Arreglos de último momento

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-Emma...

-¿Qué?

-¿Estás despierta?

-Sí. ¿Qué ocurre?

-Necesito besarte.

Emma sonrió y se acercó a él para apoderarse de sus labios.

-¿Mejor?

-Sí, bastante. ¡Quiero otro!-Dijo él aplaudiendo.-¡Auch!

-¿Qué pasa?

-¿Cómo es que las mujeres aplauden con un anillo puesto? Es doloroso.

-Ya te acostumbrarás. Pero, si no quieres usar la alianza está bien por mí.-Dijo Emma resignada.

-No. Eso sí que no. Este arito dorado de metal que tienes y tengo puesto simboliza nuestro amor. No me interesa si puedo o no aplaudir, no quiero quitármelo. Y quiero otro-Dijo Rupert tomando la mano de Emma que tenía el anillo con la suya que también lo tenía.

Ella sonrió.

-¿Otro beso?

-Sí.

Ella sonrió y lo besó con ternura.

-Eres preciosa. Ahora, dime, ¿A qué hora tenemos el vuelo?

-A las cinco de la mañana de mañana. Vuelo con conexión. Siete horas de espera. Legada aproximada: Mañana a las siete de la tarde.

-Bien. Porque con todo esto de la boda y eso nos hemos olvidado de la luna de miel y de las valijas.

Emma sonrió.

-¿Quién dice que me he olvidado?

-¿Tú...?

-¿...Preparé todas las valijas y estamos listos para salir? Sí.

Él la besó.

-Eres increíble. Con todas las letras. ¿Tienes hambre? ¿Quieres desayunar? Te prepararé algo. Enseguida vuelvo. No te vayas.

Rupert se puso de pie, se puso una bata y fue hasta la cocina. Emma rió.

-No puedo irme a ninguna parte, soy tu esposa.-Le dijo a la puerta por la que él había salido.

Rupert volvió a entrar unos quince minutos después con una bandeja que tenía una taza, galletas y un narciso. Emma sonrió.

-Su desayuno, señora Grint.

-Gracias. Voy a probar un sorbo de té.

Eso hizo, y sonrió.

-Está delicioso. Té de jazmín. Mi favorito.

-Lo sé. ¿Te gusta?-Preguntó él sentándose a su lado.

-Está delicioso.-Repitió Emma.-Gracias.

Tomó una galleta y la mordió.

-Puaj. Está asquerosa. ¿De dónde salieron?

-Las hice yo.-Dijo Rupert conteniendo una carcajada.

-Quise decir que...-Dijo Emma colorada.

-Descuida.-Dijo él riendo.-La repostería no es mi fuerte. Déjame probar.-Él le dio un mordisco a una y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no escupirla.-Como tú dijiste, asquerosa. ¿Qué le puse?

-Creo que tiene sal y perejil en lugar de azúcar y canela.

Él rió y le acarició el cabello.

-Seguro que tienes razón. Nunca fui buen repostero. Pero esperaba que esta vez salieran bien. Supongo que me distraje pensando en ti. Y en toda la historia del viaje y las valijas.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora