It Will Rain (Camren)

By SinnersPrayeer

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"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 1
Capítulo XXX "The Lost Valentine" parte 2
Capítulo XXX parte 3 "Say You Won't Let Go"
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII - Without Me
Capítulo XLVIII -The Hanging Tree
Capítulo XLIX
Capítulo L
Broken Silence.
Magia.
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX parte 1
Capítulo LIX parte 2
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII pt1
Capítulo LXIII pt 2
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXV pt2
Capítulo LXVI
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXVIII pt 2
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 1
Capítulo LXIX "Something's gotta give" pt 2
Something's gotta give pt 3
"Azul"
It Will Rain
Untitled part
Shameless
1000 hands
Consequences (FINAL)
PSA
Logro Desbloqueado.

"El Comienzo del Fin"

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By SinnersPrayeer

Final 1/ 4

Por tanto, os pediré que escribáis toda clase de libros, que no titubeéis ante ningún tema, por trivial o vasto que parezca. Espero que encontréis, a tuertas o a derechas, bastante dinero para viajar y holgar, para contemplar el futuro o el pasado del mundo, soñar leyendo libros y rezagaros en las esquinas, y hundir hondo la caña del pensamiento en la corriente. Porque de ninguna manera os quiero limitar a la novela. Me complaceríais mucho —y hay miles como yo— si escribierais libros de viajes y aventuras, de investigación y alta erudición, libros históricos y biografías, libros de crítica, filosofía y ciencias. Con ello sin duda beneficiaríais el arte de la novela. Porque en cierto modo los libros se influencian los unos a los otros. La novela no puede sino mejorar al contacto de la poesía y la filosofía. Además, si estudiáis alguna de las grandes figuras del pasado, como Safo, Murasaki, Emily Brontë, veréis que es una heredera a la vez que una iniciadora y ha cobrado vida porque las mujeres se han acostumbrado a escribir como cosa natural; de modo que sería muy valioso que desarrollaseis esta actividad, aunque fuera como preludio a la poesía.

De pronto la voz se detuvo y el silencio inundó el aula. Todos estaban tan absortos en el narración y la intensidad con la que era contado que cuando se dieron cuenta de la ausencia de la cautivante voz de inmediato levantaron sus rostros y comenzaron a buscar el motivo por el que habían sido extraídos de un maravilloso mundo.

—Señorita Scott —Adaline Scott levantó la mirada del libro y la posó en Lauren quien se encontraba solo a unos pasos de distancia.—Continúe usted por favor.

Adaline no opuso resistencia pues realmente ansiaba saber cómo concluía aquel ensayo que desde el primer momento consiguió conquistarla y al mismo tiempo motivarla para leer más y quizás en un futuro dar un salto enorme de autoconfianza y decidirse a escribir. No había tiempo que perder así que se aclaró la garganta y con esa voz dulce y tímida que tanto la caracterizaba comenzó a leer.

<<Pero al repasar estas notas y criticar la sucesión de mis pensamientos cuando las escribí, me doy cuenta de que mis motivos no eran del todo egoístas. En todos estos comentarios y razonamientos late la convicción —¿o es el instinto?— de que los buenos libros son deseables y de que los buenos escritores, aunque se pueda encontrar en ellos todas las variedades de la depravación humana, no dejan de ser personas buenas. Cuando os pido que escribáis más libros, os insto, pues, a que hagáis algo para vuestro bien y para el bien del mundo en general. Cómo justificar este instinto o creencia, no lo sé, porque, si uno no se ha educado en una universidad, los términos filosóficos fácilmente pueden inducirle en error.

Mientras se perdía en la narración de Adaline, Lauren se paseaba por los pasillos con elegante lentitud, mirando los pupitres, acallando voces, sonriendo amablemente y corroborando que todos estuviesen en la misma página. Esperaba que al igual que ella disfrutasen de las palabras que en ese momento flotaban en el aire y que podían abrirles una enorme puerta de conocimiento si es que así lo querían.

¿Qué se entiende por «realidad»? La realidad parece ser algo muy caprichoso, muy indigno de confianza:

Mas allá de todo lo que había escuchado aquella pregunta consiguió estremecerla y la llevó por senderos oscuros para terminar sumergiéndose en la más negra espesura donde se auto cuestionaba sobre todo lo que había hecho en el último tiempo.

Su viaje de autorreflexión había culminado en una oficina vacía y rebosante de luz en el departamento de policía de Nueva Jersey. Su mirada se perdía en el semblante inexpresivo de Tyra, esperando que fuese la doctora quien rompiese el silencio.

—¿Vas a decir algo? —cuestionó Tyra mientras reacomodaba su cuerpo en una postura más cómoda. Su análisis rápido de la profesora le decía que aquella conversación demoraría más de lo necesario.—Quizás debo comenzar yo, y lo siento si esto no te satisface pero la conciencia no me remuerde en absoluto por lo que hice.

—Destrozaste vidas completas. —repuso Lauren cambiando su notable tranquilidad por una tensión que se palpaba en el aire.

—Y lo volvería a hacer cien veces más.

—¿Por qué?

—Era necesario.

—¿Matar a Tori era necesario?—Tyra asintió fríamente mientras la voz decepcionada de Lauren llenaba el silencio.—¿Qué hay de Camila? ¿Era necesario todo su sufrimiento?—aquello pareció llamar la atención de la doctora quien se irguió en su asiento y de inmediato posó su mirada en Lauren.

—Desde mi posición puedo decir que Camila no fue sino un daño colateral.

—¿Destruir su vida te parece un daño colateral? —Tyra sonrió verdaderamente divertida.

—Yo no destruí su vida, Lauren, me parece que esa fuiste tu.—de pronto su rostro se volvió blanco como el papel y de su garganta escapó un gruñido enardecido que en breve se convertiría en algo más.—En tu estado es normal y hasta comprensible que quieras distorsionar la realidad y moverla a tu favor culpándome a mí por todo, pero las cosas no son así. Yo no lastimé a Camila por placer como lo hiciste tú. Lo mío fue meramente profesional y a favor de la ciencia. Admito que quizás hubo un poco de egoísmo involucrado pero eso es todo.

—No pienses ni por un momento que vas a envolverme en tu juego, Tyra. No voy a caer, no esta vez.

—Ese es precisamente tu problema, Jauregui. Que piensas que todo el mundo es culpable menos tú. En tu realidad eres una víctima perfecta, pero te aseguro que si abres un poco más la toma te darás cuenta de que eres exactamente igual a mí.

—¡Callate!—gritó levantándose rapídamente de su asiento y acercándose cuanto le fue posible a Tyra.—No nos parecemos ni si quiera un poco.

—Tienes razón.—concedió Tyra cuando sus ojos chocaron con los de la profesora.—Yo al menos tuve un motivo para lastimar a Camila, lo tuyo ha sido simplemente crueldad.

—Jamás debí haberte escuchado aquel día.— reprochó con coraje lanzándose sobre el cuerpo de la morena. La sostuvo por las solapas de la chaqueta y poco a poco fue empujándola hacia la pared. — Ni siquiera tendría que haber ido a ese maldito hospital. Tu venenosa voz se metió hasta lo mas profundo de mi cabeza, confundiéndome y entorpeciendo mis pensamientos... por tu culpa lastimé a la persona que mas amo.

—Yo solo tiré frases al aire, tú las tomaste, les disté forma y finalmente se convirtieron en lanzas cargadas de veneno con las que atacaste al "amor de tu vida".—masculló sosteniendo las manos de Lauren entre las suyas con excesiva fuerza.—Es fácil manipular a las mentes débiles pero contigo ni siquiera tuve que hacerlo, creíste cuanta palabra salió de mi boca sin cuestionar nada. Puedo ser la autora intelectual pero tú lo llevaste a cabo, así que si quieres repartir la culpa, empieza por asumir la tuya.

—Estás loca. —profirió la profesora soltándose del fuerte agarre de Tyra.—No voy a perder un segundo mas contigo. No vales la pena.

—Te vas porque te aterra escuchar la verdad. — Lauren detuvo su andar un paso antes de cruzar la puerta.—Tienes miedo de que le cuente al mundo la clase de perra que has sido. No quieres que les diga a los tipos que están detrás de ese cristal que estás tan jodida como yo.

"La realidad parece ser algo muy caprichoso, muy indigno de confianza ¿Cierto, Lauren? ¿Qué vas a creer? ¿Vas a seguir culpándome o finalmente vas a asumir tu responsabilidad en esta historia? —gritaba Tyra mientras los policías la llevaban de regreso a los separos.— Un poco de realidad jamás le hizo daño a nadie, profesora. Toma un maldito trozo y espero de todo corazón que te atragantes.

La reunión con Tyra fue un rotundo fracaso, pero a pesar de ello debía admitir que obtuvo las respuestas que necesitaba. Tenía que comenzar a asumir su culpa en la destrucción de Camila, porque de una o otra manera ella había sido el verdugo principal de aquella tragedia.

<< ¿Qué más os puedo decir que os incite a entregaros a la labor de vivir? Muchachas, podría deciros, y os ruego prestéis atención porque empieza la peroración, sois, en mi opinión, vergonzosamente ignorantes. Nunca habéis hecho ningún descubrimiento de importancia. Nunca habéis sacudido un imperio ni conducido un ejército a la batalla. Las obras de Shakespeare no las habéis escrito vosotras ni nunca habéis iniciado una raza de salvajes a las bendiciones de la civilización. ¿Qué excusa tenéis? >>

La voz cada vez más vibrante de Adaline señalaba que todo estaba a punto de acabar. El maravilloso relato en el que se habían perdido los últimos días estaba dando sus últimos suspiros...

<<Sin vosotras, decís, nadie hubiera navegado por estos mares y estas tierras fértiles serían un desierto.>>

Las palabras daban un último vistazo a la multitud de lectores que ansiosos las devoraban.

<<Mil plumas están preparadas para deciros lo que debéis hacer y qué efecto tendréis. Mi propia sugerencia es un tanto fantástica, lo admito; prefiero, pues, presentarla en forma de fantasía.

...

Y así fue como el recorrido de Lauren terminó, siempre frente a su escritorio, con la mirada perdida en el fondo del aula, exhalando un último suspiro como tributo al ensayo que había sido su motor para decidirse a escribir y años más tarde el que la llevó a las mismas puertas de la universidad donde descubriría una nueva pasión; la de educar mentes fuertes y cultas que dominarían los senderos del futuro.

Tal y como lo hacía siempre que aquel momento culminada Lauren se tomó un par de minutos para pensar en sus próximas palabras, palabras que nunca eran iguales pero que siempre provenían de la misma fuente. Cuando su mente estuvo serena y el discurso había sido planeado respiró profundo y levantó la mirada del suelo dirigiéndose a todos y a ninguno. Entonces abrió la boca dispuesta a refrescar a todas esas mentes ávidas de respuestas.

—Me gustaría comenzar diciendo que...

La puerta del aula se abrió intempestivamente dejando ver a una agitada y cansada profesora. La clase al entero se giró y de inmediato comenzaron los cuchicheos, voces cortadas que se preguntaban unas a otras lo que ocurría. La mirada de Kelsey lo decía todo pero aun así Lauren se atrevió a hablar.

—¿Profesora Holt, le ocurre algo?—cuestionó, haciendo que la profesora se incorporara luego de haber recobrado el aliento y de inmediato fijara su mirada nerviosa en ella.

—No soy yo. —respondió con la voz a punto de cortársele.— Lo siento por interrumpir, pero es importante que venga conmigo. Ha ocurrido algo grave.

De inmediato comprendió el miedo en su mirada y sin darle muchas vueltas se apresuró a correr detrás de Kelsey, los alumnos se sorprendieron y la confusión y el bullicio no se hicieron esperar mientras Jauregui desaparecía por la puerta.

Ambas mujeres caminaron en silencio a través de los pasillos. Hubiera sido sencillo para Kelsey dar el mensaje y volver a su clase pero no podía dejar a su amiga sola. Porque si, Lauren Jauregui era su amiga, y lo era a pesar de todo lo que había ocurrido entre ellas los últimos años. Su lealtad no iba a desaparecer solo porque un par de malentendidos las habían llevado por caminos distintos. Ella debía estar presente cuando Lauren escuchase lo que la voz en el teléfono tenía para decirle.

Finalmente salieron por la puerta doble que daba al patio y desde ahí ya podía verse la edificación de profesores. Kelsey aceleró el paso y casi de inmediato sintió como una mano se posaba sobre su hombro obligándola a detenerse. Confundida por su actuar Holt dio media vuelta chocándose de frente con la mirada triste de Lauren.

—Antes de entrar me gustaría decirte algo.—Kelsey negó con la cabeza queriendo restarle importancia pero Lauren se apresuró a hablar. —Quiero disculparme contigo Kels... El ultimo tiempo...no he sido precisamente yo... He cometido error tras error lastimando a personas que no lo merecían. Tú me lo advertiste y yo no quise escuchar... ¡Fui tan estúpida!

—No tienes que hacer esto Lauren.... más tarde ya habrá tiempo de disculpas pero ahora tienes que atender esta llamada.—su tono dulce consiguió calmar la culpa que Lauren sentía brotar dentro de sí, dándole un poco más de tregua. Un nuevo aliento había nacido en su pecho y con ello la motivación para terminar el recorrido y levantar la bocina del teléfono.

Se sentía tan fuerte, segura y completamente capaz de afrontar lo que viniera que le resultó extraño romperse al escuchar su nombre.

—¿Lauren Jauregui? — preguntó una voz con acento extraño al teléfono. Lauren asintió como si pudieran verla, arrepintiéndose de lo tonta que se veía.

—Soy yo.

—¡Buenos días, señorita Jauregui! mi nombre es Tilda Larsen, la estoy llamando desde el Hospital general "Østfold" en Noruega. —la comunicación de cuando en cuando entraba en paro elevando sus niveles de ansiedad a un punto de no retorno. Lauren no tenía ningún tipo de conexión con Noruega por lo tanto le confundía el hecho de que la estuviesen buscando. Quizá se trataba de un error y ella tenía que aclararlo.

—Lo siento señorita Larsen pero me temo que está equivocada.

—No lo creo. Todo está muy claro en los registros y a menos que me haya engañado y usted no sea Lauren Jauregui no veo como pueda estar equivocada.

—Es que no lo entiendo. ¿Qué registros?

—Los registros médicos de la señorita Camila Cabello Longoria. En su ficha de registro usted es la principal y me temo que única contacto de emergencia.

—¡Camila!—balbuceo con la boca seca su nombre sintiendo como la sangre desaparecía de su rostro.— ¿Ella está bien?

—Lamento informarle que su novia se encuentra en un estado de salud crítico y es preciso que nos de su inmediata autorización para realizar los debidos procedimientos médicos que salvaran su vida. 

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