Bonnie sonrió al ver la foto que había conseguido. Era la familia más adorable del mundo.
-Hola, Bonnie.
-Hola, Helena. ¡Vaya, estás preciosa! ¡Hacía mucho que no nos veíamos!
Helena se separó del abrazo y fue a abrazar a Bonnie y a Dan, que estaba tras la puerta. Ryan la imitó. Emma y Rupert se bajaron de la cama para ir a saludar a sus dos amigos.
-Lo siento por Bonnie. No debí dejar que los espiara. Pero ella se metió al cuarto y no pude detenerla.-Dijo Dan.
-Está bien.-Dijo Emma.
Aún tenía algunas lágrimas. Rupert lo notó. Se acercó silenciosamente y se las limpió con una caricia. Ella le sonrió.
-Gracias.-Susurró.
Él sólo le devolvió la sonrisa y la tomó de una mano.
Los seis salieron de la habitación y se sentaron a la mesa.
-Bien, Bonnie. ¿Cómo demonios comenzaron a salir?
-Digamos que fue gracias a ustedes.-Respondió ella besando a Dan en la mejilla.
-¿Nosotros?
-Sí, Rupert. Tú y Emma.
-¿Cómo?
-Cuando supimos que salían, decidimos hacer una apuesta.-Comenzó a explicar Bonnie.-Yo dije dos años o más y Dan dijo uno o menos.
-¿Años? ¿Para qué?
-Para que se casaran.-Siguió Bonnie.-Y acordamos que si yo ganaba Dan me compraría algo. Y si él ganaba, yo tenía que responderle una pregunta con la verdad.
-¿Cuál fue esa?
Bonnie pensó. La verdadera pregunta no podía decirla, sería admitir lo que había ocurrido entre ambos el día del robo. Así que dijo la pregunta original:
-Me preguntó si quería ser su novia. Ayer. En la fiesta. Antes de que...-Pero Bonnie no quiso recordarles a los niños lo ocurrido, así que dijo:-...Cambiáramos de ropa. Así que gracias por decidir casarse...
Emma rió, y Rupert también.
El timbre sonó. Joanne y Julie entraron, seguidas por Mark.
-¡Hola!-Saludó Julie alegre.
Tenía una enorme bandeja en las manos que olía delicioso.
-Traje la comida.
Dejó la bandeja sobre la mesa. Tenía una olla cerrada. Ella la abrió y usó un cucharón para servir la sopa en los platos hondos que había sobre la mesa.
-¿No deberíamos esperar a Matt y Evanna?-Preguntó Bonnie.
-Tú lo dijiste. Deberíamos.-Dijo Mark.-Pero no lo haremos.
-¿Por qué?
-¿Evanna no les avisó?
-¿Qué?
-Tiene una ecografía de emergencia. No pueden venir.
-Qué lástima. En fin, empecemos.
Todos se sentaron y empezaron a comer. Rupert acabó su plato enseguida y dijo:
-Es la segunda mejor sopa que he probado.
-¿La segunda? ¿Cuál es la primera?
-Emma me preparó una, una vez, y esa fue la mejor.
Emma sonrió.
-¿Cocinas, Emma?
-Sólo algunas cosas. Aquí, en casa. A Rupert le gusta lo que cocino, pero a nadie más. No creo que...
-Emma, no seas modesta. Es delicioso lo que cocinas.-Aseguró Rupert.
-Bueno, gracias.
-Un día de estos haré que cocines algo. Tengo que probarlo.-Dijo Julie.
-De acuerdo.
-Mamá, ¿me pasas una servilleta?-Dijo Helena.
Joanne sonrió. No era adivina, pero se dio cuenta de que Emma, Rupert, Helena y Ryan ahora eran una familia. También supo que ahora ellos tenían que acostumbrarse a esa situación. Así que decidió no presionarlos haciendo preguntas. Al menos, no frente a los niños.
Cuando terminaron de almorzar, Rupert carraspeó y se paró. Caminó hacia Emma, se paró tras ella y le colocó ambas manos sobre los hombros.
-Tenemos fecha para la boda. Es el cinco de octubre.
Joanne se paró y abrazó a ambos.
-Estoy muy feliz por ustedes.
Bonnie fue más efusiva. Saltó sobre sus amigos y los abrazó tan fuerte que los tres terminaron en el suelo. Bonnie, riendo, se levantó. Sólo que, en cuanto lo hizo, "accidentalmente" golpeó a Emma y ella cayó sobre Rupert. Sus rostros quedaron muy cerca. Rupert no dudó en romper esa distancia y la besó. Emma le devolvió el beso con mucho entusiasmo.
Cuando ambos se pararon, Bonnie reía a carcajadas, igual que Joanne, Daniel y Julie. Mark, junto con los niños, lloraban de risa, los tres en el suelo.
-Pues yo no le veo la gracia. Emma pesa mucho.-Dijo Rupert fingiendo estar enfadado.
Ella lo besó y le susurró:
-No opinas lo mismo cuando es de noche...
-¿Desde cuándo eres tan atrevida?
-Desde que vivo contigo.
Él sonrió y volvió a besarla.
Al voltear, los niños hablaban con Julie y Mark.
-¿En serio? ¿Podemos?
-¿Qué ocurre aquí?-Preguntó Emma.
-Mamá, la abuela Weasley dijo que podemos ir a dormir a su casa. ¿Podemos ir hoy?
-Bueno, Ryan, primero tienes que preguntar si molestan, o si tienen planes.
-Pff. Abuela Weasley, ¿Molestamos? ¿Tienen planes?
-Claro que no.
-Resuelto. Mamá, vamos a dormir allí.
Emma sólo sonrió.
-De acuerdo. Niños, ¿Por qué no van a ordenar lo que compraron hoy y preparar el bolso para esta noche? Tenemos que hablar.-Dijo Rupert.
-Está bien.
Los niños se fueron.
-Julie, te agradezco que los invites, pero no es necesario que...
-Ay, por favor. Claro que sí. Mira, Emma, estos niños no tienen familia conocida. Sólo tenían a sus padres. Ryan tiene una abuela que vive en Australia o en Nueva Zelanda. Jamás la han visto. Desde que su hija se casó con el padre de Ryan, no ha querido verlos. Ni siquiera a su nieto. Mark y yo no tenemos hijos ni nietos, y ya es demasiado tarde para corregirlo. Sólo queremos darle a estos niños lo que nunca han tenido: El cariño de unos abuelos. Yo jamás tuve en mi vientre a Alex, ni a Dohmnall, ni a James, Oliver, Bonnie o Rupert. Pero los considero mis hijos. Y así seguirá siendo. Emma, tú eres como mi nuera. Déjame al menos tratar a tus hijos como mis nietos.
Emma le sonrió a Julie y la abrazó.
-Claro que pueden. Siempre podrán. Siempre serán bienvenidos.
Bonnie intentó romper el silencio tras ese comentario:
-Cuéntennos qué pasó desde que se fueron de la fiesta.
Rupert tomó la palabra y contó todo.
-Lo que les ha ocurrido es horrible. No me sorprende que estén deseosos de cariño.
-Así es.-Confirmó Joanne.-Y, sobre eso, desgraciadamente no puedo apuntarme, pero se me ha ocurrido una idea. Creo que ustedes podrían tener a los niños en sus casas de vez en cuando. Porque de esa manera, verán quiénes los apoyan. Yo, como dije, sólo podré acompañarlos desde lejos. Los paparazzis no me dan tiempo para estar ni con mi propia familia.
-Lo sabemos. Creo que es una idea brillante.-Dijo Daniel.
-Durante la luna de miel, se quedan en casa.-Dijo Julie.
-¿Luna de miel?-Preguntó Emma.
-Claro. SU luna de miel. No me digan que no habían pensado en eso.
-Pues... Para ser sinceros, no.-Dijo Emma.
-Increíble. ¿Se casan y no se van de luna de miel?
-Evanna y Matthew no lo hicieron.
-Exacto. No lo hicieron porque querían estar para su fiesta de compromiso. Una vez que ya esté listo todo, se van.
-¿Y de veras no pensaron en nada?
Rupert negó con la cabeza.
-No se hable más.-Dijo Julie.-Ustedes se irán de luna de miel, aunque sea a un pueblo vecino. Cuando se vayan, Helena y Ryan se quedarán con nosotros. Y cuando vuelvan, los estaremos esperando.
-Cierto. Julie...-Dijo Mark.
-¿Qué?
-Tenemos que hacer una reunión Weasley. Tú sabes, con toda la familia.
-Eso es cierto. Y eso haremos. Pasado mañana.