Con un sitio seguro en el que vivir y ya sin la presión de ser descubiertas por algún estudiante mientras dormían en el teatro, la única preocupación de Lauren era dar la mejor versión de sí misma en cada clase. Procuraba dejar siempre una pizca de conocimiento ante cada palabra que saliera de su boca y hasta el momento los resultados satisfacían al completo con sus expectativas.
Aquella tarde de viernes y con las dos ultimas clases con su grupo "predilecto", Lauren se paseaba de un lado a otro esperando que las voces y murmullos se asentaran. Quería tener su total atención antes de comunicarles cual iba a ser el itinerario a seguir.
Quejidos y rostros cansados eran la primera impresión que tenía de sus estudiantes, y lo cierto era que ella no estaba mucho mejor. Aunque sus ojos ya no lucían las prominentes ojeras y su cabello permanecía liso y bien peinado todavía había rastros de cansancio en su cara.
—Ha sido una semana difícil para todos y sé que están ansiosos porque la campana suene para irse, créanme, yo también lo estoy, pero lamentablemente eso no va a pasar pronto. Sin embargo, tenemos el tiempo suficiente para mi favorito, escritura creativa.
Lo que para Lauren era emocionante claramente para el resto no porque no hubo ninguna muestra de felicidad, el único que parecía interesado y deseoso de empezar era Higgins quien ya tenía su cuaderno encima del pupitre y sus dedos se movían rápidos, golpeando repetidamente sobre la superficie blanca con el lápiz de madera.
—Revise sus textos de la ultima vez y he de confesar que esperaba algo mucho peor y sin embargo he quedado sorprendida con los resultados. No se con exactitud que es, pero algunos de ustedes realmente tienen talento para la narración, al resto lo único que les hace falta es practicar un poco más y al menos durante la siguiente hora y media es lo que van a hacer.
—¿Qué quiere con exactitud? —preguntó Charlotte intentando por primera vez en mucho tiempo el ser productiva. —Una novela, un poema corto ¿tal vez una historia de la vida real?
—Si no puedes explicarle a tu padre como es que a diario pierdes los teléfonos, no entiendo como podrías escribir una novela. Deja de soñar Charlie. —Charlotte soltó pesadamente la pluma y se desmoronó en el asiento. No era fácil de apreciar desde su distancia pero Lauren alcanzó a ver el brillo acuoso de sus ojos cafés y el creciente rojo en sus mejillas. Otro comentario sádico de Garfield y Charlotte rompería a llorar.
—No sé de qué se admira señor Garfield, si su relato era propio de un niño pequeño ¡¿y la ortografía?! Le juro que busqué con lupa y microscopio, pero nunca la pude encontrar. — la clase cambió el objetivo de sus risas y ahora era Garfield quien se escondía tras las solapas de su chaqueta. —Y en cuanto a usted señorita Hernandez, su relato fue exquisito. Sin duda lo mejor que pude leer en mucho tiempo. —Charlotte sonrió maravillosamente sintiendo el ánimo que irradiaba en las palabras de su profesora. —Ya estoy deseando leer lo que tiene para el dia de hoy.
—Gracias profesora.
—Otra cosa más antes de que empiecen. —añadió antes de volver a su asiento— Recuerden que pueden escribir sobre lo que se les ocurra, desde el relato de un día normal hasta un capítulo de lo que podría ser en un futuro una novela. Quiero leer todo, lo que sea que quieran contarme, así sea una entrada nueva para su diario, yo lo voy a leer y en la siguiente clase les devolveré sus escritos con mis anotaciones.
—¿Puedo tener de regreso mis folios profesora? —pidió Emily quien se había levantado y meditaba en si debía acercarse al escritorio o permanecer frente a su lugar. —Necesito continuar con mi capitulo.
Lauren asintió y se apresuró a su escritorio, buscó entre la pila de hojas la que le pertenecía a Emily y luego de revisar que todo estuviera en orden se lo entregó con una sonrisa de satisfacción, igual a la que esbozó la joven cuando vio la calificación y las notas al pie de pagina que Lauren había dejado para ella.
Sunflower (escrito por Emily Evans)
(...)
Notas extraordinarias por Lauren Jauregui:
* Es muy pronto para siquiera decirlo, pero creo Wallace es el asesino, tiene un lado misterioso y toda su extravagancia, no se... me da mala espina.
*La narración es buena, sin embargo, durante algunos espacios llega a tornarse un tanto vaga. A riesgo de alterar tu historia puedo aconsejarte que los hagas un poco mas extensos. Y en cuanto a la separación entre párrafos, es muy importante debido a que al ser mucho texto y tan junto, los pensamientos se mezclan unos con otros y la idea general se pierde.
* Salvo por las correcciones en la gramática que he señalado una por una, con seguridad puedo decir que tu trabajo es impecable. Si mantienes el interés en este proyecto y logras terminarlo, puedo considerar calificarte con Sunflower al final del periodo, y si es tan bueno como lo que he leído hasta ahora, y sé que lo será, podrás disfrutar de un diez perfecto. Por su puesto tu trabajo será publicado en la biblioteca en su nueva sección de escritura creativa que se abrirá en los próximos meses
Éxito. L.J
Todos y cada uno de los folios llevaban su sello personal, así como notas de aliento y pequeños consejos que, si eran listos, iban a aplicarlos en cada nuevo texto que escribieran y los resultados cambiarían radicalmente. Incluso Garfield había tenido una nota aprobatoria y un "sigue adelante" por su trabajo que tanto le había dejado a desear. Al leer su folio, algo dentro de ella había muerto, pero a pesar de todo, seguía creyendo que todavía podía sacar un poco de jugo al cerebro e imaginación de Christian.
"Desbarios de un de mente" escrito por Christian Garfield
Las hojas del libro son amarillentas y el libro es viejo, las venta nanas eestán empañiadas y el sol es .gris. Los arcris me gustan pero luego .no porque Hignis me va a molestar .con que soy MAr. ica y no lo Zoy. esta. es. mi. noche con papa y no me gusta porque estoyseguro qe lizz estarA ahí *lizz es mi hermanastra) y {no la soporto. siempre esta emtiendose conmigo y .papa no le hice y tampoco hase. nada haci que. si hoy quiere que me vaya con el voy a decir que no.
fin
Notas extraordinarias por Lauren Jauregui:
Por primera vez en toda mi carrera de enseñanza, no se como sentirte ante tu "lo que sea que hayas escrito" y lo cierto es que estoy muy confundida y preocupada por lo que leí, pero sé que a pesar de los errores (que fueron muchos) tenías algo que contar, y eso al fin y al cabo era la intención de la tarea. Entonces te daré la calificación aprobatoria mínima.
Sin embargo, durante las próximas semanas estaremos trabajando juntos para que tus textos, así como tu ortografía, mejoren.
Sigue adelante. L.J
Con mucho pesar y temiendo su reacción Lauren entregó el folio justo en su pupitre y le dio a Christian una mueca extraña que pretendía ser una sonrisa.
—Intenta hacerlo mejor esta vez—Christian asintió mientras apretaba el folio en un puño. Su vergüenza era tanta que las muestras de humedad que tenía en la frente se volvieron más grandes y evidentes. — Cualquier duda que tengas por favor acércate y lo resolveremos juntos ¿está bien?
—Si profesora, lo entiendo. Ahora si no le importa. ¿Cree que pueda...? — inquirió nerviosamente mirando al cuaderno que descansaba, todavía cerrado, en su pupitre.
—Claro. — el suspiro de alivio que escuchó cuando se dio la vuelta le removió el estomago y la conciencia, por lo que decidió tranquilizarlo un poco. — Por cierto, señor Garfield. Usted no fue el único con peculiaridades en su trabajo. Andrew y Spencer no lo hicieron mucho mejor. —Christian asintió repetidamente sintiéndose aliviado al no ser el único con errores. —Nos reuniremos los cuatro al final del día en el patio exterior. Mientras más pronto empecemos más rápido estarán a la par que sus compañeros.
Haciendo acopio de toda su voluntad y conteniendo su vena rebelde Christian se permitió sonreír sinceramente. Después de todo si quería mejorar en su dislexia debía ser paciente y entender que las cosas no iban a cambiar de un día para otro y mucho menos por si solas.
—Gracias profesora.
—Siempre que lo necesites. —correspondió con una sonrisa relajada y poco a poco se alejó sin retirar la mirada. —Y Christian... toma todo el tiempo que necesites. No quiero perfección sino creatividad e imaginación.
¿Por qué amo a Lauren Jauregui? escrito por Grace Skylar
1- Sus ojos verdes son tan intensos y encantadores que me hipnotizan y me hacen querer ser una mejor persona.
2- Es la mejor profesora que he tenido nunca.
3- Ambas compartimos el amor por el olor a libros nuevos
4- Ella es tan apasionada cuando habla.
5- She gives them butterflies, bats her cartoon eyes
6- She laughs like God, her mind's like a diamond
7- Soy su fan #1
Usted es la mejor.
Notas extraordinarias por Lauren Jauregui:
El termino correcto para tu peculiar escrito Skylar, me parece que es acoso. No quiero, pero estoy comenzando a asustarme. Por favor escribe algo con lo que de verdad pueda calificarte, si no lo haces, entonces me veré en la necesidad de llamar a tus padres.
Eres mejor que esto. L.J
Lo mismo sucedió con el resto de estudiantes, algunos obtuvieron mejores notas que otros, pero Lauren siempre tenia algo para ellos. Solo esperaba con todo su corazón que sus palabras sirvieran de algo.
Mientras todos trabajaban en sus escritos, Lauren copiaba e ingresaba las calificaciones de cada uno de sus estudiantes en el sistema que tenía en su portátil. Un diez para Charlotte Hernandez, y otro más para Emily Evans, Amanda Smith también se había ganado su interés con su ensayo sobre el feminismo ganando la tercer mejor nota y finalmente Miles Robinson, que también lo consiguió el preciado diez con su relato gótico oscuro sobre vampiros y seres sobrenaturales. El resto de notas oscilaban entre el seis y el nueve, y al cabo de media hora todos los espacios habían sido llenados con una nota aprobatoria salvo uno. Kiana Benson.
Por más que veía el espacio en la pantalla este se mantenía siempre en blanco y vacío. Al igual que el sitio junto a la ventana que la chica solía ocupar durante su clase.
Kiana no estaba presente en ese momento y dudaba seriamente que lo hubiese estado durante las pasadas semanas. No sería una falta grave si Lauren no fuera consciente de los antecedentes y las ambiciones de la chica, pero lamentablemente lo hacía y al conocerlos sabia que Kiana no pondría en juego su sitio en el consejo de honor. Algo malo debía estar sucediendo para que su ausencia se notara.
Su mirada recorrió el aula una y otra vez rogando por un milagro y finalmente se detuvo en Higgins, sonrió al recordar su primer día en el taller y lo entusiasmado que veía mientras su lápiz se deslizaba por el folio. Desde entonces las cosas habían cambiado y debía admitir que su clase le estaba haciendo bien al chico ya que sus cinco sus visitas a rectoría se habían reducido a dos o a tres si la semana estaba siendo excesivamente dura.
Y de pronto todo cobro sentido, las piezas del puzle cayeron en su sitio y la golpearon en la cara cuando regresó a aquel día y recordó su discusión con Dalton por el abrupto cambio de taller de Higgins y luego la insistencia porque el chico permaneciera en su taller.
En todos sus años de enseñanza en Princeton High School Lauren nunca había visto que Gerard tuviera especial interés por alguien que no fuese el mismo. Y entonces se sintió estúpida por no haberlo visto antes, por no darse cuenta a tiempo de lo que habían hecho a sus espaldas.
(...)
—Hasta luego señorita Jauregui.
—Nos vemos el lunes profesora.
—Hasta luego chicos, pasen un buen fin de semana. —añadió con una sonrisa— Y no olviden traer el ensayo sobre "El retrato de Dorian Gray" es para el lunes y no quiero excusas.
—Linda tarde profesora. Diviértase por mí con la profesora Daddario en Finnigan's.
—Gracias señorita Evans, me asegurare de enviarle fotografías que confirmen sus teorías.
—Nos vemos el lunes profesora. — ante esa voz Lauren levantó la cabeza de los folios y se ajustó las gafas de lectura.
—Smith y Skylar, esperen un momento, por favor. Necesito hablar con ustedes.
Ambas chicas se acercaron cuidadosas al escritorio de la profesora y soltaron sus mochilas en el suelo, esperaban un regaño, o al menos Skylar lo hacía, todavía se sentía avergonzada mas no arrepentida, por su texto tan revelador que Lauren había tenido la desgracia de leer.
—¿Estamos en problemas? —inquirió Amanda frunciendo el ceño.
—Oh no, por supuesto que no. —ambas respiraron aliviadas— Yo solo quería hacerles un par de preguntas. Si están de acuerdo.
—¡Suéltelo! — escupió Amanda sin mucho interés y olvidando el sitio en el que estaban. —Lo siento, yo no quise.
—No te preocupes, la escuela ha terminado y mi pregunta no tiene nada que ver con la clase.
—Entonces —prosiguió Skylar.
—Se que ustedes son amigas de la señorita Benson y me preguntaba si conocen el motivo por el que no ha venido a clases.
—Kiana no se perdería la escuela ni aunque allá afuera se hubiera desatado el mismo apocalipsis.
—No entiendo.
—Lo que Skylar quiere decir profesora, es que Kiana no ha faltado un solo día. Ella no arriesgaría su asistencia perfecta por nada del mundo.
—¿Entonces por qué no ha venido a mis clases?
—No sabemos porque, pero hace dos semanas el oficial Benson vino a dejarla y se pasó un buen rato encerrado con el director Dalton en su oficina. Luego Kiana estaba yendo a "Historia" como materia fija y los viernes de taller a "Español"
Si el corazón de Lauren se detuvo cuando escuchó que Greg estuvo en la escuela, ahora latía desbocado cuando comprendió que Kiana no volvería a entrar a su aula, al menos no por los siguientes meses.
Lauren asintió como hipnotizada y agradeció a las dos chicas quienes abandonaron el aula con el sentimiento de haber traicionado a su amiga.
. Historia. Historia. Su mente divagaba sin rumbo mientras buscaba razones. ¿Quién rayos daba historia? Kelsey Holt por supuesto. ¿Como no lo había visto antes?
En un impulso Lauren tomó su mochila y salió por la puerta a toda prisa, echó a correr por los pasillos vacíos llegando sin aliento hasta el corredor A, el salón de Historia se encontraba justo al final, solo esperaba poder llegar a tiempo.
Las voces dentro del aula hicieron eco en sus oídos cuando las reconoció. Se trataba ni mas ni menos que de Kiana Benson y Kelsey Holt riendo como si no hubiera un mañana.
—Tu explicación sobre la guerra civil me dejo aturdida Kiana. ¿Cómo lograste recabar toda esa información? Ni siquiera yo la conocía.
—Es lo que tiene amar los libros. Se sorprendería ante la cantidad de información que uno se encuentra entre sus páginas.
—Me alegra que le encontraras el gustillo a la lectura. No cualquiera prefiere un libro de dos mil paginas antes que un teléfono de gama alta. Eres de lo que no hay Kiana Benson.
—Gracias profesora Holt. — el silencio se extendió por un momento que a Lauren le supo eterno. — Lo siento señorita, ya tengo que irme. Mi padre esta esperando afuera y sabe lo gruñón que se pone cuando no come a sus horas. Nos vemos el lunes.
—Hasta luego Kiana. Y gracias por las diapositivas. Estoy segura que me van a hacer de mucha ayuda.
—No se preocupe.
Y luego como si ella no estuviera allí, Kiana la pasó de largo poniendo su existencia en duda. Sin saber porque aquello molestó a Lauren, haciendo que su entrada al salón de Historia fuera mas abrupta de lo que había planeado.
—¿Que le dijiste a Kiana?
—¡Lauren! — exclamó Kelsey sorprendida por ver a su amiga, o quizá ex amiga frente a ella. —¿Qué haces aquí?
—¡Responde!
—No sé de qué hablas. Cálmate por favor.
—Deja de ser tan cínica y dime de una vez por todas que estaba haciendo Kiana aquí contigo.
—Estábamos comentando la clase— respondió tranquila. — Su exposición sobre la guerra civil me dejo sorprendida y creo que voy a enviarla a representar mi materia a los intercolegiales.
—No seas hipócrita, Kiana estaba en mi clase. ¿Como es que de pronto decidido que la historia era lo suyo? Algo debió pasar. ¿Qué le dijiste?
—De verdad tienes que calmarte. Nada de esto te hace bien.
—Tu que vas a saber que me hace bien o no. Eres una hipócrita. Primero te pones de su lado y ahora me quitas a mi alumna estrella.
—Lauren no se de que hablas. Yo no te quite a nadie y tampoco te traicioné. Kiana llegó a mi hace unas semanas con un traspaso firmado por su padre y por el director Dalton. Yo no hice sino lo que debía, aceptarla. Creí que lo sabias.
—Mentirosa.
—¡Lauren basta! —sentenció con voz fuerte mientras la sostenía por los hombros— Tienes que dejarme explicarte, joder. Lo que pasó en mi casa la última vez...
—No quiero escucharte. Y tampoco quiero verte. Lo que sea que había entre nosotras, se terminó.
—¡¿De qué rayos hablas?!
—No me importa si la defiendes a ella o si crees en sus mentiras Kelsey, pero pensé que éramos amigas.
—Lo somos.
—Una amiga no le hace mierda la vida a otra, y tampoco le cuenta mentiras a sus estudiantes para que se cambien de curso. Eso es caer muy bajo.
—Te dije como pasaron las cosas.
—Lo siento, pero no puedo creerte. Hoy perdí el poco respeto que te tenía. Ya no me queda nada excepto decepción, y es toda para ti, así que espero que la goces.