Pokémon - Los Primeros Pasos de un Maestro

EPISODIO 123: LOS GRANDES AMIGOS DE LAS ISLAS PARADISÍACAS

POKÉMON - LOS PRIMEROS PASOS DE UN MAESTRO

EPISODIO 123: LOS GRANDES AMIGOS DE LAS ISLAS PARADISÍACAS

Nuestros jóvenes amigos, en conjunto con su tutor, el Maestro Will, prosiguen su viaje tras haber avistado finalmente el sitio que sobrevuela Wandering Village, lugar donde aguarda a Ash su séptima insignia de la Liga Pokémon de la región Orre.

—¿No cree que deberíamos volar para alcanzarla, Maestro? —sugiere Ash mientras la observan a la distancia.

—Según tengo entendido debemos desplazarnos a pie hasta llegar a un rango de 500 metros de distancia a ella, amigo —le solventa la duda Will—.  Por lo tanto creo que para mañana tendremos el chance de alcanzarla.  Ya hoy tuvimos bastante con la prueba que les he puesto.

—Sí, y me alegra que haya decidido repetir la de los palacios de arena precisamente —comenta N—.  Ahora con Raoul en su mejor forma definitivamente fue otra cosa.  Se nota su gran experiencia debido a vivir en la zona costera.

—No fuimos rival para ti en esta ocasión, Raoul —afirma Serena—.  ¡Hasta Cantor escarbaba en la arena con maestría!

—Para los Chatot costeros los castillos de arena es algo de todos los días, amiguita —declara con alarde Cantor.

—Por lo visto Arr'asah tiene muchas cosas que la diferencian inclusive de Alola —manifiesta Ash—.  Me emociona saber que hay todavía tanto del mundo que no conocemos y que aguarda por nosotros.

—Al decir nosotros espero que lo digas por ti y por mí, precioso —se aferra a él su amada.

—Precisamente —la abraza con cariño Ash.

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—¿Ves eso que yo veo? —una chica morena de cabello verde observa con atención esa escena de Ash abrazado a Serena mientras viaja en un jeep con forma de Turtonator junto a un joven de piel más oscura y cabello negro con mechones rojos que conduce el vehículo.

—Lo veo y no lo creo, Mallow —contempla con asombro el muchacho—.  Es nuestro buen amigo Ash.  Y está muy bien acompañado, debo decir.

—¡Vamos a saludarlo, Kiawe! —le pide con mucha emoción Mallow, la que fuera compañera de escuela de Ash en la región Alola.

—Pues íbamos con prisa para Oasis Metropolis —calcula Kiawe, otro de los ex-compañeros de Ash en la región isleña—, pero no hay problema.  No todos los días nos encontramos con un viejo amigo.

Y Kiawe acelera, mientras los jóvenes se alistan para hacer sus ejercicios.

—¿Listos, chicos? —se dirige a ellos Will mientras están en línea para emprender la carrera—.  ¡Ahora!

Pero en ese momento se nota la nube de polvo que levanta el jeep a la distancia.

—¿Y eso? —se pregunta Hilda—.  No se suelen ver vehículos por esta zona.

—Esperen —se adelanta Ash—.  Quienes van en él me parecen familiares —y tras observar mejor conforme se acercan—.  ¡Pikachu, son Kiawe y Mallow!

—¡Pika-Pika! —los reconoce también muy alegre Pikachu.

—¡Hey, amigos! —les hace señas Ash poniéndose en medio del camino.

—Sí, es Ash —lo observa con regocijo Kiawe—.  Verlo con Pikachu lo delata en cualquier lugar que vaya.

—No lo dudo, ellos 2 son inseparables —agrega Mallow.

—Bien, ya vamos a llegar —pero cuando Kiawe intenta frenar, algo ocurre—.  Oh-oh.  ¿Y esto?

—¿Qué pasa? —le consulta Mallow.

—Querida, creo que... —y se dibuja en su faz una expresión de angustia evidente—.  ¡Nos quedamos sin frenos!

—¿QUE QUÉEE? —se aterra sobremanera su compañera de viaje, mientras el jeep sigue avanzando a toda velocidad.

—¡Ash, quítate de ahí! —lo llama Will.

—¡!  ¡Claro! —responde Ash al comprender lo que ocurre, pero para su mala fortuna tropieza con una pequeña piedra en el camino y cae.

—¡ASH, NO! —intenta ir Serena en su ayuda.

—¡Pika-Pii! —exclama asustado Pikachu, mientras Ash reacciona y se da cuenta del peligro en el que se encuentra.

—¡Rayos, si esto no para vamos a aplastar a Ash! —suda frío Kiawe intentando que el freno del vehículo reaccione, cuando en eso un brillo mágico los rodea y el jeep finalmente se detiene de manera súbita, a unos 60 cm de nuestro héroe, a quien ya se le habían parado los pelos de punta (igual que a Pikachu), provocando que del sobresalto se desmaye Serena.

—No puedo creer que manejen un armatoste como estos que posiblemente no haya pasado la revisión técnica vehicular —les reprocha Alakazam a los jóvenes de Alola.

—¡Kiawe, ese Alakazam habla! —se sorprende mucho Mallow.

—Si ella supiera lo que me alegraría en ocasiones que no fuera así... —masculla para sí Will.

—Grandioso... —se baja del jeep con igual asombro Kiawe, buscando ir con Ash—.  Ash, amigo, ¿estás bien?

—Pues, si todavía sigo en este mundo, creo que sí —todavía con mucha adrenalina en activo, nuestro héroe se reincorpora—.  Gracias, Alakazam.

—No hay de qué, campeón, pero la próxima cuida mejor de tus pasos —le previene el Pokémon de Will, volviendo a ver a su tutor—.  Y tú no repliques, que muchas de las cosas que sabes te las he enseñado yo.

—Ay, ahora presume de Maestro de Elites —pone cara de insatisfacción Will.

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—O sea, ¿tú y Mallow son pareja?  No me lo esperaba, amigo —expresa sonriente Ash, mientras ya degustan de la cena a la luz de las estrellas.

—Pues el tiempo nos terminó metiendo en circunstancias varias que a la larga fueron creando un vínculo muy especial entre nosotros, Ash —le relata Mallow—.  A mí es que me sorprende que seas la pareja de una chica tan linda como la reina de Kalos.

—A mí no, ¿sabes? —le menciona Kiawe—.  Todavía me acuerdo cuando Ash una noche entre amigos junto con el profesor Kukui y Sophocles él nos compartió sobre su secreto más íntimo, y era precisamente sobre algo que aconteció entre él y Serena antes de que ella partiera rumbo a Kalos.

—¿De verdad? —le consulta con interés la pelimiel.

—Jaja, pues sí, querida —admite Ash—.  Aunque me lo negaba, quería mantener eso como algo muy valioso para mí.  Lo malo es que luego caí presa de una que otra broma por parte de estos bribones.

—Pero no negarás que era parte de la buena camaradería que teníamos, socio —manifiesta Kiawe.

—Me consta, eso sí —admite el campeón de Alola—.  Por cierto, amigos, me parece curioso verlos por estas tierras tan lejos de Alola.

—Bueno, debo decirte que Kiawe y yo somos los gerentes generales de las ventas de malasadas que han tenido mucho auge en esta región —le detalla Mallow—, y hemos venido a visitar precisamente las tiendas para revisar cómo avanza el negocio.

—¿En serio? —le llama la atención eso a Will—.  Es algo destacable ver jóvenes a su edad ya emprendiendo su propio negocio, y que hayan llegado tan lejos.

—Yo debo decir que las malasadas son algo sabroso —declara Hilda—.  No en vano cuando vemos una venta de ellas, N y yo no podemos evitar comprarnos una o 2.

—Ash es que a veces quisiera dejarlos sin producto —bromea Serena con picardía.

—Vamos, querida, sabes bien que son algo que si lo pruebas difícilmente pararás —le sigue el juego su novio.

—Para mí hay otros postres mejores —valora Will—, pero tienen lo suyo, debo admitirlo.

—Por cierto, Kiawe, ¿qué fue de los chicos? —le consulta Ash.

—Bien, pues Lillie logró graduarse de investigadora Pokémon hace unos meses y emprendió un viaje a las Orange Islands, mientras que Lana es líder de gimnasio allá en la isla Melemele, en tanto que Sophocles fue a Unova a concluir sus estudios.

—Pues me alegra bastante por ellos.  ¿Y Gladio? —quiere saber también Ash.

—Pues nuestro algo arisco amigo no lo hemos vuelto a ver en mucho tiempo —declara Mallow—.  La señora Lusamine dice que decidió viajar por el mundo, pero ya ha pasado bastante tiempo desde que partió de las islas.  Ciertamente conociendo lo peculiar que es en cuanto a su forma de proceder, ha de estar buscando fortalecer su equipo de Pokémon.

—No me quedan dudas de ello —expresa nuestro héroe—.  No olvido la gran batalla que tuvimos él y yo en los octavos de final de la Liga Pokémon de Alola.  Pese a que fue de 3 contra 3, no nos dimos tregua.  Y Silvally nos puso en aprietos, hasta que Torracat logró evolucionar en Incineroar.

—Créeme cuando te digo que quedamos perplejos al ver la determinación de Torracat en no retroceder ante un rival tan duro como Silvally, amigo —confiesa Kiawe—.  Y luego ver cuando decidiste usar a tu Greninja para enfrentar a su Zoroark.  Todos daban por descontado que Gladio sería el vencedor cuando pensábamos que Zoroark era un legítimo Regigigas.

—Por poco nos toma el pelo también a nosotros —se sincera Ash—, pero logramos sobreponernos y en gran forma.

—Hay algo que me llama la atención —entra Cantor en la conversación—, y es ver que ustedes venían del mismo Gran Desierto.  ¿No será que acaso andaban en... Wandering Village?

—Precisamente —le menciona Mallow—.  Estuvimos en la inauguración de nuestro primer local allá.

—¡Genial! —celebra Hilda—.  Podremos disfrutar malasadas cuanto gustemos también allá, querido.

—Por cierto —relata Kiawe—, allá tuve una batalla contra un chico algo altanero que viajaba en un grupo donde por cierto también estaba Brock, Ash.

—¿En serio? —la nueva sorprende a Ash—.  Por lo visto tuviste el "agrado" de conocer a nuestro buen amigo Paul.  Él por fuera será algo poco amistoso, pero en el fondo no es tan mala persona.

—Pero vaya que es un gran entrenador Pokémon —subraya con mucho hincapié Kiawe—.  Sabes bien lo poderoso que es mi Charizard, pero ese chico lo derrotó con un solo ataque de su Heatran.

—Yo no podía creer que alguien que no fuera de una Elite tuviera un Pokémon de esa estirpe —agrega Mallow.

—Ja, y pensar que hace un tiempo logré derrotarlo en una batalla que me puso a sudar aún más de lo que lo haría estando tan solamente 3 segundos al lado de ese Heatran —bromea Ash.

—¿En serio?  ¡Wow, Ash!  Entonces debes estar a un nivel realmente alto —valora gratamente sorprendida Mallow.

—Sí, fue algo memorable esa lucha —recuerda Raoul—.  Tanto que hasta compuse una canción relativa a ese momento y algunas cosas que acontecieron posterior a ello entre ustedes dos —menciona el joven artista observando a Ash y Serena.

—¿De verdad? —se ruborizan ambos mientras dicen eso a unísono.

—¿Y qué fue lo que pasó?  Quizás deberían contarnos más de eso, si fuera posible —les pide Mallow.

—Pues la verdad ahora es algo de lo que si nos acordamos nos morimos de la risa —les comenta Serena—, pero vaya que nos hizo sufrir en ese entonces.  ¿Qué tal si nos muestras esa composición y les contamos sobre eso, Raoul?

—La idea me encanta —aprueba su compañero de viaje mientras toma su quena—.  ¿Me acompañas con el triángulo, amigo?

—Será un honor —toma dicho instrumento Cantor—.  En esta también colaboro con los coros, amigos.

—Esto se llama "Los caminos del amor".

Mientras la melodía evocativa a un bello romance inicia, hay algo de movimiento atrás de unas rocas aledañas al sitio donde acampan.

—Con que 2 de los bobos de Alola están de viaje —los observa James—.  Y aparte han seguido nuestros pasos en cuanto a ser empresarios.  Quizás deberíamos retomar esa senda, ¿no creen?

—A ver, zonzo —lo reprende Meowth—, vinimos acá para cumplir los deseos del jefe, no para pensar en retroceder del camino que llevamos.  Y tenemos circunstancias propicias para sacarles finalmente lo que ellos tienen.

—Esto será como quitarle un dulce a un bebé —manifiesta muy segura Jessie—.  No sabrán la que se les viene encima gracias a lo nuevo que nos han proporcionado.

—Esta vez el Dr. Zager se ha pasado de sabio al crear esa maravilla de la ingeniería rateril —vaticina ya un triunfo Meowth.

—¡Wobbu...! —está a punto de hablar Wobbuffet, pero le tapan la boca entre todos.

—Hablando de indiscretos... —lamenta Meowth.

—Pero sin dudas va a ser el elemento más importante de nuestra operación —les recuerda Jessie.

—Si es que logramos quitársela a esos bribones, ¡MIREN! —y James les advierte de unos traviesos Maractus que se están llevando la maquinaria que se aprestaban a usar contra nuestros héroes.

—¿QUÉ?  ¡Hey, vuelvan acá, ladrones! —se levanta de un brinco y sale corriendo airada hacia ellos Jessie.

—¿Qué no saben que ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón? —les reclama de manera enérgica Meowth acelerando el paso.

—Como que esa frase no ayudará en mucho, Chimuelo —expresa jadeando James mientras los persiguen.

—¡Cállense y muevan las patas! —los regaña Jessie mientras se pierden en lontananza buscando dar alcance a los Maractus.

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Esa misma noche, en la mansión del Dr. Kaminko...

—Como ya te dije antes, Jovi, ¡juro que a esos tontos del Team Doom si vuelven a intentar hacerte algo, se las verán conmigo! —declara en tono muy prepotente Chobin.

—Ay, Chobin —se lleva las manos a la boca Jovi buscando disimular su risa—.  Eso creo que ni tú mismo te lo crees.

—¡Oye! —gesticula mucho el jovenzuelo—.  ¿Qué acaso... acaso no te bastó la lección que te di en nuestra batalla de entrenamiento?

—Chobin, una cosa es un entrenamiento, y otra totalmente distinta una batalla con alguien tan temible como ellos —manifiesta su amiga—.  Aparte, cuando tuviste que enfrentarlos tuvo que venir Perr a rescatarte.

—Es que...  ¡Es que me tomaron desprevenido! —se justifica de manera muy vehemente Chobin.

—Ay, ya está este muchacho con sus alardes de heroísmo —entra algo quejumbroso el Dr. Kaminko—.  Mejor usa esa energía heroica en ayudarme a ajustar unas tuercas de la nave para viajar a la luna, si me haces el favor.

—¡Como que vuelo, mi doc! —se adelanta con mucho entusiasmo el muchacho rumbo a la sala donde está todavía en construcción la nave.

—Ese Chobin —lo mira sonriente Jovi—.  Me agrada tanto su entusiasmo cuando trabaja con usted, doctor.

—No niego que él ha sido mi mejor mano derecha en todos estos años, aun mejor que mi hijo Karim —aprecia Kaminko—.  Ese bribón creció y me hizo a un lado prácticamente para dedicarse a su vida propia.  Aunque me llena de orgullo ver que al final todo le ha salido de la mejor manera.

—¿Y no lo extraña, doctor? —le pregunta Jovi.

—¿A qué viene la pregunta, muchachita? —se intriga el doc.

—Vamos, doctor —lo mira con malicia Jovi—.  Me extraña que alguien con su intelecto me responda a mis dudas con otra pregunta.  Si bien todavía usted resiente en cierta forma el hecho de que él sea alguien que decidió sacrificar su cercanía con usted para enfocarse en su carrera, no dudo que el amor paternal debe prevalecer de su lado.

—Ahh, pues tampoco puedo negar eso —se sincera nostálgico el doctor—.  Los muchachos crecen tan rápido.  Aún me acuerdo cuando tú y Chobin jugaban a las escondidas en el sótano de la mansión siendo tan pequeños, y ¡mírense ahora!  Son unos prometedores jóvenes en sus áreas.  Tú definitivamente vas a ser una grandiosa periodista, mientras que mi joven pupilo posiblemente sea quien dé continuidad a mis investigaciones, y con toda seguridad con mejores bases y argumentos.

—Para mí así será —opina la joven hija de Lily—.  Chobin es alguien que realmente me sorprende su capacidad intuitiva para la ciencia.  Y mucho de eso, aunque no debo decirlo en voz alta sino se pondrá todavía más presumido de lo que anda últimamente, pues lo ha estado aplicando como entrenador Pokémon.

—Si me dicen que hace varias semanas tuvo que hacer uso de ello para quitarse de encima a Jolly —le cuenta Kaminko.

—Esa Jolly... —expresa con algo de desdén Jovi mientras piensa—: Es bueno que no esté por aquí en estos momentos, aunque por fortuna a Chobin nunca le llamó la atención...  ¡Ay, si él se diera cuenta de lo que...!

—Creo que terminé, doc —regresa con ellos Chobin limpiándose con un pañuelo las manos—.  ¿Necesita que siga investigando sobre la fuente de poder que requerimos?

—Te iba a pedir otra cosa, chico —le propone Kaminko—.  ¿Qué tal si tienes una batalla contra mí, usando yo a mi Gengar?

—¿De... de verdad quiere que enfrente... a su Gengar, doc? —lo mira asombrado Chobin—.  No creo... no creo poder vencerlo.

—Nunca lo sabrás si no lo traemos a la práctica, chico, regla básica de la ciencia —deja en claro su mentor.

—Vamos, Chobin, demuéstrame que eso de lo que tanto presumes es verdad —lo codea Jovi animándolo a aceptar.

—Pues... —se pone algo nervioso el muchacho al ver la forma en que Jovi le incita batallar con el doc—.  Está bien —suspira con algo de dudas dentro de sí—.  Pero lo haré para que Jovi me crea que sí puedo hacerle frente al Team Doom.

—¡Ese es mi alumno! —se alegra Kaminko.

—¿Hola?  ¿El viejo árbol no se marchita aún? —se escucha a las afueras de la mansión a alguien llamando la puerta.

—¡Primero se marchitará tu árbol antes que el mío, papanatas! —le replica Kaminko a quien resulta ser Makan, al observar en pantalla a su viejo amigo.

—Oh, es el señor Makan —abre la puerta Jovi—.  Pase adelante, por favor.

—¿Escuché mal o retaste a Chobin, saco de mañas? —le consulta en su tono jovial y socarrón Makan a su viejo amigo.

—Pues quiero poner a prueba algo en lo que últimamente ha dicho que es muy capaz —manifiesta el doc—.  Así que vamos afuera, a ver si así como ruge el Pyroar es capaz de morder.  Si no es que lo hago morder primero el polvo.  ¡Jajaja!

—Pues vamos a ver qué sale de esto —se resigna Chobin saliendo tras su mentor afuera de la mansión.

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—Entonces el suyo ha sido un viaje realmente asombroso —manifiesta con mucho asombro Mallow tras escuchar las anécdotas de viaje que les ha narrado el grupo de Will—.  Pero me llama tanto la atención ver cómo a Ash lo sigue a todo lado ese destino de salvar al mundo.

—A ti te sorprende y a mí que me da grima que me agarren casi de Mareep expiatorio —lamenta nuestro héroe.

—Pero al final has salido bien librado por lo visto, amigo —lo toma del hombro de manera cordial Will—.  Todavía me siento orgulloso de haberte visto batallar junto a Pikachu con aquella gallardía y determinación contra el Kartana de A00 en Campus Town.

—Sí, cariño, se veían realmente heroicos ambos —lo toma con cariño de la barbilla Serena.

—Bueno, tú me diste también mucha fuerza en ese momento —destaca Ash tomándola de la mano y sonriéndose mutuamente ambos.

—Por cierto, ¿cómo es eso de las 8 estrellas que les legaron los Azure? —les consulta Kiawe—.  ¿En realidad hay algo que pueda albergar tanto poder como para librar a esta región de esos sujetos tan perversos?

—Pues eso es lo que nos dicen ellos que narran sus leyendas —afirma Alakazam—.  De manera que en esta ocasión no veo por qué Ash debiera emitir queja sobre esa responsabilidad que ha recaído sobre sus hombros, si no será solamente él quien la lleve.

—Y dígame, Maestro —se dirige Mallow a Will—, ¿en dónde tienen esas estrellas?  ¿Creen que podrían mostrárnoslas?

—La verdad creo que acá estamos seguros —considera el ex-Elite—.  ¿Qué dices, amigo?

—Como son gente de confianza de nuestro campeón de la región Alola, será un honor —declara Alakazam procediendo a abrir su espacio interdimensional, lo que deja perplejos a ambos jóvenes de las islas.

—¡Este Alakazam es una maravilla! —no puede evitar decir Mallow.

—Una Maravilla de la Indiscreción —con ironía expresa Will, en tanto que ya Alakazam ha sacado el cofre.

—Mi entrenador vive elucubrando tanto sobre lo que dice fastidiarle mi forma de ser, pero al final de cuentas sé que si me decidiera a cambiar, él terminaría rogándome volver a ser como soy —declara de manera categórica Alakazam, provocando la risa discreta del grupo de Will—.  Entonces, muchachones, éstas son las susodichas estrellas.

NOTA DEL AUTOR: démosle este soundtrack místico al momento que viene :) (Golden Sun - Jupiter Lighthouse)

Abriendo ante ellos el cofre, se ilumina más el lugar de lo que ya lo hacía la hoguera junto a la cual se hallan (la cual no es nada pequeña por cierto, encendida por el fuego del Charizard de Kiawe).

—Lo veo y no lo creo... —aprecia con los ojos muy abiertos Kiawe—.  Esto parece sacado de otra dimensión.

—Hasta Sophocles que es el más ducho para los misterios entre nuestro grupo quedaría fascinado con algo así —agrega con igual sorpresa Mallow—.  No puedo evitar sentir una cierta vibra algo poco común al contemplarlas.

—Y noto en ellas algo que me extraña —subraya Kiawe—, y es ver en 6 de ellas una silueta similar a cada uno de ustedes, pero aun así quedan 2 que no tienen silueta alguna.

—Los aldeanos nos dijeron que con el transcurrir del tiempo hallaremos a los 2 que también son parte de la leyenda —menciona N—.  Y cuando eso pase, las estrellas mostrarán sus efigies también.

—O sea, por lo visto no somos nosotros, querido —suspira aliviada Mallow—.  Sabiendo eso que acaba de decir N seguramente me habría quedado anonadada si llegara sin querer a parte de una responsabilidad tan grande.

—No importa, podemos quitarles esa responsabilidad aun a tus amigos, ¡ahjajajaja! —un Látigo Cepa surge de imprevisto y los despoja del cofre.

NOTA DEL AUTOR: se detiene la música

—¿Qué rayos? —se levantan Kiawe y Mallow.

—No puedo creer que se hayan dignado a recorrer el desierto para seguirnos —decepcionado también se pone en pie N.

NOTA DEL AUTOR: la del momento ^_^ (Pokémon Anime - Team Rocket Sinnoh Motto)

—¡Prepárense para los problemas, que por fin tenemos el tesoro!

—¡Y más vale que teman, pues esto es más valioso que una mina de oro!

—¡Para proteger al mundo de la devastación!

—¡Y unir a los pueblos dentro de nuestra nación!

—¡Para denunciar los males de la verdad y el amor!

—¡Y hacer que florezca la sonrisa de nuestro jefazo cuando le llevemos este cofre!

—¡Es Jessie!

—¡Y la J de Jamemes!

—¡Con las uñas perversas de Meowth!

—¡El Equipo Rocket viajando a la velocidad de la luz!

—¡Y a esa misma velocidad nos iremos con nuestro jefecito, así que si tienen tele, ahí se ven!

—¡Meowth, así es!

—¿Y creen que vamos a dejar que se vayan así sin más? —les advierte Ash yendo a enfrentarlos—.  ¡Vamos, Pikachu, liberemos nuestro poder conjunto ahora!

NOTA DEL AUTOR: para momentos de acción, soundtrack de acción :D (Pokémon Anime - Let's Run)

Con esta frase, Pikachu y Ash alcanzan su Simbiosis Afectiva, listos para darles su merecido nuevamente a ese trío de farsantes.

—Kiawe... —si no ha tenido suficientes sorpresas Mallow, ésta se suma a las anteriores—.  ¿Viste lo que ocurrió... entre Ash y Pikachu?

—¿Es que acaso estos 2... también son de otra dimensión? —el estupor también hace su efecto en el moreno.

—Para la unión que ellos tienen desde hace tanto tiempo no es algo raro que ocurra algo así —les menciona Will—.  Eso se llama Simbiosis Afectiva.

—Oh, vamos, saquen lo que quieran —los reta Jessie.

—¡Espera, Ash, voy contigo! —se adelanta también Serena—.  ¡Delphox, unamos nuestro poder también!

Tras sacar a su Pokémon principal, ambas también se unen en Simbiosis Afectiva para apoyar a Ash y a Pikachu en batalla.

—¡NOOOO! —las mandíbulas de ambos alolanos caen al piso viendo tal despliegue de poder—.  ¡Estamos ante monstruos en traje de entrenadores Pokémon!

—Yo voy a unirme a esto también —manifiesta decidido Raoul—.  ¡Sal ahora, Exploud!

—¡PLOOOOUD! —haciendo un estruendoso eco a lo largo del desierto con su rugir, surge Exploud.

—¡AHORA MEGA EVOLUCIONA, AMIGO, Y HAGAMOS QUE ESOS 3 ZOQUETES SE ARREPIENTAN DE SUS FECHORÍAS!

—¿Solamente eso tienen? —se burla James—.  ¡A ver, sé que tienen algo más para enfrentarnos!

—¡No nos provoques, James! —se indigna Hilda tomando una Poké Bola—.  ¡Aparece tú también, Serperior!

—¡Ser... perior!

—¡ESTOS 3 TONTOS QUIEREN SALIR OTRA VEZ POR LA PUERTA DE ATRÁS, PUES HAGÁMOSLO CON LA AYUDA DE TU MEGA EVOLUCIÓN!

—¡Jajajajaja! —se ríe sarcásticamente Jessie—.  ¿Por qué el güerito mechudo no se une también a la fiesta?

—Puedo pedir a mis amigos del desierto que hagan con ustedes como les plazca, tontos —les deja en claro N.

—A ver si como roncas duermes, Pelos Necios —haciendo la burla del ojo lo desafía Meowth.

NOTA DEL AUTOR: ahora cambiamos al EXCELENTE soundtrack de batalla de N :D (Pokémon BW - Battle! N Music)

—No quise hacerlo, pero se la compraron —concluye N alzando los hombros y luego procede a extender sus brazos—.  ¡Amigos Pokémon del desierto, ataquen a estos perversos villanos y ayúdennos a recuperar el tesoro de los Azure!

Cual una enorme legión, aparecen un enorme número de Cacturne, Maractus, Drapion, Sigilyph, Flygon, Durant, Claydol, y mucha más fauna propia de esa zona, dispuestos a atacar al Equipo Rocket.

—Chicos, retrocedan —les pide N a su grupo, mientras Mallow y Kiawe siguen perplejos sin dar crédito a cómo el rubio controla a los Pokémon del desierto—.  Mis amigos nos ayudarán.

—¡A ver si son tan gallos como para resistir esto! —exclama Meowth para encender unas linternas que dan luz a un cañón detrás del cual se encuentra Wobbuffet, quien recibe a unísono el ataque de los Pokémon de Jessie y James, para luego energizar el cañón con su técnica de Contraataque, misma que, con una potencia increíblemente abrumadora, logra hacer estragos muy grandes sobre la armada que N llamó.

—¡Oh no, eso fue un ataque terrible! —se angustia Serena por los Pokémon que han sido derrotados tras ese realmente masivo ataque.

—Equipo Rocket... —aprieta los puños N realmente airado—.  ¡Ahora sí me van a conocer!

Alzando un poderoso grito al cielo, N se transforma en Zoroark, pero de una manera distinta, realmente resplandeciente, emitiendo ondas de energía muy potentes.

—¡N, nunca había visto que llegaras a ese nivel de poder! —se impresiona Hilda al ver a su novio.

—¡Y nosotros... creo que hemos visto... demasiado por hoy! —caen desmayados los jóvenes de Alola, ¡demasiadas emociones extremas para ambos sin lugar a dudas!

—Yo tampoco, cielo —se sincera aún muy serio N—.  Pero sabes que la sangre arde en mí al ver el sufrimiento de los Pokémon.  ¡Y juro que me conocerán estos malvados!

Tras esa declaración, N decide mandarse con todo a atacar al Equipo Rocket.

—Pobre, parece que quiere terminar como sus amiguitos —lo observa con fingido pesar Jessie—.  ¡Fuego, Meowth!

—¡Va que va! —declara el Chimuelo mientras una vez más los Pokémon de ambos del Equipo Rocket reenergizan a Wobbuffet para que éste amplifique su poder en el cañón.

—¡N, CUIDADO! —le grita Hilda al ver lo que va a ocurrir.

—Muy tarde, boba —menciona James—.  Tu novio va a saber por dónde masca la iguana.

—¿Tú crees? —aparece Alakazam cubriéndolo con su Barrera del poderoso ataque del cañón.

—¡Diablos! —ruge furiosa Jessie—.  Si tan sólo pudiéramos acabar con ese estorbo barbudo.  ¡Fuego nuevamente!

Pero antes de que pudieran atacar, Alakazam ha lanzado su Psico Rayo en dirección dividida a cada Pokémon del Equipo Rocket, derrotándolos con un solo ataque, en tanto que N de manera ágil les arrebata el cofre.

—¡Ay, no! —lamenta James—.  ¿Por qué no le dijiste, "Zorro, no te lo lleves", Jessie?

—¿Qué me viste, cara de niña exploradora de programa infantil? —lo jala de la oreja estirándosela de manera exagerada Jessie.

—Pues a explorar los vamos a mandar nosotros, Equipo Rocket —les anuncia Ash.

—¡Esperen! —se levantan Mallow y Kiawe.

—Nosotros queremos encargarnos de ellos —pide turno Kiawe.

—Ha sido bastante tiempo desde que tuvimos que lidiar con ustedes y sus tretas sucias —afirma la peliverde de Alola.

—¿Lista, cielo?

—Totalmente, cariño.  ¡Sal, Tsareena!

—¡Aparece, Turtonator!

—Ay, esto se pone más negro —empieza a temblar de las rodillas James—, y no lo digo por el prietito ese.

—Si tan solo nuestros Pokémon no los hubieran derrotado —empieza a resignarse Jessie, algo no muy común en ella.

Ambos jóvenes de Alola, con gran precisión y sincronía en sus movimientos, ejecutan danzas previas a los Movimientos-Z (Mallow el de tipo Hierba y Kiawe el de tipo Fuego).

—¡CON EL PODER, LA GLORIA Y LA FUERZA DE LOS VOLCANES DE ALOLA!  ¡TURTONATOR, EXPLOSIÓN CATACLÍSMICA!

—¡EL BRILLO, LA GRACIA Y ENCANTO QUE LLENA DE ALEGRÍA LOS BOSQUES DE ALOLA, SURGE EN ESTE ATAQUE!  ¡MEGATÓN FLORAL, TSAREENA!

—¡Yo no me voy a quedar a que me receten algo tan amargo! —echa a correr James.

—¡No me dejes botada, tonto! —se va tras él Jessie.

—¡Este gato mejor pone pies en polvorosa por el bien de sus bigotes!

—¡AHORA! —a una sola voz ordenan Kiawe y Mallow a sus Pokémon que ataquen, provocando una estruendosa explosión cuando ambos ataques tan violentos colisionan con los 3 corredores.

—¡¡¡NOS MANDARON A VOLAR OTRA VEEEEEEZ!!!

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NOTA DEL AUTOR: con ésta última vamos dando final al episodio :D (Pokémon Anime - I Did It!)

A la mañana siguiente...

—Si cuando dejaste Alola pensaba en que estabas destinado a lo más alto, Ash, ayer me lo dejaste confirmado, amigo Ash —afirma Kiawe, ya subido en el jeep Turtonator junto a Mallow.

—Gracias, amigo —expresa con humildad Ash—.  Que les vaya bien en el resto de su viaje.

—Igual a todos ustedes, Ash, chicos, Maestro Will —les dice muy alegre Mallow—.  Nos divertimos mucho y fue muy grato volverte a ver, Ash.  Además de que me llena de felicidad saber que tienes a una pareja digna de ti.

—Oh, gracias, Mallow —se lleva las manos al rostro Serena, muy conmovida por las palabras de la chica de Alola—.  Al conocerte a ti y a Kiawe me quedó claro por qué Ash les tiene mucho aprecio a la gente de su región.  Son personas muy llenas de una alegría que contagia hasta al ánimo más decaído.

—¡Chicos, veo que Wandering Village parece moverse! —les señala Cantor.

—¿De verdad? —se preocupa Ash—.  ¡Rápido, debemos movernos!

—Estoy contigo, chico —aprueba Will mientras echan a correr todos—.  ¡Suerte a ambos, Kiawe, Mallow!

—¡Adiós, y éxitos! —se despiden Kiawe y Mallow ya avanzando en el jeep con rumbo a Oasis Metropolis.

—¡No podemos...! —jadea Ash corriendo bajo el fuerte calor de esa mañana—.  ¡No podemos dejar que se nos vaya...!

—¡Pika-Pikaaaa! —afirma también Pikachu en el hombro de su entrenador y gran amigo.

—¡ESPERAAAAA, WANDERING VILLAAAAAAGE!

El dejar sorprendidos a amigos que no has visto en gran tiempo, producto del gran crecimiento que has tenido tras esos años en los que no se han visto, de verdad que es una prueba irrefutable de que se ha ido en la dirección correcta.  Y tanto Kiawe como Mallow han observado en primera fila, en una reunión llena de sorpresas, el tremendo avance que Ash ha tenido viajando junto a Will y el resto del grupo.  Mas ahora les toca correr para no dejar que se les vaya Wandering Village antes de que ellos logren llegar a ella.  ¿Podrán llegar a tiempo?  Eso nos lo ha de contar el siguiente episodio con mayor detalle.  ¡Sigamos a nuestros héroes!

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—Ja, el pobre quedó rendido tras la batalla —observa el Dr. Kaminko a Chobin todavía durmiendo en su recámara—.  Pero queda claro que ha tenido un avance sobresaliente.  De veras que lo ha inspirado lo que me contó aquella vez.

—¿Qué te contó? —le pregunta Makan.

—Pues sobre cómo Jovi le gu... —pero Kaminko nota en el espejo que Jovi va pasando por el corredor—, le... le guarda un gran aprecio.

—Hmm, él no iba a decir eso... —intuye en sus pensamientos Jovi escuchando al doc—.  ¡Ay, si es entonces eso...!  Chobin...  Si supieras que... tú también...

TO BE CONTINUED...