Junto al río Támesis (Emma Wa...

By LuciaEntreLetras

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Imagínense si estos dos actores de Harry Potter estuvieran juntos. ¿Cómo sería? Han pasado cinco años desde l... More

El funeral
Londres
Un motivo para quedarme...
Un momento mágico
Amanecer en Londres
Tenemos que agradecerle...
Explicaciones
Devuélvemela
Conversaciones entre amigos
¿Hiciste qué cosa?
No vimos por dónde caminábamos
Reunión entre seis amigos
El plan B
Melenas revueltas.
Tres amigas
Compras y confidencias
¿Te gusta?
Despertar a tu lado
Lunes de pesadilla
Mal momento
Un martes de boda
Peros
Primer Aniversario
Gran noticia...
Felices veintiséis
Agosto veraniego
Amor ardiente. La luna lo sabe todo
Evanna y Matthew
La promesa
El lado oculto del apartamento
Trabajando en equipo
Gracias, David
Preparando la sorpresa.
Táctica y Estrategia
¡SORPRESA!
La apuesta
Todo va a estar bien...
Recuperar tiempo perdido
La primera mañana familiar
Familia unida
Hora de almorzar
¿Recuerdas?
Dos semanas
La decisión
Reunión familiar
¿Lo entienden, cierto?
Información involuntaria
Los trámites
Realmente brillante...
Honestamente amo a Rupert
Sábado por la mañana
El veredicto
Reunión Weasley
Actividades en familia
Domingo a lo Weasley
Lunes pelirrojo... Lunes Weasley
Campamento
El ganador
Separaciones
Adiós, soltería
La última noche
Casamiento civil
La boda
La recepción
Te amo
Comenzar de nuevo
Arreglos de último momento
Viajar
En casa
Roma y Venecia
Capri y Cinqueterre
La enfermedad de Emma
Edimburgo
Felicidad
Preocupaciones
Malentendidos
Conferencia de prensa
Charlas
¿Todos listos?
Esperaré por ti
Tres de la mañana
Una estúpida pelea
Recapacitemos
Amelia
Ojos
Muérdago
Navidad
Año Nuevo
Feliz Cumpleaños, Helena
Escuela
Dos
Intentos
"La Boda del año"
Molestias
Mellizos
Conociendo a la familia
La fiesta
Veinte de junio
Llegada
El telegrama
Creciendo
Entrevistas
Tu sonrisa
Te extrañé
Cinco años después...
Episodios cotidianos
Abril
Inesperado
¿No intentarás nada?
Fiestas y despedidas
Caballeros y princesas
Lejos
Perdóname
Estoy confundida...
Reconciliación
Cena con los Lewis
Malas noticias
No soporto verte llorar
Suspirar
Aliviados
Averiguaciones
En el Caribe
Cómo sobrevivir a Agosto
Pensamientos
Álbum de recuerdos
Demasiadas preguntas
Bienvenidos
El Puente de los Candados
No cometas ese error
El farol
J.P. y Rebecca
La historia tras el telegrama
La noticia
El accidente
La Bella Durmiente
Hogar
Pelirrojos
Proposiciones
Secretos
Desilusión y consuelo
Anuncios
Dos años después...
Maisy
¿Confías?
Objetivos cumplidos
Examen
Blanca Navidad
Jugar
Gala de Año Nuevo
Bien ganado
Doble triunfo
El sueño
¿Invasión extraterrestre?
Grabando otra vez
Esto es una pesadilla
Demasiado tarde
Contigo
No es culpa tuya, Emma
El verdadero primer beso
Flores
Cancelado
La foto
De cómo nace una idea
Lo prometido es deuda
Especial #Rankin
Nueva historia
Necesito su ayuda.

Regreso

1.1K 69 18
By LuciaEntreLetras

-¡Mamá! ¡Austin me está molestando!-Se quejó Madeleine con Emma apenas ella bajó las escaleras.

Rupert estaba sentado en el sofá con Emily, Dan y Michael, y apenas oyó a Maddie levantó la vista sonriendo embobado al ver a su mujer bajar las escaleras con Simone en brazos.

Emma dejó con cuidado a su sobrina en el piso y se agachó para quedar a la altura de Madeleine y Austin.

-Por favor, pequeños, no peleen.

-Yo no soy pequeña, y es Austin el que me está molestando.

-Claro, tú no eres pequeña. Pero de todos modos no quiero que peleen, ¿De acuerdo? Tienen que intentar llevarse bien, al menos. Por favor, estamos con invitados y papá y yo no podemos ocuparnos de que ustedes no discutan. ¿Pueden no pelearse por hoy?

Los dos se miraron.

-Bien.

Emma sonrió y los abrazó.

-Gracias, niños. Ahora vayan al jardín a jugar con sus primos.

Los dos salieron corriendo.

-Dan trabajo, ¿eh?-Preguntó Michael.

-No tienes idea.

Emma se acercó a ellos y se sentó junto a Rupert. Él le apretó una rodilla cariñosamente y le sonrió.

-Bueno, Emma, falta poco para tu cumpleaños. ¿Has pensado ya qué quieres hacer?-Preguntó Dan.

Emily se sentó en el regazo de su madre y le tomó la mano. Emma sonrió y le besó el cabello.

-Supongo que voy a hacer una fiesta aquí, como todos los años. Digamos que con todos mis hijos en la casa no tengo muchas más opciones.

Michael rió.

-Mira, Emma, si quieres un descanso, nos avisas y arreglamos. Margaret suele ir a la casa de Amelia casi siempre, no creo que Sylvia tenga problema en recibir a alguno de los niños en casa, y Dan, Julie o Domhnall pueden ocuparse de los demás.

Emma le sonrió.

-Gracias, pero cada vez que se van hay demasiado silencio. Creo que ya me he acostumbrado al ruido. ¿Tú no, cielo?

Rupert bostezó.

-La verdad, no. Los niños hacen mucho ruido. De todos, el más silencioso es Ryan, y eso que cada tanto lo escuchamos ir a la cocina a robar algo para comer.

-Es mi propia casa, no es robar.-Repuso él entrando a la sala.

Rupert rió.

-Reconozco que yo mismo lo hago. Pero aún así él es más silencioso. Y, si no fuera porque Helena se ha mudado, Madeleine es la más ruidosa. Habla todo el tiempo. Jack y Austin son bastante callados. Y Emily también habla mucho, pero cuando hay invitados no. ¿Cierto, princesa?-Dijo Rupert mirando a su hijita.

Ella se ruborizó y escondió su rostro en el pecho de Emma. Su madre sonrió y le acarició el cabello.

-Nena, ¿por qué no sales a jugar con tus primos?

-No quiedo.

-¿No? ¿Por qué?

-Me abudo.

Emma sonrió.

-¿Y te diviertes escuchándonos hablar?

Emily alejó su rostro del pecho de Emma y la miró pensativa.

-No.

-¿No te diviertes más jugando?

-Sí.

-Entonces sal. En un rato papá y yo saldremos y si te aburres mucho jugaremos contigo, ¿Te parece?

Ella asintió y salió afuera. Rupert sonrió.

-¿Sabes? Jamás se me habría ocurrido decirle eso.

-Eso es porque nunca usas el ingenio.-Dijo Dan riendo.

Michael lo miró reprobador.

-Claro que usa el ingenio. Sólo que no lo hace cuando hace días que no duerme.

Rupert suspiró y apoyó su cabeza en el hombro de Emma. Ella le tomó la mano.

-¿Por qué has estado durmiendo tan mal?-Preguntó Dan.-Tienes unas ojeras que llegan al piso.

Emma también suspiró.

-Rupert está preocupado. Hace dos meses un estudio de doblaje lo contrató para hacer un trabajo y prometió pagarle una grande suma. Él aceptó y dejó unos pequeños trabajos para hundirse de cabeza en ese. Pero la compañía ahora se niega a pagarle. Ya le he dicho varias veces que con mi trabajo abastecemos la casa, que no tiene que preocuparse si esta vez no le pagan. Pero aún así...

-Em, hace años que no actúo en ninguna película, sólo hago el doblaje de animaciones. Es mi trabajo. Y aún sabiendo que tú puedes mantener la casa, es frustrante que no me paguen. Sé que eres modelo y que, aunque también hayas dejado de actuar, doblas voces y produces películas, pero ganas...

Emma rodó los ojos.

-Ya te lo he dicho. Gano bien. No tienes que preocuparte. El dinero no falta, ni por tu parte ni por la mía. Todo está bien.

-¿Cuánto te pagan por modelar?-Preguntó Dan, decidido a cambiar de tema antes que la pareja discutiera.

-Eso depende de la marca que sea. Y qué tipo de ropa. Por ejemplo, cada vez que he estado embarazada y he modelado así, con ropa para embarazadas, me han pagado más. Pero como sólo me toman fotos y no soy modelo de pasarela, no sé decirte un precio fijo.

Michael se puso de pie.

-Todos los demás están fuera. ¿No creen que deberíamos salir?

-Cierto.

Los cuatro salieron.

Ryan había entrado para buscar comida que ofrecer a los invitados. Todos los niños jugaban entre ellos. Los adultos se habían sentado en el suelo, sobre una manta.

Helena se había acostado y apoyaba su cabeza en el regazo de Will, que estaba sentado junto a Arthur. Arthur, Daphne y Ryan conversaban vaya a saberse sobre qué. Aunque Arthur tuviera diecisiete, Ryan quince y Daphne catorce, se llevaban muy bien.

Emma y Rupert se sentaron en la ronda donde estaban los adultos. Michael y Dan se ubicaron junto a sus respectivas esposas.

Todos escucharon en silencio el relato de Julie y Mark, muy interesante, sobre los lugares que habían visitado.

-...pero lo que más se siente en los viajes es la ausencia de la familia. Los extrañamos mucho.-Dijo Julie.

-También nosotros, abuela.-Dijo Helena desde su lugar.

-Ahora es su turno. Cuéntennos. ¿Cómo ha estado todo?

-Pues, Amelia, Jean y Sam han estado muy bien. Casi no se quedan quietos y me cuesta mucho hacer que se despierten, pero por lo general son niños adorables. Amelia vive más en casa de Michael que en la mía.-Dijo Evanna sonriendo.-Ella y Margaret son buenas amigas. Y Sam y Anthony también lo son. Jean prefiere estar con Sophie y Simone.

Julie asintió y miró a Oliver.

-Lo que es la vida, nada interesante.-Respondió él a la mirada de su madre.

Tiana le dio un coscorrón.

-No respondas así, Oliver. Bueno, Julie, Thomas y Clare han estado bastante tristes por su partida. Ambos los aprecian y disfrutan visitarlos. Cuando les dijimos que no podrían ir por unas semanas, se echaron a llorar por casi una hora. Pero al final logré explicarles cómo es un viaje y se distrajeron.

-Peter y Paul son realmente cansadores. Lo único que no hacen es volar, y eso que no tienen alas. Cuando se juntan con Jack, hacen temblar la Tierra. Lo único que le pido al cielo es que nunca se hagan daño, porque con todo lo que se mueven...-Dijo Bonnie.

-Los mellizos, Austin y Emily han estado muy bien, Julie. Sin problemas graves. Madeleine y Austin discuten con frecuencia, pero por lo general se arreglan solos. Casi nunca molestan. Sin embargo, Bonnie tiene razón: Cuando Jack, Peter y Paul se juntan, son terribles. Emily aún es pequeña y casi no habla, excepto con Rupert o conmigo. Pero es una niña adorable y los ha extrañado mucho.-Dijo Emma sonriendo.

-Por lo que parece, los pequeños están genial. Ahora, ¿Qué hay sobre los grandes?-Preguntó Julie.-Arthur, ¿qué tal la escuela?

-Oh, genial. Ya casi termino el año y podré empezar la Universidad.

-¡Qué bien! ¿Ryan y Daphne?

-Nosotros aún esperamos, el año ha sido agotador. Por suerte, todo en orden.

-Perfecto. ¿Will, Helena?

-Nosotros nos llevamos muy bien. No recuerdo haber discutido ni una sola vez desde que nos mudamos.-Dijo Will.

-¿Y qué tal el apartamento?

-Oh. Ehh... Bien, supongo. Cuando salimos para la Universidad, cerramos pero pasa a limpiar una mujer que contratamos. Los días que coincidimos en el almuerzo regresamos y Helena cocina. A la tarde tenemos más clases o actividades, así que regresamos tarde. Por lo general, yo cocino y Helena lava la ropa o plancha. Eso cuando llegamos tarde. Si llegamos temprano, vemos una película, leemos o ponemos un poco de orden. Luego hacemos lo mismo, sólo que yo cocino y ella pone la mesa.

Julie asintió con aprobación.

-Me parece genial que dividan las tareas de la casa. Así debe ser.

Helena sonrió y le tomó la mano a Will.

-¿Y la convivencia en pareja?-Dijo James con picardía, mirando a Oliver.-Ya saben, las cosas que hacen las parejas, como cuando se acuestan pero ninguno duerme, o...

-¡James! ¡Hay niños aquí! ¡Y son muy pequeños!

Helena se ruborizó y Will sonrió.

-Ya no tenemos quince, abuela. Pero si tanto te interesa, James, la convivencia va muy bien. Nada de problemas. Y, lo creas o no, nada ha ocurrido.-Dijo Will sonrojándose.

-Aún.-Susurró Ryan al oído de Daphne.

Ella rió y se mordió el labio.

-¿Por qué no nos vamos, Ryan? Sospecho que la conversación podría ponerse un poco... Tú sabes. Será mejor si nos largamos. No quiero escuchar eso.-Susurró Daphne.

El pelirrojo asintió.

-Te veo en mi cuarto en cinco minutos.-Dijo distraídamente.

Daphne se puso de pie sin motivo aparente y caminó hacia la casa. Transcurridos cinco minutos, Ryan se puso los auriculares y también entró.

Emma los observó sin decir nada.

Helena estaba cansada. Había tenido que estudiar mucho aquella semana, además de que la mujer que limpiaba se había enfermado y ella había tenido que hacer todo.

Will miró a su novia y pensó, sonrojado, en lo que James acababa de decir. ¿Ella querría...?

Helena sacó a Will de sus pensamientos cuando rió.

-¿Qué pasa?

-Es que a mi hermano aún le gusta Daphne, evidentemente. Y me parece gracioso que piensen que la mejor forma de disimular es irse a la casa con cinco minutos de ventaja.

Will también rió y notó a Helena bostezar. Miró a su alrededor. Comenzaba a oscurecer. Era domingo, así que la mañana siguiente tendría que levantarse temprano...

-¿Quieres que regresemos al apartamento?

Ella cerró los ojos. Escuchó las risas de sus primos y de sus hermanos. Se sentía en familia. Pero no podía quedarse más, estaba muy cansada.

-Sí.

-Bien.

Will se puso de pie y la ayudó a hacer lo mismo.

-Bueno, familia, nos vamos. Tenemos que levantarnos temprano mañana. Abuelos, fue hermoso volver a verlos.

Julie y Mark sonrieron.

-Lo mismo digo.

Emma se puso de pie.

-Voy a abrirles.

Helena, Will y Emma desaparecieron dentro de la casa. Cuando se quedaron a solas, Emma se dirigió a su hija.

-Helena, ¿Todo está bien? Tienes unas ojeras enormes.

-Todo está bien, mamá. Sólo estoy muy cansada, esta semana ha sido extenuante para mí.

-De acuerdo. Recuerda que si necesitas algo puedes contar conmigo, ¿Vale?

Ella asintió y se despidió.

-Mamá...-Susurró.-Tienes que creerme, Will y yo no...

-Te creo.

-Gracias. Y algo más. Vigila a Ryan y Daphne por mí.

Emma sonrió.

-Eso haré.-Aseguró.

***---***---***---***---***

-Bien. Te conozco. Si querías entrar seguramente no era sólo porque estabas aburrida. ¿Qué pasa?

Daphne se ruborizó.

-Quiero que me digas algo.

Ryan se encogió de hombros.

-Claro, lo que quieras.

Ella cruzó los brazos.

-Mira, Ryan, sé que eres mi mejor amigo, pero eso no justifica lo que hiciste.

Él alzó las cejas.

-¿Qué hice?

-Sé que le dijiste a Cristopher que se alejara de mí. ¿Por qué? Sabes que me gusta desde quinto grado, y ahora que ha comenzado a fijarse en mí...

-No lo conozco. No sé cómo es en verdad. Tampoco tú. Es mayor. Y además, no me metería en tu vida si me contaras lo que ocurre. ¿Cuándo pensabas decirme que lo besaste?

Daphne enrojeció.

-¿Cómo es que sabes eso?

-Si vas a tercer año y vas por ahí besando a los de cuarto, no puedes pretender que él no diga nada. Les encanta presumir, y...

-Bueno, yo te contaría, pero pareces muy ocupado con tu novia Phil.

-¿Philippa? No seas ridícula, somos amigos.

-Pero ella te gusta.

-No.

-¿Y por qué llevas diciendo que te gusta desde que entró a la escuela?

-Porque me gustaba. Ahora no. Y eso no cambia lo que dije, somos amigos, es todo. Y paso tiempo con ella porque tú lo haces con Cristopher.

-Cristopher...

-Es tu novio, y sé que quieres dedicarle tiempo, pero pensé que también podrías dedicarme algo de tiempo, ya que somos mejores amigos.

Daphne se apoyó en la pared y cerró los ojos.

-Ryan, los mejores amigos no amenazan a los novios de nadie. Ni les dicen que se alejen de sus novias. ¿Por qué lo hiciste?

-Ya te lo dije, no lo conozco. Y tú tampoco lo haces. Por favor, hasta hace un mes ni siquiera sabía tu nombre y ahora son novios: ¿En qué Universo es eso posible?

Ella abrió los ojos enfadada. Ryan estaba muy cerca de ella. La conocía bien y sabía que deseaba salir corriendo.

-En este Universo lo es. ¿O te parece imposible que alguien se fije en mí?

-No dije eso.

-Pues eso parece. La verdad, estás siendo ridículo. No tienes que tratarme como a tu hermana, puedo salir con quien yo quiera, y no deberías esperar que esté sola para siempre.

-¡Yo nunca dije eso!

-Entonces, ¿Por qué te importa tanto? ¿Qué te molesta que yo tenga novio? ¿Por qué no quieres...?

-¡Porque estoy enamorado de ti, idiota! ¡Por eso!

Daphne no tuvo tiempo para pensar en lo que él le había dicho, porque Ryan la tomó por la cintura y la besó.

Ella no sabía qué hacer.

El pelirrojo esperaba que Daphne lo golpeara, lo alejara de ella o lo insultara. Ciertamente no esperaba lo que ocurrió.

-¿Sabes? Llevo desde sexto grado esperando esto. Te has tardado bastante, ¿no crees?-Dijo ella pasándole las manos por detrás de la nuca y envolviendo las piernas en su cadera.

Ryan no sabía en dónde estaba, qué hora era ni quién era. En aquel momento sólo podía pensar en los labios de Daphne.

-¿Qué estoy haciendo?-Susurró Daphne.-Tengo novio y tú eres mi mejor amigo desde los nueve años...

-Razón de más para que decidas no decirle esto a nadie, ¿no crees?

-Yo... Lo siento.

Daphne volvió a besarlo, apoyó los pies en el piso, se dio vuelta, salió por la puerta y cerró con fuerza atrás de ella.

***---***---***---***---***

-¿Te encuentras bien? Helena...

Will tocó la puerta preocupado.

-Sí...

-¿Puedo pasar?

-Sí.

Él entró al cuarto. Helena estaba acostada sobre la cama, mojada, con una toalla que la envolvía.

-¿Acaso te has vuelto loca de repente?-Preguntó él incrédulo.-Morirás de frío. Vístete. ¿Qué haces así?

Ella se encogió de hombros y cerró los ojos.

-Estoy cansada, Will.

-Bien. Entonces tienes que dormir un poco. Vístete, te traeré la cena y puedes acostarte temprano.

-No entiendes. Estoy cansada de la Universidad, y no estudio Física Cuántica, como tú.

Él rodó los ojos.

-Te he dicho mil veces que no estoy estudiando Física Cuántica, sino Ingeniería Química.

-De acuerdo, de acuerdo. Como sea.

-¿Qué tiene de malo la actuación? Pensé que por eso te habías anotado en la Facultad de Arte Dramático. Llevas dos años y nunca te has quejado...

-Will, ¿tú amas lo que estudias?

-Sí.

-Ese es el problema. Yo no. Siento que ya no me gusta actuar. Además, cuando crezcamos y formemos una familia, ¿Qué me espera? ¿Tendré que dedicarme a doblar y producir películas? Eso es lo que hacen mis padres, pero a ellos eso sí les gusta. No a mí. Prefiero hacer otra cosa.

Will se puso pensativo.

-Nena, aún te quedan cinco años en la Facultad. Si no quieres estar allí, deberías cambiar de carrera ahora, cuando comience el nuevo año escolar.

-Lo sé. Pero ese es otro problema. No sé qué me gusta.

Él buscó en el armario y le arrojó ropa para que se vistiese. No volteó a verla para que pudiese vestirse tranquila.

-Mmm... ¿Qué tal Física Cuántica?

Aún sin verla, Will supo que ella había hecho una mueca de asco. Detestaba las matemáticas y los números.

-No, gracias. Prefiero seguir en donde estoy.

Will rió.

-¿Ciencias Sociales?

-¿Como mis abuelos? No, gracias. Londres me gusta y no quiero tener que irme.

-¿Lenguas?

-No lo creo.

-Me estás dejando sin opciones. ¿Qué opinas de...?

Ella se paró atrás de Will y lo volteó de un hombro.

-...¿Anatomía? Yo podría ayudarte a estudiar...-Dijo él observándola con el pijama.

Helena amenazó con irse.

-No seas idiota y responde cossas con sentido.

-Vale, vale, no te enfades. Pero piénsalo. No Anatomía, pero Medicina. Tal vez puedas ver Pediatría o algo así...

Helena cerró los ojos. Will la besó.

-Ya encontrarás algo. Porque no quieres seguir en Teatro, ¿cierto?

-No lo creo.

-Bien. Entonces piensa en algo que te guste. Prueba a pensarlo así: ¿Existe algo que esté mal en el mundo y que quieras arreglar? ¿O, por el contrario, existe algo que está demasiado bien y quieres formar parte de ello?

Helena meditó unos segundos.

-Tal vez podría ser doctora. Ahora que lo pienso, hay muchas enfermedades y dolencias que...

El celular de Helena sonó.

-Disculpa, Will, es Ryan. Tengo que contestar.

***

-¿Hola?

-Acabo de besar a Daphne.

-...

-¿Sigues ahí?

-Es una broma, ¿cierto?

-No. No puedo creer que lo hice. Y que...

-Espera, hermanito. Más despacio. ¿Que hizo ella?

-Ella... Me correspondió.

-Vaya, es genial.

-No del todo.

-¿Por qué no?

-Porque tiene novio.

-Auch.

-Sí. Y además, luego de unos minutos se bajó de mi cintura y...

-¿Qué?

-Ella se había abrazado a mi cadera con sus piernas. Luego de unos minutos, me dijo "lo siento", se bajó y se fue sin decirme nada más.

Helena escuchó a su hermano sollozar.

-Hey, tranquilo.

-Es que... ¿Y si no vuelve a hablarme nunca?

-Tendrá que hacerlo. Son compañeros, y, lo más importante, son amigos.

-Pero puede ser que ahora yo haya arruinado todo.

Will estaba oyendo, y decidió intervenir. Le quitó el celular a Helena y dijo:

-Escúchame, tonto, por si no lo has notado, mi hermana está irremediablemente enamorada de ti. Que la hayas besado en un mal momento, o que la hayas sorprendido, es otra cosa. Ya verás que en cuanto razone sobre lo ocurrido irá corriendo a tus brazos.

-No, Will. Ella no es así, ese no es su estilo. Nunca vendría a mí, no va a ser tan fácil hacer que admita lo que siente.

-Si eso crees, entonces dale tiempo. Dos o tres semanas. Luego prueba otra vez. Prueba ir por ella otra vez. Para ese entonces, si quiere estar contigo, te lo dirá. Si no, también.

-Gracias, Will. Creo que eso haré.

-Bien. Y recuerda: Puedes contar con mi ayuda. Pero no te pases con mi hermana.

-Tú tampoco con la mía.

Helena sonrió y habló por el auricular:

-Adiós, Ryan. Suerte.

-Adiós. Gracias.

***

-Maldito mocoso.

Helena alzó las cejas.

-¿A qué viene eso?

-Justo cuando quiero proponerte algo tu hermano me dice que...

-¿De qué hablas?

-Yo...

Will enrojeció. Helena sonrió comprensivamente y lo abrazó.

-Sé que, pase lo que pase, no me harás daño. Así que no tienes que preocuparte, ¿De acuerdo? Sin importar lo que Ryan diga, ¿vale?

Will asintió.

-Bien. Y ahora vamos a cenar. Muero de hambre.

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