It Will Rain (Camren)

By SinnersPrayeer

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"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 1
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 2
Capítulo XXX parte 3 "Say You Won't Let Go"
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII - Without Me
Capítulo XLVIII -The Hanging Tree
Capítulo XLIX
Capítulo L
Broken Silence.
Magia.
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX parte 1
Capítulo LIX parte 2
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII pt1
Capítulo LXIII pt 2
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXV pt2
Capítulo LXVI
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXVIII pt 2
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 1
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 2
Something's gotta give pt 3
"El Comienzo del Fin"
"Azul"
It Will Rain
Untitled part
Shameless
1000 hands
Consequences (FINAL)
PSA
Logro Desbloqueado.

Capítulo XLIV

204 18 5
By SinnersPrayeer

Esa noche en la que todo cambió, recuerdo haber escuchado la puerta abrirse y luego una ráfaga de viento colarse por el último espacio abierto de la madera. Mi respiración era irregular mientras observaba la negrura de la noche y pensaba en cuan silencioso se sentía allá afuera. Ningún auto recorría la avenida y ni una sola de las luces en los edificios aledaños fue encendida. Era como si el mundo me hubiese dado la espalda con el único fin de enfrentarme con mis demonios, demonios dolorosos y sobre todo reales que me veían a los ojos y entonces, justo en medio del choque de miradas, una chispa de furia se encendió en sus ojos, dejándome sentir toda la vulnerabilidad de la que era dueña y apropiándome un poco de la suya.

Podía imaginar mil razones distintas mientras intentaba averiguar el porqué del cambio tan abrupto en su semblante, parecía que Dinah había envejecido diez años en unas cuantas horas y aunque me negara a aceptarlo solamente había una cosa que era capaz transformar vidas en tan solo unas palabras: la verdad. Ella sabia lo que mis labios callaron por años, conocía esa verdad que mi corazón se aferró a envolver con todo ese amor y felicidad que Lauren me dio por tanto tiempo. Victoria tenía razón cuando dijo que solo quedaba un pedazo de vida en mí, y que debía arrancar con mis propias manos si quería que el dolor terminara de una vez por todas. Suspiré con resignación y con la mano en el corazón dispuesta a romper con todo, caminé a su encuentro, no demoró mucho en convertirse en un reflejo de mi cuerpo y finalmente ambas terminamos sentadas una frente a la otra en los sofás de mi viejo y desolado apartamento.

Aclaré mi garganta y ella cerró los ojos instantáneamente, preparándose para escuchar finalmente lo que tanto había anhelado. Sabía que tenía que hablar, pero por algún motivo desconocido no se sentía correcto interrumpir su momento de reflexión, por lo tanto, esperé hasta que ella me diera la señal.

—No puedo seguir haciendo esto, Camila. Tienes que decirme la verdad. —sollozó sin poderse contener. Sus ojos permanecían cerrados y los míos no hacían sino observarla con pena. Me odie por causarle tanto dolor y confusión, pero con lo que iba a contarle esperaba darle un poco de sosiego a su alma adolorida. —¿Lo hiciste?

—Hay mucho más que solo...

—¡Responde, maldita sea! Dime ¿lo hiciste? ¿Mataste a Tori? —analicé sus ojos inundados en lagrimas y supe que antes de cualquier explicación debía aceptar eso que ella tanto temía. —Intenté ayudarte y protegerte de Lauren y de todos, pero ya no estoy segura de estar haciendo lo correcto. Todo está en tu contra y yo no se si pueda seguir.

—Si. —respondí con firmeza mientras veía como esa última pizca de esperanza abandonaba su rostro dejándolo convertido en un manto de absoluta palidez. —Lo hice. Yo mate a Victoria Sanders.

—¿Y te atreves a decirlo así, con tanta frialdad y desvergüenza? Eres una hipócrita.

—Es que ya no siento nada Dinah. Mi cuerpo está cansado de luchar cada día sin un propósito. —respiré profundo mientras recargaba la cabeza en el respaldo y observaba el blanco techo. —Cuando murió Victoria yo me sentía terrible ¿sabes? caí en una profunda depresión de la que solo me sentí capaz de salir cuando las conocí a ti y a Lauren en el estacionamiento del aeropuerto.

—¿Sabías quieres éramos entonces? —me reí sin ganas y terminé asintiendo ante su mirada de tristeza que no me abandonada ni por un segundo.

—Las conocía a todas ustedes desde que Victoria fue ingresada por primera vez. Ella no dejaba de hablar de sus maravillosas amigas y de su novia. De la casa en los suburbios y el perrito al que iban a llamar Coco. Victoria Sanders fue una bocanada de aire fresco para mi vida en aquel momento. Tal vez no creas lo que voy a decirte, pero ella y yo éramos amigas.

—¿Entonces por qué lo hiciste? ¿Por qué te negaste a ser su donante?

—Hay muchas cosas que debes entender antes de conocer esa parte de la historia. —como solía hacerlo Dinah gruñó trayéndome a la cabeza bellos recuerdos de aquellos primeros días en Chicago, donde todo era más sencillo. —Cosas que probablemente no creas pero que son verdad.

—¡Solo ve al grano, Camila! No pretendas alargar más todo esto.

—No es lo que pretendo, pero si te cuento el final antes de haber pasado por toda la historia, sé que te crearas una idea errónea y sacaras conclusiones que a nadie le convienen. —la rubia negó con la cabeza mientras se frotaba las cienes como un intento inútil de deshacer su dolor. —Si ya esperaste por tanto tiempo, un par de horas no te van a matar ¿cierto?

—Habla de una vez.

—Aquí voy — suspiré pesadamente —Conocí a Victoria dos meses antes de su primer trasplante de médula ósea. Si,fue una sorpresa que al llegar a casa luego de la escuela mis padres me recibieran con rostros serios y me llevaran al salón para conversar conmigo, pero definitivamente el estado de estupefacción en el que quede cuando me mostraron la carta del banco de donaciones al que yo había aplicado y luego una carta del hospital general de Chicago fue insuperable. Nada más cumplir los dieciséis me registré conforme lo dictaminaba el sistema de salud y seguí todos los lineamientos y protocolos habidos y por haber para ser considerada entre las listas. Sin embargo, el ser menor de edad me segregaba de ser aceptada, por lo tanto, mis ilusiones de ayudar a alguien se habían quedado en solo eso. Pasaron los meses y mi cumpleaños llegó otra vez, te juro que fue como una señal del cielo que solo una semana después de haber cumplido diecisiete, la carta llegara y mi emoción volviera. Como es obvio mis padres no estaban de acuerdo y solamente me habían dejado registrarme como donante porque tenían la seguridad de que nunca iba a suceder, pero sucedió y  además de mí nadie estaba feliz por ello. Recuerdo que fueron días de rogar a todas horas, les prometí que devolvería el auto que me obsequiaron, incluso convencí a Vanessa de que fuera ella quien me llevara hasta Chicago, pero nada parecía funcionar hasta que algo en mi los removió por dentro y a tal punto que accedieron a llevarme, con la condición de que estarían enterados de todo el proceso y tendrían completa la decisión final de cancelar todo si en algún punto resultaba peligroso para mí,lo cual nunca sucedió... Cumplí con los filtros y los análisis que los médicos de Victoria exigieron y esperé hasta que sus rondas de quimioterapia hubieron finalizado para poder conocerla. Normalmente las donaciones son anónimas, pero por alguna razón que no entiendo ella pidió conocerme, aquello rompía con todos los protocolos y normas de seguridad que hay entre donante y receptor, pero ya que mi registro y aceptación en el banco tampoco fue normal, los médicos aceptaron.

—¿Por qué nunca nos habló de ti? —se preguntó así misma intentando recordar los pequeños pero importantes detalles del su pasado. — Nosotras estábamos cada día con ella ¿cómo es posible que jamás nos cruzáramos contigo?

—El día que nos vimos por primera vez fue un viernes en la noche, creo que era tu cumpleaños y ella prácticamente las había echado de su habitación alegando cansancio por la quimioterapia, pero en el fondo quería que se divirtieran y olvidaran un poco su enfermedad.

—¡Lo recuerdo! —gritó emocionada mientras sus ojos adquirían un brillo cariñoso. — Ese día Lauren se emborrachó tanto que terminó arruinando mi fiesta. Nadie se divirtió y las cuatro acabamos llorando en medio de la sala hasta quedarnos dormidas.

—Yo también lloré esa noche—admití mirando a la nada mientras recordaba lo triste que me había dejado esa primera visita. Ni siquiera las sabanas del hotel más caro de Chicago consiguieron darme la calidez y soporte que solamente mi abuela podía. —Y cuando terminé, recogí los pedazos de mi corazón maltrecho y me prometí que haría todo lo que fuera para que ella se recuperara, aun a costa de mi propia salud, por eso durante los dos meses que precedieron al trasplante estuve con ella cada momento libre que tenía y la mayoría de los fines de semana.

<<Con el paso de los días y la convivencia diaria, la confianza entre nosotras aumentó y el cariño lentamente nos consumió. Lo inevitable pasó y nos hicimos amigas al grado de contarle todo de mi y ella me correspondió hablándome sobre ustedes, "las cinco contra el crimen" en ese momento me enamoré de su amistad y confieso que también lo hice de ella.

—¿Y ella te correspondió? —inquirió asustada por la respuesta y yo solamente pude sonreír con tristeza.

—No. —susurre mientras a la mi voz le seguía un suspiro— Ella nunca rompió su voto de fidelidad con Lauren, aunque casi puedo jurar que a veces sentía como mis coqueteos eran recibidos y replicados por ella.

—Tori nunca hubiera hecho algo así, ella amaba a Lauren. Tal vez te lo imaginaste.

—Si, tal vez lo hice. —objeté derrotada y al fin luego de casi una hora, pude notar cierto aire de compasión en el semblante de Dinah.—Lo siguiente en el procedimiento era la extracción de mi médula y aunque podía ser de la manera mas sencilla y moderna, la leucemia de Tori requería que fuera del método tradicional. Extrayendo las células de la médula que hay en la parte trasera del hueso la cadera. Recuerdo que aunque estaba anestesiada pude sentir como la aguja se dirigió a través del hueso hasta el centro, la aguja entró una y otra vez hasta que consiguieron el líquido necesario para el trasplante.—durante unos segundos permanecí en silencio, por respeto a mi y a la lealtad que una vez le tuve a Victoria— Después de estar en recuperación por un par de días debido a los efectos posteriores de la extracción me dieron el alta y me enviaron a casa, pero antes de irme, les pedí a mis padres hablar con Tori una vez más y despedirme temporalmente de ella porque yo estaba segura que la amistad que habíamos forjado durante esos dos meses era fuerte y nos veríamos pronto, pero estaba muy equivocada porque no me dejaron verla ese día y tampoco una semana después cuando el trasplante resultó exitoso. Ella prácticamente me sacó de su vida sin darme ninguna explicación.

<<Meses después y cuando supe que estaba completamente recuperada decidí llamarla, pero jamás contestó, incluso le escribí textos que fueron vistos e ignorados nada más haberlos recibido y finalmente y como última opción, le envié un obsequio por su cumpleaños.

—Ese regalo...—empezó dudosa y yo asentí para que continuara. —De casualidad era un pijama de uni....

—Unicornio, sí. —terminé por ella en un suspiro— Ese fue mi último cartucho por mantener el contacto con ella y al no ver ninguna respuesta o un agradecimiento de su parte, decidí dejar de intentar. —Dinah abrió los ojos ante la sorpresa, sin saber que más decir. —Y por si te lo preguntabas, sé que se la obsequió a Lauren por navidad ese mismo año

Las piezas comenzaban a encajar en la mente de la doctora quien a cada minuto se convencía que alguna debió haber sido mal colocada en el gran rompecabezas de su pasado, porqué ahora mismo nada tenía sentido y las respuestas apuntaban a una sola persona que jamás diría nada porque hacía más de ocho años que había muerto.

¿Qué se supone que debes hacer cuando la persona a quien creías victima poco a poco se está transformando en victimario?

—¿Que ocurrió después? —preguntó, esta vez mucho más interesada mientras que su mente trabajaba a marchas forzadas por hacer que los hechos coincidieran y las palabras tuvieran una mínima de sentido —¿Continuó ignorándote o en algún momento decidió volver a ponerse en contacto contigo?

—No volví a saber nada mas de Victoria hasta la víspera de su segundo trasplante. —respondí con voz solemne y ella asintió con muchas más dudas que antes. — En casos tan peculiares como la leucemia de Tori se toman medidas de seguridad, por lo que, si el trasplante funciona, el donante queda vetado de las listas. ¿Puedes imaginarlo? de ser donante honorario me convertí en una reserva que usarían en caso de que el receptor me necesitara en un futuro. El hospital de Chicago se quedo con mis datos en su expediente y cuando Tori volvió para una revisión de rutina sus análisis se iluminaron igual que la sirena de una patrulla. Debido al éxito del primer trasplante, la junta de médicos que lideraba su caso dio por hecho que volvería a ser así y me contactaron una vez más.

—Espera un momento. Hay un par de cosas que no entiendo —Camila se reacomodó en el sofá y asintió con absoluta paciencia. —Quiero decir, tú le regalaste la posibilidad de vivir una vez más y ella simplemente te tiró a la basura como un sucio trapo viejo ¿Por qué no solo te negaste? Victoria fue una perra contigo, no le debías nada ¿Por qué?

—Te lo dije. Me enamoré de ella o al menos eso creí en ese momento porque me gustaba la idea de protegerla, ella estaba débil y vulnerable y yo me sentía atraída por eso, necesitaba desesperadamente sentirme útil y saberme importante para alguien. Quería ser su salvadora y de esa manera permanecer cerca por el tiempo que ella dictaminara. Tontamente me aferré a la idea de que si volvía a darle un poco de mi médula entonces ella me querría.

—Camila eso es...

—Estúpido, ahora lo sé, pero entonces era una niña que había perdido a su abuela y tenia una variada gama de problemas dentro de su cabeza que nunca llegaron a sanar por completo.

Las emociones en Dinah habían ido de la furia en su estado mas puro hasta la compasión. Su cabeza estaba mucho mas tranquila que durante aquella tarde cuando salió corriendo de la cafetería dejando a sus amigas confundidas y preocupadas por su huida, únicamente para correr tan rápido como sus piernas se lo permitieran hacia las respuestas, ahora que las tenía en su poder no sabía con exactitud de que iba a hacer con ellas, pero no se detendría hasta conocer toda la verdad.

Hablaron durante toda la noche hasta que los primeros rayos de sol se asomaron por las cortinas abiertas, solo entonces Dinah decidió que ya era suficiente información por aquel día. Tomó su pequeña maleta y luego de colgársela al hombro, salió del departamento sin decir ni una sola palabra. Pero contrario a los temores de Camila la doctora se había ido no por enojo y decepción sino por vergüenza, se sentía tan imbécil por haber dejado pasar tanto tiempo sin pedir la verdad que nada más abandonar el edificio el mejor sitio que pudo encontrar para regodearse en su miseria fue un callejón sucio y oscuro. Entró en el pequeño espacio y como si todas las emociones de la noche pasada se reunieran dentro de su estómago con el único propósito de escapar de su tortura, Dinah se sostuvo débilmente de las esquinas de un contenedor y luego del primer dolor abdominal se inclinó y vació todo el veneno que había tragado durante años.

Lagrimas resbalaban lentamente por sus mejillas al recordar todas y cada una de las palabras de Camila, esa noche Dinah conoció lados y matices oscuros que su amistad incondicional con Victoria jamás le permitió ver. Se sintió asqueada y terriblemente enferma por las acciones de su amiga, quería gritar, maldecir, golpear y exigir una remuneración para Camila quien solo había sido una víctima de las circunstancias. Su historia no fue sino una serie de causalidades que arruinaron parte de su vida y aunque no lo quisiera admitir, en el fondo sabía que también había contribuido en la destrucción de Camila Cabello.

Mientras Dinah lloraba a un par de metros del edificio dentro del apartamento Camila permanecía sentada en el sofá y su mirada observaba el cielo por la ventana mientras que pequeñas motas de polvo bailaban frente a sus pupilas una danza en honor al sol. Se permitió sonreír cuando sintió la ligereza que su charla con Dinah había dejado y suspiró con absoluto cansancio mientras se dejaba caer por completo en la suavidad de los cojines.

Por fin alguien más a parte de ella conocía la verdad y se sentía mucho mejor de lo que jamás pudo imaginar.

¿Qué viene después de la herida?

¿El amor? ¿La sanación?

O ¿la sanación por medio del amor? 

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la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...