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- Bebé, vamos a mi cuarto para prestarte una pijama y mientras te cambias voy preparando las palomitas.
Y como lo suponían, luego de un puchero y pedirme por favor que no la deje sola, me convenció de quedarme esta noche con ella. Esta chica podía hacer lo que quería conmigo. Y aunque me encantaba la idea de amanecer a su lado, sabía que iba a ser una noche bastante larga con tremenda mujer en la misma cama.
Subimos a su habitación, pero me detuvo antes de pasar para decirme - Mi amor antes de entrar, uhm... por si acaso soy un poquito desordenada, no te molesta cierto?
Estaba por contestarle que en realidad yo también soy bastante desordenada pero en cuanto abrió la puerta quede en shock, parecía que un huracán había pasado por su cuarto, tenía la ropa esparcida por toda la habitación, zapatos por todos lados y la cama no estaba ni tendida. No soy maníaca sobre el orden, como ya lo dije yo también puedo ser bastante caótica pero esto... esto era ya otro nivel.
No te preocupes Camz, apenas se nota. - Pero no pude contener más la risa, lo que sólo provoco un pequeño berrinche de mi chica, esos que inflan las mejillas, ponen un puchero y se cruzan de brazos. Toda una niña chiquita. Le di un abrazo por la espalda y un sonoro beso en la mejilla - Hermosa, es que esto en verdad es un desastre, pero no te preocupes que yo puedo ser la ordenada de la relación - Lo dije con una sonrisa en la cara pero cuando me di cuenta que había dicho la palabra con "R" entre en pánico porque no quería presionarla y traté de cambiar de tema rápidamente - Ahora si me prestas algo para cambiarme?
Me dio un polo largo y ancho, como el que vi que usaba su staff cuando estuvo en (T/P), bastante cómodo en realidad, el problema fue el short... literalmente me quedaba como un bóxer y la camiseta larga hacía parecer que no llevaba nada debajo.
Cuando salí del baño de la recamara, Camila no estaba, así que supuse que ya había regresado a la cocina. Además aproveche para poder... "ordenar un poco", bueno en verdad solo acomodé la ropa de la cama y la tendí, después de todo yo también dormiría allí esta noche.
Al terminar, me dirigí al primer piso y la vi acomodando algunas botanas y refrescos en la mesita que tenía en el centro de la sala, tenía una pijama con dibujitos de babanas y aún no entiendo su obsesión por ellas, pero no me preocupa entenderla, sólo quererla.
Cuando se dio cuenta de mi presencia una sonrisa coqueta aparecía en su rostro - La verdad es que la vista no me molesta para nada bebé, pero en verdad no piensas ponerte nada debajo?
- Lo siento princesa, pero no soy tan fácil como para ir semidesnuda en la primera noche, no tienes tanta suerte. Y para que sepas, tengo puesto el short que me diste, pero es algo corto. Aunque ahora que lo pienso, lo hiciste apropósito cierto?
- La verdad es que no, pero de ahora en adelante siempre que te quedes a dormir conmigo, esa va a ser tu pijama oficial. Ahora hermosa, que película quieres ver bebé?
- Una de terror?
- Quieres que nuestra primera película juntas sea una de fantasmas, casas embrujadas, o espíritus demoníacos? Ahora quien es la que tiene intenciones ocultas! lo haces para abrazarme toda la película, no puedes resistirte a estar cerca de mí.
- Cómo lo supiste? - Puse una cara de sorpresa, como si hubiera descubierto mi plan, y ella empezó a reír.
-Eres una tonta.
- Pero soy tu tonta. - La abracé para darle un pequeño beso - Y sabes que es una broma bebé, no importa que película sea igual pienso abrazarte todo el rato. Así que elijas lo que elijas va a estar bien para mí.
Y... olviden lo que dije, la película que terminó eligiendo entre más de mil títulos románticos fue Romeo y Julieta, y no saben cómo detesto esa historia. Aunque claro a la mayoría le encanta esa obra, pero cuando yo tuve que leerla como una tarea para el colegio, la odie. La protagonista se enamora del único chico que no puede tener, culpa al destino de eso y como la cereza del pastel termina tomando veneno y matándose. Un clásico, pero no de mi agrado.
- Me encanta esta película, ya la habías visto bebé?
- No Camz, pero está bien por mí - si a ella le encantaba, yo podía soportar dos horas de tragedia.
Nos acomodamos en un rincón del mueble, Camila entre mis piernas para poder descansar su espalda en mi pecho, tenía mis manos en su estómago, mientras ella cogía un bol con palomitas.
Siendo sincera, estaba más concentrada en ver los pequeños gestos que hacía mi hermosa, que en la película. Me encantaba como arrugaba la nariz cuando aparecía un personaje que no le gustaba, cuando sonreía ante algún gesto romántico de los protagonistas, como hacía un puchero cuando algo triste pasaba.
- Mi amor, no creas que no siento que me estas mirando desde que la película empezó y te estás perdiendo la mayor parte de la historia.
- Lo siento pero lo que estoy viendo me gusta mucho más - le di un beso en la mejilla y luego de eso trate por primera vez de concentrarme en la película.
No me había dado cuenta antes pero la protagonista era bastante bonita, obviamente no tanto con mi princesa, pero nada perdía preguntando quien era. - Mi amor quien es ella?
- Te gusta? - Me dijo en un tono serio y girando su cabeza para mirarme fijamente.
- Preciosa, sólo te pregunto porque nunca la había visto antes - Decirle que le preguntaba porque me pareció simpática era cavar mi propia tumba.
- Se llama Hailee Steinfeld, te la puedo presentar un día en el estudio porque también es cantante. Ahora concéntrate en la película bebé y deja de mirar a Hailee que tu única Julieta puedo ser yo.
- Sabes cómo termina esa película cierto?
- Podemos ser una versión moderna con nuestro propio final feliz. - Decía mientras acariciaba mi brazo.
La película continuaba y si bien es cierto que no era fan de Romeo y Julieta, tenían frases bonitas y justo la que venía me la sabía de memoria... Así que pegue mis labios al oído de Camila y le susurre rezando para que no hayan editado esa frase de la película - "Antes de tocar tus labios quiero tocar tu corazón, y antes de conquistar tu cuerpo quiero conquistar tu amor" - Para luego darle un lento y sensual beso en el cuello, mientras ella se estremecía al contacto.
Era demasiado rápido para ir más allá de los besos y tenía que empezar a controlarme, pero no iba a perder la oportunidad de jugar un poco.
- Me dijiste que no la habías visto.
- Pero la he leído, y sería un honor ser tu Romeo si así lo deseas.
- Me encantaría bebé. - Me contesto mientras dejaba el bol, ahora vació sobre la mesa, para luego ambas quedar recostadas en el mueble.
Pensé que en el momento de la muerte de los protagonistas, mi hermosa como es tan sensible soltaría alguna lágrima o comentario triste pero estaba demasiado tranquila. Cuando dirigí mi mirada hacia su cara me di cuenta del porqué. Se había quedado dormida mi pobre bebé y aunque estaba bastante cómoda, lo mejor era llevarla a su cama para que pueda descansar mejor.
Me levante con el mayor cuidado posible para evitar despertarla y la tome suavemente entre mis brazos y obvio que suena romántico, pero créanme cargar a una persona no es nada fácil, así que en este momento estoy completamente agradecida de que Kat me haya obligado a ir a entrenar con ella porque sino ni en mis mejores sueños hubiera podido levantarla.
Como pude moví el cobertor y la deje sobre la cama. Tenía un debate interno entre acostarme o no a su lado, y cuando me iba a dar la vuelta para regresar a la sala una Camila más dormida que despierta me tomo de la mano y con una voz ronca me dijo - Me prometiste que te quedarías conmigo.
Eso fue suficiente para acostarme en el lado derecho de la cama, pegó su cuerpo al mío y tomo mi brazo para pasarlo sobre su cintura, mientras enredaba sus piernas con las mías. Básicamente lo que todos conocemos como "cucharita".
Y está definitivamente es una de las mejores noches de mi vida, por el simple hecho de dormir abrazada a su cintura. Lentamente fui cayendo en los brazos de Morfeo.
Estoy segura que me quedaría para siempre pegada a ella pero nada es eterno, y eso me lo acaba de recordar el maldito despertador.
Lo apague lo más rápido posible para evitar que mi princesa se despierte, pero en lugar de pararme y alistarme para poder ir a trabajar, tenía su rostro tan cerca al mío que preferí quedarme contemplándola mientras dormía.
No podía creer todo lo que estaba pasando, hace dos meses no tenía idea quien era esta chica, un primer encuentro donde pensé que no era más que una hueca egocéntrica, un escándalo que termino en un relación falsa, y ahora... Ahora me moría de ganas de empezar una relación real con ella, poder gritar que era mi novia, que la quería y que me moría por hacerla mía.
Había llegado a poner mi mundo de cabeza y me encantaba. En este preciso momento no podía dejar de mirarla y adorarla, acostada a mi lado con su cabello un revuelto, su pequeña nariz y los labios entreabiertos. Como hasta dormida alguien podía ser tan tierna, sexy y perfecta.
Y saben que, a la mierda el tener que ir despacio, no todos los días puedo tener a una cubana tan sexy en la cama.
Me acerque para despertarla con un pequeño piquito en sus labios, lo que provoco que se removiera un poco aún sin despertarse; así que, me acerque de nuevo pero esta vez a darle un beso más largo que obviamente al inicio la sorprendió pero luego correspondió.
Rompí el beso sonriendo - Cómo amaneciste preciosa?
- Fue el mejor buenos días que alguna vez me han dado bebé, sobretodo porque sé que nuestra conversación de ayer no fue sólo un sueño y en verdad estás aquí conmigo. - Su voz aún estaba rasposa, y sonreía mientras frotaba sus ojos.
- Segura que estas completamente despierta? Yo aún te noto algo adormilada
- Y por qué mejor no intentas con otro beso? Por las dudas? - Y tan obediente soy que sin reclamar me acerque a besarla de nuevo, pero esta vez era más intenso y más necesitado.
Paso sus brazos por mi cuello y aproveche la oportunidad para acomodarme sobre ella, apoyando mi peso sobre uno de mis brazos, mientras que el otro acariciaba su cintura. Cambie el rumbo de mis besos, y empecé a dejar besos húmedos en su cuello.
Tenía miedo, pero no por entregarme a Camz, estaba segura de eso. Pero... nunca antes había estado con una chica. Y si no era lo suficientemente buena para ella?
Por un segundo dude y Camz tomo la oportunidad para darnos vuelta y ahora ella quedar sobre mí. Y esa imagen de Camila sentada sobre mí, despeinada, con los labios hinchados y las mejillas rojas del calor que nos estábamos transmitiendo, me quitaron el poco sentido de cordura que me quedaba.
La atraje hacía mi para continuar la guerra entre su boca y la mía, pero luego fue ella quien empezó a jugar en mi cuello, puse mis manos en su trasero y no pude evitar apretárselo cuando sentí que empezaba a marcarme.
La ropa empezaba a estorbar y como pude me senté en la cama aun con Camila encima mío, con el único objetivo de quitar su polo que estorbaba. Cuando estaba a punto de cumplir con mi objetivo...
- Chanchooooooo, no me digas que sigues dur...