Dos semanas

1.2K 88 12
                                    

Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas.

Las palabras se repetían en la mente de Emma.

Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas. Dos semanas.

-Rupert...

Dormido, él apenas se movió.

-Rupert...

-¿Qué... Qué pasa?-Dijo bostezando.

Se volteó para ver a Emma. Se veía muy bonita así, la luna le daba reflejos plateados a su cabello.

-Te ves preciosa...

-Gracias. No puedo dormir.

-¿No estás cansada? Porque tengo algo que puede hacer que te canses...-Dijo él pícaramente, acercando sus manos a los botones de su pijama.

-No es eso.

-¿No?-Él se detuvo.

-No. Mira, he estado pensando mucho...

-¿En qué?

-Pues, falta una semana para la boda y...

-Emma, ¿Quieres cancelarla?-Preguntó él, totalmente despierto y preocupado.

Emma suspiró. Desde hacía ya una semana que estaba así. Cada vez que ella hacía un comentario sobre la boda, él le preguntaba si iba a dejarlo.

-No, no, claro que no. Eso es ridículo. ¿Puedes sacarte esa idea de la cabeza? No quiero cancelar la boda. No quiero esperar, no quiero plantarte, no quiero dejarte, no quiero irme. No, no y no. Me he hartado de repetirlo. ¿Por qué me preguntas tanto? ¿Acaso... Acaso tú quieres cancelarla?

-No. Pero aún no puedo creer que aceptaste casarte conmigo y temo despertarme en cualquier momento y descubrir que todo fue un sueño: La boda, los niños, el reencuentro, tú.

-Eso no ocurrirá. Óyeme bien: Eso no ocurrirá. Te amo. Nada cambiará eso. Esto no es un sueño. Es real. Yo soy real. No voy a dejarte. Es sobre los niños que quería hablarte.

-¿Qué ocurrió? ¿Están bien?

-Sí. Pero he estado pensando mucho...

Rupert la besó.

-Lo siento. Debería haberlo hecho cuando dijiste que me amabas, pero son las tres de la mañana y no reacciono rápido.

-No exageres, no son las tre...-Ella se interrumpió al ver el reloj.-Lo siento, no debiera haberte despertado.

Rupert miró el reloj. Las cuatro y media. Rió.

-¿Qué hora creías que era?

-La una. O las dos, a lo sumo. No lo sé.

-¿Al menos has dormido?

-No...

-Vamos, Emma. Debes dormir algo. Te hará muy mal no dormir nada...

-Lo sé. Pero tengo este pensamiento que ronda en mi cabeza e impide que piense en otra cosa.

-¿Qué es?

-Lo diré, pero por favor no me interrumpas. Cada vez que hablo sobre la boda, lo haces para preguntar estupideces.

-No interrumpiré. Prometido.

-Bien. Falta una semana para la boda. Han pasado dos semanas desde la tormenta. Dos semanas desde la fiesta. Dos semanas desde que fuimos a recoger a los niños. Dos semanas desde que legalmente somos sus tutores. Dos semanas desde que me dicen 'mamá'. Dos semanas desde que están con nosotros. Dos semanas desde que entraron en nuestras vidas. Dos semanas desde que murieron sus padres. Dos semanas desde que me he dado cuenta que los amo. Dos semanas desde que ellos nos han dicho que nos aman. Dos semanas desde que somos padres.

Rupert sonrió. Conque eso era lo que tenía a Emma así. Que eran padres.

-Dos semanas. Es lo único en lo que puedo pensar. Rupert, falta una sola y única semana para la boda. Una sola. Luego seremos esposos. Luego todo cambiará. Será sin duda para bien. Pero, cuando esté en el altar contigo, quiero hacerlo con la convicción de que al salir de la iglesia, mis hijos me estén esperando. No mis niños. No mis pequeños. No los chicos a quienes cuido. Quiero a mis hijos.

-¿De qué hablas?

-Rupert, he pensado, pensado y pensado sin cesar y creo que...

-¿Qué?

-Creo que deberíamos adoptarlos. Legalmente.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora