Lo que fue planeado como una tarde de regularización y estudio terminó en una parrillada justo en medio del campo de fútbol. Los estudiantes de Nicolette estaban sorprendidos con la ligereza que su profesora estaba mostrando, pero lo que no se esperaban en absoluto era la presencia de la incorruptible profesora Jáuregui, conocían la amistad entre ambas mujeres, pero nunca creyeron verlas juntándose con la plebe.
—Smith —Amanda levantó la mirada al escuchar su nombre. —Necesito que Carter y tú vayan a comprar más hielo.
—¿Por qué no Higgins o Thomas? Ellos nunca hacen nada.
—Mi consejo es que hagas lo que te digo —Amanda iba a protestar pero la mueca de superioridad de Nicolette la detuvo. — Es eso o volver al laboratorio y realizar cualquier tontería que se me ocurra, y no es por presumir pero estoy pensando en aplicar problemas imposibles de resolver para luego decirles a sus padres la clase de hijos estúpidos que tienen.
—No pienso seguir ordenes de una dictadora como usted.
—¿Ir a por hielo o volver al laboratorio? Decisión difícil ¿no es así?
—Elegimos el hielo — respondió Jefferson adelantándose a su amiga.
—Excelente respuesta señor Carter. Usted va a ser el primero en morder la tarta de la celebración a la idiotez que estamos festejando hoy.
—Un placer. Entonces señorita Daddario... ¿va a darnos el dinero para el hielo? —la ceja de la profesora se alzó en clara señal de ofensa, activando instintivamente la señal de alarma en la cabeza del chico. —No se preocupe, yo lo pago.
—¡Pero Jeff!
—No pasa nada Amy, yo lo pago. — y sonriendo añadió — Es mi aportación para la fiesta.
—Un punto mas para el jamaiquino encantador. —canturreó Nicolette sonriendo con obvia superioridad a los jóvenes. —Espero que estos minutos juntos le sirvan de algo señorita Smith, tal vez aprenda del señor Carter a obedecer y por supuesto a escuchar.
Cuando Jefferson echó a andar hacia el estacionamiento seguido por Amanda, la profesora relajó su rostro y regresó a su puesto junto al asador en compañía de uno de sus más prometedores y fieles estudiantes del ultimo grado, Kevin Rochester, quien casualmente resultaba ser el mejor amigo de Noah Pratters.
Nicolette no hacía nada al azar, todas sus acciones tenían un "porque" y tras ese precepto había todo un plan perfectamente trazado que al final le daría lo que tanto ansiaba. La superioridad absoluta.
A diferencia de Nicolette, Lauren se caracterizaba por mantener siempre un bajo perfil, ciertamente estaba en una fiesta, pero no deseaba participar en ella por lo tanto se contentaba así misma con un vaso de limonada con gas mientras veía como la juventud a su alrededor se desenvolvía con naturalidad. El dolor de cabeza que la acechó durante toda la mañana y en el transcurso del supermercado al colegio por fin estaba dimitiendo y ahora se sentía solamente como una punzada que gracias a los analgésicos pronto se convertiría en un mal recuerdo, igual al que tuvo en su pequeña laguna mental. No recordaba haberse perdido de mucho, sin embargo, sus ojos se habían abierto de manera abrupta cuando Nicolette la empujaba hacia el área de cajas donde por supuesto ella pagó el total de las compras. Era lo mínimo que podía hacer cuando la castaña le estaba brindando un "pseudohogar" junto a una serie de terapias que ella nunca pidió pero que se sentía bien de recibir, sobre todo si venían de alguien como Nicolette que nunca daba sin recibir algo a cambio.
—¿Le importa si me siento?
—Adelante. —concedió alejándose un poco del borde para hacer un espacio.
—¿Usted y la profesora Daddario son pareja? — preguntó Emily de manera directa y Lauren escupió el refresco que acababa de beber.
—¡Pero que estás diciendo!
—Lamento si fui muy directa pero realmente estoy interesada en la respuesta puesto que cambiaría completamente el rumbo del "crush" que tengo con la profesora.
—¿Sabías que se le llama "crush" porque ese es el sonido que hace tu corazón al romperse cuando te das cuenta de que es un amor imposible? —Charlotte declaró sentándose al costado de la profesora.
—Te preguntaría como es que lo sabes Charlotte, pero la verdad es que no me importa. Ahora ¿puedes irte? Estamos en medio de algo importante.
—No pienso irme de aquí, el ambiente esta muy contaminado con todos estos cavernícolas reunidos en un solo lugar. Prefiero sentarme junto a la profesora y salvar las pocas neuronas que me quedan. —Lauren sonrió ante el intento de halago que Charlotte estaba dándole.
—Yo llegue primero, tengo derecho de piso y antigüedad. ¿Cierto señorita, Jauregui? —se dirigió a Lauren y esta solo se encogio de hombros. No pretendía crear una guerra entre ambas estudiantes. —Como sea, tienes que irte.
—Puedes decir y hacer cuanto quieras, pero no me voy a ir.
—¡Charlotte!
—Tu secreto sobre la profesora Daddario y el enamoramiento ilógico que tienes por ella está seguro conmigo, lo prometo. No voy a decírselo a nadie.
—Haz lo que quieras, solo no hables ¿bien? —Charlotte cosió sus labios y tiró la llave imaginaria en algún sitio a lo lejos.
—Entonces, profesora... ¿Usted y Nicky tienen o están en medio de algo?
—Realmente creo que mi vida privada no es de su incumbencia señorita Evans.
—No es vida privada si esta al alcance de todos, profesora.—Lauren levantó la ceja intrigada, aquello cada vez se ponía más y más interesante. —Las he visto, todos lo hemos hecho. Dejan botadas sus clases y salen a buscarse la una a la otra, tienen conversaciones profundas en el estacionamiento y luego de clases las dos desaparecen, es como si la tierra se las hubiese tragado.
—Lo que hagamos con nuestro tiempo libre no tiene por qué importarle señorita Evans. —Charlotte aguantó una carcajada mientras continuaba su juego de miradas con Emily quien estaba próxima a soltarle un puñetazo. —Y en dado caso de que estuviéramos juntas, nada le da derecho a reclamar y mucho menos a acosarnos.
—Solo repito lo que todo el mundo dice. —expresó restándole importancia— Pero lo que sí creo es que sus actitudes no son nada propias para un par de amigas.
—No veo diferencia alguna en mi comportamiento con la profesora Daddario al que tengo con la señorita Holt o el profesor Paolo.
—El profesor Paolo es gay—soltó Charlotte sin querer y Lauren la vio asombrada. —Lo siento, pero de verdad lo parece. Y en cuanto a usted y la señorita Holt...creemos que tambien es su pareja.
—¿Mi pareja? ¿Es que acaso soy una jodida zorra?
Ambas chicas abrieron los ojos verdaderamente sorprendidas, nunca esperaron que la profesora Jauregui tuviera un lenguaje tan particular y mucho menos que lo utilizara en su presencia.
—¡Diablos! Lo siento tanto chicas. No es propio de mi hablar así.
—No por favor, no se disculpe. Es agradable, al menos por una vez, ver a nuestros profesores con la guardia baja, siendo simples mortales y no los inquisidores que suelen ser dentro del salón de clases. ¿Cierto Charlotte? —la chica regordeta asintió sonriente, aun no se recuperaba de la sorpresa, pero estaba de acuerdo con Emily, era satisfactorio ver como se derrumbaba la perfección de sus mentores.
—Aun así, no es correcto.
—La verdad es que no nos importa, estamos acostumbrados, la profesora Daddario tiene un lenguaje mucho peor que el suyo y aun así es respetada, así que no creo que usted baje de nuestra gracia por decir jodida zorra.
—No lo repitas.
—¿Que? ¿Jodida zorra?
—¡Evans!
—Bien, no lo diré más si usted promete relajarse un poco. Se le ha visto tensa durante toda la semana. No me mal interprete, amo con locura las películas que nos hace ver durante su clase, pero la verdad es que extrañé escuchar su voz relajante y cautivadora cuando lee para nosotros. Inclusive leí un par de libros para recuperar un poco del conocimiento que tenía antes de que su lapsus apareciera.
—¿Lapsus de todo me da igual?
—Si, ya sabe... cuando perdió la cabeza y se convirtió en una de esas profesoras que juró nunca sería.
—Estoy de acuerdo— se unió Charlotte. —Usted profesora, se convirtió en la señorita Daddario y fue alucinante, espeluznante incluso. Nadie sabía que sucedía, todos estábamos confundidos y no le voy a mentir, más de uno se rindió con usted. Aquello fue el fin de la escuela como la conocíamos. Un nuevo big bang. El acabose. Finito. CAPUT.
—Charlotte basta.
—Solo digo la verdad Emily. La profesora Jauregui es como un pilar en la institución, nos entiende y realmente enseña. Sin ella la mitad de nosotros seguiríamos leyendo al doctor Dr. Seuss y omitiendo las listas de lectura que los profesores con traje de duendecillo irlandés nos dan para el verano. Nadie quiere que el profesor O ' Neill le quite su puesto profesora. Por favor no vuelva a deschavetarse.
Las palabras dramáticas y sinceras de Charlotte tocaron las fibras más sensibles en Lauren quien era ignorante del cariño y la necesidad que sus estudiantes tenían con ella. Se sintió mal por su ausencia y se prometió volver a sus viejos hábitos en los que lo único importante era la escuela y sus chicos, cualquier cosa que alterara el orden de sus necesidades quedaba completamente fuera y era olvidado enseguida.
—Sobre los últimos días ... estoy muy apenada y quiero disculparme con todos mis estudiantes, pero como primer paso lo voy a hacer con ustedes. Perdí el norte y dejé que mis problemas personales se mezclaran con mi profesión y mucho más importante, con ustedes. Eso nunca debió suceder y no fue ético en lo absoluto, por ello les prometo no dejar que algo remotamente parecido vuelva a suceder. De ahora en adelante voy a dar lo mejor de mí y la antigua profesora Jauregui se quemara en las cenizas para renacer con mejores ideas y una mente mucho mas tranquila y acorde a las necesidades de cada uno de ustedes.
—Eso quiere decir que no habrá mas tareas y ensayos estúpidos? —inquirió Charlotte emocionada.
—No es para tanto señorita Hernández, y para futuras referencias, los ensayos, las tareas y los debates "estúpidos" como usted los llama, se volverán regulares.
—Pero profesora...
—Tal vez ahora no lo entiendan, pero las actividades que hacemos en clase realmente tienen un motivo y estoy bastante segura que van a servirles en un futuro. Yo no enseño literatura únicamente señoritas, lo que yo hago es darles las herramientas que rompen los paradigmas de la ignorancia desde los cimientos.
—¡Ha vuelto! —gritaron ambas emocionadas para luego abrazarse efusivamente una a la otra. Lauren sonrió al saberse querida y admirada por aquellas chicas, quienes a simple vista se odiaban por sus diferencias pero que eran capaces de romper sus murallas para festejar su regreso al mundo de la cordura. Aquello valía cada maldita hora que paso estudiando y quemándose las pestañas para conseguir su título.
Todo estaba tan claro ahora. De nada servía lamentarse por un pasado perdido cuando frente a ella tenía todo un mundo por descubrir, lleno de éxitos y felicidad.
—Este es por mucho el mejor dia de mi vida. — expresó Emily saltando de un lado a otro sin poder contener su emoción. — La profesora Daddario canceló la regularización y nos hizo una fiesta. Mis padres se fueron a Francia por dos meses y luego usted regresa de entre los muertos. Lo único que haría este dia mejor seria que respondiera a mi pregunta profesora. ¿Usted y la señorita Daddario están saliendo?
Lauren rió internamente, debía darle un poco de crédito a Emily por la perseverancia que estaba mostrando, sin embargo, ella no podía darle lo que quería porque eso significaría aceptar una verdad que ya no lo era en lo absoluto pero que todavía podría cambiar el rumbo de su vida y ella no estaba dispuesta.
—¿Por qué piensas que me gusta Nicolette?
Charlotte lo pensó por un segundo y antes de que Emily respondiera ella dijo.
—Tambien le gusta la profesora Holt. Su relación poliamorosa es muy popular entre el alumnado.
Lauren negó con la cabeza antes de responder algo que fuera coherente y lógico.
—¿Por qué asumen que me gustan las mujeres? ¿Son conscientes de que podría ser completamente heterosexual y ahora mismo estar ofendida con sus afirmaciones falsas?
—Sabemos que no lo es. La vimos con su novia.
La diversión que la situación tenia se volvió incomoda cuando mencionaron su pasada relación. El brillo de sus ojos desapareció y el silencio era tan tenso que fácilmente se podría cortar con un cuchillo. Lauren estaba nerviosa y preocupada por partes iguales, nadie en la escuela, a excepción de Kelsey, Nicolette y el director Dalton sabían de su relación, entonces que aquellas chicas lo supieran no tenia sentido.
—¿Novia? ¿Es otra teoría que se han inventado a mi costa?
—Podría serlo si usted desconfía del "trípode feminista"
El trípode feminista estaba conformado por tres chicas, las cuales para bien o para mal Lauren conocía bien. El trio era un diamante en bruto que ella se encargaba diariamente de pulir, aplicando tanta presión como le fuera posible hasta que explotaran y de ahí naciera una nueva y mejorada raza de estudiantes. Era un proyecto a largo plazo que para su felicidad por fin estaba rindiendo frutos.
Skylar Grey, Amanda Smith y Kiana Benson. Tres chicas inteligentes, cultas y con un talento natural para meterse en problemas. Las recordaba, pero no podía entender que tenían que ver ellas en la teoría de su relación descubierta.
—¿Qué relación tienen ellas en todo esto?
—Sencillo. Fuero esas tres quienes nos dijeron que usted tenía novia. Y lo confirmamos cuando la trajo al partido de bienvenida del semestre pasado. Se las veía muy juntas y demasiado intimas para ser solo amigas.
—Pudo ser cualquier persona, no necesariamente mi novia.
—Si, tiene razón. Pero la verdad es que usted no parece ser de las que besa a cualquier persona por mero impulso. Usted es la clase de mujeres que tienen una relación seria por meses o incluso años. Y la verdad es que las vi en el estacionamiento, esa pequeña morena le comía la boca con desesperación.
—¿A donde quieres llegar ,Emily?
—Solo quiero que me diga si usted y la profesora Daddario están saliendo, eso es todo.
—Nicolette y yo...
Pero la voz de la profesora se vio interrumpida por el tono de su móvil.
Tenía un tono específico para cada persona por lo tanto supo de quien se trataba al instante.
I got everythin you ne-e-ed
O-only a genius could love a woman like she
Sintiendo un peso menos sobre sus hombros se despidió escuetamente de las chicas y caminó hacia los marcadores para atender la llamada.
Oh my god, baby baby don't you see-e-e?
I got everythin you ne-e
¡Hola!
"Lo, es Dinah."
"Hola. No esperaba tu llamada ¿sucede algo?"
Dinah suspiró pesadamente y se preparó para decirlo.
"Estoy preocupada por ti"
La profesora contuvo el aliento mientras observaba en dirección a la castaña quien reía alegremente junto a un grupo de chicos. Algo dentro de ella le decía que la llamada de Dinah no era sino una reacción para la acción que la Nicolette seguramente había hecho y no sé equivocaba.
"¿Por qué? yo estoy muy bien."
"Lauren no eres tonta, sabes porque estoy hablándote. Así que ahorrémonos toda la cortesía y dime que rayos sucede."
"Nada esta pasando. Nicolette exagera, tan solo es cansancio, los Inter escolares están a la vuelta de la esquina y yo no tengo nada preparado"
"Me trague tu mentira, pero ahora quiero la verdad."
"No hay nada que decir Di."
"Sabia que dirías algo como eso por lo que me tome el atrevimiento de citar a las chicas. —Lauren abrió los ojos sorprendida. — Te veremos dentro de dos semanas y más te vale estar dispuesta a cooperar porque si no, Normani va a golpearte muy duro."
"No es necesario que vengan."
"Demasiado tarde, ya compré los boletos"
"Enserio DJ, estoy bien. No hay porque exagerar"
"Díselo al teléfono cuando corte la llamada. Escucha Lauren, te quiero mucho y confió ciegamente en ti, pero ahora mismo en serio me preocupas, lo que está pasando no es normal, no cuando tienes a decenas de personas que dependen de ti y de tu cordura emocional. —Lauren suspiró derrotadamente, por más que insistiera la rubia no iba a darse por vencida, entonces lo mejor era aceptar y empezar a buscar un sitio decente donde hospedar a sus tres amigas. —Debo irme, tengo un paciente abierto y el maldito doctor Miles me tiene haciendo succión cuando tengo capacidades para más. Cuídate y no colapses en medio de la clase ¿bien? —Lauren gruñó— ¿Puedo confiar en que no vas a matar a nadie hasta que lleguemos a Jersey?
—No prometo nada
—Esa es mi chica.