Sin que Rupert o Emma supieran nada, Daniel y Bonnie se las arreglaron para organizar todo. Todos los días se reunían con Evanna y Matthew para arreglar algo diferente.
El martes, varios camiones se detuvieron frente a la nueva casa de Dan.
David Yates (director de las últimas cuatro películas) se bajó de uno y saludó a sus amigos actores y actrices.
-Me apena no poder estar para el festejo, pero les deseo lo mejor. Y no se olviden de decir que yo colaboré.-Los amenazó.
-No lo haremos. Gracias.
-Bueno, chicos, esas cajas no van a bajarse solas y somos ustedes y yo. La única que puede mirar sin colaborar es Evanna. Mejor que no haga esfuerzo.
Evanna rió y se sentó en una silla.
-Así que somos cuatro para bajar cerca de cincuenta cajas pesadas.
-Cinco.-Dijo Joanne, apareciendo por una esquina.
-¡Jo! ¡Hacía mucho que no nos veíamos!-David la saludó amistosamente.
-Lo sé. Y traje algo de ayuda.
Los gemelos Phelps aparecieron seguidos por Julie Walters y Mark Williams.
-¡Fred! ¡George! ¡Molly! ¡Arthur! ¡Es bueno verlos a todos de nuevo!
-Gracias, gracias. Ahora cuenten, ¿qué hay que bajar?-Dijo James.
-Eso. No tenemos toda la tarde.-Añadió Oliver.
-Pues, son cerca de cien o ciento veinte cajas.
-¡¿Cuántas?!
-No se quejen, son muchos.
-Está bien, está bien. ¿Qué hay que bajar?
-Bueno, esos dos camiones-Dijo David señalándolos.-Tienen las decoraciones. Y esos tres-Señaló a otra parte-Tienen el resto de la sorpresa. Las decoraciones son más livianas. Propongo que las señoritas las bajen. El resto, aunque no parezca, son muy pesadas. Nosotros nos ocuparemos. ¿Cuándo irán a decorar?
-Pues, Bonnie y yo iremos mañana a las diez para abrir y empezar.-Dijo Daniel.-Pero ya que están, quédense a dormir y podremos ir todos juntos.
-Hecho. Ahora comencemos que en serio son muchas cajas.-Dijo James.
Comenzaron a trabajar. Las cajas eran, con toda seguridad, muchas más de ciento veinte. Eran demasiadas cosas.
-¿Dan, cómo planeas que todo esto más nosotros quepa en el salón?-Preguntó Oliver viendo la cantidad de paquetes que aún faltaba descargar.
-Recuerden que una parte entra con nosotros.
-Mmm... Está bien. Si tú lo dices...
Evanna ayudaba mínimamente cuando los demás lo requerían. Si no, mantenía abierta la puerta mientras veía cómo el contenido de cinco camiones se apilaba en la sala de estar de la casa de Dan.
-Suerte que tu casa es grande, o nada cabría.
-Cierto.
Terminaron de trasladar cosas tres horas después. David se despidió de ellos y se marchó con los cinco camiones vacíos. Los demás comenzaron a abrir las cajas para mirar las cosas, y separar las de cada uno.
-Dan, ¿Has encargado la comida? Para nosotros, quiero decir.
-Cierto. ¿Lo has hecho? Mover cajas da hambre.
Los gemelos rieron su chiste. Bonnie salió al rescate y pidió pizzas.
Todos se sentaron a la mesa y cenaron. Dejando todo bien ordenado, se repartieron en las habitaciones: Bonnie y Dan en la habitación de él (lo que les valió varias bromas groseras de parte de los gemelos); Matthew y Evanna en otra habitación; James, Oliver y Mark en otra; y Joanne y Julie en la última.
Dan rebuscó en los cajones de su casa hasta sacar unas bolsas de dormir para los gemelos. Por lo demás, había dos habitaciones matrimoniales y dos simples. La simple que tenía dos camas la ocuparían Joanne y Julie. En la otra, Mark estaría en la cama y los gemelos en las bolsas de dormir. Todos se despidieron unos de otros antes de ir a acostarse.
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En su cuarto, Mark sufría las bromas de los Phelps.
-Venga, papá, si estás casado com mamá, ¿por qué no duermes con ella?
-En primer lugar, no soy su padre. En segundo, Julie no es su madre; y en tercero, no estoy casado con ella. Por eso duermo con ustedes.
-Pero en la ficción sí que están juntos.
-¿Qué tiene eso que ver?
-Pues que las parejitas se han ido juntas. Luna y Neville (aunque ya sabemos que sólo acaban juntos en las películas), Harry y Ginny; y tú y Molly.
-Siguiendo tu lógica, Oliver, tu hermano no estaría aquí, estaría muerto y a ti te faltaría una oreja.
-Papá, me ofendes.-Se quejó James.
-Basta. Duérmanse, ustedes dos, me exasperan.
-Por eso habrías preferido dormir con Julie...
Mark enrojeció.
-Al menos admite que te gusta.
-No me gusta.
-Bueno, que la quieres más que a una amiga.
Mark se rindió. Los gemelos parecían leer mentes.
-Vale, tenéis razón. Y ahora dejadme dormir en paz.
Los gemelos se sonrieron cómplices.
Y los tres se durmieron.
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Matthew y Evanna dormían plácidamente, muy tranquilos, sin escuchar los ruidos en las demás habitaciones.
Tenían que descansar bien si querían despertar a tiempo para comenzar a decorar.
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-Bonnie, por favor.
-No, no y no.
-Vamos, no seas así. Devuélveme el pijama.
-Si yo duermo prácticamente semidesnuda, no veo por qué tú, aunque seas el dueño de casa, tienes la posibilidad de...
-Está bien. Haremos diferente. Dormiré como tú lo hiciste ayer, y tú usarás mi pijama.
-Hecho.
Bonnie se puso el pijama de Dan y él quedó en camiseta y en ropa interior.
-Buenas noches.
-Mañana te despierto por lo del salón.
-Vale.
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Joanne y Julie hablaban animadamente. Ambas eran viejas amigas, y disfrutaban su mutua compañía.
-...Incluso consideré matar a Arthur. Pero acabó cayendo Sirius. Y me odio por haber tomado esa decisión. Nadie debiera haber muerto, excepto en la Última Batalla.
-Concuerdo contigo.
-Julie, ¿Puedo preguntarte algo? No de escritora a actriz, sino de amiga a amiga.
-Claro.
-¿Qué opinas de Mark?
-¿Mark? Pues... Es un gran actor.
-Sabes a lo que me refiero, y no es a eso precisamente.
-Lo sé. Cuando éramos jóvenes salimos un par de años.
-¿Pero?
-El trabajo... Ya sabes, no se pudo.
-¿Y ahora?
-Somos buenos amigos.
-Pero, ¿Has pensado en algo más?
-Si fuera más joven...
-Oye. Jamás se es viejo para enamorarse. Sé lo que digo. Muchos de mis personajes también. Pregúntaselo a Lupin y a Tonks.
-Lo sé, pero...
-Al menos inténtalo. No tienes nada que perder.
-Pero...
-¿Lo intentarás?
-De acuerdo.-Se rindió Julie.
-Entonces seguimos hablando mañana.
Joanne sonrió, pensando en la que, a su parecer, era la frase más cierta del mundo.
"Jamás se es demasiado viejo para enamorarse."