HOPE ━ j. hoseok

By Pandepipas2

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«Un error puede cambiarlo todo en menos de segundo. Un error puede deshacerse de todo aquello que jamás pensa... More

hopeless
prólogo
playlist hope I
1 · error
2 · mimoso
3 · buen humor
4 · control
5 · alegría
6 · hogar
7 · pasión
8 · salvación I
9 · salvación II
10 · ¿amigos o hermanos?
12 · destino: desconexión I
13 · destino: desconexión II
14 · trabajo
15 · distracción
16 · ¿fallo de memoria?
17 · cotilleo
18 · bicho
19 · realidad
20 · la verdad no contada
21 · ¿vida perfecta?
22 · pertenencia
23 · descubrimiento
24 · examen
25 · lleno
26 · familia
27 · confianza
28 · repetir
29 · humillación
30 · bandera blanca
31 · cambio
32 · juntos
33 · desaparición
34 · desmorone
35 · igual
36 · miedo
37 · busan
38 · confesión
39 · nada y todo
40 · dolor
41 · apoyo
42 · pasado y verdad
43 · ¿perdón?
44 · perdón
45 · esperanza
46 · bienvenida
¡nota importante!
hope
playlist hope II
interlude
47 · vacío y completo
48 · novedad
49 · distancia
50 · dificultad
51 · incomodidad y miedo
52 · nostalgia
53 · pasado
54 · hacia delante
55 · aceptar y olvidar
56 · fin
57 · hermano
58 · mi lugar
59 · romperse y arreglarse
60 · hawai
61 · tranquilidad
62 · cicatrices
63 · normalidad
64 · color
65 · vida
66 · felicidad
epílogo
agradecimientos
curiosidades
extra 1
notita

11 · el drama de Jimin

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By Pandepipas2

Después de aquel martes en el que mi hermana había venido a casa a pasar la tarde y la noche conmigo y con mi madre, la semana pasó más rápido de lo esperado y, sin darme cuenta, era viernes, el gran día en el que uno de mis mejores amigos estaría más insoportable y dramático de lo normal. Y, aunque lo quería muchísimo porque era uno de mis pilares, no había quien pudiera soportarlo un día como ese en el que mucha presión residía sobre él a pesar de que tuviera solo un pequeño papel en la obra.

Además, el poco estrés que residía en mi cuerpo después de toda la semana estudiando para el examen de recuperación sin descanso, me impedía estar tranquilamente a su lado sin querer darle una bofetada en el proceso. Me había estudiado cientos de veces ese temario de biología y estaba ya hasta las narices, eso, sumado a la actitud de Jimin, estaba apunto de traer mi peor yo en un santiamén. Taehyung era el único capacitado para soportar a Jimin en situaciones como esa en la que los demás nos quedábamos al margen para no salir malparados o dejar malparado al castaño. Y en parte lo agradecía, mi poca paciencia seguramente acabaría con la linda carita de Jimin que nadie podía romper, al menos en ese instante que la necesitaba para la obra.

—¡Diles que no quiero que entren! —Exclamó Jimin desde el interior de la habitación en la que se encontraba preparándose para la obra. No pude evitar rodar los ojos ante su gran drama, mientras me apoyaba sobre la pared, cruzando mis brazos sobre mi pecho.

Encima que estaba perdiendo un día de estudio y que tenía que ir por la tarde aquel estúpido colegio después de una larga y aburrida jornada escolar, se ponía en su modo dramático más intenso. Había que joderse.

—¡Dile de mi parte al dramático que por favor nos avise para la próxima y no venimos! Es que de verdad, quien me mandó a mí a tener amigos —repitió Yoongi como hacía unos días atrás, caminando en dirección a la salida. Taehyung le siguió con la mirada.

Se suponía que él tenía que ser quien le transmitiera las palabras a Jimin pero, Yoongi había gritando tanto que ni siquiera hacía falta.

—Taehyung, deséale a Jimin mucha suerte de nuestra parte, ¿vale? Iremos a tomar asiento ya —zanjó Namjoon, con su característica calma que, ni yo ni Yoongi solíamos tener. Y es que, a veces, nos sacaba de quicio la actitud de Jimin.

Dios mío, en vez de tener quince años parecía que tenía veinticinco y que llevaba añisimos en Hollywood trabajando. Se le subía demasiado a la cabeza lo de las funciones y, aunque entendíamos que era su sueño y que traía una presión increíble, a veces se equivocaba tomándola con nosotros cuando nuestra única intención siempre era intentar hacerle sentir mejor, despreocupándole y brindándole tranquilidad. Sabíamos que para él todo eso tenía una importancia increíble pero en ocasiones, no lográbamos entender por qué se ponía de esa manera. Quizás simplemente es que estaba en la edad del pavo.

O que su drama antes de cada función se había convertido en una costumbre.

Taehyung asintió ante las palabras de Namjoon y se adentró en la cabina para lidiar con su nervioso mejor amigo que se encontraba alegando seguramente, por las palabras que había expresado el cascarrabias de Yoongi quien se encontraba muchos pasos adelantado a nosotros. Namjoon y yo, caminábamos por los pasillos, callados entre el barullo de las actividades de tarde y lo animado que se encontraba el colegio debido a la aglomeración de padres y alumnos. Era una de las pocas cosas que me gustaba de ese día, la mucha gente que acudía y lo pasaba bien.

Por eso, entre tantos me sorprendió encontrarme con la larga melena de mi novia en ese mismo instante en el que pisamos la puerta del salón de actos. Debía de admitir que después de días sin verla la echaba mucho de menos. Entre sus horas extras en el colegio para terminar detalles de la obra y los últimos exámenes de biología, apenas nos habíamos visto más que entre horas y algunos descansos. Verla, simplemente, me había acelerado el corazón y me había hecho sentirme mucho mejor. Ni siquiera me acordaba del drama de Jimin.

—¡Chicos! —Exclamó llamando nuestra atención. En su rostro se dibujaba una gran sonrisa, acompañada por su mano que saludaba en nuestra dirección.

Mentiría si no decía que verla vestida en algo que no fuera el uniforme del colegio no le sentaba bien. Aquel atuendo creado por el club de costura para las personas encargadas en la obra, era realmente encantador y bastante llamativo, no dejando ninguna duda de que eran parte del staff de la obra. Portaba unos pantalones cortos negros bastante pegados a su cuerpo que no debajan ninguna imaginación respecto a sus curvas, en la parte de arriba vestía una camisa blanca con unos pequeños flecos que colgaban de las mangas y la parte del pecho, sobre ella, una chaqueta corta del mismo color que los pantalones, tipo cazadora y un adornado lazo atado a su cuello de color rosa. Le habían recogido el pelo en una especie de moño castaño enorme trenzado y la verdad es que, sin dudarlo, le sentaba increíble el pelo recogido.

—Oye, ¡qué guapa estás! —Dijimos Namjoon y yo, al unísono, soprendiéndonos ante esas palabras. Soojin no dudó en sonreír mostrando su preciosa y perfecta dentadura.

A veces tenía la teoría de que Namjoon y yo éramos almas gemelas o algo parecido porque, no era la primera vez que actuábamos como si lo hubiéramos predeterminado.

—Yo opino lo mismo, ¿eh? Pero vamos que hubiera dado todo el cague que lo dijéramos los tres a la vez —ella no dudó en reír ante las palabras de Yoongi, quien la miraba con mucho aprecio. Me encantaba eso de que mis amigos apreciaran a mi novia, aportaba tranquilidad y comodidad para ambas partes y, sobre todo, a mí.

—Gracias chicos, ustedes también están guapísimos, desde luego que a cualquiera le sienta bien quitarse el uniforme del colegio —aseguró sin dejar de sonreír.

—¿Qué quieres decir, que con el uniforme somos feos? —Preguntó Yoongi haciéndose el ofendido pero en el fondo solo bromeaba. Parecía que le encantaba ver a Soojin realmente confundida.

—No, jo, solo decía que así pueden mostrar su verdadera personalidad y eso les hace verse más, guapos, como más reales —se explicó haciendo un puchero en el proceso. No pude evitar rodear sus hombros con mis brazos atrayéndola hacia mí, ella rodeó mi cuerpo con los suyos.

No podía evitar ponerme ñoño cuando se ponía tan mona.

—Lo sé, solo bromeaba —aseguró, con intención de ir a revolverle el pelo pero, simplemente no lo hizo. El club de vestimenta nos mataría si destrozamos el peinado que seguramente les habría llevado horas—. Mejor no te toco el pelo.

—Si, no vaya a ser que te apunten en más listas de enemigos... —bromeé sonriendo con burla. Soojin no pudo evitar reír cuando esquivé el golpe que pretendía darme Yoongi.

—Serás... —comentó siguiéndome el juego, mostrando sus encías al sonreír. Namjoon negó con la cabeza divertido.

—Si en el fondo te da igual, uno más o uno menos —se encogió de hombros mi mejor amigo, casi recibiendo otro golpe por su parte. Soojin volvió a soltar otra carcajada, siempre lo hacía cuando ellos estaban a su alrededor.

Parecía que le hacían feliz mis amigos y eso, siempre, había sido buena señal.

Una cosa buena que siempre admiraría de Soojin, era su capacidad de no juzgar a nadie a primera vista. Es inevitable dejarse llevar por la primera impresión que muchas veces nos juega una mala pasada. En ocasiones, esa primera impresión nos hace pensar muchas cosas de la otra persona como; «seguramente es de una familia rica por la ropa de marca que lleva» «apuesto a que es una persona materialista, ese teléfono no se lo compraría cualquiera» «ugh, no tiene pinta que se cuide nada... mira ese color de pelo» «no sonríe ni por asomo, seguro que es súper antipático». Estamentos que realmente son una simple distorsión de la realidad puesto que, desconocemos totalmente la vida de la otra persona y, quizás, ese mismo día que la hemos conocido, no era uno de sus mejores.

Ella, no era ese tipo de persona que juzgaba en la primera mirada a pesar de tener en cuenta que éramos parte de una sociedad superficial y materialista, y más, entre las personas que nos relacionábamos. Sí que es cierto, que le era inevitable pensar ese tipo de cosas pero, nunca actuaba dejándose llevar por ellas. Partía de esa primera impresión pero, no se impedía conocer a la persona y, hasta que no lo hacía, no creaba una imagen fidedigna de cómo la veía y si podría congeniar con ella. Simplemente esperaba a que el tiempo dictara.

Por eso, habíamos conseguido conocernos tan bien, porque, a pesar de que sabía que solía mantener una actitud desinteresada y antipática y que era conocido por todos como el menos rico de la clase, para ella eso no había sido un impedimento para conocerme. Simplemente había esperado a que me desenvolviera, a que le mostrara como era a pesar de todos esos rumores que ella conocía de sobra. Soojin siempre valoraba muchísimo la personalidad de los demás y era algo digno de admirar dentro de una sociedad en la que estábamos. Y que, poniéndome como ejemplo el primero, todos hacíamos.

Simplemente había conseguido aceptar a cada uno de mis amigos porque se había detenido a conocerlos sin juzgarlos y, seguramente, por eso todos habían caído entre sus encantos. Tal y como yo lo hice desde el primer instante porque, alguien tan bonito como ella, ¿cómo no podía enamorarte o hacerte querer tenerla a tu lado?

—No sean bobos —añadió bromeando. Aún no habíamos dejado de abrazarnos pero tampoco es como si quisiéramos dejar de hacerlo, últimamente, parecía que no nos conformábamos con poco y que un imán unía nuestros cuerpos continuamente—. ¿Qué tal está Jimin?

—Tan insoportable como siempre —respondió Yoongi sin reparo. Soojin rió de nuevo, su sinceridad a veces nos abrumaba a todos, incluso a mí.

—Debe de estar nervioso, seguramente...

—No no, a ver, está igual de insoportable que siempre solo que hoy tres mil ochocientas veces más —esta vez reímos todos junto a mi chica, incluso, Yoongi llegó a unirse—. Es la verdad.

—No te lo niego —bromeó Soojin junto a él—, solo es que es un bebé y aún no sabe controlar su propio temperamento.

—Además, es uno de sus fuertes, el drama le hace ser mejor actor —continuó la broma Namjoon obligándonos de nuevo a reír ante eso. De pronto habíamos conseguido eliminar todo el malrollo del drama de Jimin y parecíamos estar más cómodos.

—¡Claro, seguro que hoy consigue lo que quiere! —Exclamó emocionada por él. Le tenía mucho aprecio al castaño y podía apreciarse por el brillar de sus ojos.

Realmente, aún me impresionaba el hecho de que se conocieran desde pequeños.

—Hablando de eso, creo que deberíamos de ir a coger ya sitio o nos matará por ver la obra desde atrás.

—Eso no lo dudo —agregó Yoongi, metiéndose las manos en los bolsillos de la cazadora negra que portaba. Esa que ni por asomo se quitaba.

—Y yo debería de estar dentro por si hay algo que arreglar de último momento.

—Me da pena romper este bonito momento pero, sí, debemos separarnos —esbozó un mohín mi mejor amigo, seguido de mi novia quien imitó sus acciones. Ninguno queríamos irnos de allí.

—Ya —justo después de eso me miró—, ¿después iremos a hacer alguna actividad?

—¿De verdad quieres que te responda sinceramente a eso? —Pregunté y ella alzó la ceja. Por un instante estuve a punto de reír, nunca la tomaba en serio cuando hacía ese tipo de cosas.

Ella era más del tipo "siempre soy mona y derrito el corazón de cualquiera" no "soy seria y tengo cara de que si te metes en mi camino probablemente te mate". El segundo era más bien yo.

—¿Por qué eres tan antipático? —Se quejó y no dudé en apretarla entre mis brazos con fuerza. Forcejeó por unos instantes haciéndose la molesta pero no dudó en ceder, poniendo los ojos en blanco.

—Porque nací así, Soojin, es inevitable... —me separó de su cuerpo junto a una sonrisa burlona. En el fondo ambos bromeábamos.

—Si vamos alguna actividad, te prometo que te compro una hamburguesa.

—Trato hecho —dije sin pensarlo y Namjoon abrió la boca sin poder creerlo.

—¿Tanto te vendes por una hamburguesa?

—¿Y por qué no? —Pregunté como si fuera lo más obvio del mundo—. Es que es un ofertón, ¿sabes?

—Venga, si vamos todos les invito —intentó convencerles mi novia, suplicante.

—Me apunto —afirmó Yoongi, a pesar de que odiaba con toda su alma las actividades del colegio. Soojin celebró junto una sonrisa y Namjoon no dudó ni un segundo en abrir aún más su boca.

—Faltas tú, Nam —indiqué, mirándole. Al final terminaría cediendo.

—Vale —alargó las letras dejándose llevar y Soojin no dudó en volver abrazarme por conseguir que todos fuéramos.

No entendía por qué coño quería ir a las actividades del colegio pero bueno, si le hacía feliz terminaría haciéndolo por ella. Lo que se hace por amor, ¿eh?

—Pues entonces nos vemos después de la función.

—Dirás, del drama de Jimin —bromeó Yoongi de nuevo y ella no dudó en negar con la cabeza. En ese instante, se puso de puntillas para plantar un pequeño beso sobre mi mejilla.

Acción que en un principio me sorprendió porque pensé que me besaría delante de ellos pero, con la que no pude evitar quedarme con las ganas. No me gustaba tener que reprimirme cuando la tenía delante.

—¡Luego nos vemos! —Exclamó despidiéndose con la mano por los pasillos, seguramente, con intención de llegar más rápido a lo que sería la parte trasera del escenario donde la necesitarían.

Los tres observamos su preciosa sonrisa hasta que giró sobre sus propios tobillos, acelerando el paso hasta el punto de casi correr para reunirse con unas chicas que iban vestidas al igual que ella. Negué con la cabeza llevando mis manos a mis bolsillos sin poder evitar pensar en las muchas ganas que tenía de verla. Me había hecho muy dependiente de su compañía y, cuando no la tenía, me sentía realmente vacío. Verla, solo por unos segundos, me había dado doscientos años de vida.

—Dios mío qué embobado te acabas de poner —bromeó Yoongi y no pude evitar percatarme a través del cristal hallado en la puerta del salón de actos que estaba sonriendo como un tonto enamorado. Y es que, Soojin siempre me ponía así— pero lo entiendo, cada día Soojin se pone más adorable —comentó mientras entrábamos en el salón de actos. No dudé en golpear su hombro.

—Tío es mi novia un respeto —bromeé pero sin ser celoso y sin quejarme acerca de que sí que me había quedado embobado puesto que no era mentira. Estaba enamorado de ella y eso era un hecho.

—La verdad es la verdad, lo siento —argumentó esbozándose en su rostro una sonrisa.

Nos adentramos entonces, entre las sillas del salón de actos buscando un sitio en el que pudiéramos ver perfectamente. Aunque, realmente, ni siquiera tuvimos que hacerlo puesto que la madre de Jimin ya se encontraba allí, guardando exactamente, cuatro sitios, tres para nosotros y uno para Taehyung quien ya estaba ocupando el suyo junto a sus padres que también habían acudido a ver al castaño. La madre de Jimin no dudó ni un segundo en levantarse y saludarnos de la manera más llamativa posible, mostrando claramente de dónde venían los genes del castaño. Y es que, ambos, parecían sacados de una telenovela de los domingos por la tarde.

—¡¿Qué tal están, chicos?! ¡Está apunto de empezar! —Gritó agitando ambas manos, a punto de tirar la cámara que portaba en una de ellas. Taehyung abrió los ojos sorprendido, preparándose para tomarla por los aires.

La situación era realmente divertida. La familia de Jimin era, simplemente, un caso aparte.

—Bien —aseguró Namjoon respondiendo a la pregunta de la mayor—, ¿y usted señora Park?

—Por favor Namjoon, deberías de dejar ya las formalidades aparte, para mí todos son como mis hijos —le apretó una de sus mejillas emocionada mirándonos a los tres por igual—. Hoseok mi amor, ¿Soojin está por ahí pululando?

—Sí, debe de estar ya dentro por si necesitan ayuda, después si quieres puedes verla, estará con nosotros —le indiqué y ella no dudó en sonreír incluso con mayor fuerza. Confirmábamos, Soojin era crush para todo el mundo.

Pero era realmente entendible porque incluso para mí, que ya era su novio, también era mi crush.

—Señoras y señores, alumnos y alumnas, niños y niñas, les rogamos que vayan tomando asiento, la función comenzará en cinco minutos, gracias —anunciaron por megafonía.

—¡Qué nervios! —Gritó la madre de Jimin emocionada mientras nosotros tomábamos asiento. ¿Para qué tener cientos de fans si ella valía por todos ellos?

El padre de Jimin apareció en escena, junto a su pequeño hermano Jihyun, ambos nos saludaron animadamente, tomando asiento junto a la madre de Jimin. Quedando tal que, la familia de Jimin se encontraba a la derecha, los padres de Taehyung y el mismo a su lado, Namjoon al lado del ya nombrado y yo entremedio de él y Yoongi. Casi que ocupábamos toda la fila pero, tampoco creíamos que fuera un problema, ni queriéndolo seríamos tantos como otras familias ricas que traían a casi todos los integrantes solo para fardar y ser igual de gilipollas que todos. Así que, éramos más bien, pocos.

La función comenzó tal y como se había dicho, cinco minutos después del anuncio. Ese año al parecer, la historia se ambientaba en 2025, tomando por primera vez, una actitud futurista en la que se descubría una manera de viajar a través del tiempo. Un científico de apellido Kwon, trabajaban en el invento de un reloj que te permitía viajar tanto al pasado como al futuro durante una hora. Poco después de realizarlo muere pero, un grupo de estudiantes de un colegio descubren su laboratorio encontrándose con aquel artilugio sin saber tan siquiera para qué funciona. El desconocimiento produce entonces, todo tipo de problemas entre los personajes principales, que, sin tener idea, viajan entre mundos realizando cambios desastrosos para sus vidas en el presente. Su deber es intentar descubrir cómo devolver todo a la normalidad.

Jimin, era uno de los personajes secundarios que era partícipe de la vida del protagonista principal. Originalmente, no formaba parte de su vida puesto que, el personaje principal, era un chico de dieciséis años hijo único que pasaba la mayor parte del tiempo solo. Pero, al viajar al pasado y cambiar las vidas de sus padres sin querer, añade al presente un nuevo hermano que le hará la vida imposible. No en sí porque sea malo, sino al contrario, entre ambos se creará un vínculo que sería muy difícil de romper, llevando al protagonista a tener una lucha consigo mismo entre buscar la solución de sus problemas y sus vidas modificadas o mantener a su hermano quien se ha convertido en uno de sus fieles compañeros de vida en solo unos meses en los que habían estado juntos.

La verdad es que, la historia, pintaba muchísimo mejor de lo que realmente parecía y, sus protagonistas llegaban con mucha intensidad al corazón de los que estábamos presentes viendo la obra, teniendo que admitir que ese año, se habían lucido en demasía. Tanto que incluso juré ver llorar a Yoongi en una de las escenas más dramáticas de toda la función, en la que, finalmente, el protagonista debe de despedirse de su hermano porque sus amigos llevan unas vidas catastróficas que les impiden seguir con normalidad.

—Pero... ¡¿por qué me abandonas?! ¿Es que acaso me odias? ¡¿Soy una carga para ti?! —Exclamó Jimin, llenando de silencio aquella estancia que se había quedado expectante por qué sería lo siguiente. El castaño se encontraba en el suelo, con las manos en su pecho y con una expresión de angustia total, su voz incluso, se encontraba algo quebrada—. Es que... ¿acaso no me quieres?

Wow, Jimin era realmente, un gran actor.

—No, Sonhyung, no es eso, no se trata de eso —intentó responder el protagonista, uno de los alumnos de mi curso que había visto en otras funciones años atrás aunque, como no estábamos en la misma clase, jamás habíamos entablado conversación. Él también, era un gran actor.

Tan gran actor, que había sido el protagonista de las obras casi todos los años que llevábamos allí.

—Entonces, ¡¿qué es?! —Estalló en lágrimas Jimin, pareciendo realmente destrozado—. ¡¿Por qué quieres alejarte de mí?! ¡Seguro que es por que tus amigos me odian!

—No, ¡no! —Exclamó arrodillándose enfrente de Jimin, tomándolo por los hombros. El castaño cabizbajo continuó llorando con fuerza, escuchándose sus altos sollozos—. Mírame, ¡mírame! —Suplicó, zarandeando al menor. Jimin nos estaba dejando a todos con la boca abierta.

—¿Cómo podría odiarte? —Preguntó, deslizando sus manos por sus hombros abrazándole con fuerza—. ¿Cómo podría odiar a la única persona que ha conseguido darme la alegría que necesitaba? ¿Cómo podría odiar a la persona que apareció sin quererlo e hizo de todo un mundo mejor? ¿Cómo podría odiarte o abandonarte? Es imposible —el menor continuó sollozando sobre el hombro del chico, manteniendo su dolor.

—Entonces, ¿por qué te vas? —Dijo de manera entrecortada. El protagonista se alejó de su cuerpo, apoyando sus manos sobre sus hombros mientras le miraba con nostalgia, conteniendo sus lágrimas—. Si no me odias, ¿por qué me quieres dejar aquí solo?

—Porque así sufriremos menos los dos —limpió las lágrimas que recorrían las mejillas de Jimin. El castaño continuó mirándole sin comprender la situación, metiéndose de lleno en su papel.

—¿Por qué íbamos a sufrir menos? ¿Qué es lo que está pasando? —El protagonista parecía querer ignorar sus palabras y sus preguntas, sin dejar de peinar el pelo del menor con cariño. Realmente reflejaba esa nostalgia con su rostro, esas pocas ganas de querer perderle.

—Tú y yo nunca deberíamos de habernos conocido, en cambio, jamás me arrepentiría de haberlo hecho y siempre te recordaré, ¿lo sabes?

—Pero, ¿por qué ibas a tener que recordarme...?

No dejó que terminara de hablar, simplemente, besó su frente con cariño antes de abrazarle una vez más, con fuerza, determinando que esa sería la última vez que lo harían. Jimin observó cómo su ficticio hermano, se levantaba del suelo, sin dejar de esbozar una expresión de dolor que se escondía en una sincera sonrisa alejándose de él, dando pasos hacia detrás. El menor de ambos se mantuvo de rodillas en el suelo, fijo, confuso.

—Espero que seas feliz en el mundo del que viniste y que, si finalmente desapareces porque nunca exististe, quiero esperar que nunca me olvides igual que yo nunca te olvidaré a ti, ni a tu ser, ni a todos los recuerdos que hemos creado juntos, que, aunque han sido pocos, han sido los más felices de toda mi existencia. Es por eso, que, seas mi hermano real o no, jamás podré olvidarte, nunca —prometió—. Te quiero, Sonhyung, nunca olvidaré que fuiste mi hermano.

Pulsó el botón de su reloj en el que sus destinos dejaban de estar conectados, cerrando así su historia. Desapareció de escena, quedando como único protagonista de la función Jimin quien había estirado su mano para alcanzarle, quedando apoyado sobre ella en el suelo, aguantando su propio peso. Su cuerpo empezó a temblar y algunas pequeñas lágrimas cayeron sobre el parqué que adornaba aquel inmenso escenario del salón de actos. Por unos segundos, no se escuchó nada más que los pequeños sollozos de Jimin.

Parecía que su personaje comenzaba a ser consciente de que su hermano jamás volvería y que, aunque realmente fuera una persona inexistente de ese mundo, fue creado con la intención de hacer daño al protagonista de la historia, llegando de esa manera aquellos presentes que veían la obra, causando estragos en ellos. Apareció entonces, una pantalla que indicaba una hora. Jimin, levantó la cabeza dirigiéndola en esa dirección.

—En ese instante, empezó la cuenta atrás de los cinco minutos en el que los mundos creados después del descubrimiento de aquel reloj —comenzó a hablar la voz en off, explicando cada uno de los sucesos producidos con los diferentes personajes protagonistas—. Jinyoung, tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de eliminar a Sonhyung de su vida, puesto al daño interno que el mismo se estaba haciendo al pensar que este era real y a su vez devolverle estabilidad a todos sus amigos quienes estaban pasando peores momentos que él. Aunque jamás le olvidaría, no podía dejar de pensar en que, Sonhyung, se había convertido simplemente, en una persona que, aunque jamás existió, le dolería como si lo hubiera hecho.

Se escuchó de fondo una voz que indicaba que quedaba menos para la destrucción de aquella habitación en la que Jimin se hallaba. Este empezó a sollozar repentinamente con fuerza, hundiéndose en una fuerte interpretación con la que no pude evitar quedarme con la boca abierta. Sollozaba, gritaba, se revolvía el pelo con sus manos y decía cosas inentendibles de por medio mientras un fuerte sonido salía por unos altavoces. Era la representación de la desaparición de ese personaje de la vida real, de la desaparición de sus propias memorias y recuerdos hasta el momento en el que dejó de pitar aquel horrible sonido. El cuerpo de Jimin cayó sobre el suelo, como si en ese preciso instante, hubiera muerto.

—Yo también voy a recordarte por siempre —murmuró apenas, tendido en el suelo. Miré entonces a Namjoon, quien se encontraba con la boca abierta.

Nadie allí esbozó nada más. Dudábamos de si ese era el final hasta que Jimin volvió a levantarse seguido de una fuerte luz que lo amparaba. Parecía haberse despertado en un lugar nuevo, en una especie de bosque que había decorado Soojin con mucho esfuerzo. Ella, amante de los dibujos de flores, había ideado la escena más importante de la función, la cual era esa, justo en la que Jimin estaba mostrando su mayor potencial y la verdad, es que no me podía sentir más orgulloso de ambos.

—¿Es eso lo que hizo Soojin? —Me preguntó Yoongi en un susurro a lo que asentí—. Wow, es increíble —admitió ensimismado, observando que ahora Jimin portaba un velo blanco sobre su cuerpo. Expectantes, esperamos a saber qué ocurriría.

—¿Dónde estoy? —Preguntó para sí mismo, intentando levantarse del suelo fallando en el intento. Miró a varios lados, buscando quien pudiera ayudarle pero entonces, abrió sus ojos con fuerza ante la aparición de quien había sido su hermano.

Parecía que habían vuelto a encontrarse después de que los mundos se reestablecieran y, aunque el personaje de Jimin parecía recordarlo, el protagonista no había reaccionado ante su reencuentro.

—¿De verdad Sonhyung no existía? ¿O simplemente, sus caminos se habían cruzado sin quererlo? —Preguntó la voz en off. Las luces se apagaron, cayendo el telón en el proceso. En una pantalla apareció un claro "Continuará...".

Los aplausos no tardaron en hacerse presentes en aquella estancia una vez las luces se encendieron y, los integrantes de la obra aparecieron haciendo una reverencia, con el telón subido. Incluso, fueron protagonistas de esos aplausos, aquellos que eran de otros clubes, entrando en escena. Soojin y Jimin, no dudaron en abrazarse de lado haciendo la reverencia juntos, sonriendo y yo no dudé en sonreír con ellos. Ambos lo habían hecho increíble.

—¡Ese es mi niño! —Exclamó la madre de Jimin, llamando la atención del nombrado que no dudó en sonreír y saludar en su dirección—. ¡Creo que voy a llorar! —Volvió a exclamar, cayendo poco a poco sobre el asiento. Taehyung la tomó entre sus brazos para ayudarla y todos giramos en su dirección.

—¿Se encuentra bien? —Preguntó Taehyung abanicándola y esta asintió. Había empezado a llorar angustiada y orgullosa, acompañada de los demás miembros de la familia.

Y es que era normal. No conocía a Jimin de mucho tiempo pero, sin duda, entre todas las obras que había visto que él había interpretado, esa era de las mejores que había hecho.

—Jimin se ha lucido hoy —admitió Namjoon, volviendo a tomar asiento después de que nos levantáramos para aplaudir. Aún la gente vitoreaba y aplaudía, viéndose todos contentos respecto a la obra y es que, había sido, realmente increíble—, lo ha bordado.

—Si no le dan el papel de protagonista para la próxima obra es que tengo pelea física con cualquiera, se los digo —bromeó Yoongi, emocionado. A pesar de que a veces eran como el perro y el gato, ambos se tenían mucho cariño, matando uno por el otro.

—Y que lo digas, el final ha sido increíble y esa insinuación de segunda parte me ha dejado con ganas de más —añadí también tomando asiento, asimilando todo lo que acababa de pasar. Hacía tiempo que no me sentía así después de una obra de teatro.

Pero es que aquella pequeña historia nos había trasladado desde la intriga, la diversión, la alegría, la tristeza, el misterio... siendo un cúmulo de emociones que no serían fáciles de procesar. Estaba claro que ese año los del club de escritura se habían lucido y los de arte dramático, aún más.

—Dios, es que estoy realmente impactado, agradezco no haber visto el ensayo el otro día, ha sido brutal —dijo de nuevo Namjoon, pensativo. Parecía que los tres estábamos igual.

Durante ese tiempo en el que nos planteábamos distintas teorías sobre la obra y hablábamos muy bien de todos los pequeños detalles que se hallaban en ella, no dudamos una vez se despejó un poco el lugar en salir como los demás padres y alumnos que se encontraban en dirección a la puerta, desalojando el gran salón de actos. Todos parecíamos contentos con la obra y, estaba claro, que ese año se hablaría muchísimo de lo apoteósica que había sido y no solo por el colegio que lo hacía, sino por los artistas que había detrás de cada pequeño detalle. Cada uno de ellos increíbles a su manera. Y me sentía orgulloso de que mi novia y uno de mis mejores amigos fuera parte de ese elenco.

—¡Chicos! —Exclamó Jimin abalanzándose a nosotros, cayendo sobre mis brazos y no dudé en rodearle con los míos. Aún llevaba la ropa de la obra pero, se encontraba hablando con algunos alumnos que habían participado en ella.

—¡Dios mío, Jimin! ¡Ha sido brutal! —Aseguramos todos al unísono, provocando que este riera emocionado. No había rastro de malhumor en su cuerpo y parecía que brillaba, tomando de nuevo esa perfecta personalidad que recaía en él.

Y es que en el fondo no era tan malo como parecía, solo que se ponía muy ansioso respecto a las obras. En general, era un pequeño cachito de pan algo dramático pero adorable.

—¡Gracias! ¿Les gustó? —Preguntó emocionado, separándose de mí para ver a los demás. Asentimos al unísono—. Madre mía, la sincronización —rió sin poder evitarlo—, hablando de madres, ¿dónde está la mía?

—¡Hijo mío! —Gritó en todo el pasillo, siendo el claro ejemplo de atención. Jimin volvió a soltar otra carcajada emocionado, seguramente, le había hecho mucha ilusión que su madre estuviera allí, eran uña y carne.

—Bueno, ahora les veo, Soojin me dijo que iríamos a tomar algo, ¿no?

—Parece ser que ha engatusado también a ese enano —bromeó Yoongi apoyándose en la puerta. Me encogí de hombros.

No era muy difícil que alguien se enamorara de los encantos de mi novia.

—¡Adiós! —Exclamó Jimin, abalanzándose entonces hacia su madre quien lo tomó en brazos y empezó a plantar besos sobre toda su cara. Su padre mientras, revolvía su pelo, también orgulloso.

Ojalá todos los padres de aquella escuela fueran así con sus hijos y no esperaran de ellos una perfección innata. Que solo los apoyaran y velaran por ellos, como los míos hacían.

—¿Y ahora qué hacemos? Se nos ha ido el protagonista del drama y tengo un hambre que me muero... —dijo Yoongi cruzándose de brazos. Tampoco parecía que Soojin estuviera por la zona.

—Pues supongo que tendremos que esperar por la de las hamburguesas —se encogió de hombros Namjoon. Sonreí de lado acompañado de Taehyung.

Y así fue como, después de un rato de espera, Soojin apareció con la noticia de que su madre estaba de buen humor y que le había prestado el dinero necesario para invitarnos a todos. Aparte de eso, iba también muy parlanchina, contándonos las muy buenas críticas que habían habido respecto al atrezzo, a su lado se encontraba Yeonji, quien no paraba de halagarla por su trabajo. Jimin se unió poco después puesto que, muchas personas se habían parado alabar su trabajo y no había parado de hablar con la gente desde que terminó la obra. Una vez todos reunidos, no tardamos en poner rumbo a un restaurante cercano de comida rápida, olvidando las actividades a las que supuestamente íbamos a ir, teniendo una cena juntos realmente agradable.

Si es que, el drama de Jimin no había sido tan malo como esperábamos.


......

¡Hola! ¿Qué tal están? Bueno, aquí les traigo el nuevo capítulo jejejejeje, lo publico un poco tarde, el sábado en vez del viernes porque, iba a publicarlo anoche pero no me dejaba subir el gif, sorry. Ay, lo siento, he tenido una semana algo alocada, y aunque voy bastante adelantada escribiendo, al corregirlo me di cuenta de que tenía algunos fallos y de que no me convencía mucho la parte final.

Creo que es uno de los capítulos más largos y, sin duda, uno de los títulos más icónicos que habrán pero lo siento, la idea de hacer a Jimin dramático me encantaba y no sé a ciencia cierta por qué JAJAJAJAJAJA.

Bueno, espero que disfruten el capítulo y que les esté gustando. Tengo otras historias en mente y, como estoy acabando los parciales quizás vengan algunas historias nuevas salvajemente (aviso). Quizás les da igual pero bueno JAJAJAJAJA. Me hacía ilu ponerlo.

¡Adiós! 

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