Junto al río Támesis (Emma Wa...

By LuciaEntreLetras

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Imagínense si estos dos actores de Harry Potter estuvieran juntos. ¿Cómo sería? Han pasado cinco años desde l... More

El funeral
Londres
Un motivo para quedarme...
Un momento mágico
Amanecer en Londres
Tenemos que agradecerle...
Explicaciones
Devuélvemela
Conversaciones entre amigos
¿Hiciste qué cosa?
No vimos por dónde caminábamos
Reunión entre seis amigos
El plan B
Melenas revueltas.
Tres amigas
Compras y confidencias
¿Te gusta?
Despertar a tu lado
Lunes de pesadilla
Mal momento
Un martes de boda
Peros
Primer Aniversario
Gran noticia...
Felices veintiséis
Agosto veraniego
Amor ardiente. La luna lo sabe todo
Evanna y Matthew
La promesa
El lado oculto del apartamento
Trabajando en equipo
Gracias, David
Preparando la sorpresa.
Táctica y Estrategia
¡SORPRESA!
La apuesta
Todo va a estar bien...
Recuperar tiempo perdido
La primera mañana familiar
Familia unida
Hora de almorzar
¿Recuerdas?
Dos semanas
La decisión
Reunión familiar
¿Lo entienden, cierto?
Información involuntaria
Los trámites
Realmente brillante...
Honestamente amo a Rupert
Sábado por la mañana
El veredicto
Reunión Weasley
Actividades en familia
Domingo a lo Weasley
Lunes pelirrojo... Lunes Weasley
Campamento
El ganador
Separaciones
Adiós, soltería
La última noche
Casamiento civil
La boda
La recepción
Te amo
Comenzar de nuevo
Arreglos de último momento
Viajar
En casa
Roma y Venecia
Capri y Cinqueterre
La enfermedad de Emma
Edimburgo
Felicidad
Preocupaciones
Malentendidos
Conferencia de prensa
Charlas
¿Todos listos?
Esperaré por ti
Tres de la mañana
Una estúpida pelea
Recapacitemos
Amelia
Ojos
Muérdago
Navidad
Año Nuevo
Feliz Cumpleaños, Helena
Escuela
Dos
Intentos
"La Boda del año"
Molestias
Mellizos
Conociendo a la familia
La fiesta
Veinte de junio
Llegada
El telegrama
Creciendo
Entrevistas
Tu sonrisa
Te extrañé
Cinco años después...
Regreso
Episodios cotidianos
Abril
Inesperado
¿No intentarás nada?
Fiestas y despedidas
Caballeros y princesas
Lejos
Perdóname
Estoy confundida...
Reconciliación
Cena con los Lewis
Malas noticias
No soporto verte llorar
Suspirar
Aliviados
Averiguaciones
En el Caribe
Cómo sobrevivir a Agosto
Pensamientos
Álbum de recuerdos
Demasiadas preguntas
Bienvenidos
El Puente de los Candados
No cometas ese error
El farol
J.P. y Rebecca
La historia tras el telegrama
La noticia
El accidente
La Bella Durmiente
Hogar
Pelirrojos
Proposiciones
Secretos
Desilusión y consuelo
Dos años después...
Maisy
¿Confías?
Objetivos cumplidos
Examen
Blanca Navidad
Jugar
Gala de Año Nuevo
Bien ganado
Doble triunfo
El sueño
¿Invasión extraterrestre?
Grabando otra vez
Esto es una pesadilla
Demasiado tarde
Contigo
No es culpa tuya, Emma
El verdadero primer beso
Flores
Cancelado
La foto
De cómo nace una idea
Lo prometido es deuda
Especial #Rankin
Nueva historia
Necesito su ayuda.

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By LuciaEntreLetras

-¡Pues vete!

-¡Bien! ¡De todas formas nunca me importaste!-Gritó Bonnie antes de echarse a llorar y salir corriendo.

-Yyyyy... ¡Corten!

La pelirroja suspiró aliviada.

-Bien, bien, bastante bien.

El actor principal miró a Bonnie y luego a Tom.

-Pero aún falta ese... Ese "tick" si saben de qué hablo. Ustedes son hermanos y están peleándose... Tienen que verse devastados. Con más sentimiento.

Bonnie borró su sonrisa de su cara.

"No, por favor. No otra vez."

-Haremos otra toma.

"Oh, Dios, maldita sea."

-Oye, Tom.-Dijo Natalie, otra de las actrices.-No es que me esté quejando, pero hemos grabado esta escena cuarenta y cinco veces ya.

-No exageres...

-En realidad, siendo precisos, han sido cuarenta y siete veces.-Dijo una de las camarógrafas desde atrás.

Tom frunció el ceño.

Alan, el actor principal, miró al director, que parecía a punto de estallar. Con todo el tacto del que fue capaz dijo:

-Natalie tiene razón. Ya la hemos grabado muchísimas veces. Si de veras es necesario, lo haremos de nuevo. Pero al menos déjanos un descanso de diez minutos. Llevamos grabando esta escena desde las ocho y son las once.

Bonnie intervino:

-Por favor, Tom.

-Sí.-Dijo Natalie.

-Bien. Pero en diez minutos los quiero de regreso y lo haremos de nuevo, con más emoción. ¿De acuerdo?

Los tres se miraron y asintieron resignados.

Tom se fue hacia atrás con aire ofendido.

Bonnie suspiró y se acercó a Natalie.

-Está especialmente irritante hoy. ¿Sabes si le pasa algo?

Natalie se rascó la peluca violeta fosforescente.

-No lo sé. Supongo que sí. Lo único que sé es que esta maldita cosa me da alergia. Pero no puedo quitármela...

Bonnie suspiró.

-Si vamos a hablar sobre vestuario, al menos tú eres la hermana mayor de Alan. Yo no, y se supone que soy rebelde o algo así. Mírame, parezco una motociclista de los sesenta mezclada con Elvis Presley. Tengo cuero hasta en el cabello.

Natalie soltó una carcajada y volvió a rascarse.

-¡Ay, maldición! Sigo pensando que...-Bostezó.-Que no dormimos bien. Alguien debería quejarse...

Bonnie hinchó su pecho y suspiró.

-Yo lo haré.

-¿En serio? Pensé que Dan...

-Dan me dijo que si yo no hablo lo hará él. No pienso dejar que eso pase.

Natalie asintió y volvió a rascarse.

-Maldita cosa. Iré a ver si hay otra... De todas formas esta es la primera escena en la que aparezco y si hacemos más tomas no saldrá esta peluca. Buscaré otra.-Repitió.

Bonnie asintió distraída y la observó marcharse. La verdad era que, excepto la ropa interior, todo lo que la pelirroja llevaba puesto era de cuero.

-No me gusta usar cuero.-Se dijo.-Y menos en esta cantidad...

Miró el reloj. Ocho minutos del descanso habían pasado ya.

-Voy a hablar con Tom ahora. Será mejor.

Bonnie se quitó el sombrero de la cabeza y lo dejó sobre la mesa antes de ir a donde estaba el director.

-Tom, ¿Tienes un minuto?

Él estaba viendo su celular con ternura.

-Mira, Bonnie, él es Toby.

Bonnie miró el celular intrigada. Un pequeño niñito le devolvió la mirada desde la pantalla.

-Es mi hijo.-Tom suspiró y susurró:-Es igual a Audrey... La extraño tanto.

-Ella... Es tu mujer.

-Sí. Aunque desapareció y... Lo siento. ¿Qué ibas a decirme?

-Tom. Es sobre algo muy importante. Sé que el asunto de Toby y Audrey y Cecily te tiene muy alterado, pero... No es justo que descargues tus sentimientos sobre el elenco. No lo merecemos. No hemos hecho nada malo. Desde que comenzamos a grabar apenas he dormido porque tu insistencia en naderías nos tiene aquí casi veinte horas al día. Y he bajado de peso. Pregúntale a Daniel, a ver qué te dice. Hemos soportado bastante y entendemos que quieras que salga bien. Pero no me parece excusa para tratar mal a tu equipo. Si tienes problemas personales, o los compartes y todos intentamos ayudar, o te los guardas. Pero no te enfades con quienes no tenemos nada que ver. Te lo digo como amiga, Tom. Y te lo pido como empleada. Por favor, sea lo que te haga actuar tan... Irritantemente, déjalo ya.

Tom suspiró.

-Supongo... Que he sido despreciable. Vaya. Lo siento. Me disculparé con todos luego. Y nunca fue mi intención que no durmieran ni comieran. Sólo que no entiendes algo, Bonnie. Mi casa es un verdadero infierno. Cecily es... No es mala, pero luego de Audrey no puedo amar a nadie. Y se lleva muy mal con Toby. Tienes que entender eso. Mi casa no es un refugio. No significa alegría. Es sólo otra maldición, como la partida de Audrey. Toby es lo único que amo en este mundo. Y aún así me cuesta demasiado querer regresar para verlo.

-Sospecho que el problema es Cecily. ¿Hablaste con ella?

-No en realidad. ¿Sobre qué? Ella...

-Ella fue novia de Matthew. Matthew asegura que es insoportable y que le hizo la vida imposible a Evanna luego de su boda. Así que no tienes que cubrirla, Tom. Sabemos cómo es.

El rubio suspiró.

-Intentaré hacer algo.

-Genial.

-Y ahora...

Tom se puso de pie en una silla.

-¡Oigan!-Todos lo miraron atemorizados.-Sé que he sido francamente detestable estos meses. Lo siento. Hemos empezado con el pie izquierdo. Pero sigamos con el derecho. Intentaré cambiar para que el estudio deje de ser un infierno para ustedes y puedan divertirse grabando. Prometo disminuir drásticamente la cantidad de horas de trabajo y dejar de ser tan insoportable. O eso intentaré. Es todo por hoy. Pueden irse a sus casas.

Todos se miraron sorprendidos y aplaudieron.

-¡Oigan!-Gritó Bonnie, logrando llamar la atención de todos los presentes.-Estarán de acuerdo conmigo en que semejante cambio de actitud merece recompensa.-Todos asintieron.-Tom, no dejes a Toby en tu casa. Tráelo al set todos los días. Seguramente amará estar aquí y verte.

Tom sonrió y, para sorpresa de todos, abrazó a Bonnie.

-Gracias por todo. Ah, y envíale saludos a Daniel. Dile de mi parte que aún me debe la revancha en el tenis. Y discúlpame con Rupert y Emma por lo odioso que estuve el otro día con ellos. Acababa de discutir con Cecily. Sólo diles y ellos entenderán.

Bonnie sonrió y asintió.

***---***---***---***---***

-¿Esa soy yo?

-No, princesita. No eres tú. Es mamá. Pero sí que se parecen, ¿eh?

Emily asintió y miró la foto de nuevo.

Rupert besó el cabello de su hijita y fijó la vista en la foto.

Emma, enternecida, miraba la escena desde el marco de la puerta sin ser vista. Acababa de llegar del trabajo.

Rupert se hallaba sentado a la mesa con Emily en su regazo. Estaban viendo un viejo álbum de fotos donde aparecían Emma y Rupert de pequeños.

Realmente eran parecidas Emily y Emma.

La castaña se acercó a la mesa. Se paró atrás de Rupert.

-A ver eso...

-¡Mami!-Dijo Emily con alegría.-¡Volviste!

Emma sonrió y la alzó para darle un beso en la mejilla.

-Sí. Aquí me tienen.

Rupert sonrió.

-Mira, mami. Esa eres tú.-Dijo Emily señalando la fotografía.

Emma se inclinó sobre la mesa, con cuidado para no golpear a Emily y sonrió.

-¿Soy yo? Pareces tú...

-Sí, dije lo mismo, pero papi dice que eres tú, y si papi dice eso es porque sabe. Te conoce.

Emma miró a su esposo, que le sonreía. Maldición, moría por lanzarse a besarlo. Pero tenía a Emily en brazos. No podía.

-Sí. Papi me conoce.

Emily le señaló a su madre el sillón. Emma la dejó allí y se sentó a su lado.

-Mami, ¿Cómo se conocieron tú y papá?

-Rupert, ven aquí.

Él obedeció y se sentó en un sofá frente a ellas.

-¿Le contaste?

-No aún.

-Bien. Esto será interesante. Mira preciosa, tu padre y yo nos conocimos cuando éramos muy pequeños.

-¿Como Maddie?

-No. Más grandes. Como Ryan, más o menos. Unos años más pequeños. Nos conocimos grabando una película.

Emily frunció el ceño.

-¿Y cómo acabaron juntos?

-Es gracioso.-Dijo Rupert sonriendo.-Pero, en efecto, es así. Tu madre era la chica más bonita que yo hubiera visto jamás. Podría decirse que me enamoré a primera vista.

-¿Y mamá también?-Madeleine entró por un pasillo.

-No. Ella no.

Jack y Austin también llegaron.

-¿Ella no? ¿Y cómo terminaron juntos?

-Pues, pasaron los años y a esa película le siguieron muchas más. Y nos convertimos en mejores amigos.

-Y siempre decíamos a todos que sólo éramos amigos. Pero las cosas nunca fueron tan sencillas.-Dijo Emma.-Éramos demasiado amigos para ser novios y demasiado cercanos para ser amigos. La verdad es que poco a poco nos fuimos enamorando. Sin saberlo, en realidad. Y como nosotros, los personajes que interpretábamos también se iban enamorando. Hasta que un día...

-Nos tocó grabar algo muy especial. El primer beso de nuestros personajes.

Emily abrió los ojos.

-¿De veras?

-Sí.-Sonrió Emma.

Rupert se puso de pie y se sentó junto a su esposa.

-Así es. Tuvimos que grabar nuestro primer beso. Y eso hicimos. Yo creo que en ese momento fue cuando me di cuenta de que estaba irremediablemente enamorado de Emma.

Madeleine sonrió y se sentó en un sofá junto a Austin y Jack.

-Aún recuerdo la vergüenza que pasamos ese día... Imaginen que éramos sólo amigos y teníamos que besarnos como si nos hubiéramos amado toda la vida. Lo cual era así, pero ese no es el punto. En fin, tuvimos que besarnos. Creo que los dos disfrutamos con eso.-Sonrió Rupert.-Y esa fue la última película. No hubo más.

-¿Y se hicieron novios?-Preguntó Emily.

-No, nena.

-No entiendo. Dicen que no se hicieron novios pero se casaron y...-Dijo Austin.

-La cosa fue así, niños. Por cinco años no nos vimos.-Dijo Rupert.-Cinco torturantes años que sólo sirvieron para darme cuenta de que con cada día que pasaba amaba a Emma más y más.

-Exactamente. Cinco horribles años. Y un día, por una coincidencia bastante desagradable que otra vez les contaré, volvimos a encontrarnos.

Los niños abrieron los ojos expectantes.

-Sí. Volvimos a encontrarnos. Hablamos mucho. Y decidí que ya había dejado ir a su madre una vez. No lo haría de nuevo.

Emma sonrió y le tomó la mano.

-Cuando caminábamos junto al río, nos dimos cuenta de nuestros verdaderos sentimientos y nos besamos.

Emily aplaudió entusiasmada.

-Y nos juntamos y ya no nos separamos más.-Concluyó Emma.

Rupert sonrió y le acarició una mejilla.

-¿Saben qué tienen que aprender con este relato? Que su madre es la mejor decisión que tomé en mi vida, junto con ustedes. Ella sencillamente es lo mejor que pudo haberme ocurrido. Y nunca dejé de amarla. Por más descabellado que suene. Siempre la amé. Y lo haré siempre.

Emma lo miró sonriendo con los ojos llenos de lágrimas.

-Te amo.-Susurró.

Él la besó y respondió:

-Y yo a ti, princesa.

***---***---***---***---***

El cumpleaños de Will comenzaría en unas horas. Y esta vez, él estaba enterado de la celebración.

Helena buscó en el armario algo para ponerse. Mientras se cambiaba, escuchó la puerta de entrada abrirse y cerrarse.

-¡Volví!-Gritó Will.

La pelirroja sonrió.

-Aquí.

Él entró al cuarto e hizo una mueca.

-No tienes idea de lo que ha sido la Facultad hoy. Realmente agotadora.-Dijo sentándose.-¿No piensas ir a clases?

-Hoy no tengo. Los profesores están haciendo paro.-Dijo sonriendo ella.

-Eso no es justo.

-Claro que sí. Yo no te obligué a estudiar Física Cuántica. Haz lo que quieras, dije. Si hubieras elegido Medicina como yo, hoy no habrías tenido clases.

Will refunfuñó.

-Te digo que no se llama Física Cuántica. Y yo te di la idea de estudiar Medicina.

-Por eso.

Él suspiró y se acercó a ella para besarla.

-¿Sabes en qué he pensado hoy?

-No.

-En el anillo. Dame la mano. Tengo una duda.

Helena frunció el ceño y levantó la mano izquierda. Will sonrió y levantó la mano para ver de cerca el anillo.

-Ajá. Justo.

Ella frunció el ceño.

-¿De qué demonios hablas?

-Aún te queda tan bonito como recordaba.

Helena sonrió.

-Pensé que medías las proporciones de oro y plata o algo así.

Will rió.

-No, no. Sólo me fijaba en que aún lo llevas puesto.

-Claro que lo llevo puesto. Es mi anillo de compromiso...

Él sonrió y luego se puso serio.

-Tenemos que decirles.

-¿Decir qué a quién?

-Decir a nuestra familia que estamos comprometidos.

-Estás de broma, ¿Cierto?

-¡Claro que no! No podemos callarnos por siempre. Hay que decirles...

Helena suspiró y desvió la mirada.

-Oye, dime qué ocurre. No quisiste decirles hace un mes. Y ahora tampoco quieres. Y casi nunca llevas el anillo. Por eso me fijé si lo llevabas. Quiero saber por qué no quieres decir nada. ¿Te da vergüenza o...?

-No, claro que no.

-¿Entonces?

-Will... Yo...

Él sonrió y la besó suavemente.

-Si no lo quieres, podemos esperar. Sólo quiero que seas feliz. No es cuestión de apresurar nada.

Ella sonrió.

-¿Seguro?

-Sí.

-No es... No es que no quiera casarme contigo. Claro que quiero. Sin dudas. Pero creo que es un poco pronto. Y si lo anunciamos se volverá real. Real del todo.

Will asintió.

-Podemos arreglar eso. Tú dejas de ser tan reservada y lo decimos de una vez y nos casamos cuando te sientas lista. No antes. ¿Te gusta así?

Helena lo pensó un poco.

-Mmm... Vale.

Él sonrió y la abrazó.

-Recuerda. Quiero que seas feliz. Eso es lo único que me importa.

***---***---***---***---***

-Rupert... No ahora... Ni aquí...

-Podemos solucionar eso.

Emma suspiró.

Los niños estaban afuera decorando el jardín con Matthew, Evanna, Amelia, Jean y Sam. Los demás llegarían en una hora y media.

En cuanto Emma y Rupert se quedaron solos en el sofá, aún tomados de la mano, él tiró de ella hacia sí para besarla.

-Sabes que te amo.

Ella sonrió.

-Igual que yo.

Rupert volvió a besarla con más entusiasmo, hasta que Emma tuvo que intervenir con esas primeras palabras.

-No aquí...

-Podemos solucionar eso.

Ella suspiró.

-No sé cuál sea tu brillante idea, pero no pienses en eso siquiera. Puede aparecer cualquiera de los niños y vernos...

-Shhh...-Susurró él.-Tenemos suficiente tiempo como para hacer otro de ellos antes de que aparezcan los demás invitados.

-Ni pienses que...

Los labios de él la callaron.

-Vamos arriba.-Susurró Rupert.

Emma suspiró y dejó que él la besara y la cargara escaleras arriba.

Antes de entrar al cuarto, sin embargo, tuvieron que separarse.

-¿Mamá? ¿Por qué papá te carga? ¿Estás bien?-Preguntó Emily apareciendo de la nada.

Emma se ruborizó pero Rupert sonrió, evitando una carcajada. Acababa de tener una idea.

-No, Emmy, mamá está bien. Sólo que es demasiado holgazana como para subir las escaleras sola. Entonces me toca a mí...

Emily rió.

-¡Oye! Mentiroso. Yo puedo subir sola perfectamente.

Rupert sonrió y le susurró al oído:

-Yo que tú no haría nada...

Emma también sonrió.

-Ven, nena.

Emily se acercó y Emma la alzó.

-No es justo. Así tengo que cargar más peso.-Se quejó Rupert.

-Te recuerdo que fue idea tuya.

Emily rió y le estampó un beso en la mejilla a su madre.

-Me alegra que estés bien, mami.

Emma sonrió. Y había gente que odiaba los niños... En fin, hay personas extrañas en todas partes.

-Bueno, princesa, ¿Ya está todo listo?

-Sí. Vine a avisarles.

-De acuerdo. Vamos a cambiarnos y bajamos.

Emily asintió y se bajó al suelo para volver a marcharse. Emma sonrió y miró al pelirrojo.

-Te dije.

-Ya, ya, sabelotodo, no te gastes.

Emma rió y le dio un beso.

-¿En qué estábamos?-Dijo él.

-Estábamos en que voy a cambiarme para bajar y en que ni se te ocurra intentar nada.

Él la dejó en el suelo.

-Bien, tú ganas. Ya vendrás a rogarme a la noche...

Emma se ruborizó.

-Yo no...

-Eso ya lo veremos.

Ella no dijo nada y entró al cuarto cerrando con firmeza atrás de ella.

Rupert rió.

***---***---***---***---***

-¡Lyn!-Sonrió Helena al ver a su amiga aparecer en la puerta.

Lynda sonrió.

-Hola, Helena.-Dijo abrazándola.-¿Qué tal todo?

-Oh, genial, gracias. Pero no veo a Miles. ¿Todo en orden?

-En realidad no del todo. El matrimonio es bastante complicado, ¿Sabes? Esta vez ha sido por una bobada. Se ha enfurruñado y no quiso venir. Pero no te preocupes. Aparecerá en unos minutos para pedirte disculpas por no haber estado antes.

Helena tragó en seco. ¿Vida difícil? Claro que Lyn no sabía que ella iba a casarse, pero...

-Pasa.

Lyn entró y saludó educadamente a todos antes de pasar al jardín.

Unas horas después, cuando todos estaban ya festejando, Helena vio a su amiga hacerle una seña nerviosa.

-Sí, Lyn. ¿Qué ocurre?

Su amiga parecía preocupada, no dejaba de mirar hacia un lado y otro.

-Ven, vayamos a la cocina.-Propuso Helena.

La pelirroja estaba intrigada. ¿Qué habría ocurrido?

-Ay, Helena.-Dijo Lyn preocupada.-Miles no ha aparecido, ¿Cierto?

La pelirroja negó con la cabeza.

-Demonios. Espero no haber sido demasiado cruel con él. Créeme, le grité de todo.

-¿Por qué? ¿Qué ocurrió?

-Pues ocurrió que al señor Miles no le interesaba oír algo que yo tenía que decirle porque estaba ocupado estudiando para rendir no sé qué examen. Y... Y acabé gritándole. Lo mío, seguro, era mucho más importante que ese examen.

-Pero, ¿Qué ocurre?

Lyn sonrió por primera vez.

-Estoy embarazada.

Helena también sonrió.

-Felicitaciones, Lyn.

-Gracias.

-¿Miles lo sabe?

-No en verdad. Le grité porque no quiso escucharme, no qué era lo que quería decirle. Pero ahora no sé qué demonios hacer...

Helena miró el piso.

-Voy a casarme con Will.-Dijo.

-¿Qué?

-Voy a casarme con Will.-Repitió Helena sin levantar la mirada.

Lyn se distrajo.

-¡Esa es la noticia del siglo!

-¿En serio? Pensé que esa era tu embarazo...

-Bah, son un empate.

Helena sonrió.

-Hagamos un trato, Helena. Yo me voy ahora a buscar a Miles y decirle y tú vas a gritarlo a los cuatros vientos, ¿Vale?

-Yo no creo que...

-Helena.-Dijo Will apareciendo en la puerta.-Creo que es el momento indicado para...

-Lyn ya lo sabe.

-Bien. Es hora de decirlo, entonces.-Will sonrió.-Ah, Lyn, Miles acaba de llamarme. Está preocupado por ti. Me pidió que te avisara que si no regresas en una hora él vendrá a buscarte. Por lo que tengo entendido, mencionó algo como que no te había escuchado y se sentía horrible.

Lyn saltó de alegría.

-Nos vemos luego. Adiós, amigos.-Dijo saliendo de la cocina.

Helena sonrió. Will se acercó y la besó. Luego le tomó una mano.

-Promete que tu padre no va a matarme.-Dijo preocupado.

Helena rió.

-No lo hará.

-Entonces vamos. Hay algo que anunciar.

***---***---***---***---***

-¿Estas cansada?

Ally bostezó.

-Bastante.

-Podemos irnos si quieres.-Ofreció Arthur.

-¿Hoy dónde me toca dormir?

Él sonrió.

-Vamos, no exageres. Sólo dormiste en la sala de estar una vez...

La historia completa es más o menos así: Arthur estaba ayudando a Ally con la mudanza. Ella iba llevando sus cosas de a poco. Y en el apartamento de Arthur había otras cosas que sólo servían para una persona y que tenían que cambiarse. Como la cama, por ejemplo. La primera noche que Ally había pasado con él había tenido que dormir en el sofá por falta de espacio. Y aunque luego habían cambiado la cama, ella lo gastaba por eso cada vez que podía.

-Y no debería haber dormido allí. Sabes que si eres un caballero tienes que cederle el lugar a una dama.

-Otra vez lo mismo. Te había dicho ya que estaba pintando el baño y que no se podía respirar ahí dentro. Además el desorden era considerable. Y no funcionaba la calefacción. Créeme, ni el más caballero del mundo habría hecho que nadie durmiera allí.

Ally sonrió.

-Bien. Tú ganas. Fue muy caballeroso de tu parte...

Arthur también sonrió.

-Vamos.

Ambos se pusieron de pie.

Will y Helena salieron de la casa.

-¿Ya se van?-Preguntó Will.

Arthur asintió.

-Bien. ¿Pueden esperar un segundo? Tenemos algo que decirles...

Arthur frunció el ceño y miró a Ally.

-De acuerdo. Si es algo rápido podemos esperar.-Concedió ella.

Helena carraspeó para atraer la atención de todos sus familiares.

-Familia, tenemos algo que decirles.

Emma sonrió y le tomó la mano a Rupert. Ella lo esperaba desde que había visto un anillo en la mano de Helena: La pelirroja nunca usaba anillos ...

Bonnie también se dio cuenta y sonrió.

-Bueno, nena. Te escuchamos.-Dijo Emma.

Helena suspiró. Will le tomó la mano y la apretó suavemente.

-Helena y yo...-Comenzó él.

-...Queremos casarnos.-Terminó ella.

Bonnie y Emma se miraron y sonrieron ampliamente. Ambas lo sabían.

Mark y Julie sonrieron también.

Helena suspiró aliviada. El primer paso, que Julie aceptara la decisión, ya estaba. Ahora faltaban los más difíciles... Rupert y Daniel.

-Pues me parece genial. Felicitaciones.-Dijo Emma parándose para abrazarlos.

-Igual a mí.-Dijo Bonnie imitando a su cuñada.

Uno a uno, los integrantes de la familia fueron poniéndose de pie y felicitando a la pareja.

Al final sólo quedaron Dan y Rupert.

-Pues si me lo preguntan a mí, yo creo que son algo jóvenes. Pero se nota que se aman mucho. Felicidades.-Dijo Dan abrazando a su nuera.

-Gracias, papá.

Emma miró a su esposo y alzó las cejas.

"Puedes decir lo que piensas. Pero no hieras a nadie."

Rupert suspiró. Una locura. Una completa locura. Eso es lo que era. Una boda a los veintiuno. Locura. Los miró a ambos. Claro que se amaban, pero... Eran muy jóvenes...

Y cuando ya se había preparado para decir lo que pensaba, un gesto ausente de Emma lo alertó.

Ella lo miraba y se acariciaba suavemente el vientre. Rupert sabía que no estaba embarazada. Pero, ¿Qué quería decirle con ese gesto?

Emma estiró un dedo hacia la izquierda. Rupert miró en esa dirección. Jack, Madeleine y Austin estaban sentados allí. Madeleine sostenía a su hermano Alexander entre sus brazos.

Rupert sonrió para sus adentros. Se veían tan tiernos...

Cuando volvió la vista a Emma, ella estaba agachada frente a Emily. En sus brazos descansaba Charlotte. Emily miraba a su hermanita y sonreía, igual que Emma.

Rupert pensó. Aquellos niños... Aquellos que querían saber cómo sus padres se habían amado tanto... Los que habían cocinado un pastel por el cumpleaños de su madre... Los que se preocupaban por sus padres... Esos niños eran fruto de su amor con Emma. Madeleine, Jack, Austin, Emily, Alexander y Charlotte existían porque ambos se amaban. Y eso superaba cualquier cosa... Emma había sido mamá a los veintisiete. Y él, padre a los veintiocho. Y su amor los había ayudado a salir de todos los problemas...

Emma volvía a mirarlo.

Sentada el suelo junto a su madre, Emily sostenía a Charlotte.

Rupert sonrió esta vez. Vale. No importaba la edad. Los sentimientos sí lo hacían.

-Bueno. A decir verdad, concuerdo con Dan. Son un poco jóvenes. Pero se aman. Y todos sabíamos que algún día iban a casarse. Era obvio.

Helena contuvo la respiración y apretó fuerte la mano de Will.

Rupert se puso de pie y se acercó a ellos.

-Y así como era obvio que iban a casarse, es obvio que se aman. Y eso importa mucho más que la edad que tengan. Así que... Bienvenido a la familia Grint, Will.-Concluyó el pelirrojo tendiéndole una mano.

Helena sonrió y abrazó a Rupert.

-Papá...

-Tú siempre serás mi princesa. No importa si estás casada. Pero eso sí...-Añadió mirando a Will-Como la lastimes otra vez, vas a lamentarlo. ¿Está claro?

-Clarísimo.

-Perfecto. Entonces estamos listos para pasar a lo siguiente. ¿Hace cuánto que decidieron casarse?-Dijo Rupert sonriendo.

Emma se enjugó una lágrima y se abalanzó sobre él para llenarlo de besos.

-Eres un idiota.-Dijo entre risas.

-¿Se supone que eso es un cumplido?

Emma rió y lo besó.

-Sí. Es un cumplido. Los idiotas pueden darse cuenta de su idiotez y corregirse. Como tú. Estoy orgullosa.

El pelirrojo sonrió y volvió a besarla.

-Bueno, nosotros nos vamos antes de que decidan tener otro hijo.-Dijo James en tono de broma.

Rebecca le dio un coscorrón.

-No seas tonto. Hay niños presentes.

Emma oyó sus palabras y la miró. Formó una frase con sus labios: "Este es el momento".

Rebecca suspiró y asintió.

-Y hablando de niños, hay algo que deben saber. Marcus y Emma ya lo saben.

Marcus asintió sonriendo.

-Estoy embarazada.

Todos sonrieron.

-Era de esperarse.-Dijo Oliver abrazándola.-Venga, cuñada, que en cualquier momento tendremos un país con población enteramente Weasley.

Ella sonrió y le devolvió el abrazo para mirar a James.

-¿Demasiada información?-Preguntó ella.

James asintió.

-Sí. Pero ya. Es lo que queríamos, ¿Cierto? Pues entonces problema resuelto. Es hora de cambiar pañales y todo eso.

Rebecca soltó una carcajada y lo besó.

-Tonto. Te amo.

-Oigan, las mujeres tienen una forma muy particular de expresar sus sentimientos.-Le recriminó James.-Pero te amo.- Dijo besándola.

Todos sonrieron.

***---***---***---***---***

Cuando todos se fueron (incluso Ryan se marchó a la casa de Daphne), Emily se acercó a Emma.

-Mamá...

-¿Qué pasa, princesa?

-¿Me cuentas un cuento?

Ella sonrió.

-Por supuesto.

Rupert las vio desaparecer dentro del cuarto y se dirigió hacia los otros cuartos para acostar a sus otros hijos.

En el cuarto de Emily, Emma preguntó:

-¿Qué quieres que te cuente?

-No lo sé. ¿Cómo nací yo?

Emma sonrió. Tenía una idea para contar eso sin... Sin decir la primera parte.

-Pues fue una decisión que papi y yo tomamos, princesa. Cuando cumplí años, Rupert me regaló un viaje al que fuimos los dos. La última noche él habló sobre lo mucho que me amaba y sobre lo hermosa que era nuestra familia... Dijo que éramos su razón de ser, su vida, que gracias a nosotros conocía el significado de amar y que éramos la mejor de todas sus elecciones. Agradecía a la vida por haberme llevado hasta él y al destino por haber decidido nuestro amor.

Emily comenzaba a fruncir el ceño, en una expresión idéntica a la que Emma ponía cuando no entendía algo. Su madre estaba usando palabras un poco avanzadas para sus tres añitos.

-En fin. El punto es que ambos charlamos bastante y decidimos que había una decisión que tomar. ¿Queríamos que la familia siguiese creciendo? Y la respuesta fue que sí.-Emma le besó la frente.-Y aquí apareces tú.

Emily sonrió y se metió bajo las mantas. Emma le besó la frente, le deseó buenas noches y se dirigió hacia la puerta para apagar la luz del cuarto, prender la del pasillo y marcharse.

-Tengo una duda, mami.

Emma miró a su hija.

-¿Qué, princesa?

-Papá hablaba de su familia tan bien antes que naciera yo... ¿Opina lo mismo de mí?

Emma sonrió y se acercó a ella.

-Pues yo opino igual que papá. Y sí que te tengo en cuenta con eso.

La pequeña asintió.

-¿Y papá?

-Y papá ama a su pequeña princesita.-Dijo Rupert apareciendo en el marco de la puerta y acercándose a ambas.-Y a su reina, claro.-Añadió besando a Emma en la frente.-Nunca dudes que te amo, Emily. Lo sabes bien. Igual tú, Emma.

Emma sonrió y lo besó.

-Bueno, princesa. Salimos. Apagaremos la luz y prenderemos la del pasillo, como siempre. ¿Vale?

Emily asintió y se dio vuelta en la cama, sonriendo por aquella hermosa historia.

***---***---***---***---***

Cuando Rupert y Emma salieron del cuarto, él sonrió.

-Y tú que creías que serías mala madre.

Ella se sonrojó halagada.

-Rupert...

-En serio. Incluso te echaste a llorar en cuanto llegamos al apartamento luego de la boda, ¿Recuerdas? Dijiste que era una locura y que si...

Emma se ruborizó aún más al recordar aquello y se fue caminando avergonzada por el pasillo para subir las escaleras e ir a su cuarto.

Rupert sonrió y la siguió.

-¿Es muy necesario que me recuerdes lo que ocurrió?-Preguntó Emma saliendo del baño.

Él sonrió pícaramente.

-Definitivamente prefiero recordar lo que estuvo después de eso... ¿Recuerdas?

Emma se mordió la mejilla mientras veía a Rupert acercarse a ella.

-Yo no recuerdo nada...

-¿Ah, no?-Preguntó él tomándola por la cadera y acercándola a él.

Emma cerró los ojos y escuchó claramente la voz del pelirrojo en su oído.

-Pues creo que puedo refrescarte un poco la memoria...-Susurró haciendo que la piel de ella se erizara.

Emma suspiró.

-¿Has sabido que apareció la mujer de Tom?

Rupert abrió los ojos. ¿Qué tenía que ver?

-¿Viva?

-De milagro. La habían secuestrado y estaba en un sótano. Estuvo allí casi un año. Hoy la policía allanó la casa y la halló. Tom estaba tan feliz que Cecily rompió con él enseguida. Parece que ya se han visto y que todo está en orden. Por fin serán una familia feliz. Como la nuestra...

Rupert sonrió y la besó suavemente.

-Y creo que, ya que estamos, podrías refrescarme la memoria.-Susurró colorada.

Él sonrió y acercó sus manos al lazo de su vestido.

-Bueno, chica lista, te sugiero que aprendas rápido.

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