It Will Rain (Camren)

By SinnersPrayeer

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"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 1
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 2
Capítulo XXX parte 3 "Say You Won't Let Go"
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII - Without Me
Capítulo XLVIII -The Hanging Tree
Capítulo XLIX
Capítulo L
Broken Silence.
Magia.
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX parte 1
Capítulo LIX parte 2
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII pt1
Capítulo LXIII pt 2
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXV pt2
Capítulo LXVI
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXVIII pt 2
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 1
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 2
Something's gotta give pt 3
"El Comienzo del Fin"
"Azul"
It Will Rain
Untitled part
Shameless
1000 hands
Consequences (FINAL)
PSA
Logro Desbloqueado.

Capítulo XXXIV

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By SinnersPrayeer

Y es en ese momento cuando la verdad te golpea en la cara que te das cuenta de que todo lo que creíste y defendiste por años fue tan solo la punta del iceberg.

Mientras Dinah bajaba del taxi y se despedía del conductor con un simple "buenas noches" y empezaba a caminar por la solitaria acera que la llevaría hasta el supermercado, no dejaba de pensar en Camila y en las conversaciones que escuchó. Sabía que no podía ser su mente jugando con ella cuando el nombre de Tori había sido mencionado, ni tampoco la insistencia de Camila por mantenerse despierta, entreteniéndose en solo mirar hacia la silla vacía en la que ella aseguraba había alguien, sin embargo, cuando la doctora se giraba para encararse con el fantasma o la alucinación, únicamente se encontraba con un mueble inútil cuya única función era la acumular polvo.

De acuerdo a su profesión Dinah se guiaba por lineamientos y pruebas que exaltaban el poderío del ser humano mediante la ciencia y la tecnología, por lo que se podía decir que la rubia era una escéptica de primera. A no ser que tuviera de frente al mismo Dios, ella se negaría completamente a creer en él. Para ella tan solo existía aquello que pudiera, ver, tocar, escuchar, oler, probar y sobre todo aprender mediante su cerebro, nada que fuera contra las leyes de lo que ella conocía era cierto, por lo tanto, las conversaciones unilaterales que había presenciado y escuchado eran tan solo reflejos de su intoxicación por el alcohol,y hasta que no hablara con Camila esa sería su única creencia.

Como si fuera una respuesta para Dinah un rayo iluminó el cielo, provocando un fuerte estruendo que rompió por completo el silencio y la calma en el que se encontraba Princeton aquella noche. La lluvia empezó a caer suave, pero de pronto dejó caer todo su poder ante todo lo que encontrara a su paso, siendo Dinah la principal perjudicada cuando entró al supermercado completamente mojada. Las puertas corredizas se abrieron advirtiendo de su presencia al chico tras el mostrador que apenas y podía mantenerse despierto. Dinah lo saludó con educación mientras se dirigía hacia el pasillo de fármacos. Se detuvo justo frente a la sección que necesitaba y luego de tomar un par de frascos y dudar en otros mas debido a que no eran lo que estaba buscando, gruñó enfadada y caminó de regreso al mostrador, esperó su turno justo después de un hombre de edad madura que, a juzgar por su peso, la gorra roja en su cabeza y el chaleco acolchado de color azul, era un camionero.

—Treinta y nueve con cincuenta — escuchó decir al cajero mientras acomodaba su pequeño cóctel de medicamentos encima del mostrador. El mundo a su alrededor estaba en automático por lo que Dinah no se dio cuenta de la persona que se ubicó detrás de ella en la fila. La persona a sus espaldas sonreía con diversión mientras esperaba su turno. —¡Buenas noches, señorita! ¿Encontró todo lo que buscaba? —preguntó por cortesía mientras pasaba las cajas de medicamentos por el escáner, Dinah asintió y justo antes de que el vendedor cerrara la venta una voz se hizo escuchar por encima del ruido de la registradora.

—Lo siento, también llevará esto. —dijo con una extraña y fingida voz dulce y tanto Dinah como el cajero vieron a la recién llegada con duda y asombro.

—¿La señorita viene con usted? —preguntó el cajero a Dinah y antes de perder más tiempo, la rubia le dio una rápida mirada a los escasos tres productos que Nicolette iba a pagar y asintió. —Perfecto. Ochenta y nueve con noventa por favor.

Sin perder mas tiempo, Dinah dejó un billete en el mostrador y sin esperar el cambio y el ticket, tomó la bolsa con sus medicinas y salió del supermercado sin detenerse aun cuando escuchó al cajero junto a la voz de Nicolette Daddario pidiéndole que esperara.

—¡Dinah, espera por favor! Tenemos que hablar.

—No tengo tiempo para perder contigo Daddario. Vuelve a casa con Lauren y deja ya de molestarme.

—No te quitare más de minuto, por favor. — suplicó a mitad de la calle mientras la lluvia seguía cayendo sobre ellas. Dinah se detuvo y negó por su poca entereza mientras recorría los metros que la separaban de la profesora. —Te llevaré a casa o a donde sea que estés quedándote.

—¿Dónde está tu auto? — Nicolette señaló a la fila de autos estacionados que había junto a la acera y Dinah abrió los ojos al reconocer el Jeep de Lauren. —¿Lauren está contigo?

—No, tranquila. Ella esta en casa, yo solo tomé su auto.

—¿Qué hay del tuyo?

—En casa resguardado del frío y la lluvia. Además, no quiero que se estropee con todo el barro que seguramente habrá mas tarde. —los ojos de Dinah vieron el auto con incertidumbre, todavía sin creer que de verdad no estuviera dentro. No podía arriesgarse a que la verdad se supiera tan pronto y estaba segura que si Lauren se enteraba de lo que estaba haciendo no le volvería a hablar nunca. —Andando, hay que subir al auto antes de que el resfriado común cambie a una pulmonía grave y luego a hipotermia. —sonrió mientras le quitaba la bolsa y revisaba su contenido. —¿Para quién son estas medicinas Dj? ¿Quién está enfermo?

—Eso no te importa. —replicó furiosa, intentando quitarle la bolsa, pero Nicolette era rápida y antes de que pudiera atraparla cerró la puerta del copiloto y puso los seguros. —¡Abre la maldita puerta!

—Me importa porque lo que sea que ocultas va a perjudicar a Lauren y no pienso permitirlo. —Dinah dejó de forcejear con los seguros para verla de manera amenazadora. —Necesito que me digas que es lo que haces en Princeton y por que es tan secreto que Lauren no puede saberlo. Vi el miedo en tus ojos cuando viste el auto y creíste que Lauren estaba conmigo. —resopló fuertemente mientras gruesas gotas de lluvia resbalaban por su rostro—Debes haber hecho algo muy jodido para temer de esa forma Dinah Jane y quiero saber qué es eso.

—No tengo por que darte explicaciones. —escupió enojada sin apartar la mirada de la ventana. —Ahora déjame salir o voy a llamar la policía.

—Hazlo si quieres, pero nadie va a responder. Princeton no tiene vida antes de las seis de la mañana, por lo que yo diría que estamos varadas aquí en medio de un pueblo fantasma. Yo tengo mucho tiempo Dinah Jane pero a juzgar por esto...—levantó la bolsa con las cajas completamente empapadas. —y la prisa por irte, yo diría que no tienes mucho tiempo. Así que habla.

—Eres una hija de puta.

—Por supuesto que sí, pero antes que eso; soy amiga y tengo lealtad por las personas a las que quiero. —replicó con firmeza— ¿Sabes que es la lealtad Dinah?

—No pienso escucharte Nicolette. Abre la maldita puerta y déjame salir antes que...

No pudo terminar la oración porque su teléfono empezó a sonar detenido todo a su alrededor. El ceño de Nicolette se frunció ante la ansiedad de Dinah mientras buscaba en cada bolsillo que tenía libre. Por fin consiguió encontrarlo y justo cuando iba a responder la llamada el teléfono le fue arrebatado, levantó la cabeza y se encontró con la mirada sorprendida de Nicolette mientras leía el identificador de llamadas.

—Por su puesto que no sabes lo que es la lealtad—dijo con coraje mientras ponía en altavoz.

El mundo de Dinah se empezó a derrumbar cuando escuchó la voz desesperada de Graham.

—Dinah tienes que apurarte, Camila esta convulsionando. Voy a llamar a

Nicolette sintió la garganta seca cuando vio el rostro lleno de dolor de Dinah que intentaba contener las lágrimas y sin saber porque decidió ayudar. Aquello era una emergencia y aunque ella fuese una hija de puta, todavía le quedaba algo de empatía y amor por la vida humana.

Mientras conducía se convenció a si misma de que no lo hacía por Dinah o por Camila, sino por Lauren y por el dolor que le causaría si algo llegara a pasarle a la chica que hasta hace poco todavía llamaba novia.

(....)

—Lauren está ahí — murmuró Camila mirando por la ventana. Dinah y Graham se vieron uno al otro, preocupados por las divagaciones de Camila. Si las cosas no mejoraban al amanecer iban a verse obligados a llevarla al hospital. Graham lo tenía claro desde que la rubia tocó a su puerta, pero Dinah aún se mantenía firme a la promesa que le había hecho a Camila en un momento de lucidez. La ayudaría cuanto pudiera y hasta que las posibilidades se terminaran.

—Vuelve a dormir, Cami. Tienes que descansar. —dijo Graham con la voz cansada tomándola de la mano y llevándola hasta la cama.

—Ella no la merece DJ. Victoria tan solo la quiere hacer sufrir. ¡Lo hice por Lauren! —gritó con coraje mientras intentaba escapar de las sabanas que en aquel momento se sentían como una camisa de fuerza. —Y ahora ella me odia por tu culpa. ¿Eres feliz ahora? ya no tengo nada Tori, me lo quitaste todo.

—¿Quién es Tori? —preguntó Graham mientras veía a Camila revolverse con desesperación entre las cobijas. —Toda la noche ha dicho ese nombre. Quiero creer que solo es su mente alucinando, pero estoy empezando a dudar Dinah. Ella está hablando con alguien y aunque no puedo verlo sé que está ahí, puedo sentirlo

—Esas son tonterías Graham. —le restó importancia mientras en su interior empezaba a compartir los temores del enfermero. —Camila está enferma, su mente solo esta desequilibrada por la fiebre.

—Yo también pensé en ello y no es del todo falso, pero Camila no mintió cuando dijo que Lauren estaba aquí. —los ojos de Dinah se abrieron con sorpresa y de inmediato caminó hacia la ventana en la que Graham estaba recargado. —Ahí está su auto ¿lo ves?

—Solo se parece, no creo que sea el suyo.

—Estoy seguro que sí, lo sé porque esta estacionado en su espacio habitual. Tal vez este preocupada por Camila ¿le digo que suba?

Dinah no respondió, estaba tan cansada que lo único que quería era dormir por horas y horas hasta que todos sus problemas desaparecieran. Si le ofrecieran volver el tiempo lo aceptaría sin dudarlo y regresaría a los años donde la vida era tan sencilla como terminarse todo el plato de comida y hacer los deberes antes de la hora de dormir. Añoraba los días en los que el sufrimiento máximo era una rodilla raspada, necesitaba regresar a la etapa en la que una discusión con un amigo se resolvía tan solo con regalarle un chocolate y en el que la mayor alegría era obtener una estrella dorada durante la clase.

Las cosas eran tan sencillas durante la niñez y Dinah deseaba con todas sus fuerzas regresar a esos días y disfrutar de la simpleza de la vida.

—Voy a ponerle una vía con suero para evitar que se deshidrate y luego le daremos quinientos miligramos de metamizol. —Graham asintió y como si estuviera de turno en el hospital bajo encargo de alguna habitación, hizo exactamente lo que la doctora Hansen le indicó. — Seguiremos tratando con paños húmedos hasta la fiebre ceda y si tenemos suerte Camila estará bien en unas horas.

(...)

A pesar de haber dormido bien esa noche, Lauren despertó con una sensación extraña dentro de su pecho. Si tenía que describirlo de alguna forma, la definición exacta era; miedo. Un sentimiento del cual desconocía por qué y conforme pasaban las horas y la hora de ir a la escuela se acercaba el miedo se hacía cada vez mayor, así como los pinchazos en el pecho y la constante falta de aire. Todo empeoró cuando sin ningún motivo aparente la fuerza de su mano derecha perdió completamente la fuerza haciendo que la taza que sostenía cayera al piso y se rompiera en cientos de fragmentos.

Solo bastan segundos de distracción para que una tragedia suceda.

When the lights go out and

Leave you standing in the dark

El teléfono del apartamento empezó a sonar sin descanso mientras Lauren recogía los fragmentos de porcelana y en un descuido mientras maldecía a quien sea que estuviera llamando un pequeño trozo de vidrio atravesó su palma haciéndola gritar de dolor. El timbre se detuvo mientras la sangre corría por su mano.

No one ever told you

This would be so hard

Pero el contestador automático se activo con nuevo mensaje que Lauren escuchó mientras mantenía la mano bajo el chorro de agua en el fregadero.

Usted tiene un mensaje nuevo.

"Lauren soy yo, Nicolette. No voy a poder llegar a clase, me surgió un problema y... — a pesar del ruido del agua cayendo Lauren notó el tono afligido en la voz de Nicolette y sin pensarlo dos veces arrancó un pedazo del rollo de cocina y lo envolvió en su mano mientras corría hacia el teléfono.

"¿Nicky? —preguntó nada más levantar la bocina y escuchó la respiración agitada de su amiga como si estuviera corriendo. — ¿Que sucede? ¿Por qué no iras a clases?

"Lauren lo siento. No puedo hablar ahora."

"¿Estas llorando? ¡Nicolette! Tienes que decirme que diablos está pasando."

No fue necesario que Nicolette Daddario dijera algo, porque las sirenas de la ambulancia que se estacionaba frente al edificio respondieron por ella.

De pronto se desplegó ante sus ojos la escena mas aterradora que fue capaz de ver. Dinah lloraba en brazos de un hombre alto mientras dos paramédicos corrían apresurados al interior del edificio solo para salir minutos después con el cuerpo de alguien encima de la camilla.

"¡Nicolette! Responde maldita sea. ¿Qué está pasando?"

I know you think your fire is burning out

But I still see you shining through

"¡Lauren lo siento tanto! — susurró antes de cortar la llamada.


You got it in you



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