Amor Oculto, Mattina SL

Від mattinasl

103K 5.4K 1.5K

Simonetti, o cómo sus amigo prefieren llamarle, "Nina" es una dulce chica escondida bajo unas grandes gafas y... Більше

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
14 Cosas sobre mi ♣
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Me voy de wattpad
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Especial Luna
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Especial de Gastón
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLIX
Capítulo L
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXVI

Capítulo V

2K 98 25
Від mattinasl

No tardamos en llegar el Roller, porque a pesar de que Luna me llevará ventaja por ir sobre patines, yo iba caminando a paso bastante rápido. Y podría decir que si me rendía caminar tras sus pasos.

Mientras, caminabamos hablamos de muchos temas, y cuando caímos en el porque yo no patinaba dije que pronto le contaría, que aun no me sentía segura de hablarlo. Y era verdad, me traía muy malos recuerdos aquella vez, y todo lo que me llevo a no querer pisar nunca más la pista de patinaje.

Ya ni siquiera quiero usarlos en el patio de mi casa.

Es cómo si el temor de que se volviera a repetir se adueñará de mi y de mis sentidos.

Era algo por lo que no quería volver a pasar.

Y si estaba en mi, estaba segura de que no volvería nunca más a la pista.

Ni siquiera porque quisiera.

Sólo no lo haría.

Al entrar al Roller vi cómo los ojos de Luna se iluminaban al ver lo bonito del lugar. El Roller es muy colirido. Y eso hace que sea muy bonito ante tus ojos. Además, era algo bastante moderno, y muy actual.

Por eso siempre venia aquí.

A estudiar.

A leer.

A pasar el rato.

A estar sola.

A alejarme de todos.

Este era el sitio perfecto.

Y todos estos meses me lo habían confirmado.

Mis ojos se fueron a la esquina. Fue instinto. Y cuando vi a Simón en la misma mesa de Matteo quise escoderme. Y quise que la tierra me tragara con todo y lo estúpida que me veía en ese momento ocultandome detrás de Luna, que era mucho más pequeña que yo.

Sabía que si Simón me veía me llamaría.

Y también sabía que yo no quería ir a dónde estuviera Matteo.

—¿De que te escondes o qué?

—No me escondo Luna. Sólo, casi me caigo y me sostuve de ti.— a la china con este cuento. Soy malísima mintiendo —. ¿Vamos a buscar una mesa al fondo?

—Bien. Vamos.

No pude dar un solo paso porque sentí cómo decían mi nombre a mis espaldas. Y en serio ahora si quería ser un avertruz y ocultar mi cabeza bajo la tierra por un muy buen largo tiempo.


¡Carajo! ¡Lo mato! ¿Justo tenia que estar él?

No hacía falta que volteara para saber que la voz era de Simón. Ni menos para no saber que  me llamaban desde su mesa.

¡Mierda!

—Nina te llaman.—dijo Luna mirando a sobre mi espalda.

—Si no me dices no me doy cuenta. — digo sarcástica.

—Por eso te digo.—y no, Luna no entiende el sarcasmo.

—¡Nina, ven acá!— gritó Simón —¡Ven!

—Nina anda que te llaman.— dice Luna.

—Si voy es contigo. Sola no.- dije tomándole del brazo para aferrarme a él como si mi vida dependiera de ello.

¡Al menos Matteo estaba dándonos la espalda!

—Hola.—salude tímida apenas llegue a la mesa mientras mis manos sudaban y se aferraban a Luna. Quien me miraba con cara de; ¿qué carajos?

Pero cómo no admitía que estaba nerviosa. 

¿Quién no se ponía así, si también estaba el chico que le gustaba en ella?

—Hola. — saludaron todos con una sonrisa entre sus labios.

—Hola mucho gusto, soy Luna.— se presento la ojiverde que me acompañaba —. Neta nadie me presento. Pero es medio sacado de onda que este aquí y no sepan mi nombre.

—Hola soy Simón. Y soy el mejor amigo de Nina. Ella es Ámbar, mi novia y ellos son Gastón y Matteo.—sonrió él señalando a los demás en la mesa.

Y justo en ese momento Matteo volteo para mirarnos. A nosotras.

Mierdision.

Sentí cómo todo me bajo y me subió.

Cómo empece a sudar frío, y cómo sentía que me desmayaría ahí mismo de solo verlo.

¿Por qué alguien podía causarte tanto efecto sin tocarte? ¡Dios!

—¿Chico fresa?— mis ojos se fueron hasta Luna inspeccionando su reacción. ¿Acaso se conocían? Y si es así, ¿de dónde? La miré con atención, mientras veía su cara confundida al verlo.

—Hey chica delivery ¿Qué haces aquí?—le preguntó con ¿una gran sonrisa? ¡Ok, no entendí! —. ¿Acaso investigaste dónde vivía y viniste a buscarme porque te enamoraste de mi?

—No maches, tampoco eres tan importante.— dijo, mientras yo seguía escuchando con atención  —. Me mude aquí...¿Qué haces tu aquí?—le pregunta ella.

—Yo vivo aquí. —le dice él —. No mientas, no mientas. Estoy seguro que preguntaste dónde conseguirme.

—¿Se conocen?—susurre lo más bajo. Que solo Luna pudiera escucharme.

—¿Te acuerdas que te dije que trabaje en un delivery en México?

—Si pero...¿Que tiene eso que ver con él?— le pregunte aún más confundida mientras mire a  Matteo un segundo.

—Un día tenia que repartir algunos pedidos y este chavo, ¡me choco!— dice alzando su voz al final.

—¿Qué hablas? Tú te atravesaste porque querías que te chocara.— se defendió él.

—Claro que no chico freasa. ¡tu me chocaste!— respondió ella.

—Fuiste vos la que me choco.—repitió el nuevamente—. Entiendo que mi belleza te deslumbrara pero vamos, no era para tanto. Pudieron matarte.

—No chico fresa, fuiste tu quien me choco. Por venir, no sé.— lo acuso ella.

Mis ojos parecían pelotas de ping pong, de un lado a otro, los miraba fijamente pero mis ojos no paraban en un lugar... ¡Me tienen mareada este par!

—Fuiste vos chica deliver..—fue interrumpido por Gastón.

¡Gracias al de arriba!

Y a Gastón por ya callarlos.

Me tenían mareada ya.

—Si, si, ya entendimos...¡Ambos chocaron!— dice cansado.

—Gracias Gastón.— rió Ámbar.

—Eh... Simón ¿Para que me llamabas?— pregunto un poco nerviosa. Y con voz quebrada. En todo el rato no había hablado. Y estaba tan nerviosa que parecia no poder formular palabras.

Tener que hablar con varias personas no es mi fuerte y menos si entre ellos esta él.

—Te quería saludar, hace mucho no nos vemos y hablar sobre la Roller Band.— respondió mi amigo.

—¿La Roller Band? ¿Que tengo yo que ver con la Roller Band?— no se si había escuchado mal, o realmente eso era lo que había dicho. Lo mire confundida. Esperando que me explicará.

—Queremos que nos ayudes a componer algunos temas.—me sonrió.

—¿Componer? —repetí, sin dejar de verme —. Simón, sabes que no soy buena en eso.

—No. No eres buena. ¡Eres excelente!— afirmo —. ¡Te necesitamos, Nina!

Quise contestar, pero no pude articular palabra porque en menos de lo que pensé, mi cuerpo estaba cayendo justamente sobre Matteo. Y no tarde en darme cuenta que había sido el empujón de alguien que me había avergonzado de aquella manera. Frente a sus ojos.

Mierda.

La vergüenza se adueño de mi. De mi ser. De mi cara que se había tornado totalmente roja, por estar así. Justamente en aquella pocisión que se hacía tan comprometedora entre un hombre y una mujer.

¿Por qué a mi? ¡Carajo! ¿Tenia que caer justo sobre él? Habiendo tantas personas en la mesa. ¿Justo sobre el chico que me gusta?

Sentí pesadez. Y sentí ojos puestos en mi. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, desde la punta de mis pies, hasta mi el último pelo de mi cabello. Cuando levante mi mirada, encontre sus hermosos ojos color café. No pude evitar sentir una fuerte punzada en mi estomago y mi corazón acelerarse.

Dios mío. Hacía muchísimo que no lo tenia así de cerca. Incluso creo que nunca me había fijado en lo bonito de sus ojos.

Me levante lo más rápido y torpe posible.

—Perdón, Matteo. ¡Lo siento!.- me disculpe avergonzada.

—No te preocupes. No pasa nada. A todos nos pasa.— me ayudo a terminar de levantarme —. Tranquila.

—¡Hey! ¿por qué la avientas?— Luna se puso frente a Ludmila y la desafio —. ¿Puedo saber por qué eres tan grosera?

Ludmila antes fue mi peor pesadilla. Y cuando digo que fue la peor es porque fue una de las personas que en un pasado pudo humillarme a su antojo. Y sabía cuanto lo disfrutaba. Ella me hizo ser señuelo de burlas en el Blake, con bromas pesadas, y malas jugadas. Megan y Jazmín también eran parte de su clan. Las tres eran unos demonios andantes. Pero con el tiempo aprendí a detener sus humillaciones y a defenderme de ellas.

Ya no les temía. Ahora yo me denfendía.

Aunque, por todo lo que acababa de pasarme con Matteo no podía ni siquiera reaccionar para responder.

—Yo no le empuje, solo que ella estaba atravesada y como es invisible no la vi.— Ludmila cuando quería podía ser un completo grano en el culo. A ver, se las defino. Es tóxica, amante del color rosa y con una obsesión bastante fuerte por el popular del Blake; Matteo.

—Yo si la veo. Eso quiere decir que no es invisible.— diji Gastón, en un todo algo retorico. Lo miré con sorpresa.

—Yo seré invisible pero al menos no me le arrastro a un chico.— sí señores. Está era la nueva Nina. No me iba a dejar humillar por tres chicas que se creían mejor que los demás.

—¿Qué te pasa nerdita?— dice la voz chillona de su amiguita Megan.

—¡No le llames así, Megan.— dijo Simón levantándose molesto.

—¿Quién eres tú? ¿Su novio?—esta vez fue Jazmín.

—No, su mejor amigo.—contestó.

—Si esta nena no tiene amigos.— la voz burlona de Ludmila me hizo querer ser sorda en este momento.

—¿Y yo que soy? ¿Una fugurita o que?— dice Ámbar levantándose.

¿Ámbar?

Okey, eso me sorprendió.

Nunca fuimos amigas.

Incluso, siempre nos hemos llevado bastante mal.

—¿Tú, amiga de esta?—dice Ludmila en un tono despectivo —. Eso no te lo crees ni tú Ámbar.

—¿Por qué no? Llegue a ser amiga de tuya, ¿como no voy a serlo de Nina? Ella es una gran chica.— dice Ámbar.

—Ella también es mi amiga.— dice Gastón.

Ok no entendí ¿Ahora los populares son mis amigos y me defienden?

—¿Es en serio Gastón? ¿tú te juntas con esta cosa?— chilló Megan.

—No es necesario todo esto.— dije intentando calmar los ánimos —. Yo estoy bien. Se quien soy, no necesito que todos me defiendan.

—Te salvas que hoy estás con tus amigos. Igual, me las vas a pagar chiquita.— me amenazo Ludmila.

—No le amenaces Ludmila, ¡Ella no te hizo nada!— cuando escuche la perfecta voz de Matteo defenderme sentí que podría morirme ahí mismo —. Por favor, ya vete.

—¿Tú tambien Matteo? ¿Qué te hicieron, por Dios? ¿Qué está mocosa te lavo el cerebro?

—¿Qué te paso Matteo? — pregunto Jamiz —. ¿Ahora defirndes a las nerdas?

—Jazmín, ¿puedes dejar de querer pareserte a ellas? No son tus amigas... ¿Que no te das cuenta? Tý para ellas sos una de sus piezas de ajedrez que mueven a su antojo, sin darte nada a cambio, ni tan siquiera una amistad sincera. Tú solo eres su marioneta.—dije molesta de ver como la utilizan y ella no lo nota.

Cuando Ámbar al principio era igual. Pero yo sabía que si amistad era mucho más sincera que con Ludmila.

—Claro que no, ellas son mis amigas y me quieren.—dice la pelirroja inocentemente.

—¡Ay no!.... Neta la que es hueca así se queda.— dice Luna tomándome del brazo para luego irnos.

Matteo.

Cuando todos se fueron de la mesa mire mi vaso con detenimiento. No puedo creer que showsito el que acabamos de hacer en este lugar. Tanto drama me estresa.

—¿Que es hueca?— pregunta Jazmín,  ¡Nunca cambia!

—Cállate Jazmín...¿Qué no sabes algo bueno que decir que no sean estupideces?— dice Ludmila.

—Tú no eres nadie para callarla Ludmila.— bufó Ámbar.

Y aquí vamos una vez más.

Me tenían cansado. Tantas inmadureces de Ludmila me habían hecho alejarme de ella. Y aunque en su momento fue importante para mi, ahora solo no la soporto.

—Ludmila ¿Te puedes largar de una buena vez? Me tienes harto con este tema.— chasquee la lengua.

Ludmila me miro, y luego vio a los demás. Sentí que le dolió, pero era la verdad. Quería hacerle saber que este show me molestaba. Y sin más, se fue.

Y su clan la siguió.

—¡Hasta que por fin! Me tenia mareado ya.— dijo Simón a lo que lo mire —. ¿Por qué defendieron a Nina?

—Amor, tu sabes que he cambiado. Ya no soy la misma de antes. Tú me has cambiado y eso me ha hecho caer en cuenta de todo lo malo que he hecho. Me he portado mal con ella, que le he humillado y juzgado sin darme la oportunidad de conocerle mejor, y sin ni tan siquiera dirigirle la palabra.—dice Ámbar.

—Yo no sé, supongo que porque no me gusta se burlen de los demás y menos en mis naricez.—respondió Gastón —. ¿Tú Matteo?— preguntó mirándome.

Me dejo helado porque no tenia respuesta para eso. Supongo que simplemente he decidido apoyarlos en su acción.

Y defenderla, aun sin conocerla.


—Tienen que conocerla, Nina es una chica con un gran corazón, si se dieran la oportunidad de siquiera acercarse a ella, notaran que es una gran chica, con hermosos sentimientos, amigable y solidaria.—  dice Simón.

— Igual no creo que ella acepte que me le acerque.—  dice Ámbar.

— ¿Por qué?—  le preguntó Gastón.

— Yo le he hecho mucho daño y lo reconozco, ahora que veo todo del otro lado de la moneda, puedo notar que me porte muy mal con ella, por ello he cambiado. Decidí cambiar y corregir mis errores.—  dice la rubia.

— Haber Ámbar ¿Es broma?... Nina es una gran chica y lo que más la hace especial es que es que sabe perdonar y no guarda rencor en su corazón. Te apuesto que si vas ahorita y le pides disculpas, ella las aceptará con una sonrisa y con mucha sinceridad.—  le dice Simón.

—¿Tú crees eso?— le sonrió con ilusión.

—No solo lo creo. Estoy muy seguro de eso, amor.—  la sonrisa en la rubia se ensancho aun más.

—Te prometo que tratare de acercarme a ella y pedirle disculpas que tanto le debo.—sonrió Ámbar. 

—De verdad que esta no es la Ámbar que yo conozco.— rió Gastón.

—Ni yo.— reí.

—He cambiado. El amor nos hace cambiar y crecer como persona. Creanme cuando les digo que cuando ustedes conozcan a esa persona con la que quieren pasar el resto de sus días, van a querer cambiar y ser mejores personas por ellas.—sonrió Ámbar.

—Ni conmigo cambiaste, que me tenías a mi. El gran rey de la pista, el mejor de todo el Blake.— bromeo con aires de grandeza —. Esas son estupideces, acá nadie cambia por amor. ¿Cierto amigo?—miro a Gastón.

—Matteo, creo que te equivocas. Yo si creo que el amor nos cambia. Nos hace mejores personas.

—¿También tú? Prefería la otra Ámbar.—reí .—. ¿Qué le has hecho amigo?—dije tomándole del hombro a Simón.

—Nada. Amarla, supongo.

------

Ambar Smith //Valentina Zenere

Продовжити читання

Вам також сподобається

604K 81K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
199K 17K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
74K 4K 52
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...
207K 11.6K 19
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...