It Will Rain (Camren)

By SinnersPrayeer

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"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 1
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 2
Capítulo XXX parte 3 "Say You Won't Let Go"
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII - Without Me
Capítulo XLVIII -The Hanging Tree
Capítulo XLIX
Capítulo L
Broken Silence.
Magia.
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX parte 1
Capítulo LIX parte 2
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII pt1
Capítulo LXIII pt 2
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXV pt2
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXVIII pt 2
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 1
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 2
Something's gotta give pt 3
"El Comienzo del Fin"
"Azul"
It Will Rain
Untitled part
Shameless
1000 hands
Consequences (FINAL)
PSA
Logro Desbloqueado.

Capítulo LXVI

318 16 18
By SinnersPrayeer

Noviembre 8

Difícilmente podría describir el estado en el que se encontraba mi vida ahora mismo, pero si me obligasen a hacerlo, diría que se trataba de un auténtico tornado. Uno que llegó sin previo aviso y que arrasó con todo lo bueno que había intentado construir desde mi fallida relación. La estabilidad que tenía bajo mis pies se había roto y lo único en lo que podía pensar era en Camila y su paradero. Encontrarla se había convertido en una misión de vida que debía cumplir a toda costa, no importaban las noches sin dormir que acumulase, o los días en clase que pasaban en automático frente a mis ojos. Todo se había convertido en una absurda monotonía. Ya no había emoción por leer un libro nuevo y tampoco temas interesantes para debatir, lentamente estaba perdiendo eso que me diferenciaba de los demás profesores por un tonto sentimiento de culpa que simplemente no podía explicar como es que estaba ahí.

Lo cual me llevaba a cuestionarme una y otra vez el por qué me sentía tan culpable, si yo era una víctima de las circunstancias. Circunstancias que ciertamente no podía entender. Había tantos porqués y cientos de preguntas rondando en mi cabeza que estaba a solo un paso de enloquecer.

Mientras debatía la mejor forma de escapar de la reunión con las chicas mis ojos no se apartaban del teléfono. Revisaba una y otra vez en las notas de sociales buscando una diminuta pista que me llevase hacia ella, pero por más que intentaba no podía encontrarla, me resultaba difícil comprender la ausencia de su renombrada familia en las fiestas más importantes del país a las que sin duda estarían invitados.

Era como si todo el mundo se empeñase en ocultarla y no podía creer que me sabotearan sin siquiera saberlo.

Alguna vez quise llamar a su casa y escuchar su voz de regreso pero mi valentía no llegaba a tanto, entonces debía conformarme con observar las fotografías y reseñas que los periódicos y revistas digitales publicaban sobre los eventos más relevantes de Nueva York y luego decepcionarme al no encontrar nada.

La búsqueda me había mantenido tan absorta de mi alrededor que no noté la presencia de Ally hasta que se situó a mis espaldas y me cubrió los ojos con sus manos. Sonreí con sincera alegría cuando me encontré con su agradable sonrisa y esa mirada que destilaba paciencia y comprensión.

—Pensé que ya estarían todas aquí.—balbuceó deprisa mientras se quitaba la chaqueta y la ponía sobre la silla.—Perdí dos autobuses y justo cuando creí que la pesadilla había terminado me di cuenta que estaba en dirección a Baltimore. ¡¿Puedes creerlo?! Mi agente casi se desmaya cuando le dije que estaba en medio de la carretera haciendo "autoestop". Ni siquiera pasaron veinte minutos cuando ya había enviado un auto por mí. Es una locura.

—Beneficios de ser una super estrella tal vez...—musitó con diversión mientras revolvía el contenido de su copa con la pequeña pajilla.

—No soy una super estrella.

—Las personas a nuestro alrededor no piensan lo mismo. —de manera inconsciente Ally giró su rostro encontrándose con miradas penetrantes que al cruzarse con la suya se volvían ruborizadas.—No puedes culparlos.—añadió en un intento por contener su risa. —Tu presencia es tan abrumadora que con dificultad puedo aguantarla.

—Eres una tonta ¿lo sabías?

—Por supuesto que lo sabe, Ally—dijo una voz a sus espaldas.—Y lo peor de todo es que disfruta serlo.

—¡Dinah! —chillaron ambas y sin más se arrojaron a sus brazos. Se habían visto el domingo anterior pero nunca tendrían suficiente de Dinah Jane.

—¡Basta!—refunfuñó empujando a las dos mujeres lejos de sus brazos.—Aliméntenme o me voy ahora mismo.

Tan rápido como había surgido la emoción en Lauren por ver nuevamente a Dinah, esta decayó al grado de volver su total atención al teléfono. Pensaba que si se apartaba por un segundo perdería información trascendental sobre Camila. Revisó una a una las fotografías que se mostraba en el artículo de sociales y se dio de bruces con la decepción. Sin embargo lo que escuchó decir a sus amigas consumió por completo las ganas que tenía de volver a ver rostros estirados y reseñas de restaurantes a los que seguramente nunca iría, no porque no fuesen buenos, sino porque la clase de gente que allí se reunía no era en lo absoluto de su agrado.

—¿Dónde está Normani?—cuestionó Ally nada más se hubieron sentado.—Pensé que llegarían juntas.

Dinah se encogió de hombros con indiferencia mientras colocaba la servilleta encima de sus piernas.

—Esta mañana recibió una llamada de Milo.—dijo y Ally asintió.—Vino a la ciudad por unos días y Normani aprovechó su visita para conversar sobre los asuntos pendientes que tenían.

Con el rostro fijo en el teléfono Lauren aparentó estar absorta del mundo y de su conversación, pero en el fondo daba saltos de alegría al enhebrar los hilos de la situación con solo escuchar su nombre. Milo. Sonrió al recordar la renuencia que había sentido en un principio y luego quiso reír por lo tonta que había sido al ignorar lo obvio que resultaba todo, Milo era nada más y nada menos que el nombre clave que sus amigas eligieron para ocultar la presencia de Camila Cabello en sus vidas y ella había caído completamente en la farsa. Intentó guardar compostura pero una vez más su curiosidad la traicionó y un minuto mas tarde su boca ya estaba profiriendo aquello tanto ansiaba saber.

—¿Milo?—inquirió con fingida indiferencia que no pasó desapercibida para la doctora.—¿Milo tu novio? ¿Por qué Normani tendría que resolver asuntos con tu novio?

—Milo es su socio Lauren, —respondió Ally mientras intentaba llamar la atención del camarero. —Pensé que ya lo sabías.

—Ustedes nunca mencionaron nada.

—Lo hicimos Laur, pero realmente nunca prestaste atención—replicó Dinah sin ningún rastro de reproche. Parecía ya haberse resignado a la ausencia mental de la profesora siempre que se reunían.—Todo era sobre Tyra y su imperiosa necesidad por controlarte.

Lauren era consciente de lo que sus amigas pensaban de su relación, pero ver sus rostros indiferentes y escuchar la resignación con la que hablaban le produjo un extraño sentimiento de culpa del que era incapaz de deshacerse.

—Entonces ellas...quiero decir Normani y Milo...¿están juntos?—volvió a intentar ganándose un pausado asentimiento de la doctora quien observaba la carta.—¿Vendrán esta noche a Baudelaire's?

— Salmón con brócoli y patatas fritas—musitó Dinah ignorando la pregunta de la profesora.—Justo lo que necesito. ¿Qué vas a pedir tú, Ally?

—No me puedo decidir entre salmón y róbalo, ambas están en mi dieta pero hoy quiero arriesgarme un poco. ¿Qué me aconsejas pedir Laur?

—Brochetas de carne y verduras o quizás los tacos de salmón con crema de aguacate.

—No estoy segura...—musitó sin apartar los ojos de la carta.—Me parece algo soso para la noche que tenemos por delante. Voy a elegir róbalo en salsa de camarones.

Y así, entre platillos a elegir, substituciones de alimentos y la ausencia de Normani más notable que nunca, las tres chicas comenzaron su noche, una que prometía sorpresas y una que otra decepción.

(...)

La conversación en el restaurante había dejado implícito que Normani se reuniría con ellas en Baudelaire's y al menos para Lauren, el hecho de que esta se hubiera reunido con Camila en Nueva York le daba la certeza de que también la acompañaría al club. En un minuto las posibilidades infinitas le nublaron la mente y como si se tratase de una adolescente esperando la llegada de su amor platónico en el pórtico de casa, Lauren comenzó a anhelar ese momento. No sabía que iba a decirle cuando se encontraran o lo que su cuerpo le permitiría hacer, pero esta vez iba a hacer lo correcto, haría aquello que les permitiera a las dos seguir con sus vidas. Necesitaba con desesperación sentirse libre y de la misma manera liberar a Camila. Aunque dicha liberación no incluyese un perdón de por medio.

Fabulous

Ally 10:53 pm

Algunos calculan el éxito en la vida por la cantidad de dinero en su cuenta bancaria, otros por llegar a la cima del gremio profesional en el que se desempeñaban, y algunos más confiaban ciegamente en haberlo conseguido debido a que tenían el dinero, la profesión y para guindarlo todo, también poseían una hermosa familia. Sin embargo para Allyson Brooke el éxito no era sino la capacidad de ser plenamente feliz en cada momento del día, desde que se levantaba por las mañanas llena de energía hasta que con una radiante sonrisa se iba a dormir.

Misma sonrisa que no podía borrar mientras disfrutaba junto a sus amigas de manera tan plena y agradable del momento que estaban compartiendo.

La inauguración de Baudelaire's en Nueva Jersey había representado para el grupo un receso de la montaña rusa de emociones que el último tiempo había traído. Finalmente podían relajarse y bailar al ritmo que el dj en turno marcase, ya fuera una pieza de dance, electrónica o en su defecto el tema del verano que nunca estaba de más. Y aunque su estatus de actriz reconocida era evidente para la mayoría de los que ahí se encontraban Ally se sentía libre y lo demostraba mientras cantaba con absoluta pasión las notas de su canción junto a Dinah y Lauren que saltaban a su alrededor siguiendo el ritmo.

Durante aquellos minutos no existía nadie más en el mundo que ellas mismas y su burbuja de felicidad se mantuvo hasta que los vasos de cristal se vaciaron y por ende mientras caminaban hacia la barra las preguntas de rigor comenzaron a brotar una tras otra y todas iban dirigidas a Lauren.

—No me gustaría arruinar el momento pero tengo que preguntarlo antes de que me consuma por completo.— empezó Dinah con la voz contenida por la emoción.— ¿Lo hiciste?—Lauren evadió su mirada dirigiéndola luego a un punto muerto en el piso —¿Rompiste con Tyra?

—Es complicado.—dijo sin más y Dinah resopló sin poder creerlo mientras volvía a buscar su mirada.

—¿Complicado como un batido de chocolate o complicado como la teoría cuántica?

Con un pesado suspiro y volviendo su mirada hacia la doctora, Lauren respondió.

—Como la teoría cuántica.—las palabras de Tyra seguían doliendo como aquel día y aunque se encontraba mejor no quería remover heridas y soltarse a llorar en una noche que se suponía debía ser perfecta, por lo tanto y como hacía últimamente zanjó el tema y volvió a tomar el control de su faceta indiferente.— Ocurrieron cosas que me hacen pensar que este no es nuestro mejor momento

—Quizás solo debes darle tiempo.— repuso Ally con naturalidad mientras recibía las bebidas que habían pedido al barman. —Las relaciones siempre tienen dificultades, pero en tu caso es todavía más difícil porque tienes a tus espaldas la historia con Camila. Es completamente normal que no encajes con tu nueva pareja al principio pero te prometo que si lo dejas estar por unos meses las cosas mejoraran.

En primera instancia Ally no se dio cuenta de lo que sus palabras significaban pero un segundo más tarde cuando el silencio comenzó a hacer metástasis en el ambiente y justo cuando sintió la mirada intensa y penetrante de Dinah sobre ella fue que entendió la gravedad y el impacto que habían tenido sobre la profesora. Lauren por su parte se encontraba pensando seriamente en sus palabras. Quizás se estaba apresurando con Tyra, tal vez debía dejar que las cosas se enfriaran entre ambas para intentar encender la llama del amor.

Entre dudas de Lauren, insultos mentales de Dinah acompañados de miradas que podrían matar si ese fuera su propósito, Ally se perdía en los recuerdos de aquella misma mañana, rememoró cada segundo desde que atendiera la llamada de Tyra hasta que sus lágrimas se deslizaban una tras otra por sus mejillas cuando terminó. Nunca en su vida había estado tan confundida como ahora que veía a Lauren mirar el contacto de Tyra con impaciencia.

¿Su secreto valía lo suficiente como para poner la cuerda alrededor de la cabeza de su mejor amiga?

La respuesta era evidente pero como muchas otras veces la actriz decidió aplazar el momento de desvelar la verdad tomando la llegada de Normani como la mejor salida posible.

Motivation

Normani 12:17 am

No había persona más feliz y motivada que Normani Kordei mientras entraba al club y caminaba por la colorida alfombra arcoíris en compañía de Sam, ambos lucían como la pareja perfecta vestidos a juego y sonriendo con diversión mientras se tomaban de las manos y posaban para las fotos de los medios locales que Pitti había convocado para la inauguración.

—Gracias por venir conmigo.—agradeció mientras cruzaban el recibidor y se adentraban en el angosto pasillo que los llevaría hasta sus amigas.—De no ser por ti estaría posando ante las cámaras con un jersey deportivo, shorts, tenis y el sudor acumulado de dos días.

Sam se encogió de hombros restándole importancia al asunto. No había nada que agradecer puesto que él estaba encantado de conocer algo más que Central Park y el hobby del hotel que compartía con Elenek.

—Aun así lucirías fabulosa.—repuso con un extravagante tono de coquetería dejándole un adorable guiño al final.—No tanto como yo pero estás muy cerca.

Le encantaba la forma de ser tan liberal y fresca de Sam y estaba segura que junto a Dinah iban a hacer explotar el lugar con sus locuras. No podía esperar para presentarlo con el grupo y entonces comenzar a festejar por el increíble día que había vivido.

Un día que había resultado perfecto, desde la búsqueda del anillo, el sitio adecuado para la petición, el traslado de la familia hasta el restaurante y como guinda del pastel, el ansiado "si quiero". Lo único que faltaba para etiquetar aquel como el mejor y más emocionante día de su vida era contárselo a sus amigas. Estaba segura de que iban a volverse locas cuando les contara las buenas noticias.

Su sonrisa se mantenía firme en sus labios hasta que llegó al salón inundado en música y personas que bailaban muy cerca de otras. El lugar estaría en completa oscuridad de no ser por los destellos neón que había por todos lados, gracias a ellos fue que Normani vio el rostro preocupado de Ally transformarse rápidamente cuando sus miradas se encontraron. Su cuerpo se detuvo abruptamente haciendo que el de Sam y las personas que los seguían chocaran entre sí. El incidente fue rápidamente asistido por la morena y justo cuando se disponía a disculparse se encontró con los rostros sorprendidos de Graham y Kelsey seguidos por Cassidy, Preston y Randy. A pesar de que se habían visto un par de horas atrás volvieron a saludarse y a felicitarse unos a otros por el gran acontecimiento del que fueron testigos. Por primera vez en mucho tiempo y mientras veía la genuina felicidad en los rostros de sus nuevos amigos Normani sintió tranquilidad y a pesar de que tenía las miradas de Lauren, Dinah y Ally preguntándose que rayos estaba sucediendo, comenzó a tomar parte del festejo.

Las explicaciones vendrían más tarde, por ahora debía ser feliz por lo brillante que se veía el futuro.

Lento

Lauren 2:37 am

Al menos cinco metros las separaban pero a pesar de la distancia Lauren podía sentir el aliento de Cassidy respirar justo sobre su hombro. Sin saber por qué, esa noche se había convertido en el punto de mira de la castaña y se le hacía imposible deshacerse de su mirada envenenada y de esa sonrisa victoriosa que le mostraba cada vez que se atrevía a mirarla.

Cassidy era dueña de un secreto a voces que ansiaba con desesperación contarle a la profesora pero no quería apresurar el momento, debía esperar a que Lauren estuviese inmersa por completo en la duda teniendo como último recurso el ir a buscarla. Entonces la verdad saldría a la luz y Lauren Jauregui se arrepentiría de todos los pasos en falso que había dado durante el ultimo año. Una vez más a la distancia Cassidy alzó su copa de vodka y con una sonrisa juguetona y un guiño travieso brindó con Lauren y luego se perdió entre el pequeño grupo que formaban sus amigos.

Mientras tanto Lauren veía como sus valientes amigas se alejaban en dirección al grupo liderado por la castaña y de inmediato se unían al extraño juego de felicitación y choque de copas que tanta curiosidad le provocaba. De alguna manera extraña se sentía relegada de la felicidad que todos esos a los que una vez llamó amigos, compartían, después aparecieron los celos seguidos del resentimiento con la morena por arrebatarle eso que todos tenían.

—Conozco esa mirada...—señaló Normani luego de sentarse junto a ella en el sofá. —Y no tiene razón de ser. Solo dales un minuto y volverán con nosotras, lo prometo.

—¿Ahora lees mi mente?—objetó con un dejo de diversión en la voz.

—No es necesario Laur, el alcohol ha hecho su trabajo y ahora mismo eres un libro abierto. Si quisiera podría leer la parte sucia de tus noches con Tyra o esas letras pequeñas al pie de pagina que cuentan lo mucho que te lastimaron sus palabras.

—¿Cómo lo sabes? ¿Quién te... Ella te lo dijo?—Normani sonrió triunfante. Ese viejo truco siempre funcionaba.—Te odio.

—¿Quieres hablar de ello?

—Ahora mismo lo único que quiero es otro mojito y saber qué diablos festejan allá atrás.—Normani siguió la mirada de Lauren y se encontró con la decisión grabada en los ojos de Cassidy. — Llámame loca pero siento que tiene que ver conmigo porque no paran de mirarme y luego cuando los enfrento, evaden mi mirada y se ríen. ¿Qué diablos está sucediendo Mani?

—No es importante Lauren, solo es Preston...finalmente dio el gran paso y le pidió a Cass que fuese su novia.

—Hay algo más, yo lo sé.—musitó en voz baja sin apartar la mirada de la provocadora Cassidy Coleman. Entonces tan pronto como vio que la castaña iba a repetir el gesto de brindar a la distancia con ella, se levantó de prisa y comenzó a caminar en su dirección.— Y ahora mismo voy a averiguar que es.

"No somos responsables de las emociones pero si de lo que hacemos con ellas"

Como dos polos opuestos Lauren y Cassidy se dirigían al centro de la habitación atraídas por la necesidad abrumadora de saciar un instinto y satisfacer las dudas. Por otro lado estaban Dinah y Normani, quienes habían presenciado la lucha de miradas desde el principio saltaron a la primera señal de alarma y fueron detrás de aquellos dos tornados buscando apaciguar su furia.

Bottled Up

Dinah 3:15 am

El destino estaba de su parte y justo cuando el huracán Lassidy se disponía a tocar tierra las luces se apagaron y un segundo más tarde la canción que todo el mundo había esperado comenzó a retumbar en los altavoces causando descontrol y locura por donde quiera que mirarse. Una mirada cómplice con Normani bastó para tomar la mano de Lauren y arrastrarla entre la multitud hasta la seguridad de los servicios. Solo cuando cruzó la puerta metálica Dinah sintió que el color volvía a tomar su rostro.

—¿Qué diablos pretendías hacer allá afuera Jauregui? Cassidy podía haberte hecho daño. Esa mujer está loca y tú lo estás todavía más si es que pensabas enfrentare a ella. —masculló desesperada caminando de un lado a otro en la habitación liberando la adrenalina de su sistema.

—No iba a pasar nada. Solo quería hablar con ella.

—¿Y que te hace pensar que Cassidy hablaría contigo? No eres su persona favorita y...

—Ella sabe dónde está Camila. Lo vi en su mirada.

Aquello rompió por completo la cordura y los nervios de la doctora haciendo que detuviera abruptamente su andar y se recargara en uno de los muros. Nunca, ni siquiera cuando pasaba horas asistiendo en el quirófano, se sentía tan ansiosa y desesperada como ahora que apreciaba como la determinación crecer en el cuerpo de la profesora.

—Tienes que parar Lauren.—suplicó con la voz cansada.— Por tu bien y el de todos nosotros, deja en paz a Camila y sigue con tu vida. Solo entonces podremos seguir con la nuestra.

—Respeto tu lealtad y no pretendo que me apoyes pero agradecería que dejaras de ser un obstáculo en mi camino. Solo estás postergando lo inevitable Dinah.

Abrumada por todo lo que estaba sintiendo Dinah se rindió y sin decir una sola palabra se encerró en uno de los cubículos. Lauren la escuchaba susurrar palabras inentendibles y otras más que eran claros insultos para ella y toda su descendencia, seguidos de respiraciones profundas y frases que buscaban tranquilizar su mente, corazón y estómago.

—Lauren...—pronunció Dinah rompiendo el silencio. —Necesito un favor. En mi bolsa hay un pequeño frasco...¿puedes verlo?—Por supuesto que lo veía y no solo eso, también había dado con el tesoro más grande que alguien con una curiosidad infinita estaría encantado de encontrar; un teléfono desbloqueado. Finalmente los planetas se alineaban a su favor. Una rápida búsqueda entre sus contactos y la encontraría. —Lauren...

—Dame un segundo. —repuso mientras fingía revolver el contenido de la bolsa para ganar tiempo y así poder revisar los mensajes. Milo fue su primera opción, luego intentó con Camila, Mila, siguiendo por todos y cada uno de los apodos con los que solía dirigirse hacia ella obteniendo siempre el mismo resultado hasta que...—Lo encontré.

(....)

5:46 am

—No puedo creer que rompieras mi teléfono.— insistía Dinah sin poder olvidar el incidente. La escena se repetía constantemente en su memoria siendo sonido del impacto lo que más dolor y frustración le producía.—¿Por qué?

Lauren por su parte se limitaba a responder con monosílabos mientras cabizbaja lideraba el camino por las escaleras. El mismo mensaje: Dijo que si desde dos remitentes distintos; Avan y Elenek. No conocía ninguno de los nombres pero por alguna razón que no comprendía no podía sacarlos de su cabeza. Algo le decía que en ellos se escondía la respuesta que tanto había deseado encontrar.

—Cuando dijiste que tenías un lugar jamás pensé que nos traerías a las entrañas del mismo infierno. —farfullaba Dinah mientras avanzaba lentamente por el recibidor cuidándose de no tocar nada que pudiese contagiarla de la frialdad que caracterizaba a su colega.—¿Qué se supone que vamos a hacer aquí?

—Dormir tal vez.—repuso Ally con la voz cansada para luego arrojarse al sofá. —No preguntes DJ y solo gózalo. Mañana resolveremos los problemas del mundo, pero ahora solo hay que dormir.

Dormir era algo que a pesar de estar cansada Dinah no podía hacer, había algo en su estomago que no le permitía relajar los sentidos, no estaba segura si era dolor por el exceso de alcohol o si se trataba de un presentimiento, lo que sea que fuera no le permitiría cerrar los ojos, por eso mientras Lauren buscaba un par de pijamas que prestarle a sus amigas la rubia comenzó a recorrer el apartamento, caminó hasta las ventanas y observo pacientemente como la noche comenzaba a tornarse sumamente oscura, justo en ese punto culminante en el que sabes que pronto va a amanecer. Revisó los volúmenes de psicología antigua que había sobre la mesa del comedor y luego cuando volvió a la sala se encontró con un diario de cuero que llamó por completo su atención, el mismo que Lauren había leído semanas atrás y que a pesar de su interés olvido comentar con sus amigas.

Dinah sostuvo el libro y delineó los relieves de la portada con los dedos. Algo en el interior del diario la instaba a que lo abriese y desvelase los misterios de su colega, así que poniendo a prueba su curiosidad la doctora abrió la primera pagina y justo cuando comenzaba a leerlo la puerta del departamento se abrió por completo mostrando a Tyra Collins con el scrub verde que solían llevar en algunos hospitales de Jersey.

—¿Qué están haciendo en mi casa?— exclamó nada mas ver a la doctora y a las dos adormiladas mujeres en el sofá. Nadie se atrevió a decir nada, ni siquiera Lauren que había regresado de la habitación y sostenía un par de pantalones en las manos.—No voy a preguntarlo otra vez...

—Yo les dije que podían quedarse. —replicó Lauren abandonando el estado de sopor en el que se encontraba y ubicándose justo al lado de Normani quien había perdido por completo el sueño.

—¿Puedo saber quien te dio el derecho de decidir tal cosa? Porque estoy segura de que yo no he sido.

—Pensé que podía... Quiero decir, tu no volverías hasta el mediodía y tienes mucho espacio. Además solo estaríamos un par de horas.

—Tienes razón, tengo mucho espacio y es completamente mío. No me importa si es por dos minutos o diez horas, el punto es que tú no tienes ningún derecho de traer alguien a mi casa sin mi consentimiento. Quiero que se vayan.—por primera vez desde que Lauren apareciera Tyra miró a su alrededor inspeccionando cada detalle con suma lentitud hasta que llegó a las manos de Dinah y vio su diario. Entones ocurrió lo que Dinah llamaría mas tarde "la primera caída", el momento exacto en el que su mirada se transformó de un brillo irritado a volverse completamente oscuros. No había miedo reflejado en aquellos diamantes negros que relucían con cautela, similares a los de un lobo que está a punto de atacar.

—Ellas no se van a ir de aquí.—sentenció con firmeza.—Comprendo tu molestia pero no voy a echarlas a la calle por un tonto capricho tuyo. Prometo que nadie va a molestarte y que a primera hora nos habremos ido.

—Creo que no lo entendiste Lauren. Quiero que se vayan. No me importa si es de noche o si hace frío, o si llueve o hay un tornado arrasando con la ciudad. Quiero que se larguen de mi casa o voy a llamar a la policía.

—No serías capaz.

—Pruébame.—replicó altanera mientras sacaba su teléfono del bolsillo.

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