Episodios cotidianos

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Helena se cambió de Facultad una semana después de su conversación con Will.

Se pasó a la Facultad de Medicina, y comenzó a estudiar con mucho entusiasmo. Como Will había dicho, se sentía bien estudiando para combatir algo que estaba mal en el mundo.

Ryan y Daphne no se hablaban por aquellos días. Ni siquiera buscaban su compañía, aunque la cabeza de ambos era un hervidero de temas que debían solucionar. Para Ryan, era si confesarle o no sus sentimientos, si esperar o no que ella se acercara o dar el primer paso. Para Daphne, si seguir o no con Cristopher, si reunirse con Ryan o distanciarse de él, pero lo más importante, quería determinar qué sentía.

Pasados un par de días, Emma viajó a Uruguay par dar una charla como embajadora de la ONU.

Rupert se quedó solo con sus cinco hijos.

Ryan lo ayudó a sentarlos a todos en el sofá y a hacer que vieran el programa por donde transimitían a Emma, aunque para ellos era más divertido "ver a mamá en televisión" que escuchar lo que decía.

Rupert estaba muy orgulloso de su esposa, su discurso era inspirador y muy alentador, y había logrado que Ryan dejara de adoptar aquel aire de tristeza y melancolía que tenía desde hacía unas semanas.

Lo único que lamentaba es que Emma no regresaría hasta que hubieran pasado dos días, porque necesitaba descansar del viaje y tomaba tiempo regresar.

Así que aquella noche, después de acostar a sus hijos y cambiarse, se metió triste y solo en la cama.

-Te extraño, nena, donde sea que estés.

Claro que a Rupert nunca se le ocurrió que "donde sea que estés" podía ser tan cerca.

¿A qué me refiero con eso?

A que, a las cuatro de la mañana, Rupert sintió una mano en su hombro. Se giró con los ojos cerrados hacia el borde de la cama, para preguntar a cualquiera de sus hijos que le hubiera tocado el hombro qué pasaba. Pero cuando abrió los ojos, la persona frente a él no tenía quince años. Ni cinco. Ni cuatro. Ni dos. Definitivamente era más grande.

¿Tal vez de unos... Treinta y dos años?

-¡Emma! ¡Volviste! ¿Qué haces aquí?

Ella se sentó en el borde de la cama y sonrió acariciándole una mejilla.

-No podía dormir sin darte las buenas noches. Los he extrañado mucho, y eso que ha sido menos de una semana. Además, pensé que realmente no tenía ganas de hacer turismo, no sola al menos, no sin ti, y decidí regresar apenas hube terminado mi discurso.

Rupert sonrió y la besó.

-Venga, cámbiate y cuéntame sobre tu viaje. O mejor...-Dijo con picardía.

Emma sonrió.

-Estoy cansada.

-Exacto. Yo sólo quiero despertarte un poco.

-Oye, pillo, yo no he dormido, a diferencia de ti, y he viajado doce horas para...

Él volvió a besarla. Emma sonrió, se echó sobre él y se quitó la blusa.

-Mmm... Vaya, eso sí que ninguno de los televidentes lo esperaba. Emma Watson, la feminista empedernida, quitándose la blusa ella solita.

-Oh, vamos, Rupert. Cállate.

-Tranquila, no te enojes. Mejor ven...

Emma sonrió de nuevo y volvió a besarlo.

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Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora