En la mente de Camila,toda una noche pasó en tan solo unos minutos,los suficientes para que Lauren se alejara rápidamente hacia la salida de emergencia del instituto por la que pretendía colarse. No quería más recuerdos por los que lamentarse. Ni tampoco volver al ver el devastado rostro de la chica que tanto amo una vez.
Resulta irónico el rumbo que toman las palabras, pueden ser a veces tus mayores aliadas y otras simplemente te volteaban la cara y mientras te clavan un puñal por la espalda. "No pienso romper mi corazón a propósito" ahora mismo no sonaba sino a una pesada broma de la vida. Camila estaba entregando su corazón en carne viva y Lauren con cuchillo en mano lo apuñalaba una y otra vez,quedando la propia dueña como el mismo verdugo.
Aquella noche Camila prometió jamas rendirse y por más difícil que resultará en ese momento debía hacerlo, debía luchar, debía recuperar su corazón y darle puntos de sutura hasta que las heridas sanaran y desaparecieran por completo. La morena tomó un respiro de valor y empezó a caminar, siguió a Lauren por todo el estacionamiento, la vio adentrarse en las instalaciones traseras del instituto y corrió hasta encontrarla. No era muy difícil saber hacia donde se dirigía y con que intenciones pero sino se apuraba su oportunidad para redimirse podría esfumarse para siempre.
-¡Lauren, espera!
-¿Por qué todavía sigues aquí? Deberías irte antes de que llame a Stewart. Sabes que no le agradas mucho.
-Voy a irme, lo prometo. -Lauren rió amargamente, conocía a la morena y sabía que sus promesas ya no valían nada.
-No tengo tiempo para escuchar mentiras -respondió volviendo a caminar y sin darse la vuelta añadió - Es mejor que te vayas, Camila. No tenemos nada que hablar. Se todo lo que tengo que saber y no fue precisamente por ti. En su momento no quisiste hablar y ahora yo ya no estoy dispuesta a escucharte. ¡Vete!
-No me voy a ir sin que me escuches, maldita sea! Yo no quería hacerlo. Intenté disuadirla pero ella no entendía razones. Prácticamente me obligó.
-¡Suficiente! Deja de mentir y asume las consecuencias. No puedes ir por la vida destruyendo personas, es un acto horrible. Tu eres horrible.
-No tenía otra alternativa -se justificó la morena acercándose un poco más cada vez - ¿Que hubieras hecho tu?
-Seguro que lo que hiciste tú, no.
-No sabes lo que estás diciendo.
-Por supuesto que lo se, yo no soy como tu, Camila. Yo si tengo sentimientos y empatia por la desgracia ajena. No baso mis decisiones en actos tan crueles e inhumanos como los tuyos. Eres un asco.
-Éramos felices, tú y yo contra el mundo ¿Que cambió?
-La ignorancia hace la felicidad y odio admitirlo pero estaba ciega de amor por alguien ti. Me perdí y pase por alto los pequeños detalles que ahora me parecen tan obvios. Soy tan estúpida.
-Yo te amo Lauren y tu también lo haces, no quieras negarlo. Si solo te pusieras en mi lugar por un segundo podrías entender por qué lo hice. Vuelve a casa y hablemos de esto ¿esta bien?
-Yo no voy a volver ¿es que no lo entiendes? No quiero estar contigo,tampoco quiero verte ni escucharte. Eres veneno Camila, eres tóxica y todo el que te toca muere. Perdón si quiero vivir pero ya me quitaste mis ganas de vivir una vez y no quiero que eso vuelva a ocurrir. Quiero ser feliz y eso va a se posible solamente cuándo te arranque por completo de mi vida y corazón.
-Eramos felices. -gimió Camila intentando contener sus lágrimas.
-No Camila, no era así. No puedes construir tu felicidad encima de la tristeza de otros. Eso es cruel, despiadado. Es horriblemente injusto.
-Iba a decírtelo, juro que iba a hacerlo pero no sabía cómo. Yo no quería que me odiaras.
-Demasiado tarde ¿no lo crees?
-Nunca es tarde cuando hay amor. - susurró Camila cortando la distancia restante. Lauren se mantuvo en su sitio y solo esperó, no tenía fuerzas para controlarse, en silencio observó como Camila abría su mano derecha y dejaba justo en su palma el anillo que ella se había quitado hacia unos minutos. Intento soltarse pero los dedos de Camila estaban presionados firmemente alrededor de su muñeca. -Esto es tuyo. - añadió cerrando la mano de Lauren en un puño mientras dejaba un suave beso sobre los nudillos. -Conoces la historia, sabes que el abuelo le dio esa perla a mi abuela en compromiso. Cuando yo te la di el compromiso que te prometí fue diferente porque no exigía algo de ti, yo iba a darlo todo. Iba a cuidarte y demostrarte que merecía la pena encaminarnos a algo mucho más firme y duradero que un simple noviazgo.
Hoy quiero reiterar mis sentimientos por ti y darte esto -del sucio bolsillo de su chaqueta Camila sacó una pequeña caja de terciopelo rojo que abrió rápidamente. Ante los ojos de Lauren apareció un brillante, costoso y demasiado grande anillo de compromiso. Camila lo deslizó cuidadosamente en su dedo anular y luego beso su mano. -¿Quieres casarte conmigo?
Sus palabras fueron el catalizador para que la furia de Lauren explotara. Ya no había amor en sus ojos ni en sus movimientos hacia la morena. Escucharla hablar solamente había desencadenado una rabia contenida desde la noche que se entero de la verdad. Camila no tenía ningún derecho de pedirle algo como aquello, era completamente ilógico y estúpido pensar que la profesora iba a querer casarse con ella sabiendo lo que ella había hecho.
Con un gruñido la empujó violentamente contra el muro de concreto, la morena impacto violentamente con la superficie y después de desvaneció en el piso.
-¿Camila? -pregunto la ojiverde asustada. Cuando la adrenalina había pasado,se acercó lentamente hacia el cuerpo inconsciente de la morena y se arrodillo. Su cuerpo temblaba y un infinito de lágrimas caían por sus mejillas - ¡Camila, despierta! No puedes hacerme esto, no te puedes morir ahora. Sería demasiado sencillo. Tienes que pagar, tienes que sufrir todo lo que ella sufrió. ¡Levántate, maldita sea!
El silencio era roto por las lágrimas y la respiración acelerada de la profesora, sus puños golpeaban sin descanso el pecho de la pequeña chica que se negaba a despertar.
-Despierta Camila, no puedes dejarme sola. Yo no puedo sola.
Después de unos minutos simplemente dejo de luchar y se alejo lo suficiente para recostarse sobre la pared contigua. Sus puños cansados y sus enrojecidos ojos exigían una tregua, mientras que sus recuerdos se mantenían más vivos que nunca. Una escena similar pero con actores diferentes se desarrollaba frente a sus ojos pero el resultado era el mismo: llanto, dolor y una pérdida irreparable que venía arrastrando desde entonces. Lauren movió su cabeza intentando alejar las lágrimas que nublaban su mente pero la realidad era mucho más abrumadora que sus pesadillas. Al cabo de unos minutos el llanto de la ojiverde se apaciguó y sus oídos volvieron a funcionar con normalidad. Sin embargo, el primer sonido que estos captaron no hizo sino enfurecerla. La risa de Camila llenó el silencio que Lauren consideraba sagrado.
-Sabía que te preocupabas por mi. - musitó suavemente mientras lograba ponerse de pie, no sin dificultad.
-¡Eres una estúpida!
-No me importaría serlo una y otra vez si con eso consigo tu perdón.
No quería escucharla y verla ahí tan recompuesta y con aquella sonrisa de superioridad adornando su rostro solamente hizo que la profesora perdiera todo rastro de compostura y con la adrenalina al máximo se arrojara sobre el pequeño cuerpo de la morena y comenzará a forcejear con ella.
-¡Lauren, cálmate! Entiendo que estés molesta pero podemos solucionarlo sin llegar a esto, esta no eres tu.
-No sabes nada sobre mi, Cabello. Y aunque duela admitirlo yo tampoco sé quién eres. Lo poco que conozco de ti es una mentira y ciertamente no quiero arriesgarme a conocer la verdad. Prefiero odiarte por lo que se que eres a vivir en la incertidumbre de que me traiciones.
Alterada por las palabras de Lauren, Camila se levantó de prisa y el cuerpo de la ojiverde fue lanzado hacia un costado sin intención. El impacto fue duro pero lo fue mucho más ver el puño de Camila acercarse inminentemente hacia su rostro. Un golpe era lo que venía y Lauren cerró los ojos fuertemente esperando que llegara.
-Abre los ojos -pidió Camila avergonzada pero Lauren no respondió sino que se limitó a apretar más los ojos. -Lauren, no voy a golpearte. Por favor...
Todavía sintiendo el corazón latir desbocado dentro de su pecho Lauren abrió los ojos lentamente, el miedo de lo que iba a encontrarse la frenaba,pero cuando lo hizo solo pudo ver el rostro apenado de la morena a unos cuantos metros de distancia.
-¿Por qué pensaste que iba a golpearte? Yo no podría lastimarte Lern solamente quería ayudarte.
-No sería la primera vez que escondes tus verdaderas intenciones bajo falsas promesas de apoyo. Eres una mentirosa Camila y eso será un lastre que vas a llevar toda tu vida a cuestas. Espero que no sea mucha, pero si la suficiente para que el destino te cobre las atrocidades que cometiste. Quiero que pagues por todas las vidas que destruiste y por todos los sueños que rompiste. Me arrancaste la vida Camila, sin ti en mi camino todo sería perfecto y yo podría vivir ese futuro idílico que siempre imagine pero que tu me quitaste. Lo más justo es que sufras cien veces lo mismo que has hecho sufrir.
-Yo no quería, te lo juro. Ella me dijo que tenía que hacerlo...
-¡Cállate! No te atrevas a ensuciar su nombre. -Camila intento acercarse a la ojiverde pero esta se alejo rápidamente, el simple tacto de sus manos en su piel le hacia sentir náuseas. - Quiero que te vallas y me dejes vivir en paz. Lo merezco, Cabello, lo merezco por ser la mayor víctima de todas tus decisiones. Si alguna vez me tuviste aunque sea un poco de cariño ten consideración y aléjate.
-¡Entiende que no quiero perderte! -gritó Camila sosteniendo el rostro de Lauren a la fuerza mientras intentaba besarla. Lauren la empujó lejos y se refugio tras lo primero que encontró, entre los cubos de basura diviso una probeta de cristal rota y sin dudarlo la empuño señalando a la morena con ella.
-No vuelvas a tocarme, o te juro que la noche que pasaste en los separos cuando robaste mi coche, va a ser el cielo comparado con la prisión estatal a la que voy a refundirte.
-¡Lauren, por favor no hagas esto! -sollozo la morena negándose a aceptarlo.- Dime que hago para que me perdones. Dilo y voy a hacerlo.
-¿Quieres saber que es lo que quiero, Camila? ¿De verdad lo quieres? -Camila asintió, quitándose las lágrimas que le tapaban la vista.
-Sabes que voy a hacer lo que sea por ti.
-Bien, pues escucha con atención porque no voy a repetirlo. ¿Lista? -inquirió bajando el arma improvisada por un segundo mientras sopesaba sus posibilidades. Camila asintió, embelesada como estaba no fue capaz de advertir el par de ojos tristes y decepcionados que las analizaban en la distancia. -Quiero algo que tu puedes darme. ¿Alguna vez escuchaste el clásico dicho : ojo por ojo y diente por diente? -la cabeza de Camila se movió afirmativamente y Lauren sonrió con malicia. -Eso es lo que quiero, quiero que hagas lo mismo que le hiciste. Quiero que sufras cada cosa que tuvo que pasar. Eso es lo que quiero.
-Yo... Yo no.
-¿Tu no puedes, no quieres? ¿Tu no que, Camila? Sabía que no ibas a ser capaz de hacerlo. Eres una maldita cobarde. No eres mejor que esos violadores y asesinos que están en cárcel, pero al menos ellos están pagando por su delito ¿dime que haces tu? - Lauren inquirió furiosa, sus pupilas estaban dilatadas y las aletas de su nariz se abrían una y otra vez de manera irregular, con la respiración acelerada y envalentonada por la carga de adrenalina que estaba teniendo, levantó el cristal roto de la probeta. Camila reacciono rápido y de un instante a otro tomó la probeta rota entre sus manos pero Lauren se negaba a soltarlos, el forcejeo se mantuvo por varios minutos hasta que la puerta trasera de la cocina se abrió y Kelsey junto a la profesora Daddario se apresuraron a separarlas.
Las cámaras de seguridad eran muy claras pero carecían de audio por lo tanto el joven amante de la literatura no había sido capaz de escucharlas. Su mente joven y dramática le había hecho creer que Lauren estaba siendo víctima de un robo y asustado por el resultado cuando vio a Camila arrojar a Lauren contra el piso, corrió a buscar ayuda en las profesoras, quienes lo tranquilizaron asegurándole que todo iba a estar bien.
-¡Lauren, basta! -pero la profesora no escuchaba, su mente estaba silenciada por una bruma que no le permitía pensar con normalidad. Como un soldado entrenado para un solo propósito la ojiverde apretaba el agarre del arma intentando empujarla contra cualquier superficie que pudiera conseguir, el corazón era lo más cercano a ser herido pero justo antes de que el cristal rompiera los tejidos Nicolette logró separarlas y se puso en medio de ambas.
Kelsey por su parte empujaba a Camila cuanto más pudiera de la agresiva ojiverde que furiosamente intentaba saltarse la barrera que Nicolette ejercía contra ella.
-¡Camila, vámonos! Las cosas están saliéndose de control, no es seguro que estés aquí.
-Kelsey, por favor... Solo quiero decirle que...
-No pienso dejarte regresar ahí. -las manos de Camila estaban unidas en suplica mientras intentaba regresar junto a Lauren pero el agarre de Kelsey fue más fuerte y sin más siguieron su camino. -Lauren esta fuera de control y no quiero que te haga daño. Me intriga saber que fue lo que las llevo hasta este punto pero no vamos a regresar para averiguarlo. Tu vas a venir conmigo y te vas a calmar ¿esta bien?
A punto estaban de subirse al auto de la rubia cuando el cuero de Lauren corriendo apresurado en su dirección las hizo reaccionar. Kelsey adoptó una posición defensiva frente a Camila mientras Nicolette corría tras la ojiverde intentando detenerla.
Camila consiguió burlar a Kelsey y antes de lo previsto se lanzó a los brazos de Lauren quien imitando una escena romántica la abrazo, sosteniéndola de la caída se acercó a su oído y suavemente le dijo.
-Te odio tanto, Camila. Y de no haber sido por las chicas ahora mismo no estarías aquí y finalmente yo sería feliz.
-No digas eso Lern, por favor no lo digas. -sollozo enterrando su rostro en el cuello de Lauren y repartiendo pequeños y repetidos besos en cada pesado descubierto de piel que encontró.
-¿Sabes por qué no quiero que me toques? -cuestiono con voz ronca haciendo vibrar el cuerpo de Camila. - ¿No? -Camila negó. -No quiero que me toques porque me das asco, ahora mismo quiero vómitar pero no voy a darte el gusto y además no seria bien visto por mis estudiantes que pronto van salir.
-Camila, vámonos -insistía Kelsey tirando del brazo de la morena que se negaba a soltar el cuerpo de la más alta.
-Vete, Camila, vete antes de que la humillación sea mayor. -replico sonriendo en anticipación al espectáculo que vendría en unos cuantos minutos.
Con dificultad la ojiverde se deshizo del pequeño y vibrante cuerpo de Camila y se alejo hacia la entrada del instituto.
Camila cayó de rodillas sobre el concreto mientras lloraba sin control . Sus labios se movieron pronunciando un suave y silencioso "te amo" que murió rápido ante el sonido de la campana que anunciaba el final de las clases.