Amor Oculto, Mattina SL

By mattinasl

103K 5.4K 1.5K

Simonetti, o cómo sus amigo prefieren llamarle, "Nina" es una dulce chica escondida bajo unas grandes gafas y... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
14 Cosas sobre mi ♣
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Me voy de wattpad
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Especial Luna
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Especial de Gastón
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLIX
Capítulo L
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXVI

Capítulo LIV

915 62 38
By mattinasl


Mire a todos en la mesa y no pude evitar sonreír. Yo estaba feliz, mi madre lo estaba y era un momento muy feliz para toda nuestra familia. Agradecía a la persona que se encargó de traérnosla de vuelta, que se esforzó por conseguirla y cuando lo hizo no refuto en hacerlo. Aun cuando mis esperanzas estaban decaídas, y pensé que más nunca la vería, la trajo de vuelta. La felicidad en el rostro de mi madre era indescriptible, ese brillo que había en sus ojos nunca antes lo había visto. Era la primera vez.

—Nina, tú padre me dijo que te irías con él de vuelta—comento mi madre alejando el bocado de su boca y me miro—. Luego de que viera a Camila.

—Me lo supuse.

—Me comento sobre lo del vídeo-juego, que quería que lo acompañaras—asintió mirándome—. Le he dicho que sí.

—Sabía que lo harías—dije con una sonrisa en los labios—. Es muy importante todo esto para él.

—Supongo que sí—asintió una vez más—. Y bien, ¿Jorge no es así?

—Así es—asintió Jorge. Se había mantenido callado durante toda la comida, supongo que en cierta manera le causaba inquietud tener que comer con mi madre y le apenaba el tener que hacerlo—. Jorge, así me llamo. Ese es mi nombre.

—Ya lo has dicho—sonrío mamá con gracia por su aparente nerviosismo—. Y cuéntame, ¿hace mucho eres amigo de mi hija?

—No, no—negó dejando de come y volviendo a mirarla—. O tal vez, hace no lo sé, algunas semanas. Desde que me hicieron el intercambio con mi anterior colegio.

—Comprendo—asintió—. Veo que se llevan muy bien.

—Su hija es muy agradable—sonrío mirando su plato—. Tengo la certeza de que puede que le caiga bien—comento con diversión—. O eso creo.

—Eres el primer chico que invita a comer nosotras luego de Simón, ¿sabías?—cuando la escucho decir aquello, la mire con suma indiscreción pidiéndole a gritos con la mirada que por favor callará—. Así que supongo que si debes agradarle como para traerte hasta aquí.

—¡Oh, no no! Ella no me ha invitado a comer—negó—. Solo estábamos juntos y usted llamo..—me miro y luego a ella—. Ella no me ha invitado a su casa por ningún motivo.

—Así que tenían una cita—afirmo sorprendida y negué repetidas veces—. ¿Por qué no me lo has contado, Nina? ¿Qué ocurre contigo?

—No era una cita mamá—rodé mis ojos—. Solo fuimos por un helado antes.

—¡Eso es una cita!—miré a Jorge avergonzado, y entonces yo también sentí la vergüenza apoderarse de mi,—. Míralo como se sonroja, Nina—comento divertida mamá—. ¡Que tierno!

—¡Basta, mamá! ¡Por favor!—brame ya con molestia porque esto me estaba incomodando mucho—. ¡Esto es vergonzoso!

—Nina...—el timbre en la puerta la hizo guardar silencio, y cuando volvió a sonar se levanto de su lugar y nos miro en manera de disculpa—. Disculpen, debo abrir.

Cuando desapareció por la puerta que la alejaba del comedor mire a Jorge aun avergonzada.

—Disculpa todo esto que acaba de ocurrir—dije apenada—. Suele ser un poco indiscreta.

—¿Un poco?—sonrío con gracia—. Parece que mucho más que un poco.

—Un poco bastante—acepté divertida.

—¡Nina, te buscan!—llamo mi madre desde la puerta, mire a Jorge con confusión y sin decir una palabra, fui hasta la sala pensando en quien podría ser. Me sorprendí cuando lo vi.

Los ojos de Matteo vacilaron entre mi madre y yo, sin saber que decir. Lo mire esperando a que hablará, porque me parecía extraño que estuviera aquí,  a estás horas.

—¿Crees que podamos hablar?—preguntó luego de algunos minutos en silencio luego de que mamá nos dejará solos—. ¿Es posible?

—¿Qué se supone que estás haciendo aquí, Matteo?—cruzó mis brazos sobre mi pecho—. ¿Qué quieres?

—Hablar contigo—murmuro—. ¿Por qué actúas de esa manera? ¿Qué se supone que hice?

—¿Y qué es lo que quieres hablar?—pregunte.

—Necesito que lo hagamos en otro lugar—encogió de hombros—. Algo más privado. Resulta incómodo que tu madre este aquí.

—Matteo hoy no puedo hablar, estoy algo ocupada ahora mismo—suspire sin bajar la guardia—.¿Acaso viste que hora es?

—Son las diez—asintió—. Creí que podrías.

—No siempre es lo que tú quieres creer.

—¿Puedes dejar esa actitud tan mierda conmigo sin motivos?—pregunto disgustado, entonces sus ojos viajaron desde mi, hasta alguien a mis espaldas—. Claro. Hasta ahora es que por fin lo comprendo—asintió volviendo a mirarme—. Debiste comenzar por ahí.

Dio un paso hacía atrás y rasco su nuca.

—¡Esto que iba a hacer es una completa estupidez!—suspiro con pesadez—. Esto es un gran error.

—¿De qué hablas?—pregunto sin dejar de mirarlo—. ¿Qué pasa contigo, Matteo?

—No vale la pena, Nina—negó metiendo ambas de sus manos en sus bolsillos delanteros—. Es mejor que pare ya de interrumpirlos. Sigan en lo que estaban.

Sin decir más, se dio media vuelta y camino hasta la puerta.

Mire a Jorge.

—Habla con él.

—¿Qué?

—Escucha que quiere decirte—sonrío con calidez—. No es correcto que luego te arrepientas por no haberlo escuchado cuando te lo pidió.

—¿Pretendes qué lo siga?

—Sí.

—No lo haré.

—Entonces, te arrepentirás más tarde en tu cama pensando que era aquello que él quería decirte y no le permitiste—una mueca se formo en sus labios—. Y créeme, quizá él termine por alejarme de ti, pero sé que es lo que quieres.

Lo mire sin decir nada.

—No voy a rogarle.

—No vas a rogarle nada. Él fue quien vino por ti—miro la puerta por dónde salió—. Es un consejo que te doy, porque aunque no lo quiero cerca de ti, tampoco quiero hacerte daño haciendo que te alejes de lo que realmente te importa.

Me quede sin palabras una vez más.

—Arrancará, apúrate—sonrío.

—Lo haré, lo haré— y lo deje atrás sin volver a mirarlo. Corrí hasta la puerta de mi casa y luego hasta el auto de Matteo que acababa de encenderlo. Traía los vidrios cerrados y no podía verlo, cuando lo llame y supe que me escuchaba pero no iba a abrirme, me pare frente al auto haciéndolo quedar entre mi y un coche más detrás del suyo, a sabiendas que ya no podría irse mientras yo no me apartará—. Matteo.

Solo hubo silencio.

—¡Matteo!—grite sintiéndome exasperada porque seguía ignorándome—. ¡Bien, perfecto! ¡Me parece más que genial tú actitud sumamente inmadura para comportarte de esa manera!—solté indignada—. Me quedaré aquí, esperando a que bajes—me senté sobre el capo del coche dándole la espalda. Pensando en tantas cosas que ahora pasaban por mi cabeza.

¿Qué iba a decirme?

No me movería de aquí hasta que no se bajará de su jodido coche.

Y aunque no quería, aquí estaba, rogándole a que bajará y esperando por él.

Mire mis uñas con detenimiento, haciendo tiempo a que él bajará, jugué con mis pies y sonreí victoriosa al escuchar la puerta del coche abrirse y luego cerrarse con una fuerza tan grande, que el estruendo de ella me hizo sobresaltar y poner los pelos de punta.

—¿¡Qué demonios sucede contigo!?—bramo exasperado cuando se puso frente a mi —. Bájate de ahí de una maldita vez.

—Tú no me mandas.

—¿Qué es lo que pretendes? Porque en realidad yo no termino de comprenderte.

—Matteo.

—Tengo que irme Nina—su voz se calmo quizá pensando en como estaba actuando—. Te están esperando ahí dentro, no lo hagas esperar—camino a su coche de vuelta y negué.

—Matteo, espera—le pedí cuando abrió la puerta—, ¿Qué ibas a decirme allá adentro? ¿Para que querías que saliéramos de aquí?

—Cuando yo te pedí hablar tú no quisiste, ahora soy yo el que no quiere hablar—abrió la puerta y antes de entrar al coche lo detuve, tomando su brazo—. ¿Me dejas irme?

—No—susurre—. No pienso soltarte hasta que hablemos.

—Ya sabes mi opinión sobre esto. Y sabes que aunque estaba dispuesto a hablar y solucionar lo que sea que estaba pasando en nosotros, ya no quiero.

—Pero...

—Pero nada, no quiero hablar contigo ahora—suspiró.

Lo mire con nostalgia, negada a dejarlo irse y con el corazón apachurradito por las palabras que salían de su boca.

—¿Hablas en serio?—pregunte suave porque me estaba doliendo—. ¿Es eso lo que quieres?

—No sé si es lo que quiero pero si lo que necesito en este momento— miro a otro lado, evitando cualquier contacto con mi mirada—. Por ahora solo quiero pensar en la estupidez que estaba por hacer.

—¿Te arrepientes de estar aquí?

Asintió.

Me sentí achicar dónde estaba parada y sentirme en el suelo con un fuerte dolor en el pecho en solo un segundo. No podía creer lo que escuchaba, me dolía. Me dolían sus palabras, su actitud, todo lo que tenía que ver con él siempre terminaba doliendo.

—¿Estás seguro de qué es eso lo que quieres?—vuelvo a preguntar esperando que su respuesta sea mejor que la anterior.

—No—murmuro apenas, evitando mirarme. Acelerando mi corazón con solo aquella palabra. Se me revolvió el estómago y sentí que debía llorar y desahogarme porque moriría aquí, frente a él—. No es lo que quiero.

—¿Y qué es lo que quieres?

—A ti.

Mi pulso se acelero al escucharlo decir eso último y me sentí estúpida al querer solo saltar y besarlo.

—¿Quieres hablar ahora?

—No.

—¿Y entonces, cuando?

—Prometo buscarte—sonrío de lado con los labios pegados—. Lo haré cuando piense con exactitud que es lo que quiero.

Asentí.

—Prometo esperarte.

—Bien—abrió la puerta porque yo la había cerrado al interponerme antes y me miro—. Nos vemos.


***


Me quede esperando por Matteo.

No lo uno, sino dos y tres días y nunca apareció.

Entonces, pensé que eso era lo que él quería, y que lo aceptaba aunque me hiciera daño.

En el aeropuerto estaban todos los chicos, y aunque les dije que no era necesario porque yo volvería lo más pronto posible, ellos insistieron en que querían estar conmigo y acompañarme. Y ya no pude más negarme.

El ambiente estaba triste. A mi también me harían mucha más falta de lo que imagine. Y seria difícil el próximo mes que me avecinaba a un soledad casi absoluta.

Simón me sonrío y negó mientras me envolvía en sus brazos con nostalgia.

—Bonita, no quiero que te vayas— sobo mi cabello con sus manos mientras yo cerraba mis ojos disfrutando de su calidez, del aroma que emanaba y de esos escasos abrazos que poco nos dábamos—. No sé como podré estar sin ti.

—Sabes que papá me necesita—murmure bajo—. Y yo también necesito de esto. Para aclararme muchas cosas.

—Tienes razón, te apoyo en cualquier decisión que tomes.

—Gracias—sonrío mientras me alejo de sus brazos y miro a Luna—. Amiga.

—Nina, neta te voy a extrañar— Luna me abrazo—. Te amo, te amo.

—¡Yo mucho más!

—Amiga, no sé si pueda soportar a tu amarga hermana— bromeó Ámbar.

—Tienes razón, la muchachita es una perita en dulce—  alzo sus manos Jorgito.

—Uff no quiero conocerla— acotó Gastón—. Que fuelte.

—Igual creo que exageran un poco— contestó Nico.

—Es culpa de Nico— chilló Jim.

—¿Por qué siempre soy yo? ¿Tienes algo contra mi?—bufo el rubio.

—Chicos, chicos, chicos, no estamos aquí para discutir sino para despedir a una amiga— interfirió Ramiro.

—Me sorprendes Ramiro, tú siempre piensas en ti y nada más que en ti— habló Yam.

—¿Ves ? Y luego dices que yo siempre empiezo— añadió Ramiro—. Dañas el emotivo momento—rodó sus ojos—. Yo solo quería crear dramatismo.

—Bueno chicos, no discutan más— dice Pedro negando—. No es momento. No olviden a lo que vinimos.

—Pedro tiene razón— rió Delfina.

—¿Cuando tú no? Pedrito esto, Pedrito aquello— Jazmín la miró mal—. Sé que te gusta pero no exageres.

—¡Jazmín!.. tú siempre tan tú– chilló Delfina sonrojada. Aunque él sea su novio, no le gusta que ventilen aún más sus sentimientos —. Además yo no me la paso; Qué lindo que es Jorgito— abrió sus ojos al notar lo que había salido de su boca.

—No puedo creerlo Delfina, que mala amiga eres— Jazmin bufó sonrojada mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho—. No puedo creer esto.

Jorge la miró con atención, sorprendido por lo que acaban de decir y no pudo evitar sonreír, le causo mucha ternura la reacción de Jazmín.

—Ujum.. me huele a que algo aquí se está cocinando— dice Leo divertido —. Ya se quien te rellena arepa frita—le dio un toque con su codo a su amigo, este como respuesta le da un manotazo en la cabeza.

—Pasajeros con destino a Madrid-España favor dirigirse a la puerta A-559— se escucho decir por el auto parlante.

—Llego el momento cariño—papá llegó hasta nosotros y nos miro—. Es momento de irnos.

—Ay no neta Nina, no me quiero alejar de ti amiga— Luna me abrazo con fuerza una vez más—. ¡Me niego a estar lejos de ti!

—Luna, no respiro.

—Perdón, no pude evitarlo—se alejo un poco—. Te extrañaré.

—Nina no te olvides del mejor y cuando regreses tráeme un recuerdo de la hermana patria tía— sonrió Ramiro y la abrazo —. Te voy a extrañar, chica libros.

—Yo a ti, chico ego— deje un beso en su mejilla y sonreí—. Cuídate mucho, Ramiro.

—Cuídate tú—sonrío—. Estaremos esperándote.

—Echate pa' allá— Leo lo empujo lejos de mi —.Marica cualquier cosita que se pegue, sin importar si es una baratija te lo voy agradecer.

—Cállate Leo— bufó Ámbar —. Te quiero amiga, tu sobrina te va a estar esperando.

—¿Es niña?— la rubia asintió —, ¿Cuando te enteraste?

—Ayer.

—Me tuenes que mandar fotos, eh— la abracé con fuerza—. Sus ecografias, todo.

—Todas las que quieras bonita— Simón se unió a nosotras.

—Te vamos a echar de menos pulgosa— Pedro revolvió mi cabello. Sonrío divertida mirándolo.

—Déjala Pedro— Delfi quito su mano —. Te vamos a extrañar.

—¿Me puedes traer unos zarcillos a la moda?— susurró Jazmín en medio del abrazo.

—Yo también las quiero chicas. Y si Jaz, lo tendré en cuenta.

—Ninú me vas hacer falta boludita— Gastón sonrío y luego me envolvió en sus brazos.

—Y tú a mi.

—Creo que llego el momento de decirnos adiós— Jorge tomo sus manos y deposito un beso en mi mejilla—. Que tengas un buen vuelo, espero que te vaya bien y recuerda que cuentas conmigo siempre.

—Gracias... Gracias a todos chicos son los mejores— sonrió con nostalgia sin dejar de mirarlos—. Los amo mucho.

Y todos me abrazaron unidos.

Acabando con cualquier enemistad en nosotros.


----------

¿Qué team conforman y por qué?

#TeamNitteo

#TeamJornina


A votar audiencia XD

¡Quedan al menos treinta capítuloss! ¡Esto se esta acabando señores!

Feliz Navidaad

Continue Reading

You'll Also Like

74.3K 4K 52
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...
47.2K 8.9K 40
Cassiopeia Polaris, melliza de Draco y princesa de la familia Malfoy - Black, vuelve a Inglaterra luego de estudiar dos años en Durmstrang, pero.. po...
569K 51.7K 42
Mazaki Suki es estudiante de primer año, compañera de los grandes jugadores del equipo de voleibol: Hinata Shoyo y Kageyama Tobio. Ella es amante de...
516K 52.9K 132
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...