Londres, Inglaterra (2012)
El rubio acababa de firmar los papeles de compra. Sonrió satisfecho y recibió las llaves de su hogar y lugar de trabajo. Había comprado una bodega con un departamento sobre esta en el centro de la ciudad. La bodega, fría y oscura la transformaría en una cafetería, había esperado tanto por ese momento y a sus cortos 17 años lo estaba logrando.
Nunca pensó en tener algo así. Su madre acababa de morir hace unos meses, su padre se fue dejandole un poco de dinero, los suficiente para agregarlo a sus ahorros y lo que su madre le dejó para poder comprar aquella bodega que sería su hogar y cumpliría su sueño.
Está recién comenzando sus estudios de gastronomía, pero a parte toma cursos de pastelería. Sabe que le tomará tiempo remodelar el lugar, pero para eso estaba trabajando y su querido padre prometió pagar si después de eso lo dejaba en paz. Luke aceptó.
Sydney, Australia (2015)
Michael estaba cansado. Cansado de ser quien era. Cansado de la vida de mierda que estaba llevando. Ya tenía 21 años, no había terminado la Universidad, tampoco tenía un trabajo, pasaba de fiesta en fiesta y con chicas y chicos que al otro día no recuerdan su nombre, ni él de ellos.
Tenía que escapar.
Escapar de esa vida lo que estaba matando lentamente, escapar del alcohol, cigarrillos y fiestas. Tenía que rehacer su vida, tal vez encontrar pajera, aunque eso sería difícil.
Fue a Londres, era la única parte donde podía viajar porque el pasaje estaba en descuento. No dio aviso a sus padres, tampoco a sus "amigos", solamente se fue.
Pero no sabía que iba a ser tan duro, no pensó que pasaría hambre, viviría en la calle durante más de un año. Pero supuso que era el precio que tenía que pagar por querer madurar escapando, así que aguantó, resistió hasta que un par de ojos azules a través de una vitrina lo hicieron caer.
Y no supo que dolió más al momento de conocer a aquel chico.