Pokémon - Los Primeros Pasos de un Maestro

EPISODIO 98: CONFRONTAR VERDADES TRAS UNA DERROTA HUMILLANTE

POKÉMON - LOS PRIMEROS PASOS DE UN MAESTRO

EPISODIO 98: CONFRONTAR VERDADES TRAS UNA DERROTA HUMILLANTE

—¿Pero aun sientes que lo amas, amiga? —le pregunta Aaron a Serena, mientras llevan unas bolsas de compras que han hecho en el distrito Volador.

—Yo creo que mis sentimientos hacia él difícilmente cambien, Maestro Aaron —asiente la reina de Kalos—.  No obstante creo que él debe decidir de manera veraz que aun cree en nuestro amor.

—No deberías ser tan dura con él —le recomienda el Elite de Sinnoh—.  Recuerda que él es realmente novato en estas cosas del amor.  Sé que tú también lo eres, pero como me has contado, desde tu viaje por Kalos junto a él has desarrollado un verdadero y firme sentir puro y real hacia Ash.

—Sin embargo aun me siento realmente apenada por no contarle ese suceso, Maestro —prosigue Serena—.  Soy tan culpable de todo esto.  Y aparte hoy inicié con él una discusión innecesaria tras perder en el torneo de PokéAro.

—Lo sé, escuché todo desde la platea —le cuenta Aaron—.  Hasta tu Delphox se veía realmente disgustada de verlos en esa rencilla.

—Es cierto, ella ha sido de los más felices porque él y yo seamos pareja —señala la pelimiel—.  Mas ahora todo está en una incertidumbre... —y su rostro refleja congoja y desazón—.  Maestro, de verdad... —lo vuelve a ver—, ¡de verdad no quiero perder a Ash!

—Pues haz lo que consideres necesario para no perderlo, Serena —insiste Aaron—.  Sé lo que te digo, puesto que estuve hace varios meses por una tonta rencilla a punto de perder a mi prometida Candice.

—¿En serio?  Y ustedes según recuerdo hacían una maravillosa pareja.  Lo sé desde aquellos momentos que compartimos allá en Snowpoint City.

—Es lo que quiero decirte, amiga.  No importa cuán unida sea una pareja, siempre habrán diferencias que si no llegamos a atender de manera sabia, podrían llevar al riesgo de su término a esa relación.  Es momento de que ambos determinen si de verdad buscan luchar por esto.

—De verdad no sé ahora qué pensar, ¿sabe? —se sincera Serena—.  Hilda me ha recomendado que me dé a valer ante él, que no le ponga las cosas tan sencillas, pero por dentro ciertamente quisiera que todo esto termine para bien, preferiblemente estando juntos él y yo.  Pero no es tan sencillo, puesto que aun dentro de mí me lastima que él no tuviera la confianza que una pareja en teoría debería tenerse.

—Serena, como parte del conocimiento que una pareja se tiene a lo largo del tiempo, habrán cosas que por un tiempo lleven a la duda sobre el sentir mutuo, pero lo menos sano para una relación es ese distanciamiento que ustedes 2 han decidido tener —le comenta Aaron—.  Comprendo lo que Hilda quiso decirte para ayudarte, pero no siento que sea lo mejor para ambos.  No quiero presionarte sobre eso, simplemente busca tú la respuesta a las necesidades que ambos tienen para que su sentimiento prevalezca ante las adversidades.

—Se lo agradezco mucho, Maestro —le dice sonriente Serena y se dan un abrazo cordial, que es visto a la distancia por alguien, lo que logra notar Aaron...

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Ash contempla con pena en su mirada el listón rojo con siluetas de Pikachu en bordado dorado que Serena le regaló antes de su batalla contra Bitt, mientras recuerda lo que sintió al verla tan animosa partir junto a Aaron, y ahora al observarla desde la ventana de su habitación dándose ese abrazo con el Elite de Sinnoh.

—Pikachu, no sé qué hacer...  Ella parece haber olvidado más pronto de lo que creí lo que sentíamos.  Ahora hasta se fue de compras como si nada con el Maestro Aaron.  Cuando en otros momentos ella no podía hacer esas cosas si no íbamos juntos.

—Pika-Pi...

—Sé que no debo dejar que esto se me suba a la cabeza, pero... no creas que es sencillo —afirma un tanto acongojado Ash—.  Creí que ella y yo íbamos a estar juntos para toda la vida.  Y ahora mira, hasta tuvimos una discusión tan tonta durante el PokéAro.  Siento que... al menos debería... disculparme con ella...

—Pika-Pika...

—Aunque por un lado recuerdo lo que Raoul me dijo, pero también está lo que N y el Maestro Will me han recomendado —reflexiona nuestro héroe—.  Si lo pongo todo en una balanza, siento que debería apostar por ser más sensible hacia ella.  Nada se pierde con... con intentar arreglar las cosas...

—¡Pi-Pikachu! —asiente animado su gran amigo.

—Oye, Ash, ¿puedo hablar contigo, amigo? —se oye a Aaron a la puerta de su habitación.

—¿Eh?  Pues...  Claro.  Adelante, Maestro —acepta Ash abriendo la puerta.

—Ash —se apresura a aclarar Aaron mientras entra—, antes de que puedas pensar algo sobre de que Serena y yo estuviéramos juntos...

—Descuide, Maestro —le interrumpe Ash—.  Sé que ella lo que quiere es despejarse de todo lo que la turba actualmente.  Aunque no pensé que buscara esa forma de distraerse, tratando de hallar refugio en otros chicos.

—Jaja, no creo que sea así, Ash.  Ella y yo nos conocimos allá en Snowpoint City, donde vive mi prometida, la líder de Gimnasio Candice, que imagino has de conocerla.

—¿Entonces usted y Candice son pareja? —pregunta Ash, sintiendo dentro de sí mayor alivio al ver que no está ocurriendo lo que temía.

—Así es, y estamos próximos a casarnos, amigo —le declara Aaron—.  Debo decirte que pese a todo, tu chica no deja de quererte.

—Pero entonces, ¿por qué sigue tan ensimismada en no dirigirme la palabra, o al menos ser más cordial conmigo?

—Quizás es porque ella ha sido en cierta manera mal aconsejada —le cuenta Aaron—.  No te diré mayores pormenores, pero ella siente que debe darse primero su lugar como mujer antes que proseguir con su relación.

—Pues no hace mal en ello.  Algo parecido me ha recomendado Raoul, que no debo dejarme ante el repudio de ella y si es posible, ser recíproco en esa misma forma de ser.

—Sería un pésimo error si haces eso, amigo —le menciona Aaron—.  Es como si quisieras tapar un agujero intentando cavar aun más hondo dentro de él.  El resentimiento no va a traer como fruto más que una dosis mayor de resentimiento.  Cada uno debe considerar en este momento, lo más antes posible, cuán valioso es el sentimiento que se tienen.  Sin importar lo ocurrido.

—Creo que sí, Maestro.  Pero temo que ella no quiera al final de cuentas olvidar que erré tan desafortunadamente en confiar sobre sus sentimientos.  Fui tan tonto en no ver el por qué no me había contado esa parte de su historia en Sinnoh.

—Vamos, Ash, ya tienes 14 años, por lo cual debes estar enterado de que no está nadie exento de errores.  Y si bien estos tienen una incidencia muy determinante sobre todo cuando de asuntos de pareja se trata, no podemos permitir que estos nos vengan a ser tropiezo o a determinar que todo ha acabado.  Más bien de ellos puedes sacar provecho para mejorar.

—¿Y Serena pensará así también?

—No le pongas tanta mente a lo que ella sienta acerca de eso, Ash —lo invita Aaron—.  Si dejas que esas cosas te amedrenten, estas te paralizarán de dar el primer paso hacia la reconciliación.  Siempre has sido un chico que no le teme a los desafíos.

—Pues parece que este para mí es aun más preocupante que enfrentar al Maestro Pokémon más grande de la historia, si se diera el caso —expresa Ash cabizbajo.

—Si no lo enfrentas, entonces lamento decirte que todo está decidido, muchacho, y no de la manera que deseas —prosigue el Elite de Sinnoh—.  La decisión es tuya y nadie dará ese paso por ti.

—Pues... deberé darlo... si es que quiero que todo vuelva a ser como era... entre ella y yo... —acepta aun temeroso Ash.

—Confía en ti, Ash, como lo has hecho en las batallas Pokémon —lo anima Aaron—.  Si lo logras, creo que sin duda has de sacar muy buen resultado de esto.  ¿Me lo prometes?

—Maestro —lo vuelve a ver Ash con gesto de agradecimiento—, debo decirle que por un momento pensé mal de usted... cuando lo vi salir junto a Serena.

—Jeje, y yo que ya intuía que de una u otra manera te enterarías de que ella me invitó a acompañarla de compras —se ríe Aaron—.  Aunque me preocupaba más que algún paparazzi nos captara en fotografías y eso cayera en las redes sociales.  ¡Candice ya me habría llamado para...!

En ese momento suena el Xtransceiver de Aaron.

—¿Qué ocurre?  ¡AAAAAHHHH, NO PUEDE SER! —se aterra Aaron—.  Es Ca... Candice... —y responde la llamada—.  Candice... ca... cariño...  Mira... puedo...

—¿Pero qué te ocurre, cielo? —le dice Candice, la líder de Gimnasio de Snowpoint City—.  Nada más llamaba para decirte que Palmer me confirmó su asistencia al Festival de la Nieve de esta Navidad.  Para mí es una gran noticia.  No podíamos tener mejor anfitrión que él.

—¿Eh?  ¿De... de verdad? —le consulta sintiendo un gran alivio Aaron—.  ¡Ahhhjajaja!  Lo había olvidado, querida.  Palmer nos había propuesto eso.

—Sí, pero ¿por qué te pusiste tan nervioso?

—¡Nahh, por nada! —intenta relajarse Aaron—.  Por cierto, mira, estoy en el distrito Volador del Under con Ash Ketchum —y lo hace jalado hacia él para que aparezca en la videollamada.

—¿Ash está por ahí?  ¡Vaya! —observa con atención Candice.

—¡Hola, Candice! —la saluda Ash—.  Me alegra saber de ti nuevamente.

—¡Piikaaa! —saluda también Pikachu.

Mientras estos sucesos ocurren en el hotel donde nuestros héroes se ubican, se da la llegada de un personaje muy particular al distrito Psíquico, un personaje que resulta ser determinante en que Will haya sido expulsado de la Elite de Indigo Plateau...

—Bienvenido a nuestro hotel, Maestro Lucian —recibe el gerente del hotel del distrito a Lucian.

—Es un honor estar por estos lugares, señor —agradece la gentileza Lucian.

—Meow...

—Así es, Meowstic —comenta Lucian—.  Por lo visto según mis predicciones, él estará en este distrito mañana.  Parece que buscará enfrentarme.  Es una lástima que su progreso haya sido tan leve por lo visto.  De seguir así no regresará a la Elite ni en 20 años...  Una verdadera pena —expresa un tanto decepcionado y moviendo hacia los lados la cabeza.

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—Estoy seguro que con esa bebida energética sus Pokémon se volverán realmente fuertes para enfrentar a esos villanos —garantiza el Dr. Zager en una llamada videofónica.

—Eso espero, mi tata —declara un tanto inseguro Jamemes—.  Esa aura oscura hace que esos Pokémon me den meyo desde el simple hecho de verlos.

—James, si te echas para atrás desde ya sin siquiera enfrentarlos no creo que seas de mucha ayuda para la misión —expresa Meowth.

—Y tú ya te estás tirándotelas de muy machito, ¿no, Chimuelo? —ironiza James—.  Ya no más por hacer tus pesitas eres el Super Gato.

—Meowth tiene razón, James —lo regaña Jessie—.  Si no empezamos por tener fe en que podemos lograrlo, esta misión no tendría sentido.

—Por primera vez estoy de acuerdo con Jessie —sostiene Cassidy—.  Además, esta región es muy pequeña para 2 organizaciones delictivas.

—Y nosotros somos más chidos que esos engabardinados de negro —afirma Butch—.  Si hasta los chamacos tienen en Internet clubs de fans dedicados a nosotros.

—Y díganos, doctor —consulta Pierce ignorando la conversación de sus 4 subalternos—, ¿la maquinaria de la que nos ha provisto es inmune a los ataques de esos Pokémon?

—Totalmente, Pierce —expresa muy seguro Zager—.  Siempre y cuando no haya daño para sus Pokémon, mi nueva invención será más que determinante en sacarles ventaja si se diera un eventual confrontamiento.

—¿Y eso me incluye a mí? —pregunta Meowth.

—Es un hecho, amigo —declara el científico—.  Nada más que tú serás el encargado de manejarlo.

—¿Está seguro? —toma por sorpresa eso último al Chimuelo.

—El mismo Giovanni propuso que así fuera —declara el doctor—.  Puesto que Jessie, James, Cassidy y Boston dirigirán una ofensiva especial en 2 grupos por aparte.

—Oiga, mi doc, no me diga que ya se unió al grupo de los que me cambian el nombre, antes usted era chévere —le reclama algo decepcionado Butch.

—No perdamos el tiempo en niñerías, chico —lo interrumpe Zager—.  Siento que deben ejecutar primero que nada su primera ofensiva en el lugar que nuestro satélite ha detectado como sitio de influencia del Team Doom.  En estos momentos les transmitiré las coordenadas a las cuales deben partir.

—Pero doctor, hay un pequeño problema —le comenta Jessie—.  La salida de esta horrenda caverna ha sido bloqueada por una avalancha hace un par de días.

—Vaya, eso son malas noticias —observa Zager—.  Pues en ese caso, creo que deberán esperar para partir.  Mientras siento que pueden ejercer la labor respectiva del Equipo Rocket.

—Eso sí me guta —celebra James.

—Y creo que con el equipo que nos han provisto finalmente tendremos éxito —agrega animada Jessie.

—¡Wobbuffet!

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En el anfiteatro del distrito Psíquico se desarrolla el festival de talentos noveles, donde puede apreciarse a distintos artistas amateur ejecutando muchas pruebas para demostrar sus habilidades con sus Pokémon.  Como ejemplos tenemos a un joven que cruza en su motocicleta aros de fuego creados por sus Ninetales, una doncella que dramatiza en compañía de sus Gardevoir y Vullaby, un flautista que es acompañado por un grupo de Clefairys coristas, que armonizan tremendamente y se ganan el aplauso de todos, entre otros.

Tras varias presentaciones más, entran en escena 3 chicos familiares para nosotros, acuerpados por otra chica que resulta ser familiar para Ash.

—Bien, amigas y amigos —presenta Rhonda, la reportera de Sinnoh Now—, es el turno de entrar en escena al Show de Poké Magia, dirigido por la talentosa Abby, en compañía de su representante, la afamada artista Pokémon de la región Kanto, Duplica —y tras decir eso, como resulta ser habitual, Jack deja caer sobre ella el pesado micrófono—.  ¡Aaaw!  ¡Jack, si serás bobo!  ¡No puedo creer que en 4 años no sepas manejar esa cosa!

—Lo... lo siento... Rhonda... —se disculpa apenado Jack.

Mientras, en la platea donde nuestros héroes se ubican...

—¡Mira eso, Pikachu! —le comenta Ash a su gran amigo—.  ¡Es Duplica!  No puedo creer que se haya terminado convirtiendo en artista Pokémon.

—Para mí es un honor presentarles a nuestro gran show —le manifiesta al público Duplica—.  Me acompañan Abby, la gran domadora de Pyroars, junto con Eden, el payaso de las mejores bromas existentes, asistido por su increíble Mr. Mime, y para concluir, la magia inédita de Guy, un chico cuya arte prestidigitadora les ha de mantener en vilo durante todo este rato.

—Por lo visto es otro espectáculo circense más —expresa algo somnoliento Lucian, que es parte del jurado calificador—.  Qué aburrido.

—Meoowwwwstic —bosteza su amigo Pokémon.

—Amigo, nunca se sabe lo que puede presentar un artista hasta que lo veamos en acción —le menciona Darach, valet de la Batalla de la Frontera en Sinnoh.

—Siempre te tomas las cosas de manera tan sencilla, Darach —lo mira sonriente Lucian—.  Ojalá alguien que forma parte del público el día de hoy fuera así.

Y mientras afirma esto, Will observa hacia el jurado con algo de displicencia.

—Ahí está ese tonto.  Quiero que termine esto para retarlo a una batalla y dejarle en claro quién manda.

—¿Pero vas a seguir con esas rencillas tan absurdas, Will? —le reclama decepcionado Alakazam—.  Ya te he dicho una y miles de veces que por eso es que la Flauta del Tiempo no ha brillado, ni lo va a hacer si sigues en ese modo de pensar.

—Ese modo de pensar va a terminar el día que logre ganarle una batalla a ese fanfarrón, Alakazam —expresa molesto su entrenador—.  Y creo que esta vez sí puedo lograr derrotarlo.

—¿Cuántas veces has dicho eso y cuántas veces has salido con el rabo entre las patas? —le pregunta de manera sarcástica Alakazam—.  Creo que ambos números están empatados.

—Y a ti ni te va ni te viene, parece que estuvieras más de su lado, Malicia con Barbas —se cruza de brazos indignado Will.

—No estoy del lado de nadie, sino que quiero que ya pares tu resentimiento absurdo, muchacho —lo mira seriamente Alakazam—.  Mejor olvídate de eso y disfrutemos del show.

Y mientras le dice eso, en la tarima de presentaciones, los Pyroar de Abby crean una plataforma ígnea con sus Lanzallamas, sobre la cual su entrenadora ejecuta acrobacias interesantes con su Chimchar.

—¡Eso es algo brillante! —observa con mucha ilusión de niño Ash.

—¡Pika! —afirma con ese mismo entusiasmo Pikachu.

—Jaja, Ash siempre conserva ese espíritu infantil que lo llena de optimismo —observa sonriente N.

—Y por eso a veces peca de confiado a la hora de batallar —sopesa Hilda.

—Pero esa confianza ha sido muchas veces su fortaleza —expresa Serena.

—Oye, amiga, hace varios días que no hablas de esa manera sobre Ash —nota Cantor.

—Bueno... —se da cuenta Serena y se sonroja—.  Es quee...  ¡ay, es algo que se ve a primera vista, Cantor!

—Hmm, como que algo quisiera volver a florecer... —menciona con malicia el Chatot de Raoul.

—Amigo, ¿en qué quedamos? —lo vuelve a ver seriamente su entrenador.

—Oye, nada más quiero ayudar —le susurra Cantor.

La presentación de los chicos termina con un maravilloso efecto visual de una pirámide que el Mr. Mime de Eden logra formar, mientras el Yamask de Guy surge de dentro de ella haciendo un efecto muy llamativo de reventar la pirámide, que dispersa sus fragmentos en brillos de luz realmente hermosos, logrando una ovación total del público presente.

—Sabía que mis consejos les ayudarían bastante a estos chicos —observa sonriente Duplica detrás de los bastidores.

—Vaya, eso sí se ha salido de la rutina —manifiesta más convencido Lucian.

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—¡Y finalmente, los últimos clasificados a la ronda final de la Nueva Estrella de Orre son...! —al redoble de tambores se anuncia a...—: ¡EL SHOW DE POKÉ MAGIA!

—¡LO LOGRAMOS, CHICOS! —se toman de las manos Abby, Guy e Eden, celebrando muy efusivamente—.  No puedo creer que lo lográramos.

—No podía sentirme más orgullosa de ustedes —llega con ellos Duplica.

—Y todo te lo debemos a ti, Duplica —expresa con humildad Guy—.  Tus consejos nos ayudaron grandemente a mejorar la calidad de nuestro show.

—Pensar que después del conflicto que tuvimos gracias a ese tonto Meowth parlante nos pudimos levantar y salir adelante —señala Eden.

—¡Hey, Duplica, tanto tiempo! —se ve llegar a Ash junto a Pikachu.

—Pero, ¡miren nada más! —vuelve a ver la joven artista Pokémon—.  Si es Ash Ketchum.  Mira lo que los años han hecho de ti.

—Jaja, te agradezco el cumplido —expresa sonriente y ruborizado el campeón de Alola.

—Oye, ¿y qué ha sido de ti?  Cuéntame —lo toma del hombro Duplica mientras van adentro del camerino ellos y los chicos del Show de Poké Magia.

—Pues ya te contaré.  Espero no cansarte con tanto que he de decirte...

—¡Argh, no puedo creerlo! —observa Serena un tanto indignada—.  Y yo que iba a arreglar todo con él, y ahora esa tipa se lo lleva.

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NOTA DEL AUTOR: ahora musicalicemos el siguiente momento con esa pieza :)

—¡Lucian! —llama de manera algo hosca Will a su primo, que ya va retirándose del lugar donde se ubicaba el jurado—.  Ten una batalla conmigo aquí y ahora.  ¡Te reto!

—Vaya, qué sorpresas suele darme la vida —vuelve a verlo sonriente Lucian—.  Si es mi querido primo Will.

—¡Déjate de ironías tontas y vamos afuera a luchar! —le exige molesto Will—.  Sé que fue por tu culpa que ya no estoy en la Elite, y que estoy separado de Karen.

—Pero Will, no esperaría jamás una reacción así de ti —dice impresionado Darach.

—¡Tú que sabes, Darach! —le recrimina el ex-Elite—.  Si tu "jefecita" es parte de quienes me acusaron injustamente.

—Will, por favor, no malinterpretes las...

—No te preocupes, Darach —lo detiene Lucian—.  Le daré a mi primo lo que pide.  Pero será hasta después de que almorcemos.  ¿Te parece, primo?

—Qué irritante sueles ser —es lo único que logra decir en medio de su molestia Will.

—¿Entonces el Maestro Will ha retado al Maestro Lucian? —contempla sorprendido la escena Raoul.

—Nunca lo había visto tan mosqueado —afirma Cantor.

—Parece que su resentimiento es más real de lo que yo pensaba —menciona Hilda.

—Es un resentimiento que ya debió haber superado, pero por cabezón no ha sido así —señala indignado Alakazam.

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Y tras el almuerzo, Lucian y Will se aprestan a tener su batalla a las afueras de la plaza central del distrito Psíquico.

—Ahh, ¿por qué tienen que pasar estas cosas? —lamenta Darach—.  Bien, damas y caballeros, esta batalla entre el Maestro Will, de la región Kanto, y el Maestro Lucian, de la región Sinnoh, se apresta a iniciar.  Será de uno contra uno sin límite de tiempo.  Ya conocen las reglas.  Suerte a ambos...

—Pikachu, ¿no se te hace algo parecido a Jessie ese tipo que es el juez de la batalla? —le pregunta Ash a su gran amigo mientras no deja de ver con curiosidad a Darach.

—Pika... —afirma su Pokémon eléctrico.

—Darach es parte de los entrenadores que conforman la Batalla de la Frontera de la región Sinnoh, Ash —le informa RotomDex—.  Se encuentra en estos momentos acompañando a Lucian en este concurso.

—¿Y sabes si tiene parentesco con Jessie, Rotom? —busca averiguar Ash.

—Sinceramente esos datos no los tengo disponibles, amigo —expresa algo acongojado Rotom.

—Bien, Alakazam, ¡vamos!

—Ahora me toca a mí ser el Gogoat expiatorio —refunfuña Alakazam entrando a la arena de batalla.

—Will, puedo darte en este momento el chance de evitarte una dolorosa derrota —le menciona Lucian mirándolo seriamente—.  ¿De verdad crees que es necesario tener una batalla tú y yo?

—No me digas que tienes miedo de luchar conmigo ahora, Lucian —expresa Will—.  Debo decirte que hemos mejorado mucho desde nuestra última batalla.

—Bien, tomaré eso como un "no acepto".  Qué pena... —expresa resignado Lucian—.  Jirachi, sal y muestra tu poder...

—¡Jira! —entra en la lucha el místico Pokémon guardián del mundo de los deseos.

—¡Cielos, tiene a un Jirachi! —observa impresionado Ash.

—Amigo, recuerda que los entrenadores de Elite no es raro que tengan un Pokémon legendario o mítico —le comenta Duplica—.  He leído que el Maestro Lucian recientemente consiguió un Jirachi.  Y nos tocará verlo luchar.

—Pues el Alakazam del Maestro Will es sorprendente —le cuenta Ash—.  Aunque dice que tiene dificultades para enfrentar Pokémon legendarios.

—¡Rayo Psíquico, Alakazam!

—Teletranspórtate detrás de él y usa Cabezazo Zen, Jirachi... —ordena con solemnidad Lucian a Celebi, quien se aprovecha de que Alakazam no puede moverse (como era de esperarse dada su debilidad) y recibe de lleno el Cabezazo Zen, sintiendo dentro de sí como que se desquebrajara a nivel interno, y cayendo derrotado...

NOTA DEL AUTOR: musicalicemos con esta pieza corta este momento que viene...

—Pero... —cae arrodillado y estupefacto Will—.  ¿Cómo... cómo puede ser... posible?

—Will, me apenas de verdad —subraya su primo—.  No puedo creer que aun sigas dependiendo del viejo Alakazam de mi tío.  Indudablemente tu progreso ha sido casi nulo.

—¿A qué te refieres? —le reclama el ex-Elite viéndolo con rabia.

—A que si quieres volver a la Elite debes mostrar un real progreso, y demostrar que las acusaciones en tu contra no son reales.  Mientras eso no pase, sigue llorando tu destino.  Me despido —y se retira sacando un libro que se pone a leer.

—Diablos... —reflexiona acongojado Will sobre eso que le han dicho—.  Me duele admitirlo, pero tiene razón... en cierto sentido... —y se levanta para ir junto a Alakazam—.  Viejo, perdóname...  No debí...

—Ya, déjalo así —intenta reincorporarse su Pokémon—.  Más bien me siento responsable de no dar una buena lucha.

—Dejémoslo así —le pide Will—.  Esto aun no ha terminado.  Juro que nos volveremos más fuertes, amigo.

—Pobre Maestro Will —observa melancólica Hilda—.  Fue una pésima derrota para él.

—Nunca creí que Alakazam fuera a ser derrotado de esa manera tan humillante —expresa aun asombrada Serena.

—Ahora dependerá de sí mismo para levantarse —comenta Ash llegando hacia ellas, a lo cual Serena se vuelve hacia otro lado—.  Chicas, quería presentarles a mi amiga Duplica.  Duplica, ellas son Hilda y Serena.

—Mucho gusto, chicas —les dice Duplica, a lo cual Serena no dice palabra alguna.

—Encantada de conocerte, Duplica —expresa sonriente Hilda.

—Con que tú eres Serena, ¿verdad? —se dirige Duplica a la pelimiel—.  ¿Sabes?  Ash hace un rato me ha hablado sobre ti, dice que eres alguien muy especial para él, y...

—¿E... en serio? —la mira con dejo de asombro Serena—.  Vaya, pues... me alegra saber que... él... tenga ese concepto... de mí... —y tomada por esa sorpresa, se retira con prisa del lugar.

—¿Qué le pasó? —se pregunta extrañada Duplica—.  ¿Dije algo malo?

—No, descuida —la tranquiliza Hilda, aunque Ash parece comprender lo que ocurre—.  Anda algo conmocionada por ciertas cosas que han acontecido, pero no hay de qué preocuparse.

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Serena se encierra en su habitación, y siente como que hay algo de turbación en su mente.  Ahora es ella la que se siente decepcionada de sí misma, por no confiar en Ash y pensar por un momento que él ya no daba importancia a lo que había sido entre ambos.

—He sido tan tonta...  ¿Cómo podría pensar mal de Ash?  Ahora resulta que hasta a otros les habla con palabras de bien sobre mí.  Y yo que le recriminé por desconfiar de mí.  ¡Y ahora soy yo quien desconfía de él!

Y lágrimas empiezan a rodar por sus mejillas, a lo cual se sienta en su cama muy acongojada, yendo su mirada desilusionada a toparse con su caja de música, esa misma que Ash le regaló antes de su presentación en el distrito Hada.

—Oh...  Había olvidado... ese momento... —piensa en sus adentros mientras abre la cajita, con lo cual suena la dulce melodía que emite...

—Serena, disculpa, ¿estás ahí? —se oye la voz de Ash llamando desde afuera.

—Oh... —queda perpleja Serena al escucharlo—.  E... espera, Ash —y pone sobre la cama la caja de música, pero se detiene recordando las palabras de Hilda:

"—Ash podrá parecerte lo que seas, pero si no fuera todo lo que dices, entonces él habría sido el último en desconfiar de ti y tu amor hacia él. ¿Y ahora me vienes a decir que quieres arreglarlo todo? ¡No, señor! Él ha de ser quien dé el primer paso, si es que de verdad valora lo que hay entre ambos."

Pero también rebotan en su mente los consejos de Aaron:

"—...comprendo lo que Hilda quiso decirte para ayudarte, pero no siento que sea lo mejor para ambos. No quiero presionarte sobre eso, simplemente busca tú la respuesta a las necesidades que ambos tienen para que su sentimiento prevalezca ante las adversidades."

Entonces Serena decide algo distinto a lo que originalmente iba a hacer...

—Lo... lo siento... Ash...  No... no me siento ahora como... como para hablar contigo...  Mejor... mejor hablemos mañana...  ¿Te... parece?

—Oh, Serena —escucha algo acongojado Ash la resolución de su amada—.  Como... como quieras...  Pero prométeme que me escucharás mañana, ¿de... acuerdo?

—Te lo... prometo... —le dice con la voz empezando a quebrantársele Serena, mientras se lleva las manos a la cara escuchando los pasos de Ash alejándose—.  ¡Dios, no debí... no debí ser tan débil!  ¡Ay, Ash, no te merezco! —y rompe a llorar silenciosamente.

Mientras Ash entra en su habitación, y cae sentado en su cama.

—Al menos... me ha dado la esperanza de que mañana podamos hablar... —señala con algo de alivio dentro de sí mismo nuestro héroe—.  Espero no meter la pata con mis palabras nuevamente.  Debo arreglar lo que yo mismo me encargué de estropear.

—¡Pika-Pikachu! —celebra el ratón eléctrico la determinación de su amigo.

Así como el sol de ese día desciende, Ash contempla a través de las ventanas al exterior que posee el Under cómo la claridad de la tarde va oscureciéndose, mas con eso el fuego de una posibilidad de reparar el daño que creó en su relación con Serena empieza a brillar, siendo al día siguiente que puede bien restaurar eso que durante este viaje juntos los ha hecho tan felices a ambos.  ¿Logrará Ash finalmente reconciliarse con su amada?  No te pierdas el siguiente episodio, donde veremos si nuestro héroe es tan buen novio a como es maestro Pokémon, en tanto el viaje por el Under va llegando a su conclusión para nuestros héroes.

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NOTA DEL AUTOR: terminamos el episodio de hoy con esta embelesante melodía :3

Mientras, en el distrito Dragón...

—Shauna... —queda paralizado Tierno al ver a la amiga de Serena—.  Eres... tú...

—Tierno... —Shauna está también atónita viendo a su querido amigo, con quien vivió gratos momentos en su primer viaje por la región Kalos—.  No sabes cuánto... me alegra verte...

—Igual a mí... —y se dirige hacia ella caminando despacio, en tanto que desde el hotel alguien los contempla desde la azotea del mismo.

—Con que esa es la chica que mi estimado amigo Tierno me ha mencionado en reiteradas ocasiones —contempla Nando empezando a sacar notas de su arpa—.  Se nota que la extrañaba, amigo Roserade.

—Rade... —afirma su Roserade, mientras vemos que Tierno ha apurado el paso para llegar hasta Shauna.

—¡Shauna!  ¡Bendita sea esa avalancha que no nos deja salir! —y abraza Tierno muy feliz a la morena peliverde, quien recibe con mucha alegría ese abrazo.

—Me gustan estos reencuentros que se han dado gracias a esa avalancha que ha bloqueado la salida del Under —expresa el joven bardo—.  Y quién sabe si a mi querida amiga Dawn también se le cumplirá el muy particular que también ella tiene.

TO BE CONTINUED...