

El año estaba a punto de terminar, pero lejos de darle gusto sentía un profundo desconcierto por el futuro. Ya había cumplido sus metas a corto plazo y tenía mucho más de lo que algunas personas podían permitir soñar. Tenía todo y no era feliz ¿Por qué?

—Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos. Víctor Frankl

Al escuchar su peculiar tono de voz Lauren se giró y se encontró con Nicolette Daddario revisando cuidadosamente el mensaje que días atrás había grabado en la puerta. Sonrió con amabilidad cuando sus ojos se encontraron y luego de encogerse de hombros continuó con su tarea de recoger los libros que había en los pupitres.

—¿Lista para ir a casa?—cuestionó mientras se sentaba en la silla detrás del escritorio. Lauren balbuceó una respuesta negativa y sin mas que hacer Nicolette comenzó a revisar las cosas que había en el escritorio, sus manos tocaron cada objeto hasta que llegó al portátil a medio abrir de su amiga. Dio una mirada rápida y al encontrarla entretenida con su montaña de libros se dispuso a hurgar en lo mas profundo de su intimidad.

Lauren sabía que el silencio no era bueno en dos situaciones, mientras cuidaba niños y con Nicolette presente. Bastó un rápido vistazo para darse cuenta que la profesora se encontraba completamente absorta en la pantalla. En un principio no hizo sino negar con la cabeza y sonreír con diversión, al menos así fue durante los dos primeros minutos hasta que recordó su turbio historial.

—¿Qué crees que haces? —masculló mientras cerraba la pantalla justo frente a sus ojos.—¿Nadie te ha dicho que espiar la privacidad de otra persona es ilegal?

—Soy profesora de Química no de ética. Así que no, no tenía la menor idea. Pero voy a darte un consejo Lauren. Lo que sea que estés buscando no lo vas a encontrar en esas tontas páginas de sociales.

—Yo no estoy buscando nada. Solo tenía curiosidad por...

—¿Por la vida de Camila y su familia?—incomoda Lauren agachó la cabeza. Últimamente su vida era un libro en blanco en el que todos podían escribir y a su vez leer lo de los demás.—Si quieres respuestas lo mejor que puedes hacer es preguntar.

—Ahora mismo no hay mucha gente que esté dispuesta a darme información.

—Literalmente las reglas se hicieron como un sofisticado programa de medición pero hoy voy a usar tus términos literarios y voy a decir que las reglas se hicieron para romperse. Y tú y yo, vamos a romper el maldito sistema. Rápido, toma tus cosas. Te veré en el auto.— desconcertada por la creciente emoción en su colega y mientras la veía partir Lauren tomó su maletín y comenzó a arrojar ningún cuidado las cosas que tenía encima del escritorio, casi podía jurar que escucho un fuerte "crack" cuando al salir abruptamente del salón su maletín impactó con la pared del pasillo.

(...)

—¿Cuándo vas a decirme a donde nos dirigimos? —cuestionó Lauren por cuarta vez desde que salieran del estacionamiento. Desde el principio Nicolette había adoptado una máscara fría pero no había sido hasta ahora que la pelinegra comenzaba a sentir miedo. Justo así comenzaban las películas de terror. Una mujer con una idea impulsaba era siempre el punto de mira de los asesinos en potencia. No quería pensar en Nicolette como una persona capaz de matar pero todos eran capaces cuando la vida los ponía en una situación límite.—¿No vas a deshacerte de mi cierto?

Nicolette lo pensó por varios minutos para finalmente negar. Aquello no hizo sino fortalecer su desconfianza, reafirmándola por completo cuando se detuvo en una tienda de autoservicio que parecía más vieja que la estatua de la libertad.

—¡Llegamos!—exclamó con alivio y un extraño toque de felicidad que no hizo sino aumentar las dudas de Lauren.—Tienes que bajar.

—No voy a hacerlo. Lo que sea que hayas planeado... olvidado y volvamos a casa. Tengo demasiado trabajo y Connor va a ayudarme a buscar a Coco. Necesito encontrarlo, ya no puedo perder a alguien más.

—Coco va a aparecer Lauren, es un perro listo.

—¿Y si está lastimado? Había un rastro de sangre y encontramos su correa ¿lo olvidas? Tengo que buscarlo. Por favor da la vuelta.

—No pienso hacer tal cosa. Vamos a conseguir respuestas, Lauren. Quieras o no.

—Pero...

—Ni siquiera te atrevas a poner el nombre de Coco en la conversación otra vez. Vamos a encontrarlo, lo prometo. Tengo personas trabajando las veinticuatro horas y me avisaran si encuentran algo, sin importar lo mínimo que sea. Ahora lo importante es tu salud mental. No puedo aguantar otra noche mas sin dormir por tu culpa. Si tu duermes, yo duermo ¿está bien?—Lauren asintió.—Ahora realmente necesito que bajes, estamos a punto de quedarnos sin gasolina y muero de hambre.

Con el tanque lleno, una bolsa repleta de chucherías y una mujer con la mirada perdida en las nubes que las perseguían, Nicolette volvió a retomar el camino. No sabía lo que se encontrarían al llegar pero era necesario que Lauren cruzara ese puente cuanto antes, o de lo contrario nunca podría seguir adelante.

—Siempre quise saber como conociste a esa irritante morena.—preguntó Nicolette luego de un largo silencio. —¿La conseguiste en un huevo sorpresa? porque de lo contrario no comprendo cómo alguien como tú...—la señaló con la mano libre haciendo sonreír a la pelinegra—...terminó con alguien como ella.

—Conocí a Camila un día antes del memorial de Victoria. En el Aeropuerto Internacional O'Hare cuando iba a buscar a Dinah.

—Creía que la doctora vivía en Chicago con todas ustedes.

—Así era pero dos años antes de terminar la preparatoria la familia de Dinah se mudó a Santa Ana. Por lo tanto si ella quería vernos tenía que viajar de un sitio a otro. Se convirtió en una costumbre que continuó hasta después de la muerte de Tori.

—Me resulta admirable que pesar de su enfermedad ustedes todavía se mantuviesen unidas. Son el claro ejemplo de que la amistad infinita existe.—Lauren sonrió agradecida por el cumplido.— Entonces conociste a Camila en el aeropuerto O'Hare.

—La muerte de Tori era demasiado reciente como para seguir el protocolo de llagada que habíamos implementado y yo necesitaba un abrazo fuerte de mi mejor amiga. Ese día no la esperé en el auto como acostumbrábamos sino que me encontré con ella en la sala de llegadas y caminamos juntas hasta el estacionamiento. Recuerdo que conversamos de Tori y las emociones me sobrepasaron. De pronto me encontraba llorando a raudales en mitad de un estacionamiento vacío con Dinah a mi lado sin saber que hacer mas que abrazarme y decirme que todo estaría bien. En medio de ese caos apareció Camila con una maleta a cuestas, un paquete de pañuelos en la mano y en sus ojos la promesa de que todo mejoraría. Esa fue la primera vez que la vi, luego el siguiente fin de semana volvimos a encontrarnos en mismo el aeropuerto, ella me reconoció e inventó cualquier excusa tonta para acercarse a saludar. Yo no esperaba nada de la vida y sin embargo esta se empeñaba en demostrarme que las cosas buenas existían y superaban por mucho a las malas. Un mes después comencé a sospechar que sus visitas esporádicas se debían a mí y aquello me llenó de una extraña emoción que no debía sentir por mi reciente perdida, pero que ahí estaba. Al cabo de un tiempo nos volvimos amigas y sus visitas dejaron de ser esporádicas para convertirse en fijas. Nos veíamos todo el tiempo y con la convivencia nació el amor.

—¿Nunca te preguntaste el motivo de sus primeras visitas?

—Realmente no, mi mente no sospechaba que había motivos ocultos detrás de su interés. Hoy reconozco mi ingenuidad. Prácticamente le di todas las herramientas para que su engaño funcionase. Si hubiera visto sus intenciones, yo jamás la habría dejado entrar a mi vida.

Mientras se adentraban a la ciudad el cielo comenzaba a tornarse oscuro y cientos de pequeñas gotas cristalizadas de agua se deslizaban por el parabrisas. Lauren no quería anticiparse pero estaba casi segura que una tormenta caería con fuerza sobre la ciudad. Media hora más tarde sus predicciones se volvían realidad cuando intentaban, no sin dificultad, moverse entre la nieve.

—No pudiste elegir un mejor día para traerme ¿cierto?

—Me lo agradecerás mas tarde, ahora ponte el cinturón y cállate. No pienso conducir hasta "Los Hamptons" con tu voz chillona en mi oído.

(...)

What a bright time, it's the right time
To rock the night away
Jingle bell time is a swell time
To go riding in a one-horse sleigh


—Giddy-up... jingle horse, pick up your feet... Jingle around the clock.

—¡Basta!

Mix and a-mingle in the jingling feet...That's the jingle bell rock

—¡Lauren!

Jingle Bell, Jingle Bell, Jingle Bell Rock

—No quiero escuchar una palabra más salir de tu boca. ¡Solo cállate!

La da da da, da da da da da, da da

Eso es todo, no soporto un minuto más a tu lado. ¡Sal del maldito auto!

—No lo voy a hacer. —el gruñido que recibió a cambio debió convencerla pero a pesar del temor se mantuvo firme.—Yo no quería venir en primer lugar. Prácticamente fui secuestrada. Es tu culpa que estemos varadas en medio de la nada. ¡Busca una maldita solución!

—Lo siento por preocuparme por ti y pensar en tu bienestar, Lauren.

—¿Mi bienestar? Solo estabas siendo egoísta como acostumbras. ¿Por qué no me dijiste que tu única intención al venir conmigo era ver el encendido del árbol en Bryant Park? Nos habríamos ahorrado muchos disgustos.

—Gran parte de esos disgustos son culpa tuya, no fui yo quien olvidó la maldita dirección.

—¡No olvide la maldita dirección! Los caminos están cerrados y ninguna de las vías es accesible. ¿Cómo podría llevarte allí sin morir en el trayecto?

—Eres una cobarde.

—Disculpa si no quiero morir, pero tengo muchos planes y metas que quiero conseguir.

—No tienes miedo de morir, tienes miedo de ver a Camila a los ojos y no poder odiarla.

—¡Cállate!

—No voy a callarme hasta que admitas que amas a Camila Cabello.—gritó llamando la atención de las personas a su alrededor.—¡Admítelo!

—No pienso admitir algo que no es cierto.

—¿Entonces por que quieres verla? ¿Por qué revisas las notas de sociales cada mañana con la esperanza de ver su foto en la portada? ¿Por qué diablos la sigues llamando en sueños?

—Quiero verla para dejar de sentirme culpable ¿bien?

—¿Por qué te sentirías culpable?—inquirió con sorpresa.—No tiene sentido.

—Yo no quiero que Camila...—parecía que de sus labios saldría una enorme confesión que Nicolette esperaba con ansias. Sin embargo lo que obtuvo no fue lo que esperaba.— Sigue ese auto.

—¿Qué auto? —replicó mientras encendía el auto con torpeza. Sus manos estaban congeladas cuando la persecución comenzó.

—El mercedes negro de la izquierda.

—¿Por qué tengo que seguirlo?

—Ese es el auto de Jared Cabello, el padre de Camila.

—¿Y por que estás tan segura que un excéntrico millonario va a conservar el mismo auto que dos años atrás?

—Confía en mí, conozco a la familia Cabello. Y sobre todo a Jared, ese hombre no cambiaría su auto por nada del mundo.

Y Lauren tenía razón, el auto negro cuyo conductor era el padre de Camila los llevó a las mismas puertas de su casa sin siquiera saberlo. Esperaron unos minutos a que Jared bajara del auto y otros mas para estacionar el Jeep a una distancia prudente donde no pudieran ser vistas.

—¿Lista? —Lauren negó, en el camino había planeado cada palabra que le diría a Camila cuando la tuviera en frente, pero ahora que el momento había llegado todas esas palabras se habían resbalado por su garganta dejándola sin nada.—Tranquila, eres una mujer fuerte y decidida. No necesitas tener un guion, solo hazles frente a tus emociones y que pase lo que tenga que pasar.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Se preguntó Lauren mientras que salía del auto y comenzaba a caminar entre la nieve. Al cabo de unos minutos empezó a sentir como el frío penetraba en sus zapatos deportivos. Por un momento el miedo la superó y de inmediato recorrió el camino de regreso al auto pero cuando quiso abrir la puerta se encontró con la sonrisa arrogante de Nicolette saludándola a través del vidrio.

Utilizó el coraje como fuente de energía y se obligó así misma a moverse hasta la puerta, presionó el timbre con ansiedad y luego solo tuvo que esperar. De cuando en cuando volvía el rostro y su mirada se encontraba con la de Nicolette que le daba ánimos a través del parabrisas. Antes de que pudiera arrepentirse, la puerta se abrió y por primera vez en años vio el rostro de Jared Cabello justo frente a ella. El hombre sonriente que abrió la puerta sufrió la transformación mas aterradora que alguna vez hubiese visto.

—¿Qué haces aquí?—escupió con la voz cargada de enojo.—¿No tuviste suficiente con lo que le hiciste a mi hija?

—No estoy aquí para pelear. Quiero hablar con Camila y este es mi ultimo recurso antes de llevarla ante un juez.

—Sabes Lauren... —comenzó a decir utilizando el tono de voz conciliador que tanto atraía a los demás.—De verdad pensé que eras una mujer inteligente pero ahora me doy cuenta de que solo eres una tonta con un título. Antes de que mi hija pusiera un pie en un juzgado tú ya te habrías quedado en la calle, sin un trabajo y con la reputación más sucia que el dinero puede comprar. Lo mejor que puedes hacer es tomar tus amenazas y largarte de mi propiedad antes de que llame a la policía.

—Yo también tengo mis recursos y estoy en todo mi derecho de velar por mis intereses. Sin avisarme Camila vendió un departamento que era de las dos y se quedó con todo el dinero, no voy a permitir que me defraude de esta manera. Así que tome usted sus amenazas y dígale a su hija que venga a resolver sus asuntos como la mujer adulta que es.

—Escucha Lauren, solo vete ¿sí? mañana me encargaré de enviarte un cheque con el triple de lo que se vendió ese inmueble. Pero ahora no tengo ganas de seguir escuchándote. Vuelve a casa y deja en paz a mi familia.

—¡Camila! ¡Camila!—las oportunidades de ver a la morena estaban esfumándose como aire entre sus manos. Así que como ultimo recurso decidió llamar a la morena entre gritos. En algún momento tendría que escucharlos y salir a su encuentro.— ¡Camila estoy aquí! ¡Camila!

—¡Basta! —replicó Jared intentando detener a Lauren que ansiosa se revolvía entre sus brazos.— Camila no está aquí. Vas a provocar un escándalo.

—¡Camila! ¡Camilaaa!

—¡¿Papá?! ¿Qué ocurre? —murmuró una voz desde el interior de la casa y aunque no podía decir con exactitud de quien se trataba, Lauren de inmediato la asoció con Camila.

—¡Camila estoy aquí!

—Lauren corre, yo me encargo de él. —exclamó Nicolette arrojándole un puñado de nieve a Jared justo en la cara, privándolo de sus sentidos por unos segundos, los suficientes para que Lauren recorriera el vestíbulo y el jardín. A punto de entrar en la sala escuchó nuevamente su voz y esta vez podía jurar que era la suya. Decidida atravesó el umbral y se encontró con una típica escena navideña.

—Deberíamos usar vestidos del mismo color. El rojo es un color sexy. Con este, el blanco seguiría siendo el centro de atención. —escuchó decir a la menor de los Cabello, que junto a Eva descansaban en el enorme sofá, ambas observaban una revista con suma atención. Mientras que junto al árbol se encontraba Vanessa colocando las ultimas esferas. La escena se completo cuando de una de las habitaciones apareció Zac con un pequeño bebé en brazos. Todo el mundo giró en su dirección, las reacciones luego del shock inicial fueron tantas y tan variadas que Lauren se sintió acorralada nada más entrar.

—Yo... Camila... quiero verla.

—¡Jared!—el alto y canoso hombre se situó junto a su esposa mientras que Zac y Vanessa de ubicaron a los costados de la pareja. Samy, indecisa de lo que deba hacer se quedó al fondo del retrato familiar.—No se qué estas haciendo aquí pero no eres bienvenida.

—Tengo que hablar con ella. ¡Por favor!

—¡Largo de mi casa! —repitió la mujer enfurecida.—Vanessa, llama a la policía por favor.

Nicolette había llegado en el momento justo para llevarse a su amiga ates que las cosas se salieran de control. No quería que Lauren terminase en la cárcel, no cuando ella prácticamente la había obligado a ir a esa casa en primer lugar.

—No tienen que llamar a la policía, nosotros ya nos vamos.

Sosteniéndola por los hombros Nicolette arrastró a Lauren hasta la puerta de salida. La pelinegra se detuvo en el umbral y admiró por última vez esa casa que tan buenos recuerdos le había dado.

(...)

Diciembre 29

1:32 pm

"Normani, es Lauren. Llamé a la oficina esta mañana y nadie respondió. Supongo que estás ocupada. Llámame cuando tengas un minuto libre."

3: 55 pm

"Es Lauren otra vez. ¿Te encuentras bien?"

4: 58 pm

Estoy empezando a preocuparme.

8:45

Me resigné a que no voy a recibir un mensaje tuyo. Sin embargo espero poder verte en nochevieja. Nicolette invitó a sus padres a venir a Princeton y mi madre va a hacer su famoso postre de jengibre. Guardaré un lugar para ti. ¡Feliz navidad!

Diciembre 30

El sol comenzaba a ponerse en el cielo cuando el teléfono de Lauren comenzó a sonar. Quienquiera que fuera realmente estaba desesperado. Con los ojos aun pegados por el sueño, Lauren atendió la llamada y volvió a recostarse sobre las almohadas.

"¿Lauren? —indagó una voz del otro lado de la línea.

"¿Quién eres?

"Soy yo, Ally."

"Son las siete de la mañana y son vacaciones además. ¿Qué haces despierta tan temprano?"

"Los últimos días han sido agotadores y no había podido llamarte. Quería desearle feliz navidad a mi mejor amiga y disculparme por faltar a tu cena de año nuevo."

"No puedes faltar. Te lo prohíbo."

"El teatro va a ofrecer una función extra y yo tengo que estar presente. Soy la protagonista y no puedo fallarle a mi público."

"¿Quién va al teatro en año nuevo?

"No lo sé Lauren. pero así sea una persona yo tengo que actuar para ella. Es mi trabajo."

"Odio tu trabajo.

"Pues yo lo amo.—repuso divertida. — Escucha Lauren, debo irme, mi ensayo comienza en dos horas y ni siquiera me he duchado. Diviértete por mí y guárdame un poco de la tarta que hace tu madre. Te quiero. Felices fiestas.

Diciembre 31

1 mensaje de voz

8:25 am

Lauren... es Dinah. Realmente agradezco tu invitación a cenar pero voy a tener que declinarla. Mis padres organizaron un viaje a ultima hora y me incluyeron sin siquiera preguntarme. No me quejo porque voy a pasarlo increíble pero me sabe mal tener que rechazarte.

Dinah corre, el vuelo esta a punto de irse. ¡Ally, tu maleta!

Te llamaré diez minutos antes de las doce y juntas haremos la cuenta regresiva. Te quiero. ¡Feliz navidad!

Con un amargo sabor Lauren se dio cuenta que sus tres amigas estaban juntas y a juzgar por el audio, estaban a punto de abordar un vuelo. 

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