Between [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]

Capítulo 32: Mientras nadie muera antes del postre, todo irá bien

-Vaya, así que sabes que tienes un hijo. Increíble.

-Siempre lo he sabido, querida. Pero acercarse a él es tremendamente difícil.

-Los primeros intentos siempre lo son, FengMian. Como nunca antes has puesto especial interés en hablar con él, entiende que me asombre.

Gracias a la costumbre de tener siempre el oído agudizado para detectar cualquier posible amenaza al acecho en las cacerías nocturnas, Lan XiChen captó con bastante claridad el intercambio entre sus suegros de aquel mundo. Odiaba escuchar conversaciones ajenas, de verdad que sí. Lo detestaba, iba contra sus reglas y contra su moral, pero debía admitir que aquella le suscitaba cierto interés morboso. El gesto del antiguo líder de Yunmeng Jiang por fin se había torcido ante las directas palabras de su esposa. O pullas, eso eran pullas con todas las de la ley. Si supiera leerlo un poco mejor, el primer jade aseguraría que eso que relucía en su mirada se parecía un poco al arrepentimiento. A buenas horas. Por lo poco que sabía, llegaba un pelín tarde.

-Odio cuando tienes razón.

-Lo sé. Pero consuélate, tienes toda la cena para, aunque sea, saludarle como se debe.

Si Jiang FengMian iba a contestar, no pudo. Lan XiChen contempló por el rabillo del ojo como su madre se acercaba a la pareja con una enorme sonrisa ajena por completo a sus debates familiares. Saludó con toda la cordialidad del mundo a Yu ZiYuan como si fueran viejas amigas. Lo eran, por eso la Araña Violeta le respondió de buen grado, más partidaria de entablar una conversación agradable que de ayudar a su marido a resolver unos dilemas mentales que se había ganado a pulso. Luego las escuchó decir algo así como que tenían que hablar sobre los nuevos diseños de la colección de otoño/invierno de la tercera dama Yu, y no-sé-qué sobre una portada y un conjunto para una entrevista. Su conversación se llenó de términos del mundillo de la moda que no entendía y que no estaba muy seguro de querer entender. Fue ahí cuando el primer jade decidió retirarse a la cocina en busca de su pareja de aquella realidad y sus cuñados. Los tres hermanos Jiang habían dejado al resto charlando y pasando el rato mientras ultimaban los detalles de la cena antes de servirla y organizaban los regalos que habían traído los Lan y los Jiang. Venían a ser unos entrantes caseros veganos hechos por la señora Lan y vino tinto de marca —el favorito de Wei WuXian por lo que había entendido— que había que encajar en el menú de la noche de alguna forma sí o sí o también. Cuando entró a la cocina (una enorme instalación llena de armatostes de metal que ni siquiera reconocía y de comida que nunca había visto antes esperando para ser servida) se encontró a los tres hermanos hablando mientras trabajaban. Jiang YanLi le daba indicaciones a dos hombres uniformados que la escuchaban firmes casi como si fueran soldados preparados para marchar al campo de batalla. Wei WuXian hurgaba entre las bolsas que habían traído los invitados y Jiang WanYin servía con cuidado los entrantes hechos por su madre en una bandeja plateada.

-¡Oh, mirad esto! -Exclamó el que en su mundo era un cultivador demoníaco-. ¡Bombones! Nos vendrán genial para tomar algo después del postre.

La chef se acercó a su hermano adoptivo, contemplando la caja que sostenía. Acababa de sacarla de una bolsa negra muy elegante. Su intrincado logotipo coincidía con el que había dibujado en la caja blanca de bombones. A Lan XiChen le recordó a algo, pero no sabía a qué. Era típico de su Yunmeng, estaba seguro, aunque no lograba identificarlo. Jiang YanLi sonrió al verlos.

-Vaya, praliné. Son tus preferidos, ¿verdad, A-Cheng?

-¿Eh? Sí. -Jiang WanYin parecía un poco distraído, como si no quisiese darle importancia o como si todavía tuviese la cabeza en el "incidente" de antes con su padre y su pareja-. Serán cosa de mamá.

Wei WuXian frunció el ceño. Por lo bajo le susurró a su hermana sin que el menor de los tres le oyera.

-¿No son de la pastelería favorita de tío Jiang? Tía Yu la odia.