Capítulo 24: Interludio y pausa para la publicidad en La Sonrisa del Emperador

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Aunque las dos semanas siguientes parecieron recuperar a la perfección la normalidad —esa sensación tan necesaria que solo se valora de verdad cuando se echa en falta— Jiang Cheng no podía evitar sentir una cierta inquietud extraña. Tenía la sensación de que algo no iba cómo debería, pero ni sabía el qué en concreto ni por qué pensaba así. En términos generales se podría decir que todo marchaba bien: La Sonrisa del Emperador iba viento en popa, su número de oyentes semanales aumentaba de forma continuada y su relación con Lan Huan seguía tan estable como siempre. Todo en orden, como si nunca hubiera pasado nada raro, sobre todo para alivio del escritor. Los episodios de actuar extraño y soñar con mundos de fantasía wuxia no habían vuelto a repetirse desde el segundo y último, así que eso les tranquilizaba a los dos. Sí, todo continuaba incluso mejor que bien... así que, ¿por qué no podía sacarse esa sensación extraña de la cabeza?

A eso de media mañana, ahí estaba él, pasando las páginas de su guion en el descanso entre programa y programa. Era incapaz de concentrarse en memorizar las pocas líneas que no estaban sujetas a la improvisación. Sentía una desagradable pero conocida sensación de nerviosismo malsano acumulándose en su estómago y no solo porque le tocara hacer hoy la publicidad de sus patrocinadores. Suponía que tendría que ver con que el momento de la reunión familiar cada vez se acercaba más y más, demasiado rápido para su gusto. Estaban a jueves y se celebraría el viernes por la tarde/noche. No por nada apenas había dormido ese día. Tampoco las tenía todas consigo sobre si lograría o no dormir esa noche.

-¿Café? Lo traigo tan oscuro como tu alma.

Wei Ying se le acercó sonriente. Llevaba en cada mano un vaso de plástico de la máquina de café de la sala de descanso del estudio. Era casi un milagro que hubiese podido conseguir dos, ese cacharro se estropeaba día sí y día también. Los días en los que no tenía puesto un cartelito de "AVERIADA" podía tirarle su pedido a la cara a la gente. Jiang Cheng ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que había bebido el café del estudio. Prefería ahorrarse disgustos y comprar sus bebidas en un puesto que había en la esquina de la misma calle. Siempre fue de los que se curaban en salud.

Al verle —u oírle— llegar puso los ojos en blanco. Dejó el guion a un lado y le hizo un sitio en el sofá que ocupaba. Se encontraban solos, así que podrían charlar con relativa tranquilidad. Aceptó el vaso cuando se lo ofreció, bufando y esbozando una sonrisa entre burlona y molesta al ver su contenido.

Todavía no había matado a Wei Ying, pero juraba que algún día lo haría.

-¿En serio? ¿Café con leche?

-Te lo he dicho, tan oscuro como tu alma. -Volvió a bromear el presentador principal, pasándole un brazo por los hombros con toda la confianza del mundo. Jiang Cheng le gruñó algo entre dientes, pero no rechazó esa especie de abrazo raro. En el fondo lo necesitaba-. ¿Y HuaiSang?

-En el baño, creo. Está ensayando su sección.

-Algún día entenderé por qué le da por ensayar en el baño.

-No creo que yo alcance ese nivel de iluminación nunca. -Se mofó con una media sonrisa-. Solo sé que ha dicho que hoy va a recitar poesía, y me da miedo.

-¿Crees que nos podrían meter en la cárcel por algo que vaya a decir?

-Puede. Me consuelo con que al menos no va a rapear.

-Bueno, por una vez no será culpa mía. -Rio el mayor de los dos hermanos, recibiendo una ceja alzada en respuesta-. ¡Qué! No me mires así, A-Cheng. Lo creas o no, es un alivio. Siempre soy yo el que se mete en los peores líos. ¡Ya me echan la culpa de todo! Hasta de la pantalla que se estropeó en directo la semana pasada.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora