"Rupert's a real gentleman and if I had to kiss anyone, I'm glad it was him". Emma Watson.
("Rupert es un verdadero caballero y de tener que besar a alguien, estoy agradecida de que haya sido él". Emma Watson.)
***---***---***---***---***
Al salir de la iglesia, todos se trasladaron hasta la quinta donde sería la recepción. Al ser uno de los pocos días al año de sol, habían (James, Oliver y los Weasley que no ayudaban a Emma y Rupert a arreglarse) colocado una enorme carpa blanca en el jardín con varias mesas para sentarse a comer.
A medida que iban llegando, los Phelps les señalaban los carteles sobre las mesas que indicaban dónde se sentaba cada uno.
Cada invitado se fue ubicando en su mesa. Faltaban quienes se sentaban en la mesa más importante: Los recién casados, los padrinos, los hijos de ambos y Joanne, que estaba cuidando de los niños.
-Su atención, por favor.-Dijo Julie poniéndose de pie.
Todos se callaron.
-Gracias. En primer lugar, felicitaciones por cómo quedaron el salón y el jardín. Están hermosos. En segundo lugar, se ruega a cada invitado que no deje cosas en los pasillos de circulación. En tercer lugar, los recién casados llegarán en cualquier momento. Les agradeceremos si no se paran a saludarlos para evitar un tumulto, luego podrán hacerlo. Y por último, ya lo dirán ellos cuando les llegue su turno, pero les estamos muy agradecidos por haber venido y esperamos de todo corazón que disfruten mucho. Gracias.
Julie volvió a sentarse entre aplausos cordiales. Luego todos comenzaron a hablar otra vez.
***---***---***---***---***
Bonnie y Daniel salieron de la iglesia muy felices por sus amigos.
-Estoy muy orgullosa de ellos.
-También yo. Y los pequeños se han portado de maravilla. En un momento creí que alguno iba a gritar o algo así, pero no ocurrió.
-Lo sé. Yo temía que los padres de Emma dijeran algo...
-Y yo. Cuando el cura preguntó si alguien se oponía aguanté la respiración hasta que siguió hablando. Casi me desmayo, pero no podía respirar tranquilo sabiendo que había una posibilidad de que algo saliera mal...
-Lo sé. Yo hice lo mismo. Y creo que, excepto nosotros y los recién casados, nadie notó que llegaron. Los niños ni siquiera los conocen, ¿puedes creerlo? Todo porque los padres de Emma querían que ella se casara con un deportista. ¿No crees que es ridículo? Mis padres nunca harían lo mismo.
-¿De veras?
-Claro. Ellos quieren que sea feliz. Y los padres de Emma por fin han notado que Rupert es quien la hace feliz. Sin importar su profesión, él la ama. Y es todo lo que importa.
Daniel asintió, pensativo.
-Bonnie...
-¿Sí?
-¿Tú... Tú quieres ser feliz?
-¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que quiero ser feliz. Nadie querría estar triste...
-Lo sé, pero... ¿Quién sería tu felicidad? ¿Con quién la compartirías?
Bonnie lo miró.
-Claro que contigo. Y con Will, Arthur y Daphne...
-Sí, pero... Lo que quiero decir es...
-¡Bonnie! ¡Dan!-Gritó Evanna al ver llegar el auto al estacionamiento del salón.
-Lo siento. Luego podremos hablar tranquilos.-Dijo Bonnie besando a Dan en la mejilla y bajando del auto para saludar a Evanna.
Dan suspiró. Preguntarle a Bonnie lo que quería sería más complicado de lo que había pensado.
***---***---***---***---***
-Bueno, niños, díganme qué opinan. ¿Qué les pareció la boda?-Preguntó Joanne desde el asiento del conductor.
-Pues... Fue muy romántica, dulce y hermosa.-Dijo Daphne desde el asiento trasero, junto a Ryan, Helena y Will.
Arthur iba al lado de Joanne.
-Yo creo que fue demasiado cariñosa...-Dijo Ryan frunciendo el ceño.
Daphne rió y le dio un codazo.
-Eres un exagerado.
-No es cierto. Tú eres exagerada. Demasiados besos...
-Ryan...
-Daphne...
-Fue mi idea.
-No.
-Sí.
-Oh, vamos, cállense.-Los reprendió Will.- Van a despertarla.
-¿A quién?-Dijo Arthur volteándose.
Helena dormía apoyada en el regazo de Will. Arthur miró a su hermano y se le ocurrió una idea para reírse un rato.
-Curioso, muy curioso.-Dijo con aire circunspecto.
-¿Qué es tan curioso?-Dijo Will.
-Oh, nada, nada.-Repuso Arthur restándole importancia con una mano.-Sólo que me estoy preguntando por qué estará cansada, es todo.
-¿Insinúas que...?
-Yo no insinúo nada. Sólo digo que tiene que haber dormido mal, y creo que conozco una causa posible...-Dijo Arthur evitando echarse a reír.
Ryan y Daphne rieron al ver a Will enrojecer.
-Oh, vamos, Arthur, no creerás que...
-No creo nada. Ya te lo dije. Sólo lo encuentro un poco sospechoso...
-Eres un idiota.
-Will, habla con propiedad, por favor.-Dijo Joanne con aire risueño.-De las miles de millones de palabras que existen en nuestro idioma, elegiste 'idiota'. Podrías haber elegido muchas, peores o mejores, pero elegiste esa. Una de las ventajas de ser escritora es que aprendes palabras sorprendentemente rápido. No sabes cuántas malas palabras existen realmente hasta que te ves en la obligación de usarlas en un escrito. Así que, al menos, usa una palabra menos vulgar. Puedes decirle que es un desconfiado, un malpensado, o muchas cosas peores, pero no malgastes tu intelecto con vulgaridades.
Arthur rió, y Will enrojeció aún más.
-Creo que no me entiendes, Will. Lo haré por ti. Observa: Arthur, si estás diciendo lo que creo que estás pensando, y estás pensando lo que creo que estás diciendo, entonces mejor cállate, porque ni ha ocurrido lo que estás pensando ni ha ocurrido lo que estás diciendo.
Arthur lo miró con expresión extrañada.
-¿En idioma comprensible, por favor?
Joanne sonrió y dijo:
-Estás diciendo tonterías.
Joanne aparcó el coche y todos bajaron de él. Excepto Will y Helena.
Will sonrió y bajó la vista a su regazo. Le acarició el cabello y susurró:
-Despierta, princesa. Llegamos.
-Mmm... ¿Will?
-Sí, soy yo.
-Hola.-Ella se incorporó para darle un beso.-Me quedé dormida, lo siento.
-Está bien, te veías adorable. Bajemos, tenemos que sentarnos a almorzar. Tengo hambre.
La pelirroja rió, y ambos se bajaron del auto.
***---***---***---***---***
Rupert condujo hasta su apartamento en silencio. Y Emma no abrió la boca para decir nada. No fue necesario. La felicidad los dominaba.
Una vez adentro del apartamento, él se abalanzó sobre ella para besarla apasionadamente.
-Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. No puedo creer que al fin seas mi esposa. Te amo, te amo, te amo.-Decía besándole todo el rostro y los labios una y otra vez.
Emma rió y lo imitó.
-También te amo. Soy la persona más feliz del mundo...
-Imposible. Ese soy yo.
Emma rió antes de volver a besarlo.
-Tenemos que ir a la recepción.
-No. No me interesa la recepción. Quiero quedarme aquí contigo.-Dijo Rupert.
-Lo siento, pero nos esperan. Digamos que los recién casados no pueden faltar a su fiesta.
-Pero...
-Luego tendremos toda la noche para estar juntos...
Rupert rió.
-No puedo contra eso. Pero necesito besarte. No puedes evitar que lo haga.-Dijo arrinconándola contra la pared para besarla.
Emma no se negó. Necesitaba sus besos más que a ninguna otra cosa.
Ambos se besaron con mucho amor y ternura. Luego se separaron, y rieron.
-¿Sabes? Si recuerdas la primera vez que nos vimos... Nunca hubiera pensado que hoy estaría aquí contigo.-Dijo Rupert rozando cariñosamente sus narices.
-Yo tampoco lo hubiera hecho. Pero sé que ahora ya no podemos separarnos...
Él sonrió.
-De todas maneras, no te equivoques. Yo jamás habría permitido que te alejaras de mí. Y ahora-Añadió mirando sus manos entrelazadas, con dos finos aros de compromiso.-Tampoco puedes hacerlo.
Ella rió y miró sus manos.
-Amo los anillos.-Dijo pensativa.
-¿De veras?
-Sí. Me recuerdan que soy tuya. Y que tú-Dijo mirándolo traviesa.-Eres mío...
Él rió.
-No voy a discutir eso...-Le respondió besándola.
***---***---***---***---***
Cuando Emma y Rupert se bajaron del coche y llegaron al jardín, todos los aplaudieron y los observaron sentarse.
La comida se sirvió. Estaba deliciosa. Emma estaba feliz y cansada. Cada tanto recostaba su cabeza en el hombro de Rupert y cerraba los ojos. Él le tomaba la mano y le besaba la frente con cariño.
Joanne no podía dejar de sonreír. Se veían perfectos juntos.
-Su atención, por favor.-Dijo Bonnie poniéndose de pie.-Como madrina de esta ceremonia, creo que debemos empezar con los discursos. Sé que suena largo y muy agotador, pero intentaré que sea algo muy breve. En primer lugar, quiero decir que estoy muy feliz de que Emma por fin se haya casado. En un momento creí que no lo haría. Ya saben, la escuela, el trabajo, los viajes, los rodajes... Siempre tenía algo para hacer. Jamás la vi descansar por más de tres minutos seguidos. Pero luego, algo ocurrió. Un día, todo dejó de ser lo mismo. Emma y Rupert pasaron a ser pareja. Y eso la cambió mucho. A mi parecer, fue un cambio para bien. Jamás la vi tan alegre. Muchos dirán que este matrimonio será una catástrofe, como los matrimonios de famosos. Pues bien, déjenme decir algo. Eso no ocurrirá. Los matrimonios entre famosos que no duran no tienen verdadero amor. Y aquí basta ver cómo Rupert mira a Emma para saber que la ama muchísimo y que haría lo que fuera por ella. Y si no me creen, pregúntenle a él mismo. Pues bien, eso en primer lugar. Y en segundo lugar, les deseo la felicidad más grande que puedan imaginar, que toda su vida sea maravillosa, y que la disfruten y compartan juntos. Porque el amor no es fácil de encontrar, pero si se puede encontrar, creo que hay que disfrutarlo. Mi querida amiga.-Dijo Bonnie con los ojos húmedos, mirando a Emma, que lloraba igual que ella.-Te deseo la felicidad más grande de mundo, junto a este pelirrojo a quien considero mi hermano. Es todo lo que soy capaz de decir.
Emma abrazó a Bonnie muy fuerte.
-Es mi turno. Créanme, no soy bueno para esto.-Dijo Dan.-Probablemente todos esperarán un gran discurso pronunciado por mí, pero eso no ocurrirá. Sólo puedo decir que estoy muy feliz porque ambos se hayan casado. Desde que terminamos de filmar, no oí una sola frase pronunciada por Rupert en la que no haya mencionado a Emma. Eso fue lo que demostró que está totalmente enamorado. No hay nada que no sea capaz de hacer por ella. La ama demasiado. Se ve a simple vista. Y Emma también lo hace. Y sólo puedo desearles una gran felicidad, llena de momentos muy especiales. Los adoro a los dos.
Emma y Rupert abrazaron a su amigo.
-Bien. En primer lugar, gracias a todos por estar aquí el único día del año que me levantaré temprano.-Dijo Rupert mientras todos sonreían.-Esta mujer que tengo a mi lado, que ahora es mi mujer, es la persona más especial para mí. Tal como Bonnie y Daniel dijeron, la amo más que a nada y sería capaz de cualquier cosa por tenerla a mi lado. Ya no tiene escapatoria.-Todos rieron.-Ahora es sólo mía, y lo será por siempre. Yo haré todo lo que esté a mi alcance para que sea feliz. La amo muchísimo, jamás pensaré en dejarla. No pienso dejar que nada ni nadie le haga el menor daño. Primero pasarán sobre mi cadáver. No puedo decir algo más profundo que eso. El día en que la conocí éramos muy pequeños. Éramos completos extraños. Si un adivino se me hubiese acercado y me hubiese dicho: 'hey, tú, esa niña es tu futura esposa', me habría reído. Jamás pensé que me casaría con ella. Pasaron los años. Ambos crecimos y maduramos, aunque a veces ella piense lo contrario de mí.-Todos volvieron a reír, incluída Emma, que lloraba sonriendo ampliamente.-Ambos acabamos enamorándonos del otro, o, al menos, yo lo hice. Los momentos que pasamos juntos son invaluables para mí, y no los cambiaría por nada del mundo. Moriría sin ella a mi lado. Con el pasar del tiempo, nos convertimos en una pareja que ya todo el mundo daba por imposible. Y eso nos lleva a lo que siempre dicen: Nada es imposible. Yo le declaré mi amor, y ella me aceptó. A mí, a un pobre actor que perdió su fama. A mí. Pudo haber elegido a cualquiera, pero me eligió a mí. Y eso es lo mejor que me pasó en la vida. Ella lo es. Te amo, Emma.-Dijo acercándose a ella.
Emma comenzó a sollozar y lo besó.
-También te amo.
-Espero que en el futuro seamos felices. Al menos, sin importar qué, yo lo seré, porque te tendré a mi lado.
Ella volvió a besarlo echándole los brazos al cuello.
-Y ahora es mi turno.-Dijo Emma enjugándose las lágrimas con el dorso de la mano.-Como novia de este casamiento, es mi deber recordarles que es prácticamente imposible encontrar el amor. Y como actriz, les digo que es imposible encontrar el amor en alguien que no busque dinero, fama, fortuna. Y eso nos muestra, o al menos a mí, lo que acaba de decir Rupert. Nada es imposible. Yo amo a Rupert más que nada en este mundo, y jamás elegiría a nadie más. Lo aprecio muchísimo, y haber encontrado el amor y en alguien que me ama por quien soy y no por lo que tengo es lo mejor que me ocurrió en la vida. Él lo es. Cuando me propuso ser su novia y luego su esposa, lo único en lo que podía pensar es en que lo amo. Más que a nada. Y que estoy dispuesta a pasar el resto de mi vida a su lado. Él es increíble. Me demuestra su amor en cada beso, abrazo, caricia, palabra. Jamás hemos discutido. Cada vez que lo miro veo la persona que siempre amé en secreto, desde la primera palabra que cruzamos, aunque en ese entonces no lo supimos. Cada vez que lo miro me siento la persona más feliz del mundo, porque lo tengo a mi lado. Es fundamental para mí, casi una cuestión de principios, decir que a pesar de lo que pase estaré a su lado cada vez que él me necesite. En momentos buenos, malos, alegres, tristes. Alegría compartida, alegría por dos. Pena compartida, media pena. Y quiero que eso sea cierto en mi historia con él. Las páginas de la historia que estamos construyendo juntos están sumergidas en amor. El amor más sincero. Recuerdo una de las cosas que una vez dije, y que sigo manteniendo. Rupert es todo un caballero, y de tener que besar a alguien, estoy feliz de que haya sido él. Realmente cuando nos besamos fue muy incómodo para ambos. Imagínense que todos esperaban de nosotros lo mejor. E intentamos darlo. Pero añadimos nuestro toque personal. Aún hoy, cada vez que veo esa escena, no puedo evitar pensar que es un beso más parecido a Rupert y a Emma que a Ron y a Hermione. No sé por qué, pero es así. El recuerdo de ese beso me persiguió por cinco años. Cuando por fin nos pusimos de novios, la felicidad es la única emoción que quedó dentro de mí. Con cada nueva noticia, el noviazgo de Bonnie y Dan, la boda de Matthew y Evanna, la adopción de mis dos pequeños, la felicidad fue creciendo y creciendo. En este momento, podría morir y sería la persona más feliz del mundo. Pero no lo haré. Sí, tú, Grint, tendrás que soportarme por un largo rato.-Rupert lloraba disimuladamente, y rió.-No pienses que escaparás de mí tan fácil. Tú mismo lo dijiste, no tenemos opción. Pero, como tú eres la única opción que tengo, y sin duda es la mejor que podría tener, la elijo. La elijo una y mil veces. Como te elegí a ti. Si alguna vez alguno lo duda, quiero que recuerden estas, mis palabras. Yo amo a Rupert, y jamás dejaré de hacerlo. Mi muy querido pelirrojo: Dos palabras. O cuatro. Te amo, Rupert Grint.-Dijo Emma echándole los brazos al cuello.
Rupert no se contuvo más y dejó salir las lágrimas mientras la besaba. Ella se las enjugó con dulzura mientras escuchaba sus palabras favoritas:
-Yo también te amo, Emma.