Capítulo 65: ¿Seguro que este cuento se ha acabado?

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A ver, al final habían salido ganando, pero podían afirmar sin temor a equivocarse que esa había sido la victoria más inesperada de sus vidas. Más que alguna de la Campaña para Derribar al Sol, y eso que las batallas fueron tan encarnizadas como impredecibles.

Nada más cerrar la puerta del Hanshi a sus espaldas, todavía procesando los acontecimientos e incluso un tanto desorientados, ambos cultivadores avanzaron por la vivienda hasta que pudieron dejarse caer sobre la cama de la habitación. En algún momento Lan XiChen había pasado los brazos alrededor de la definida cintura de su prometido, casi como un grillete del que nadie querría liberarse. La espalda de Jiang WanYin dio contra el colchón, atrapada entre este y el cuerpo de su amante y ahora prometido oficial. Dejó escapar un suspiro que se llevó todo el aire que contenían sus pulmones, y que sonó al unísono en dos bocas muy distintas, separadas por no demasiada distancia. Los brazos del primer jade se apretaron solo un poco más en torno a su cintura cuando decidió desatar y reclamar la cinta de su frente, aunque en principio sin intenciones eróticas. A la suave luz de las ventanas, el líder Jiang contempló los patrones de nubes que casi parecían flotar entre sus dedos, tierno azul sobre blanco inmaculado. Pensó en si podría teñirlos de púrpura y con una sonrisa orgullosa se dio cuenta de que ya lo había hecho. Sobre él, con el rostro escondido en su pecho, Lan XiChen parecía a puntito de echarse a temblar. Tiritaba.

-¿Qué acaba de pasar, WanYin?

-Pues... que tu tío al final solo quiere lo mejor para ti.

-Nos ha aceptado...

-Nos ha aceptado. -Sentenció, antes de soltar una risotada incrédula-. ¡Joder! Hasta ha empezado ha prepararnos la boda.

Dejando la cinta de la frente a un lado sin aparente cuidado —pero sabiendo a la perfección donde depositaba tan preciado ítem— Jiang WanYin procedió a abrazar a su prometido como si le fuera la vida en ello. Notaba los tensos brazos del primer jade hasta amenazar con dejarle sin aire, pero todo lo que deseaba era que siguiese apretando ese abrazo. Le daba igual si le partía algún hueso en el proceso, solo necesitaba sentirle a su lado, asegurarse de que aquello no era un sueño. Percibió en su propio pecho el suave repiqueteo de las carcajadas de Lan XiChen y no pudo evitar echarse a reír con él, embriagados ambos por una dicha que nunca antes creyeron posible.

Si la vida puede considerarse un balance entre desgracias y milagros, a ellos por fin les estaba tocando vivir su mejor mitad.

Al cabo de no demasiado rato, los dos líderes se separaron unos centímetros, lo justo y necesario como para poder mirarse a los ojos y juntar sus frentes. Dos hermosas sonrisas, tan genuinas que parecían brillar, decoraban sus rostros enamorados cuando se decidieron a besarse, encantados.

-Me voy a arrepentir de esto -masculló Jiang WanYin, la punta de su nariz rozando la ajena-, pero al final voy a querer darle las gracias a Lan Huan y todo.

-De nada.

-A ti no, idiota. Al otro.

-Lo sé. -Divertido, Lan XiChen besó la comisura de su labio-. Yo también querría. Gracias a todo esto, a estos viajes, por fin he encontrado el valor para estar a tu lado. Y para luchar por la vida que quiero.

-Quién me lo iba a decir... -Suspiró el líder Jiang. Aunque quería parecer resignado, en realidad atesoraría cada momento, el brillo inconfundible en sus ojos lo desvelaba-. Manga cortada y encima compañero de cultivo de ZeWu-Jun. A mi madre sí que le hubiera dado una desviación de qi si supiera que el futuro me deparaba esto.

-Yo creo que se alegraría.

-No apuestes tu herencia por ello. -Se mofó-. Con que no te matase ni te maldijese, yo me habría dado por satisfecho.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Where stories live. Discover now