"Esto no es el fin, esto recién esta comenzando :3 "
-German Garmendia
ANIME: Nanbaka.
Un lugar de donde nunca podrás escapar, un lugar del cual se desconoce su ubicación al igual que sus prisioneros. Un lugar donde se realiza nuestra historia. Sus paredes tan altas como un rascacielos, sus muros tan gruesos que es imposible penetrarlos y sin embargo existen personas que quieren salir de ella.
-Se te asignará el ala trece, tu celda será la quinta, desde ahora serás el número 15 y está por mas decirte que obedecerás al guardia. - Freddy, un adolescente de solo 18 años estaba en aquel lugar, lo único que recuerda es el fuerte dolor de cabeza que sintió al ver aquella luz cegadora y un rasguños en su piel.
-Entiendo. - Con una mirada neutral, tomo sus pertenencias que solo consistían de un cepillo de dientes y una pequeña libreta. Acompañado de dos fuertes e imponentes guardias salió a su nueva "habitación".
¿Qué le depararía el destino ahora?
Tantas veces ha escapado de prisión que le es imposible contarlas, un haz en eso se le podría considerar, pero.... Nadie se ha preguntado el porqué de sus escapes. Claro la mayoría dice que es por buscar la libertad, una nueva oportunidad de vida... lastimosamente eso es algo que ya ha perdido y está consciente de ello.
-Fred... compórtate... ¿Puedes? - Susurro para sí mismo, con la esperanza de ser escuchado.
-Sí, sí, si como en Hawai ya lo sé, no debes repetirlo dos veces no soy idiota. - Dijo arisco, el pelinegro que tranquilamente flotaba a su alrededor.
-Hablo enserio Fred, quiero comenzar de nuevo... ¿Me harías ese favor? - Dijo mientras daba una pequeña sonrisa a su contraparte quien gustoso le dio una sonrisa siniestra, pero para nuestro querido Freddy eso ya era costumbre.
-Trapeador... cuenta conmigo. - El castaño adoraba esos momentos donde Fred ponía de su parte para lograr algo, era algo que secretamente admiraba de él.
Faltaba pocos pasos para llegar a su nuevo "hogar" y sin querer su mente empezó a formar un mundo donde sus nuevos compañeros le hacían bromas o quizás le pegaban o sobreprotegían o lo acosaban... que mente más loca aquella. El imponente guardia le dio un par de indicaciones como lo es la hora de comer o el ejercicio matutino.
-Holgazanes, levántense antes de que los levante yo. - Tres simpáticas personas se habían levantado con un poco de pereza, todos con una característica algo... inusual y de un momento a otro tres pares de ojos empezaron a verle detenidamente, escaneándolo... como ese robot de Grandes Héroes.... En un dos por tres ya sabían qué clase de persona era.
-Ellos serán tus compañeros... denle una grata bienvenida inadaptados. -Dijo el guardia para luego salir por la puerta de acero y dicho sea de paso... ponerle seguro.
Freddy no sabía cómo presentarse... ¿Debía iniciar con un saludo? ¿O quizás con su nombre? ¿O quizás una reverencia? Los nervios lo mataban y las manos le empezaban a sudar, hasta que el mas bajito le dio la bienvenida.
-Bienvenido a la celda 5, yo soy número 25, el de halla es 69 y mi amigo monocromático es 11 ¿Y tú? -Que chica tan amigable pensó el castaño, pero rápidamente se dio cuenta de que el no poseía un numero...
-No recuerdo mi número... pero me llamo Freddy. -Dijo tiernamente el castaño, era su don ser así... pero a la vez una maldición pues por ello muchas personas pensaban que era débil, que equivocados estaban.
-Soy 69 pero puedes llamarme Fox. -Aquel muchacho de fuertes brazos al igual que estatura estaba obsequiándole un pedazo de chocolate, desconfiadamente lo acepto. Maldito chocolate de fresa ¡Estaba más qué bueno! Y Freddy tenía una debilidad por esos pequeños dulces. -Por tu expresión veo que te gusto, lo hice yo mismo. - ¿Cómo un adolecente al igual que él podía hacer tremenda maravilla? El castaño ingresaba a la cocina y sin tocar nada ya todo estaba roto.
-Yo soy 11, un gusto joven le doy permiso para llamarme Golden si gusta. -Dijo el ultimo integrante que estaba un poco apartado, sin despegar la vista de las cartas esparcidas y del manojo que tenía en mano. Lo único que paso por la mente de Freddy al verlo fue una sensación de misterio... ¿Cómo alguien tan respetuoso y caballeroso estaría en una prisión como esta? ... ¿Qué onda con sus ojos?
- ¿Quieres ver anime conmigo? - Pregunto el numero.... ¿25? El castaño ya ni recordaba quien era quien.
- Oh... claro no tengo problema por ello, pero antes... ¿Podrías decirme tu nombre? no recuerdo bien los números. -
-Soy Bonnie. - Acaso la tierna y bajita muchacha era... ¡¡¿Varón?!!
Mientras que ambos "pequeños" veían televisión (el como la consiguieron es otra historia ;3)
Nuestro amigo monocromático, el cual estaba alejado de todos pretendiendo jugar solitario, empezó a mirar disimuladamente por el rabillo del ojo al nuevo recluso, se le hacía tan familiar, sentía que ya lo había visto... pero ¿En dónde? No lograba recordarlo...
-Siento un aura similar. - Dijo su compañero mental, que estaba detrás de él, para no ver a nadie.
- ¿Lo conoces? Sé que guarda un secreto, pero aún no lo veo. -Dijo mentalmente, no quería levantar sospechas de sus compañeros, aunque estos supieran parte de la verdad.
-Debo acercarme si quiero encontrarlo... será interesante. -Una sonrisa confiada se formó en su rostro y acto seguido se acercó sigilosamente al castaño de no ser porque algo le impedía.
-No iras a ninguna parte, recuerda que yo tengo el control. -Sonrió victorioso, el único que vería primero al fantasma o enfermedad del número 15 sería el mismo.
-Eres un aburrido, mejor nos lo tiramos y en medio del éxtasis le preguntamos. -Dijo sin vergüenza mientras guiñaba un ojo coqueto a su contraparte.
-Me agrada la idea, pero no. -Tenía que aceptarlo... el recluso 15 estaba muy violable, era tierno, se notaba sumiso y obediente... además de tener buen trasero, pero no era tiempo de ligar, esas andanzas ya pasaron.
-Sabes que podemos hacerlo caer a nuestros pies... siempre ha sido así. -Y lo peor de todo es que tenía razón, quizás antes fue diferente, pero todo cambio... Gold era quien ligaba y hacia caer a todos a su red, mientras que Golden se enamoraba de cada una de las personas que escogía, pero lastimosamente cerro su corazón y se dejó influenciar por su contraparte, convirtiéndolo así en el mayor mujeriego de Londres.
-No regresaremos a esos días, está dicho. -
Mientras número 11 estaba planeando en como acercase, Fox se dio cuenta de algo muy interesante... Freddy no tenía tatuado su número... eso era algo inusual pues todos los reclusos poseían su número... como Golden que tenía un "1" en una mano (No en la palma.) y el otro "1" en la otra de modo que cuando juntaba ambas manos se le formaba su número. O como el mismo que lo tenía en el antebrazo y por ultimo Bonnie que por alguna extraña razón lo tenía en la lengua. Sin poder resistirlo le pregunto.
-Freddy ¿Aun no te han tatuado el número? -La expresión del castaño no tenía descripción alguna...
¿Tatuaje? ¡En ningún momento lo mencionaron!
-O es cierto, a mí me gusta mucho el mío. -Dijo mientras sacaba la lengua, cosa que al ojiazul le dio miedo.
(...)
Gritos se escuchan de una sala no muy lejana de la quinta celda. Gritos de dolor y quizás alguna grosería eran escuchadas por los reclusos. Luego ya de 1 hora el recluso número 15 regresaba a su celda, esperando que sus "amigos" lo confortaran como lo hacía su madre al pincharse con una aguja.
- ¡Freddy! - Dijo el número 25 que ni bien vio los mechones marrones se tiró a abrazarlo. Transmitiéndole así una paz muy gratificante.
-Te queda bien. - Dijo el pelirojo que se acercaba para verlo mejor.
-Nada mal, nada mal...- Alago el rubio, mientras colocaba una mano en su mentón como analizando la cara del contrario.
El tatuaje estaba en la parte derecha de sus mejillas, debajo del ojo derecho para ser exactos, pero le caía súper bien... aunque le ha debido doler como si no hubiera un mañana.
-Me dolió bastante...- Dijo mientras se sobaba su mejilla. -No me pusieron anestesia...- Como si su piel fuera lo más débil que existiera se empezó a sobar nuevamente, mientras cerraba un ojito para ver su nuevo número. -Como quisiera un chocolate, eso siempre sabia tranquilizarme. -
¿Y sus compañeros? Pues ellos estaban embobados observando la delicadeza y gracia en la que Freddy movía su muñeca, en lo adorable que se veía a cerrar tímidamente un ojito.
-¿T-tengo algo en la cara? ¿Por-porque siguen mirándome?-
Fin.
¿Continuación?
Roosal_Inda
Psdt: Siento defraudarlos.