Junto al río Támesis (Emma Wa...

By LuciaEntreLetras

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Imagínense si estos dos actores de Harry Potter estuvieran juntos. ¿Cómo sería? Han pasado cinco años desde l... More

El funeral
Londres
Un motivo para quedarme...
Un momento mágico
Amanecer en Londres
Tenemos que agradecerle...
Explicaciones
Devuélvemela
Conversaciones entre amigos
¿Hiciste qué cosa?
No vimos por dónde caminábamos
Reunión entre seis amigos
El plan B
Melenas revueltas.
Tres amigas
Compras y confidencias
¿Te gusta?
Despertar a tu lado
Lunes de pesadilla
Mal momento
Un martes de boda
Peros
Primer Aniversario
Gran noticia...
Felices veintiséis
Agosto veraniego
Amor ardiente. La luna lo sabe todo
Evanna y Matthew
La promesa
El lado oculto del apartamento
Trabajando en equipo
Gracias, David
Preparando la sorpresa.
Táctica y Estrategia
¡SORPRESA!
La apuesta
Todo va a estar bien...
Recuperar tiempo perdido
La primera mañana familiar
Familia unida
Hora de almorzar
¿Recuerdas?
Dos semanas
La decisión
Reunión familiar
¿Lo entienden, cierto?
Información involuntaria
Los trámites
Realmente brillante...
Honestamente amo a Rupert
Sábado por la mañana
El veredicto
Reunión Weasley
Actividades en familia
Domingo a lo Weasley
Lunes pelirrojo... Lunes Weasley
Campamento
El ganador
Separaciones
Adiós, soltería
La última noche
Casamiento civil
La boda
La recepción
Te amo
Comenzar de nuevo
Arreglos de último momento
Viajar
En casa
Roma y Venecia
Capri y Cinqueterre
La enfermedad de Emma
Edimburgo
Felicidad
Preocupaciones
Malentendidos
Conferencia de prensa
Charlas
¿Todos listos?
Esperaré por ti
Tres de la mañana
Una estúpida pelea
Recapacitemos
Amelia
Ojos
Muérdago
Navidad
Año Nuevo
Feliz Cumpleaños, Helena
Escuela
Dos
Intentos
"La Boda del año"
Molestias
Mellizos
Conociendo a la familia
La fiesta
Veinte de junio
Llegada
El telegrama
Creciendo
Entrevistas
Tu sonrisa
Te extrañé
Cinco años después...
Regreso
Episodios cotidianos
Abril
Inesperado
¿No intentarás nada?
Fiestas y despedidas
Caballeros y princesas
Lejos
Perdóname
Estoy confundida...
Reconciliación
Cena con los Lewis
Malas noticias
No soporto verte llorar
Suspirar
Aliviados
Averiguaciones
En el Caribe
Cómo sobrevivir a Agosto
Pensamientos
Álbum de recuerdos
Demasiadas preguntas
Bienvenidos
El Puente de los Candados
No cometas ese error
El farol
J.P. y Rebecca
La historia tras el telegrama
La noticia
El accidente
La Bella Durmiente
Hogar
Proposiciones
Secretos
Desilusión y consuelo
Anuncios
Dos años después...
Maisy
¿Confías?
Objetivos cumplidos
Examen
Blanca Navidad
Jugar
Gala de Año Nuevo
Bien ganado
Doble triunfo
El sueño
¿Invasión extraterrestre?
Grabando otra vez
Esto es una pesadilla
Demasiado tarde
Contigo
No es culpa tuya, Emma
El verdadero primer beso
Flores
Cancelado
La foto
De cómo nace una idea
Lo prometido es deuda
Especial #Rankin
Nueva historia
Necesito su ayuda.

Pelirrojos

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By LuciaEntreLetras

Emma sonrió.

-¿Tu hogar?

-Exacto. Tú eres mi hogar. ¿No dicen que el verdadero hogar es donde está el corazón? Pues mi corazón lo tienes tú.

Emma lo besó.

-Pero la llave es tuya, ¿Recuerdas?-Preguntó señalando el relicario que pendía de su cuello.

-Sí. Lo sé. En realidad la conservo por si quiero agregarle algo. Pero es tuya y lo sabes.

Ella sonrió.

-¿En serio?

-Sí.

-Genial. Dámela. Ya no recuerdo qué contiene...

Rupert la tomó por la cadera y la pegó a él. Emma le puso las manos atrás de la nuca y lo besó. Tanteó el cuello del pelirrojo buscando el cierre de la cadenita que llevaba en el cuello. Cuando lo encontró, lo abrió y sacó la llave para abrir el relicario.

-Vaya. Sí que hay muchas cosas... Tengo que hacerme un álbum de fotos pequeñito.

Rupert sonrió y la ayudó a revisar las cosas.

Una foto de Emma durmiendo. Otra de Rupert durmiendo. La foto de la primera ecografía de Jack y Madeleine. Lo mismo para Austin, Emily y recientemente Lottie y Alex. La notita de "Hay demasiados pies aquí" que Emma le había enseñado a Rupert hacía varios años. Y...

-Oh, Rupert.

Emma sacó algo que nunca había estado dentro del relicario. Un pequeño dije en forma de barra. De la barra colgaban dijes más pequeñitos. Un hombre y una mujer, tomados de la mano. Tres niñas y tres niños. Y dos adolescentes, un varón y una mujer.

-Oh, Rupert...

-Feliz cumpleaños adelantado.

Emma sonrió y miró a su hermosa familia en miniatura.

-¿Te gusta?

-Es precioso. Gracias...

Ella lo besó.

-Ven, voy a ponértelo.

Emma le dio la espalda y se corrió el cabello para que le abrochara el collar con los dijes y el relicario. Rupert esforzó un poco su vista y consiguió abrochar el cierre de ambos collares. Luego tomó a su esposa por el vientre y la acercó a él, de espaldas. Depositó un beso en su cuello, junto a los collares.

-Te amo.-Dijo Emma.-Puede que de los dos sea la menos expresiva (y sin duda es así), pero no tienen que quedarte dudas con respecto a eso. Eres...

Él sonrió y se preparó para escuchar con atención.

-...Eres lo mejor que me pasó. En serio te amo.

-Mi princesa hermosa.-Susurró en su oído.-También te amo.

Con ese suave arrullo, Emma se quedó dormida.

Rupert se mantuvo despierto unos minutos más, observándola dormir. ¿Podía ser posible que aquella chica realmente le hubiera dado su corazón a él? ¿A un pobre actor? ¿Era en serio?

-Claro que es en serio.

El pelirrojo se sonrojó. Había estado pensando en voz alta y su mujer lo había escuchado. Eso, o Emma era adivina y podía leer mentes.

Ella volteó sonriendo.

-Menos mal que acabo de decirte que no tengas dudas. Eres tan inseguro como Ron... Pero Hermione lo ama. Lo sé porque soy ella. Y yo te amo. Lo sé porque soy yo.

Él rió y la besó suavemente antes de quedarse dormido. Esta vez, sin dudas.

***---***---***---***---***

Will soñaba profundamente.

Emily había ocupado el cuarto oculto que le había pertenecido a su hermana mayor.

Will dormía en su cuarto de siempre. En ese momento, la pequeñita también dormía.

Aquel día era la boda de James y Rebecca. Estaba programada para la tarde.

Por eso ambos, Emily y Will, roncaban profundamente, cada uno en su cuarto.

O eso era hasta que Will sintió una mano tomar la suya. Abrió los ojos esperando ver a la pequeña Emily o a alguno de sus hermanos que hubiera llegado a visitarlo. O a alguno de sus otros primos. O incluso un tío o sus padres.

Lo que nunca, nunca imaginó fue encontrar a Helena. Se suponía que estaba en el Hospital.

-Adivina quién tiene el alta...

Will saltó literalmente de la cama y la besó con entusiasmo.

-Tranquilo, tranquilo. Recuerda que no puedo hacer movimientos bruscos.

-Lo siento. Es que apenas creo que estás aquí...

Ella sonrió.

-En cuanto me dieron el alta vine volando. Quería verte. Estos días que has ido a rendir han sido muy aburridos.

-Lo sé. Pero aprobé todo. Y eso que te he visitado muchas veces...

-Lo sé. Gracias por eso.

Él sonrió y la besó.

-No hay de qué. Oye, creo que deberías ir a despertar a Emily. Seguro muere por verte.

La pelirroja asintió sonriendo y salió del cuarto. Al cabo de unos minutos, Will escuchó un grito de alegría.

-¡Helena!

Will sonrió y buscó algo en el estante de su biblioteca. Tenía algo que decir. Muy importante. Y lo haría esa misma noche.

***---***---***---***---***

Clémence se despertó al oír el despertador.

-Mmm... ¿Qué día es hoy?

Tiana se movió en la bolsa de dormir en el suelo.

-¡La boda!-Dijo Tiana.

Clémence se sentó en la cama y miró a su alrededor.

Tiana dormía en una bolsa de dormir a su derecha. A su izquierda, Bonnie roncaba a pata suelta.

-Pobrecita.-Dijo Clémence mirándola.-Samuel casi no la deja dormir.

Tiana asintió casi dormida.

-¿Qué hora es? La despedida terminó muy tarde... Siento que voy a caerme del sueño.-Dijo Clémence.

Tiana miró su celular.

-Las... Ocho.

-Agh. Detesto madrugar un domingo. O un sábado. ¿Qué día es?

-Sábado.

-Cierto. Mañana es el cumpleaños de Emma... A todo esto, ¿Dónde está?

-Joanne, Evanna y Rebecca duermen en el otro cuarto. Emma estaba en el sillón de la sala. Lamento tener que ir a despertarla, pero la cocina está allí y me toca preparar el desayuno.

La rubia asintió.

-Ve. Yo despertaré a Bonnie y te alcanzo luego.

-Vale.

***---***---***---***---***

Emma despertó cuando sintió los labios de Rupert recorrer los suyos.

-¿Pero qué...?

Él sonrió.

-Shhh. He escapado de la casa de James.

Emma miró la sala de la casa de Oliver y Tiana.

-No entiendo. ¿Escapaste?

-Ajá. La historia de Matt otra vez.

-¿Lo de 'no pueden ver a las chicas hasta la boda'?

-Exactamente.

Emma sonrió.

-Pues no deberías haber venido.

-Claro que debería. Por eso vine. Tenía que besarte... Es injusto no poder verlas. Realmente ridículo.

-Pero...

Él se sentó en el borde del sofá.

-Déjalo ya. ¿Dormiste bien?

-Bastante. Pero me faltaba alguien a mi lado...

-¿Alguien?

-Sí. Alguien como... Un pelirrojo de ojos verde-grisáceos, muy guapo y bromista. ¿Te suena?

Rupert sonrió.

-Bastante.

Emma se incorporó un poco. Su esposo la examinó atentamente.

-¿Eso es nuevo?-Preguntó señalando su pecho.

-No. Hace mucho que tengo este pijama...

Rupert sonrió y se acercó a su oído.

-Yo hablaba de lo que traes debajo...

Emma se miró el pechó. Su pijama llevaba abiertos los primeros botones y eso dejaba al descubierto su sostén. Se ruborizó.

Rupert sonrió y le acarició una mejilla.

-Estaba bromeando.

Ella suspiró.

-Sí. Es nuevo.

El pelirrojo sonrió triunfante.

-¡Ajá! Ya decía yo que nunca lo había visto...

Emma sonrió tímidamente.

-Esta noche tal vez quieras... Verlo...

Él se acercó peligrosamente.

-Depende.

-¿Depende?

-De...-Rupert acercó su mano a la parte baja de la espalda de ella.-De si hace juego con lo de abajo.

Emma se ruborizó de nuevo. Se mordió el labio y asintió.

Él alzó las cejas.

-Me dejas con la intriga. Como sea, creo que tendré que irme y verte esta tarde.

Ella sonrió.

-Supongo.

Rupert se puso de pie y se dirigió hacia la puerta.

-Adiós.

-¡Espera!

Emma se puso de pie y caminó hacia él. Lo tomó de los hombros y lo besó. Él sonrió y le correspondió.

***---***---***---***---***

Tiana acabó de cambiarse y se dirigió hacia la sala, que en realidad era la cocina con un sillón, una mesa y una televisión. Funcionaba como sala de estar, comedor y cocina; todo en uno.

En cuanto vio la escena, tuvo una idea. Tenía que recordar esa frase... La que Oliver había dicho en la película... Listo. Lo tenía.

Silenciosamente se preparó una taza de té y volteó a ver a la feliz pareja, que seguía besándose con tanto entusiasmo que no notaba su presencia.

-Buenos días...-Dijo Tiana de repente.

Emma se separó de Rupert cuando escuchó la voz de Tiana. Él la miró extrañado.

-Rupert, tienes que irte.

-¿Qué? ¿Por qué?

Ella suspiró.

-Ya vete, antes que noten tu ausencia...

-Yo no me preocupo por eso. Duermen como troncos. ¡Y cómo roncan...!

Ella sonrió imperceptiblemente y lo miró una vez más.

-En serio.

-Bien.-Dijo él ofendido.-Me voy. Pero...-Se acercó a su oído y bajó la voz para que Tiana no lo oyese.-Pero a la noche tengo especial interés en ver eso que tienes puesto...

Ella se ruborizó profundamente.

Rupert sonrió. Le dio un corto beso sobre los labios y salió.

Emma se dio vuelta.

-Tiana, yo puedo explicar...

-¿Explicar qué? Ese no era Oliver, así que no es nada preocupante para mí. Tampoco me interesa lo que hagas o dejes de hacer con él. Menos si es tu esposo. Sí, realmente es mala idea intentar conocer detalles. Agh...

Emma rió. Tiana tenía razón.

-Bueno, tengo hambre.-Dijo Bonnie saliendo del pasillo.-¿Qué hay para desayunar?

Tiana y Emma rieron.

-Oigan, no se burlen. Apenas como. La filmación de la película me está dejando menos de tres horas libres al día. Casi no como ni duermo.

El semblante de Emma se oscureció.

-¿Es en serio?

Bonnie asintió.

-Oye, no puedes manejarte así con tu vida, Bonnie, es pésimo para tu salud. Comer y dormir poco no hará que...

-Lo sé. Pero el director dice que tenemos el tiempo muy ajustado y que tenemos que terminar de filmar en unos meses.

-¿Cuánto llevan grabado?

-Cinco minutos de la película.

Tiana frunció el ceño.

-¿Estarás así hasta completar la hora y media?

-Supongo.

Emma y Tiana se miraron.

-¿Quién es el director?

Bonnie suspiró y bostezó.

-Tom.

-¿Quién?

-Tom Felton.

-Bromeas, ¿Cierto?

-No. Es él.

-Pero pensé que ustedes se llevaban mal.

-Sí. Pero es amigo de Dan. Y es mi jefe. ¿Qué puedo hacer?

-Tendrías que hablar con él...

-Déjenlo. Saben que no cambiará de opinión. Además, su novia lo vuelve loco. Creo que en realidad nos hace grabar tanto tiempo porque no quiere regresar a su casa.

-Ah, ¿Mencionaron de casualidad al dulce Hurón Albino?-Preguntó Joanne saliendo del pasillo con una sonrisa.-Sé que no se llevan tan bien, pero, ¿Cuál es el problema?

Emma dejó que Bonnie le explicara y echó a correr sus pensamientos. Tom y ella no habían sido tan malos amigos. Pero realmente cuando consiguió un papel en una serie, en la quinta película, se habían peleado. Estaba siempre de mal humor y les gritaba a todos. Había tenido discusiones con Rupert y con Bonnie más de una vez por eso. Y así habían quedado las cosas. Pero Emma sabía que Dan y Tom se llevaban de maravilla. O casi. Por eso Bonnie no quería problemas con él. Podría costarle una pelea con Daniel.

-...¿Cierto, Emma?-Dijo Joanne de pronto.

Ella parpadeó dejando huir a sus recuerdos.

-¿Cómo dices?

-Que debería hablar con él delicadamente, sin pelear y sin ser agresiva. Tal vez así la escuche. ¿No crees?

-Sí.

-Bien.-Dijo Bonnie suspirando.-Intentaré. Pero saben que no será fácil.

Emma frunció el ceño.

-¿Por qué siento que aquí hay algo que yo no sé o que no me han contado?

-Porque es así. Mira Emma, Tom se casó hace unos años y el año pasado tuvo un hijo. No recuerdo su nombre. Pero los tres estaban felices. Y un día, de la nada, la mujer de Tom desapareció y nadie ha vuelto a saber de ella. Tom tiene una nueva novia que lo vuelve loco porque es demasiado perseguida. Y eso es un problema para él. Por eso nos obliga a grabar tanto tiempo. Su casa debe ser un infierno para él. Sobre todo porque su hijo no se lleva bien con su madrastra.

Tiana se compadeció un poco de él, igual que Joanne. Emma sencillamente volaba en otra parte.

-Bueno, el asunto es que tienes que hablar con él, Bonnie, tú no tienes la culpa de que él se lleve mal con su mujer.

-¿Quién se lleva mal con quién?-Preguntó Evanna saliendo del pasillo.

-Tom y su novia.

-¡Oh! Claro, ya sé quién es ella.-Dijo con amargura Evanna.

-¿En serio?

-Ajá.

Emma notó el tono en la voz de Evanna, pero ya era tarde para advertirles a las demás y que se callaran.

-¿Y quién es?

-Se llama Cecily.

Emma se mordió la mejilla.

"Terreno peligroso. Nadie diga nada. Por favor".

-¿Cómo sabes eso?

"Mierda."

-Porque es la exnovia de Matthew.

Bonnie, igual que Emma, se había callado en cuanto oyó el nombre de Cecily. Pero Tiana, Joanne y Clémence, que acababa de llegar, no tenían idea.

Evanna era bastante calmada y solía aceptar el pasado como era, reconociendo sus errores sin avergonzarse de ellos, admitiendo que eran oportunidades para mejorar. Pero Cecily era un tema que era mejor ignorar. No se enfadaba, pero adoptaba un tono glacial y ácido y dejaba de hablar y sonreír por unas horas. Eso era mucho peor que si se enfadaba. Y aún así no era lo peor de mencionar a Cecily. Matthew siempre les rogaba a las amigas de Eva que no mencionaran a su exnovia ni a nada que tuviera que ver con ella porque Evanna se enfadaba mucho con él. Y el pobre Matthew, que no tenía nada que ver, acababa sufriendo.

Por eso Emma y Bonnie cruzaron miradas preocupadas al ver a su amiga cruzar los brazos y congelar su rostro en una mueca seca y carente de expresiones.

Ambas amigas pensaron lo mismo.

"Por favor, que nadie diga una sola palabra más. Si Eva se enfada y hoy es la boda, todos la pasaremos mal..."

Pero Rebecca, ajena a todo ese cruce de pensamientos, llegó por el pasillo.

-Lamento llegar tarde. ¿De qué hablan?

-Evanna nos contaba sobre la exnovia de Matthew.

"Maldita sea, Tiana, cierra el pico." Pensó Bonnie.

-¿En serio?

-Sí. Aunque no nos la describió muy bien. ¿Te importaría...?

"Ay, Clémence. Cállate ya."

Emma quiso desviar la atención para disminuir la tensión del ambiente.

-¿Alguno de los hombres se ha puesto en contacto con ustedes esta mañana? Rupert no lo ha hecho y estoy preocupada.

-¡Pero Emma! ¡Si lo besaste hace unos segundos!-Dijo Tiana.

Rebecca sonrió.

-No deberías beber, Em. Perjudica seriamente tu memoria.

-¡Yo no bebo!

-¿No? Pues ayer, cuando nos contabas lo mucho que disfrutas de acostarte con Rupert, tenemos que suponer que estabas sobria, entonces.-Intervino Bonnie.

Evanna aflojó su gesto duro.

Emma frunció el ceño y se ruborizó.

-¿Yo hice qué?

-Bonnie está jugando contigo, Emma. Sabemos que no bebes y ya. No te preocupes. No has dicho nada.-Dijo Rebecca en tono conciliador.-Oigan, ¿Está el desayuno? Muero de hambre.

***---***---***---***---***

-Conque aquí estabas. ¿Acostándote con Emma otra vez?-Preguntó Michael Radcliffe cuando vio aparecer a Rupert por la puerta.

El pelirrojo se ruborizó.

-Yo no...

-No te molestes. Te conozco.

-Pero yo no he ido a...

-Vale, pero admite que fuiste a verla.

-Bueno, sí. Pero no fui a acostarme con ella.

-Pero querías.

-Sí.

Michael alzó las cejas aburrido.

-Eso no es novedad. Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta? Es un poco personal.

El pelirrojo se encogió de hombros.

-¿Aún vas a tener relaciones con Emma?

Rupert se tornó escarlata.

-¿A qué se debe la pregunta?

-A nada. Sólo que... ¿Fábrica cerrada?

Él asintió.

-Fábrica cerrada. Suficientes hijos.

-Bien. Pero eso no quiere decir que ya no puedas acostarte con ella. ¿Piensas seguir haciéndolo? ¿O ella no quiere?

Demonios. Eso nunca se la había ocurrido. Tal vez Emma ya no quisiera... Y él estaba presionándola. Rayos, ahora dudaba.

-Pues, Mic, si es por mí, claro que quiero. Pero si no, no lo sé. No lo hemos hablado del todo.

-Oh. Veo.

Michael se calló.

-¿Por qué preguntas?

-Bueno... Porque... Sylvia ya no quiere... Y pensé que...

Ahora era él el que se había ruborizado. Rupert sonrió.

-¿Por qué no hablas con ella?

-Sí. Eso tenía pensado hacer cuan... ¿Qué demonios te has puesto?

Rupert volteó para ver a quién se dirigía Michael. Oliver estaba tras ellos mostrando orgulloso a James, que llevaba un uniforme completo de porrista.

-¿Qué fue lo que tomaste?-Preguntó Michael entre risas.

-Nada. Este idiota hizo una apuesta conmigo y he perdido. Tengo que usar esto hasta las once.

Oliver soltó una carcajada.

-Te lo dije. No deberías haber apostado conmigo. La suerte siempre se pone de mi lado.

-No lo creas, hermano. Quien va a casarse soy yo.

-Pero yo ya lo he hecho.

Rupert rió.

-Cállate, enano.-Dijo James alzando una ceja y mirándolo.-Tú sí que tienes mucha suerte. Te aseguro que te has acostado con Emma más veces que las que todos nosotros juntos nos hemos acostado con nuestras respectivas parejas.

Rupert se ruborizó ligeramente.

-¿Ah, sí?

-Sí.

-¿Cómo puedes afirmar eso?

-Te lo explicaré, genio. Díganme, todos saben cuántas veces se acostaron con sus mujeres, ¿Cierto?-Preguntó James.

Oliver, Michael y Daniel, recién llegado, asintieron.

-Bien. Igual yo. Pero si Rupert puede decirme cuántas veces lo hizo me caso con el uniforme de porrista.

Rupert se ruborizó tanto que parecía una cereza madura.

-No lo sabes, ¿Cierto?

Él negó con la cabeza, intentando vanamente contar.

-Lo sabía. Y ahora desayunemos y cambiémonos que falta poco para nuestra... Digo, mi boda con Rebecca.

Todos asintieron y fueron al comedor.

***---***---***---***---***

-...Y cuando...

Rebecca llevaba cerca de tres horas siendo arreglada por sus cuñadas. Bonnie no dejaba de hablar y dar consejos. Las demás estaban calladas, y Evanna llevó a Emma a hablar en un rincón del cuarto.

-Em, sé que desviaste la atención. Gracias.

Ella se hizo la desentendida.

-No sé a qué te refieres, Eva.

Evanna sonrió.

-Sí lo sabes. Sobre lo de Cecily. Te lo agradezco.

Emma sonrió.

-Cuando quieras.

Evanna la abrazó.

-Te quiero, Emma. Eres una excelente amiga.

-También tú.

-¡Oigan, ustedes dos! ¡Dejen las reconciliaciones para después! ¡Necesito ayuda con esto!-Dijo Bonnie sujetando la cola del vestido.

Emma sonrió y se dirigió a ayudar.

-Emma...

-¿Qué?

-Dime algo. ¿Piensas tener más hijos?

Ella rió.

-Oh, no. Los niños son sin duda algo hermoso y ser mamá es lo mejor que puede pasarte, pero ocho son más que suficientes. Fábrica cerrada.

Todas rieron.

-Pues a mi parecer, dos ya son demasiados.-Dijo Tiana, haciendo que todas rieran.

-Tres son multitud, dos son compañía.

-No, Bonnie, eso se usa cuando hablas sobre una pareja. Estamos con el tema "niños".

Todas rieron de nuevo.

-Déjenme vivir tranquila con mis refranes mal dichos.

Emma sonrió.

-Vamos, no te enfades. Te estamos tomando el pelo.

Joanne pensó unos segundos sobre la mejor forma de abordar el tema. Decidió que ir directo al punto era lo mejor.

-Emma...

-¿Sí?

-¿Helena qué tal está?

Emma sonrió.

-Mejorando. Gracias por preguntar.

-Es bueno oír eso. Pero yo preguntaba por otros motivos. Por lo de su supuesto embarazo...

-¿Qué hay con eso?

-Pensé que tal vez ella quisiera ser madre y le hubiera chocado la noticia.

Emma se encogió de hombros.

-Ni idea. Sé que ama a Will. Pero nada más. Si quiere formar una familia o no es algo de lo que no estoy enterada.

***---***---***---***---***

Cuando la hora de la boda llegó al fin y todos estuvieron sentados viendo a la novia avanzar por el pasillo, Arthur vio algo que le llamó la atención.

No fue sino hasta luego de la boda que se acercó a ella.

-¡Ally! ¡Estás de vuelta! ¡Pensé que estabas...!

Ella sonrió y lo besó.

-Regresé hoy. No iba a venir, pero según Rebecca es mi logro que los dos se casen. Por eso me quiere aquí. Y no pude decir que no.

-¿Tienes que irte otra vez?

-Sí.

-¿Cuándo?

-Pasado mañana.

Arthur hizo un puchero.

-Rayos. Entonces supongo que...-Dijo pícaramente.

Ally abrió los ojos.

-Lo que sea que estés pensando...

Él la besó.

Ally acabó cediendo.

-Bien. Pero si llego tarde a mi vuelo voy a culparte y me enfadaré mucho.

-Eso no será problema. Sólo requerimos unas horas.

Ally sonrió antes de salir de la recepción con él, en dirección al apartamento.

***---***---***---***---***

-Helena.

-¿Sí?

-¿Disfrutas de la fiesta?

-Sí.

-Bien. Lamento tener que hacer esto, entonces, pero quiero hablarte unos segundos afuera.

Ella se encogió de hombros y salió tras Will hacia el jardín.

***---***---***---***---***

-Vaya. Estoy exhausto.-Dijo Rupert dejándose caer sobre la cama.-He bailado como nunca en mi vida. A propósito, mejoraste en tu baile desde los veinticinco.

Emma lo miró y frunció el ceño.

-Vete al demonio.

Rupert sonrió mientras la veía entrar al baño. Fue entonces que recordó algo importante.

-Emma...

-¿Qué ocurre?-Respondió la melodiosa voz desde adentro.

-Yo... Yo quería saber... Si... Si no te importa...

Ella asomó la nariz por la puerta del baño, intrigada.

-¿Saber qué?

Rupert tomó aire y lo dijo todo de un tirón:

-Quiero saber si aún quieres acostarte conmigo aunque ya hemos decidido no tener más hijos.

Ella sonrió y volvió a entrar al baño. Le parecía extremadamente considerado que preguntara eso.

Rupert se quedó confundido afuera mirando perplejo la puerta del baño.

Emma salió y se sentó a su lado con expresión seria. Rupert se desanimó. Iba a decirle que no...

Pero Emma no dijo lo que él creía que oiría.

-Es una lástima que estés cansado.

-¿Cómo dices?

-Que es una lástima... En fin. Será otro día.

Rupert la miró.

-¿Aún quieres...?

-¿Qué pasó con el turno de guardia de la fábrica?-Dijo ella sonriendo y encogiéndose de hombros.

Rupert sonrió aliviado. Se acercó a ella y la besó.

Emma se puso de pie y se dirigió al baño sin propósito alguno. Sólo quería que él la detuviera. Lo cual ocurrió.

-Oye, tú no vas a ninguna parte.

Emma sonrió. Rupert la hizo dar una vuelta sobre sí misma y chocar de espaldas contra la pared.

Ella tanteó en la oscuridad buscando el interruptor de la luz para prenderla. Pero la voz insinuante de él y su firme muñeca la detuvieron.

-No te harán falta las luces. Me aseguraré de que sientas cada cosa como si estuvieras viéndola.

Ella tembló con el peso de sus palabras.

Rupert la besó de nuevo. Emma enrolló las piernas en su cintura.

Los dedos de él recorrían hábilmente los hombros y la espalda de ella, buscando el cierre de su chaqueta. Y lo encontraron. Emma sintió una oleada contradictoria de calor inundarla cuando su chaqueta abandonó su cuerpo.

Rupert perdió su saco y su corbata debido al entusiasmo que tenía su mujer. Estaba tan convencida de que nada iba a ocurrir... Hasta ese momento.

Rupert decidió buscar lo que quería ver. Lo mismo que aquella mañana.

Acercó sus manos a la camisa de Emma. Se la quitó de un tirón y se sumergió en su piel, buscando un trocito de ella que hubiera recibido perfume aquella mañana.

Emma suspiró notablemente. Rupert no dejaba de besarla en todas partes y eso la enloquecía.

Cuando Rupert se quitó la camisa, Emma le acarició el pecho suavemente.

-¿Cuántas veces vas al gimnasio, dices?

El pelirrojo sonrió.

-Eres una exagerada. No es para tanto.

Ella abrió los ojos.

-Y vaya si lo es . Pareces...

Rupert atrapó sus labios y la calló.

Emma suspiró al sentir las manos de él buscando su cintura y, con ella, la forma de quitarle el pantalón.

Ella sintió su Universo dar vueltas cuando su pantalón cayó al suelo y él comenzó a mirarla.

-Emma...

-¿Qué?-Preguntó sonrojada.

-Muéstrame eso. A ver...

Ella rodó los ojos.

-No seas infantil.

-No lo soy. Quiero verte. Modela para mí. ¿Puedes?

Ella negó con la cabeza. Rupert tuvo una idea y volvió a sumergirse en el cuello de su esposa.

-Puedes... Por favor...

-Yo...

Rupert apoyó sus manos en la espalda de ella y las bajó por su columna.

-Venga...

Cuando Emma quiso darse cuenta, Rupert, sentado desde la cama, la miraba ávidamente.

Ella se sonrojó mucho más.

-¿Vas a decirme algo?

-Voy a decirte que te queda perfecto... Afortunadamente no modelas ropa interior. De esta forma sólo yo puedo verte... Te tengo modelando sólo para mí...

Rupert sonrió y se puso de pie para acercarse a ella y atraerla hacia sí.

Emma cayó de espaldas sobre la cama con él besándola con intensidad.

Y en ese momento se dejó caer en aquel remolino de emociones y pasiones recién despiertas que aparecía cada vez que estaban juntos y él la miraba de esa forma.

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