Pelirrojos

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Emma sonrió.

-¿Tu hogar?

-Exacto. Tú eres mi hogar. ¿No dicen que el verdadero hogar es donde está el corazón? Pues mi corazón lo tienes tú.

Emma lo besó.

-Pero la llave es tuya, ¿Recuerdas?-Preguntó señalando el relicario que pendía de su cuello.

-Sí. Lo sé. En realidad la conservo por si quiero agregarle algo. Pero es tuya y lo sabes.

Ella sonrió.

-¿En serio?

-Sí.

-Genial. Dámela. Ya no recuerdo qué contiene...

Rupert la tomó por la cadera y la pegó a él. Emma le puso las manos atrás de la nuca y lo besó. Tanteó el cuello del pelirrojo buscando el cierre de la cadenita que llevaba en el cuello. Cuando lo encontró, lo abrió y sacó la llave para abrir el relicario.

-Vaya. Sí que hay muchas cosas... Tengo que hacerme un álbum de fotos pequeñito.

Rupert sonrió y la ayudó a revisar las cosas.

Una foto de Emma durmiendo. Otra de Rupert durmiendo. La foto de la primera ecografía de Jack y Madeleine. Lo mismo para Austin, Emily y recientemente Lottie y Alex. La notita de "Hay demasiados pies aquí" que Emma le había enseñado a Rupert hacía varios años. Y...

-Oh, Rupert.

Emma sacó algo que nunca había estado dentro del relicario. Un pequeño dije en forma de barra. De la barra colgaban dijes más pequeñitos. Un hombre y una mujer, tomados de la mano. Tres niñas y tres niños. Y dos adolescentes, un varón y una mujer.

-Oh, Rupert...

-Feliz cumpleaños adelantado.

Emma sonrió y miró a su hermosa familia en miniatura.

-¿Te gusta?

-Es precioso. Gracias...

Ella lo besó.

-Ven, voy a ponértelo.

Emma le dio la espalda y se corrió el cabello para que le abrochara el collar con los dijes y el relicario. Rupert esforzó un poco su vista y consiguió abrochar el cierre de ambos collares. Luego tomó a su esposa por el vientre y la acercó a él, de espaldas. Depositó un beso en su cuello, junto a los collares.

-Te amo.-Dijo Emma.-Puede que de los dos sea la menos expresiva (y sin duda es así), pero no tienen que quedarte dudas con respecto a eso. Eres...

Él sonrió y se preparó para escuchar con atención.

-...Eres lo mejor que me pasó. En serio te amo.

-Mi princesa hermosa.-Susurró en su oído.-También te amo.

Con ese suave arrullo, Emma se quedó dormida.

Rupert se mantuvo despierto unos minutos más, observándola dormir. ¿Podía ser posible que aquella chica realmente le hubiera dado su corazón a él? ¿A un pobre actor? ¿Era en serio?

-Claro que es en serio.

El pelirrojo se sonrojó. Había estado pensando en voz alta y su mujer lo había escuchado. Eso, o Emma era adivina y podía leer mentes.

Ella volteó sonriendo.

-Menos mal que acabo de decirte que no tengas dudas. Eres tan inseguro como Ron... Pero Hermione lo ama. Lo sé porque soy ella. Y yo te amo. Lo sé porque soy yo.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora