Una sonrisa se encontraba en mi rostro mientras miraba el pueblo, habíamos llegado a Transilvania y faltaba poco para que llegáramos al castillo.
Sentía la mirada de alguien observarme, no solo ahora, sino en todo el recorrido.
Sabía a quién pertenecía, mis labios se curvaron en una sonrisa. El carruaje se detuvo enfrente del enorme castillo de Transilvania.
Era la primera vez que pisaba un pie en este lugar.
— ¿nos quedaremos aquí?— preguntó la niña Sofia con sorpresa y felicidad.
— sí —respondió su hermano.
Los tres bajamos, al entrar unos hombres tomaron nuestros abrigos, el lugar ya se encontraba lleno.
La música sonaba por doquier al igual que los aplausos.
— bienvenido — dijo un hombre caminando hacia nosotros.
Los tres hicimos una reverencia, era notable que él era el anfitrión.
— su majestad— saludo el conde Drácula con una sonrisa.
Su majestad también sonrió.
— lamento las formalidades, amigo.
Eran amigos...
— ¿quién es ella?— preguntó al notarme.
— es Jade Stone, la institutriz de Sofia, espero no te moleste que la haya invitado.
Su majestad sonrió de lado y tomo mi mano depositando un beso.
Amplíe los ojos a tal acto.
— bienvenida, espero te agrade estar en mi humilde palacio.
— la incomodas, William—dijo el conde Drácula.
— lo lamento, mi lady—dijo el caminando hacia el gran salón con nosotros detrás.
Dos hombres abrieron las puertas del gran salón al mismo tiempo que las personas detenían su baile.
Me tense al sentir el brazo del conde entrelazar el mío.
— ¡el conde Drácula Collins de Brasov! ¡acompañado de su hermana Sofia Collins y de su acompañante...!— el hombre se inclinó hacia atrás— ¿cuál es el nombre de la señorita?— preguntó al Conde.
— Jade Stone.
— ¡y su acompañante, Jade Stone!
Las persona volvieron a bailar, conversar y verse entre sí. Mi mano seguía entre lazada a la del conde.
— ¿tienes sueño?— preguntó el príncipe al ver bostezar a Sofia, no colocaba ni la más mínima atención a su conversación.
— si...— respondió ella recostando su cabeza en mí.
— puedes ocupar una de las habitaciones.
— me encantaría— respondio ella.
— la acompañare— dije deshaciendo el agarre del conde.
Él asintió mientras me sonreía.
Tome la mano de la niña Sofia y ambas caminamos dejándome que ella me guiara. Estábamos por subir las escaleras cuando un grito me detuvo.
— ¡señorita Jade!
La niña Sofia volteo y miro a la joven con extrañeza.
Al girarme sonreí.
Lizzy se miraba hermosa, un vestido blanco con flores en la cintura y en su cabello, hacían resaltar toda su belleza.
— Lizzy...— susurré al mismo tiempo que caminaba a ella y la abrazaba.
Me separe de ella al ver que abrazarla no era lo correcto, las personas al vernos empezaron a murmurar.
— No sabes cuanta falta nos haces, no creí las palabras de mi padre, pero ahora que te veo estoy tan emocionada.
Sonreí.
— ¿señorita Jade?— mire a Sofia.
— Ahh... Lizzy, ella es Sofia Collins.
— hola Sofia, yo soy Lizzy, así que tú te llevaste a la institutriz de mi hermano— dijo bromeando.
Lizzy observo por un buen tiempo a Sofia.
— ¿iban a algún lugar?— preguntó Lizzy rompiendo el silencio.
— sí, de hecho llevaría a Sofia a una habitación.
— las acompaño.
Las tres caminamos hasta llegar a una habitación desocupada.
— yo entrare sola— dijo la niña Sofia.
— ¿segura?— pregunte.
Ella asintió mientras entraba y cerraba la puerta. Lizzy y yo caminamos lentamente por el pasillo.
— Jade— Lizzy pronuncio mi nombre— ¿puedo pedirte un favor?
— claro...
— ¿puedes llevarme con él?— me detuve.
Ahí recordé mi promesa.
— ¿con... Con él?— pregunte confundida.
Un ligero rubor apareció en las mejillas de Lizzy mientras sonreía.
— quisiera bailar con él, un pieza nada más, sabes que lo amo...
Trague fuerte escuchando cada una de sus palabras, volví a caminar con ella siguiéndome el paso.
Al llegar al salón busque con la mirada al conde Drácula, él no se encontraba.
— ¿no esta verdad?— preguntó ella alzando la mirada.
— no, lo buscare y lo llevare contigo— dije.
— no, esperemos a que él te busque, quiero que me acompañes.
Caminábamos entre las personas con Lizzy enfrente de mí.
— ¿a dónde me llevaras?— pregunte con curiosidad.
Ella se detuvo y tomo mi mano mientras me arrastraba hasta una parte del gran salón.
— sabes que me encantaría verlos juntos— no sabía de qué hablaba hasta que escuche su risa.
El miedo me invadió. Su rostro giro y sonrió al verme.
Esto no terminaría bien.
— señorita Jade— tomo mi mano la cual temblaba y deposito un beso en mis nudillos.
— señor Owen— dije haciendo una ligera reverencia.
— padre, Jade me pidió que la trajera, quería verte— dijo Lizzy.
Amplíe los ojos y mire a Lizzy molesta.
Ella no lo hacía con malas intenciones, ella no sabía que en mi corazón ya no había lugar para alguien más, solo una persona se encontraba en el y no era su padre.
— ¿es cierto eso? Señorita Jade.
No podía responder.
— Buenas noches— la voz del conde Drácula me sobresalto— Marqués Wodlow— dijo sonriendo de lado.
Ambos se saludaron debidamente.
— Lizzy...— dijo el conde Drácula sorprendido al ver la— te vez... Hermosa...
Lizzy se sonrojo.
— gracias...— murmuro.
Sí... Lizzy era hermosa y todo quien la mirada queda encantado, una opresión en mi pecho me hizo alejarme un poco.
— permiso— intente retirarme pero el señor Owen tomo mi brazo.
— concédame el honor de bailar una pieza a su lado.
— yo n-
— estoy seguro de que la señorita Jade estaría encantada— gire rápidamente mi cabeza y clave mis ojos en los suyos, no entendía que le pasaba al conde Drácula.
— un baile— aclare.
El señor Owen sonrió mientras tomaba mi mano y me giraba al salón. Escuchaba la risa de Lizzy detrás de mí. Al parecer ellos también bailarían.
Los hombres y las mujeres formaron dos filas, cada uno enfrente de su pareja, la música empezó a sonar.
Todos dieron un paso al frente cambiando de lugar con su pareja, después se tomaron las manos. Las manos del señor Owen sostuvieron fuertes las mías. Las volvimos a separar volviendo a nuestros lugares y dando una vuelta para después volver a tomarnos de las manos y dar tres pasos al frente.
— ¿se siente bien señorita Jade?— preguntó mirando al frente.
Volvimos a separarnos.
— sí, estoy de maravilla— conteste mientras ambos cambiamos de lugar y yo rodeaba a la persona que se encontraba a mi lado, Lizzy.
volvimos a hacer los mismos pasos, al estar en su lugar volví a rodear a la persona que acompañaba a Lizzy.
Evite su mirada y al dar la vuelta volví a tomar la mano del señor Owen. Los pasos volvían a repetirse, sentía que el baile no acababa.
El baile termino y los aplausos invadieron el lugar, salí rápidamente de ahí llegando al balcón y espere a que mi corazón dejada de latir tan rápido.
Esta no era mi noche, todo esto cambio tan rápido.