Estoy confundida...

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Will se despertó cuando sintió la huesuda cadera de Helena rozar la suya.

"Demonios, sí que ha dejado de comer. Tengo que obligarla a que engorde, esto deja de ser sano. Un momento..."

Will sonrió para sus adentros recordando la noche anterior.

"Estoy con Helena. Estoy en casa."

Lo pensó en ese orden. Para él, su casa no era Londres. Era junto a Helena. Esa era su casa. Ella lo era.

Will abrió los ojos sonriendo. Esperaba ver el mar azul de tranquilidad que llevaba un mes extrañando y anhelando con toda su alma.

Pero no fue así.

Helena estaba de pie junto a la cama con los brazos cruzados, a medio vestirse.

Will la miró extrañado. ¿Qué hacía parada? Pero ese pensamiento fue apagado por otro.

Helena se veía mucho más delgada que la última vez que la había visto. Ella nunca había sido gorda ni flaca, más bien regordeta. A Will le encantaba eso, a ella no le importaba su aspecto físico, no como a la mayor parte de las chicas. Con el tiempo había adelgazado un poco y ganado altura. Pero esto... Esto era ridículo. Se veía muy delgada, demasiado. Era preocupante. A la luz del día, Will pudo verla con claridad. No había perdido del todo las hermosas curvas que tenía, pero estaba a punto de hacerlo. Tenía que comenzar a comer más cantidad con urgencia. Will abrió la boca para decirle eso y darle los buenos días, pero el primer pensamiento le ganó.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué estás ahí?

Helena lo miró fijamente y luego se miró con atención. Estaba en ropa interior, y definitivamente había recuperado su color natural con la noche anterior. Y el rastro de lágrimas que salía de sus ojos se había desvanecido sin dejar rastro. Se veía mucho más feliz. Pero también muy confundida.

-Will... Me voy.

-¿Qué?

-No entiendes.

Helena comenzó a dar vueltas por la habitación, murmurando para sí misma.

-No entiendes.-Repitió al final.

-No, la verdad, no entiendo. ¿Puedes explicarme?

-Yo...

Will buscó en el piso su pantalón y su ropa interior y se vistió. Luego se puso de pie y se acercó a ella.

-¿Qué pasa?-Preguntó tomándola suavemente de los hombros.

Helena miró las manos de él en sus hombros y las alejó con un suave pero seguro movimiento. Will pareció ofenderse, pero no dijo nada.

-¿Y bien?

-Yo... No entiendes, Will. Llevo un mes esperándote. Preocupada horriblemente. Sin escuchar un sólo "te amo" de tu parte, ni siquiera por teléfono. Sola y aburrida. Y extrañándote. Y cuando sé que en dos días volverás a mi lado, llamas y me dices que todo se acabó. Y cuando me siento horrible porque no quieres volver a verme y dijiste que no me amas, apareces y con un simple "lo siento" planeas arreglarlo todo. No es así. Parece que estuvieses jugando conmigo... No me interrumpas. Déjame terminar. ¿Tienes idea de lo que sentí cuando terminaste conmigo luego de leer aquella nota? ¿Te parece que estuvo bien jugar así con mis sentimientos? ¿Y aparecerte como si yo fuese a decirte "claro que te perdono, besémonos y ya"? ¿En serio? No puedes jugar así conmigo. Will, lo único que has conseguido es que ahora esté dudando acerca de lo que pasó anoche. No sólo dudando sobre eso, sino también sobre nuestra relación. ¿Cómo puedes salir con alguien que rompe contigo un día y pretende acostarse contigo al siguiente? ¿Cómo sé que no regresaste conmigo sólo porque querías tener sexo? Will, no lo sé. Sólo tengo tu palabra. Y ahora no sé... Si puedo confiar en ti. Me voy. Lo siento.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora