-Em...
-Mmm...
-Emma. Despierta. Despierta, amor.
-¿Rupert? Creí que anoche había sido un sueño. Uno muy hermoso...
-Te amo. Pero en cuatro horas nos casamos y en menos de cuarenta minutos las chicas despertarán. Si no te ven allí...
-¿Qué hay de los chicos?
-Durmieron, duermen y dormirán al menos un par de horas. Sé que tengo más tiempo que tú. ¿Dónde están las cosas que usarás?
-En casa de Eva.
-Bien. Ahora ponte otra cosa y te llevo.
Emma se paró y buscó algo de ropa.
-Rupert...
-¿Sí?
-Yo... Sé que soy algo quisquillosa y recatada con ese tema, pero...
-¿Hablas sobre...?
-Sí. Y es para decirte que cuando estoy contigo pierdo todo mi autocontrol... No es algo que me ocurra a menudo y por eso me avergüenza un poco. Por eso no me gusta hablar sobre eso. Pero sí quiero que sepas que disfruto mucho cuando estoy contigo, cuando estamos juntos. Y es algo que... Escapa a lo que soy capaz de decir. Pero sí me gusta. Aunque no lo diga. Y como faltan pocos minutos para que nos unamos para siempre, quiero que lo sepas. Yo disfruto muchísimo cuando estás conmigo y somos conscientes de que nos amamos. Y...
Rupert la tomó por las mejillas y la besó, acariciando su espalda que aún no estaba cubierta.
-Pues tú no tienes idea de lo que disfruto estar contigo. Y claro que sé que no te gusta mucho hablar sobre eso, pero te agradecería mucho si pudiésemos hablar con libertad. Para mí es importante tu comodidad, pero además sabes que amo estar contigo y significa mucho para mí que sientas lo mismo. Te amo.
Ella sonrió.
-Y yo a ti.
-Eres increíble. No puedo esperar cuatro horas. Te necesito ahora.
-Podemos, luego de la boda, ir a donde quieras y estar juntos. Sólo tienes que resistir.
-Lo intentaré. Pero si me abalanzo sobre ti en mitad de la ceremonia...
Ella rió.
-Lo sé, lo sé. No puedo culparte.
Él sonrió.
-Exacto. Ahora vístete. Tenemos que irnos. Te llevo.
-Hecho.
***---***---***---***---***
-Joanne...
-¿Bonnie?
-Sí. Jo, despierta. Emma no está.
-¿Emma? ¿No está? ¿Cómo que no está?
-No. Creo que se fue y...
La puerta se abrió y Emma asomó su rostro por ella.
-Demonios.-Masculló Emma.
Bonnie rió a carcajadas. Joanne sonrió y le pegó un codazo para que se callara.
-Descuida, Emma. Ya me imaginaba que algo así ocurriría. Has estado con él, ¿Cierto?-Dijo suavemente.
Emma iba a negarlo, pero no lo hizo. ¿Para qué? No le creerían. Así que asintió.
-Si te sientes mejor, el día anterior a mi boda hice lo mismo que tú.-Rió Joanne.
Emma rió también. Y Bonnie. Evanna apareció acariciando su abultado vientre y sonriendo.
-Emma, te oí salir. ¿Pasaste una linda noche?
Bonnie rió al ver a Emma teñirse de escarlata.
-Sí, gracias.
-¿Qué demonios ocurre? Anoche oí salir a alguien...-Dijo Tiana.
-Emma fue a pasar la noche a otra parte.
-¿Y? ¿Qué tal?-Preguntó Clémence conteniendo la risa.
-Perfecto, gracias por preguntar.
Todas rieron.
-Desayunemos. Emma tiene que vestirse.
***---***---***---***---***
-Eres un estúpido, Daniel Radcliffe.
Rupert tenía un tono escarlata y estaba insultando a Dan y a su primo.
-Y tú también, Michael. No les interesa por qué ni a dónde me fui.
-Cierto, Dan, no nos interesa.-Le dijo su primo guiñándole un ojo.-Vamos a lo que nos interesa. Anoche fuiste a acostarte con ella. Ni te molestes en negarlo. La pregunta es: ¿Qué tal?
Rupert enrojeció aún más.
-Son un tremendo par de imbéciles. Déjenme en paz. No les interesa.
-Buen punto. No me interesa realmente... ¿Te imaginas, Mic? Sería asqueroso enterarnos... A saber qué le habrás hecho a la pobre chica inocente.-Dijo Dan.
Rupert enrojeció aún más. De haberlo puesto delante de una pared pintada de rojo, no se habría visto su rostro.
-¡Cállense! Ustedes no saben nada. Yo no le he hecho nada a Emma. Y no les importa a ustedes lo que hagamos o dejemos de hacer. Y vuelvo a decir que no le hice nada. Ella...
Los dos Radcliffe se comparecieron del pelirrojo. Se había ofendido de verdad.
-Ella te ama por lo que eres. Porque le das amor.-Dijo Michael.
-Y por todo lo que vivieron juntos.-Añadió Daniel poniendo una mano en el hombro de su amigo.-Ya lo sabemos.
Rupert bajó un poco su tono rojo.
-Hermanito. Nos pareció oír tu dulce voz.
-Exacto. Si quieres puedes gritar más fuerte. Creo que hay una o dos personas a ochenta kilómetros a la redonda que no te oyeron...
Los gemelos rieron su broma.
-Rupert.-Dijo James.-Mira, sabemos que amas a Emma y que ella te ama por lo que eres. Sabemos que tú no le has hecho daño y que jamás lo harías. Estos dos inútiles sólo te toman el pelo. No debes hacerles caso. Te lo digo en serio, todos estamos muy felices por ti.
A Rupert le extrañó que James hablara de manera tan madura, pero le agradeció el apoyo con una sonrisa nerviosa.
-Y ahora...-Dijo Oliver.-Diría que desayunemos para que tortolito número uno se vista.
-¿Tortolito número uno? ¿Hay más?
-Sí. Rupert es el uno. Daniel el dos. Yo el tres. Dohmnall el cuatro. Michael el cinco. Hay varios. Ah, y Matthew el seis. Ahora desayunemos de una vez.
Todos rieron.
***---***---***---***---***
Helena despertó al sentir que alguien la besaba.
-¿Will? ¿Qué...?
-Shhh. La abuela Weasley me matará si me ve aquí. Vamos a mi cuarto.
Helena dudó.
-Pero...
-Vamos, no pasará nada.
-Está bien.
Will la condujo hasta su cuarto y ambos se sentaron en el sillón.
-¿Y bien?
-Creí que querrías leer esto.
Helena tomó confusa el móvil y leyó el mensaje que Bonnie había enviado. "Niños, paso por ustedes en una hora. Los quiero vestidos, limpios, peinados y desayunados. Avisen a Julie y Mark. Bonnie."
-Perfecto.
-Pues deberíamos prepararnos...
La puerta sonó.
-¿Will?-Preguntó Julie.
-Rápido, Helena. Bajo mi cama. Ahora. Te verá y pensará cualquier cosa.
Helena lo miró con odio y se metió bajo la cama.
Will abrió la puerta.
-¿Todo bien? Escuché voces...
-Sí. Era yo. Leía el mensaje de mamá. Mira.
Julie leyó el mensaje.
-En ese caso, prepararé el desayuno. Despierta a los demás por mí.
-De acuerdo.
-Te dejo para que te cambies.
-Vale.
Julie se fue.
-¿Helena? ¡Helena! ¿Estás ahí?
-Eres un tonto. Me ensucié mucho. Tendré que ducharme y no hay tiempo...
-Es el casamiento de tus padres. Ve, despierta a los demás, báñate y vuelve a ayudarme.
-Está bien.
Will le dio un beso en la frente.
-Ve antes de que regrese Julie.
***---***---***---***---***
-Ni muerto me pongo esto.
-Vamos, Will, no seas así. Es la boda de mis padres.
-Pero mira esto. Un traje. ¡Un traje! ¡Me veré ridículo!
-¡Will! ¡Ve a ponerte eso!
Refunfuñando, Will se cambió y regresó con su novia.
-¿Y bien? ¿Cuál es el problema?
-El problema es, Helena, que me veo ridículo.
-No seas tonto. Todos se visten así.
-Pero...
-Ven aquí.
Will se acercó a ella.
-Quieto.
Helena lo miró atentamente.
-No quieres verte ridículo. Bien. Veamos... Esto fuera. Y esto también. Con esto te ves ridículo. No, de ninguna manera. Esto está bien. Y... Listo. Espera, falta algo.
Helena le había quitado varias parte de su atuendo para que se viera menos formal. Ahora llevaba puesta una camisa y unos pantalones de vestir, con unos zapatos y el cabello despeinado, el último toque que había hecho.
-Te acomodaré el cuello de la camisa. Listo. Y la camisa va entera dentro del pantalón. Este pedazo está fuera. Va así.
Will estaba sonrojado. Sólo se concentraba en que Helena estaba muy cerca de él. Y cuando le acomodó la camisa, pasó la mano muy cerca de su cinturón. Will se ruborizó aún más e intentó concentrarse en otra cosa para que Helena no lo viera en ese estado. Así que le sonrió y la tomó por las muñecas. La atrajo hacia sí y la besó. Ella apoyó sus puños en su pecho y le correspondió.
Will notó que había sido mala idea cuando Helena se pegó más a él.
Afortunadamente, lo salvó la voz de su abuela.
-¡Niños! ¡Si están listos vengan a desayunar!
Helena se separó de él y rió al verlo tan ruborizado y con aspecto aliviado. Lo besó en la mejilla y dijo:
-Iré a cambiarme. Nos veremos en un rato.-Le despeinó un poco el cabello y añadió en un susurro:-Y no creas que no te noté...
Will se ruborizó aún más al verla salir por la puerta guiñándole descaradamente un ojo.
***---***---***---***---***
-Te ves hermosa.
-Gracias, Will.
-De veras. El vestido te queda muy bien. Está algo suelto, pero...
Helena rió.
-Es porque no pude subir una cremallera. No llego. ¿Puedes hacerlo por mí?
Will asintió y se paró tras ella. Sonrojado e intentando no fijarse demasiado en su espalda ni en la parte de atrás de su sostén, que quedaba algo al descubierto, subió la cremallera.
-Listo.-Le ató un lazo con unas cintas que tenía y la miró.
Llevaba un hermoso vestido, sandalias de tiras y el cabello recogido. "Muy poco maquillaje, sólo el justo". Pensó James. "Se ve de veras muy hermosa".
-En serio estás muy linda. Te queda precioso ese peinado. Aunque el cabello te queda más hermoso suelto, cuando se ve como una cascada.
Ella sonrió.
-La abuela Weasley nos espera para desayunar. Vamos.
James obedeció y fue tras ella.
***---***---***---***---***
-Quedaste bastante bien.-Observó Daniel.
-Gracias. Temo que a ella no le guste o que... No lo sé. Le temo a todo. ¿Y si me deja plantado? ¿Y si no me ama? ¿Y si...?
Sonó el celular, interrumpiendo a Rupert. Dan atendió.
-¿Hola? De acuerdo. Bien. De acuerdo. Sí. No. Cinco. Cinco, lo tengo. Tres mil doscientos. Bien. Ya te paso.-Miró a Rupert y le tendió el teléfono.-Bonnie quiere hablarte.
Rupert atendió. Pero la voz que oía no era la de Bonnie.
***
-¿Hola?
-¡Rupert! ¡Gracias al cielo! Necesitaba escucharte...
-Emma. Em. Emma. Por favor, no creerás cómo te extraño. En serio, acabo de cambiarme, pero no sé qué tal me veo. Tengo miedo. ¿Y si... Y si cambias de opinión?
-No lo haré. Lo prometo. Me preocupa que te asustes y me dejes y...
-Tampoco lo haré. Te amo y no voy a asustarme ni arrepentirme. Tranquila...
-Bien. Debo irme. Debes saber que te amo.
-Y yo te amo aún más.
-Te veo pronto.
-Vale.
***
Rupert cortó aliviado. Las palabras de consuelo de Emma eran justo las que necesitaba.
Un poco más confiado y menos nervioso, se preparó para marcharse con los demás.
***---***---***---***---***
-Helena, yo...
-¿Sí?
-Sobre lo de hace un rato... Fue... En realidad... Yo... Tú...
Ella sonrió y lo besó.
-Tranquilo. Está bien. Yo... Sólo bromeo. Ahora vamos.
Aunque Will no estaba seguro del todo, aceptó ir con ella.
-Vaya, niños, se ven muy bien.
-Gracias, tía Bonnie.
-¿Vamos? Mark, Julie, pasamos por ustedes en un rato si quieren...
-No es necesario. Iremos por nuestra cuenta.
Los niños se marcharon con Bonnie hasta el Registro Civil.
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Daniel y Bonnie, los testigos. La familia Weasley estaba presente allí. E igual la familia Grint. Desafortunadamente, los padres de Rupert estaban investigando en un punto oculto en Egipto (eran arqueólogos), pero los primos de Rupert estaban todos. Emma pensaba que había realmente muchos pelirrojos.
Emma y Rupert estaban muy nerviosos. Rupert llevaba un traje y Emma un vestido plateado. Se veían muy bien juntos, aunque ambos sudaban por los nervios.
Cuando el sonido de las lapiceras firmando rasgó el silencio, todos aplaudieron.
Rupert y Emma se miraron. Se sonrieron. Se besaron. Por fin, a los ojos de la ley, y de todos sus amigos, por fin, a los ojos de todo el mundo eran marido y mujer. Ya no habría más problemas referentes a eso. Se habían casado, y eso era todo. Sus hijos observaban felices en primera fila. Ryan junto a Arthur y Daphne y Helena llorando de alegría abrazada a Will.
Emma y Rupert volvieron a besarse. Lo suyo era felicidad pura. Por fin eran marido y mujer. Y faltaba ahora lo más complejo: La boda por iglesia.